La Colonia textil Vidal (Puig-reig, Barcelona) es un testimonio vivo de la revolución industrial en Cataluña. Un espacio que muestra un modelo de asentamiento fabril-residencial comunitario.
Colonia textil Vidal (Puig-reig. Barcelona)
Dirección: Carretera C-16, km.78 Pl. Puríssima, s/n 08692 Puig-reig. Comarca: Berguedà. Provincia: Barcelona. Com. Autónoma: Cataluña
Coordenadas: 41°56’39.3″N 1°52’51.2″E. Altitud: 413 msnm.
Web: museucoloniavidal
Tel: 93 829 0458
Correo electrónico: museu@museucoloniavidal.org.
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Índice
Colonia textil Vidal. Puig-reig. Berguedà. Barcelona
En los posts: Asentamientos de población programados (1): Tipología y Asentamientos de población programados (y 2): Proceso histórico en España, tuvimos ocasión de constatar que una de las actuaciones de asentamiento programados fueron las colonias textiles en Cataluña. Ahora es el momento de conocer con más detalle una de estas actuaciones, en concreto la Colonia Vidal de Puig-reig, adaptada como museo.
El territorio
El hecho geográfico condicionante en que se fundamentan la localización de las colonias textiles fue el aprovechamiento de la energía cinética que podría aportar el agua de los ríos para mover la maquinaria de los procesos industriales de hilado y tejido. Para hacer rentable la fabricación en aquellos sitios debía quedar garantizado unos mínimos de caudal y continuidad del flujo hídrico.
En Cataluña, este aprovechamiento se produjo espacialmente en los ríos Llobregat y Cardener en la provincia de Barcelona, y en el Ter en la provincia de Girona.
Si relacionamos la posición de las colonias textiles de Cataluña en el mapa de situación del principio del texto con el conjunto de mapas que se ofrecen en el Post Estructuras territoriales en la España peninsular, podremos hacernos una idea de los condicionantes geográficos e históricos más relevantes en los que se encuentra enmarcada. En este caso, especialmente vinculadas al margen de los ríos para aprovechar la energía hidráulica, más barata que el vapor, y antes que la electricidad o las energías fósiles.
En estas condiciones, el resto de los recursos necesarios para la producción (materias primas, trabajadores, servicios auxiliares) deberán desplazarse hasta el asentamiento fluvial. Y en esa necesidad radica la razón de la construcción de viviendas para los trabajadores junto a la fábrica.
Un poco de historia
Las colonias textiles en Cataluña
En los dos posts mencionados: Asentamientos de población programados (1): Tipología y Asentamientos de población programados (y 2): Proceso histórico en España, ya presenté de manera genérica la tipología de asentamientos de colonia industrial textil en Cataluña. No repetiré lo que allí está explicado.
Sólo constatar que fueron en total alrededor de un centenar de colonias textiles, especialmente concentradas en los ríos Llobregat, Cardener y Ter.
Entre las del río Llobregat destaca la Colonia Vidal, Colonia Can Vidal, o Can Vidal en secas, la última en ser construida, a la que dedico este post, y que nos permitirá conocer la estructura y funcionamiento de una colonia que contenía todos los elementos que las configuraron.
La Colonia Vidal
La trayectoria industrial de los fabricantes Vidal arranca en Manresa (Barcelona) a mediados del siglo XIX con fabricación de cintería y pañuelos de seda. Además de gestionar varios establecimientos textiles, Ignasi Vidal y Balet, jefe de la saga, en 1892 adquirió en Puig-reig los terrenos para construir una colonia especializada en la producción de tejidos de algodón de calidad, como sábanas y piqué.
La construcción comenzó en 1894 y terminaron en 1901, convirtiéndose en la última colonia textil abierta en el Berguedà y una de las más modernas de la región. Ignacio Vidal no la vio terminada ya que murió en 1896.
La Colonia Vidal de Puig-reig representa uno de los ejemplos más acabados de colonia industrial catalana. Desde sus proyectos, a finales del siglo XIX, destacó por su planificación urbana avanzada y su voluntad de crear un espacio autosuficiente y organizado. Es un testimonio vivo de la industrialización catalana y de la vida obrera a lo largo del siglo XX.
Situada en el municipio de Puig-reig, en la comarca del Berguedà (Barcelona), la Colonia nació como asentamiento industrial a orillas del río Llobregat, para aprovechar la fuerza del agua como fuente de energía para su actividad textil.
El hecho de tener que situar la fábrica a orillas del río comportaba que estuviera situada en medio del campo, alejada de las poblaciones eminentemente de base rural, y en una época en la que no existían medios de transporte. En este caso, La Colonia Vidal está situada unos cuatro kilómetros al sur de la villa de Puig-reig.
Significaba que no había trabajadores disponibles. Para resolver el problema de la mano de obra, la creación de una colonia junto a la fábrica aseguraba la disponibilidad de fuerza de trabajo, desde los obreros hasta el director, viviendo permanentemente junto a la fábrica. Para garantizar esta mano de obra incluso las fábricas cercanas a una población adoptaron el modelo de colonia, con todas las edificaciones propiedad de la empresa (viviendas y servicios) en condiciones sociales similares a las de la “servidumbre”.
Ya en 1905 vivían 200 personas y fue incorporando servicios como el café, la escuela, la barbería, la biblioteca, el teatro, iglesia, economato, pista de baloncesto, lavadero y duchas comunitarios, configurando un pequeño universo autosuficiente en torno a la fábrica.
A lo largo de los años se fueron añadiendo o mejorando servicios y edificios.
La Colonia vivió su auge durante la década de los años veinte, cuando la producción y la vida social y cultural alcanzaron el máximo esplendor.
Tuvo una vida relativamente corta como centro productivo de 79 años. La crisis del sector textil de los años ochenta llevó al cierre definitivo de la fábrica en 1980, iniciando un proceso de despoblamiento y progresivo abandono.
Tras el cierre, la Colonia fue objeto de un proceso de valorización patrimonial. En 1995 se abrió el Museo de la Colonia Vidal.
Actualmente, sólo residen unos cincuenta habitantes. Un grupo de personas mayores que habían trabajado toda su vida en la fábrica y otro grupo de personas que han puesto en marcha el proyecto Vidàlia, que se define como “una comunidad intencional basada en los cuidados a las personas y en la naturaleza, la transformación social y el arraigo en el territorio”.
Condiciones de trabajo y de vida
En las primeras décadas (1901-1920), las condiciones de trabajo eran muy duras: jornadas largas (hasta 14 horas diarias), trabajo también el sábado, disciplina estricta y bajos salarios. altamente feminizada y apta para el trabajo infantil. Esto permitía sacar un gran rendimiento a la construcción de viviendas obreras de alquiler por el hecho de que toda la familia activa estaba obligatoriamente al servicio de la empresa.
En cuanto a la Colonia, desde el principio ya había escuela, iglesia, café, barbería y teatro. Con el tiempo, la Colonia fue incorporando servicios y equipamientos que mejoraron la vida cotidiana de los trabajadores.
A medida que la población crecía (300 habitantes en 1910, 600 en 1934 y más de 700 en los años 60), la vida social y cultural se intensificó: se crearon orfeones, grupos de “caramelles” (canto coral por Pascua de Resurrección), equipo de fútbol, actuaciones teatrales y cine.
A pesar de que no existen datos oficiales, se puede estimar que durante las décadas de máximo esplendor (1920-1960), la mayoría de la población adulta masculina y buena parte de la femenina trabajaban en la fábrica, ya que la Colonia era un núcleo autosuficiente y que probablemente llegaron a trabajar entre 300 y 500 personas.
Un cambio en la oferta y localización de los servicios tuvo lugar cuando en la década de los 40, terminada la guerra con sus consecuencias, se construyeron el edificio de la Fundación Vidal, la iglesia y el Casal de la Dona (casal de la mujer) y escuela (de niñas).
La Colonia se convirtió en un microcosmos autosuficiente en el que los trabajadores vivían, trabajaban y pasaban su tiempo libre, aunque la frontera entre la vida laboral y personal era casi inexistente.
Durante los años sesenta y setenta, la Colonia vivió una relativa estabilidad, pero la crisis del sector textil llevó al cierre definitivo en 1980.
Estructura territorial de la Colonia Vidal
La planificación de la distribución de las viviendas y servicios en la Colonia Vidal respondió a un modelo intencionadamente zonificado y autosuficiente, típico de las colonias industriales catalanas, pero con algunas características propias que la diferencian de otras colonias.
Los conjuntos urbanístico-arquitectónico más destacados de la Colonia fueron:
Instalaciones fabriles
Esclusa y canal de derivación, turbina hidráulica y máquina de vapor, fábrica y almacenes, y estación de ferrocarril.
Residenciales y servicios
Casa del dueño (torre de l’amo) y casa del director (torre del director). Núcleo de la Colonia con viviendas de obreros, encargados y majordoms (mayordomos: supervisores principales); servicios colectivos y servicios a las personas y familias.
En resumen, la distribución de la Colonia Vidal integraba elementos arquitectónicos que ordenaban el espacio según la actividad económico-productiva y la vida y jerarquía social, con espacios comunitarios que facilitaban la autosuficiencia y la vida en común, configurando un modelo completo y representativo de la colonia industrial catalana.
La construcción de la Colonia tuvo varias etapas. Al inicio las instalaciones fabriles y la parte residencial con las primeras calles (Sant Ignasi, Concepció, Sant Vicenç) y los servicios intercalados. Nuevos bloques y casas añadidos durante los años 20 y, sobre todo, en la nueva etapa constructiva de los años 40, con más bloques de viviendas y el edificio de la Fundación Vidal presidiendo la plaza, además de la iglesia y el Casal de la Dona i escuela.
Separación clara entre zona urbana e industrial
Uno de los rasgos distintivos de la Colonia Vidal fue la separación clara entre la zona industrial y la zona urbana, cruzada por un torrente desde la vía del tren-carretera que las partía en dos. Esta diferencia tanto en planta como en nivel permitió distinguir el espacio de trabajo del espacio de vida cotidiana. Este criterio de organización era una innovación respecto a otras colonias de la época, donde a menudo las fábricas y casas de los trabajadores se mezclaban sin una distribución tan definida. Esta separación en planta y en nivel amortiguaba considerablemente el ruido de la fábrica sobre las viviendas.
Zonificación y jerarquía social
La planificación de la Colonia respondía a una zonificación intencionada. La fábrica, junto con las casas del dueño y del director, se ubicaban en la parte sur del conjunto. En cambio, las viviendas de los trabajadores y servicios se concentraban en la zona urbana principal en el norte. Esta distribución reflejaba también una cierta jerarquía social, con las casas de los majordoms (supervisores principales) y encargados, con mayor amplitud y comodidades.
Tipologías de vivienda
Las viviendas de los trabajadores se diseñaron pensando en la comodidad y la convivencia. Se construyeron casas unifamiliares de dos pisos, unidas entre sí formando calles, y también bloques de otros tres pisos aislados. Los materiales utilizados, como la piedra y el ladrillo, garantizaban la durabilidad y una cierta calidad de vida. El tamaño de una vivienda obrera era de unos 60/70 m².
Servicios y equipamientos
Desde los primeros años, la Colonia Vidal contó con servicios esenciales para sus habitantes. La escuela, la iglesia, el café, las tiendas y el teatro formaban parte de la vida cotidiana. Posteriormente se mejoraron o añadieron otras instalaciones como el teatro-cine, la biblioteca, el centro de la mujer y una zona deportiva.
Los propietarios de la Colonia pusieron especial cuidado en crear espacios verdes y equipamientos públicos. Estos espacios no sólo mejoraron el medio ambiente, sino que sirvieron de referencia para otros pueblos de la época.
En resumen, la Colonia Vidal de Puig-reig fue concebida como un núcleo autosuficiente y bien organizado, con una clara distribución de espacios residenciales, industriales y de servicios.
La visita a la Colonia Vidal (Museo)
Comenzaremos la presentación de Colonia Vidal por el ámbito de actividades manufactureras, justificación de una colonia, para finalizar con el núcleo residencial con los servicios complementarios.
El edificio de la fábrica
La fábrica es un edificio longitudinal continuo paralelo al curso del río. La fábrica en sentido estricto tiene unas dimensiones de unos 175 x 40 metros. Alcanza los 225 metros al añadirle el complejo de máquinas de vapor en el extremo norte, incorporado en la década de 1940.
El edificio es modular, con un cuerpo central saliente, y varios niveles que albergan las naves de hilado, tejido y almacenes.
La parte frontal no es fácilmente visible ya que mira hacia los campos del este. Estas fotografías del Patrimonio Cultural de la Diputación de Barcelona muestran la magnificencia de esta instalación fabril.
Observamos cómo por detrás a la derecha sobresale la Torre del dueño.
Las fuentes de energía
Pese a que la aplicación industrial de la máquina de vapor se había extendido por España durante el siglo XIX, los altos precios del carbón hacían económicamente rentable la aplicación de la energía hidráulica que podían proporcionar los ríos. Esta posibilidad se aplicó en Cataluña en los ríos Llobregat, Cardener y Ter, como ya se ha citado.
Aplicación de energía hidráulica
La Colonia Vidal, como la mayoría de las colonias textiles catalanas, basó inicialmente su funcionamiento industrial en el aprovechamiento de la energía hidráulica, pero evolucionó hacia sistemas mixtos para garantizar la producción en todas las circunstancias, como podía ser estiaje del río o sequías.
La esclusa, el canal de derivación y la turbina hidráulica
Lo primero a disponer es de una esclusa (1) situada a un nivel de altura superior respecto a la turbina adecuado para que el salto de agua aporte la energía cinética necesaria para hacer funcionar la turbina, transformando la energía potencial y cinética del agua en energía mecánica para hacer funcionar las máquinas de la fábrica
Desde la esclusa, de 17 metros de altura, un canal de derivación canalizaba el agua hasta la turbina hidráulica situada en la parte central de la fábrica.
En el centro de la fábrica estaba ubicada la turbina hidráulica (2) que conectaba con el embarrado de la fábrica. Ésta actuaba bajo la fuerza cinética de un salto bruto de 16.25 metros.
Desde la turbina subía verticalmente un eje de hierro rotatorio, que llamaban arbre dret (árbol derecho), el cual, por medio de engranajes, distribuía la fuerza rotatoria por todas las naves del edificio. Por este hecho, la disposición lineal de los edificios de estas fábricas venía forzada para garantizar la continuidad del embarrado al que estaban ensambladas todas las máquinas para disponer de energía rotatoria.
Energía eléctrica
En 1927 se procedió al cambio de la primitiva turbina y el árbol derecho por una moderna central hidroeléctrica de 640 kW de potencia, con dos turbinas modelo Francis.
Esta central proporcionaba energía a la fábrica, luz a la colonia y, suministraba, a través de una línea de transporte propia, electricidad a otra fábrica de tejidos que la empresa tenía en Navàs, a unos 5 kilómetros de distancia.
Actualmente, la turbina hidráulica sigue funcionando como minicentral hidroeléctrica.
No es visitable
La máquina de vapor
Como energía complementaria de la hidráulica, las fábricas disponían de una máquina de vapor (3) para cubrir los momentos en que por escasez de agua la energía hidráulica no era suficiente. Este papel complementario venía determinado por el mayor coste de la energía proveniente del carbón que la hidráulica.
Una caldera, alimentada por carbón, era la que proporcionaba la energía térmica para accionar la máquina de vapor que convertía el recorrido lineal de vaivén del cilindro en movimiento cinético circular. Así se auxiliaba a la energía hidráulica.
La primera máquina de vapor estaba ubicada en la parte central de la fábrica.
En la posguerra, en época de restricciones, fueron instaladas en la entrada norte de la fábrica una nueva caldera y una turbina de vapor, con la correspondiente producción de energía térmica para auxiliar la hidroeléctrica propia y la que proporcionaba la compañía. Fue cuando se levantó la alta chimenea octogonal que preside el complejo.
La máquina de vapor que se muestra en la Colonia no es la original. El Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña la adquirió en 1993 a la empresa «Hilados y Tintes Soler» de Terrassa; y la instaló en la Colonia Vidal, para formar parte del itinerario de visita.
La fábrica
El proceso de fabricación textil del algodón
En el caso de la industria algodonera, se parte de una semilla hasta llegar a conseguir los tejidos más elaborados. El proceso de fabricación tiene tres fases: la hilatura, el tejido y el acabado. En la Colonia se producía la hilatura y el tejido, mientras que el acabado se trasladaba a empresas del llamado sector del agua donde se realizaba el acabado.
La Colonia Vidal, se especializó en la fabricación de tejidos de algodón para sábanas de calidad. Otro de sus productos fue el piqué.
Como he señalado, en la Colonia terminaba su producción en la operación de tejido. Posteriormente se llevaban las grandes piezas salidas de los telares a una fábrica de acabados para darle, por medio de diferentes operaciones y procesos termo mecánicos, un aspecto más agradable y bonito. A partir de ahí las prendas de tejido, una vez dobladas y empaquetadas, ya se podían poner a la venta.
Las naves fabriles
Una edificación lineal continua situada paralela al río Llobregat, formada por módulos diferentes, alojaban todas las dependencias de la fábrica (4): la turbina hidráulica y la máquina de vapor en el centro, las naves de hilatura y de los telares, así como las oficinas de administración y los almacenes.
La disposición longitudinal es la que permitía la transmisión de la energía cinética para mover las diferentes máquinas por medio del embarrado acoplado a la fuente de energía desde la turbina hidráulica o la máquina de vapor por el árbol derecho.
En el extremo norte del edificio de la fábrica se situó la nueva máquina de vapor que se construyó en los años 40, con la alta y arrogante chimenea octogonal.
La transformación de la energía en energía cinética: el embarrado
Desde la turbina hidráulica la energía motriz se transmitía, primero por el árbol derecho, y en cada nave por unas barras horizontales que recorrían toda la nave, lo que constituía el denominado embarrado.
Al nivel de cada máquina una rueda ensamblada en el embarrado remitía el movimiento rotatorio a ésta, accionando su mecanismo.
Tal como se presenta aquí, parecería que el embarrado estaría directamente conectado a la máquina de vapor.
En la fotografía histórica se puede apreciar la importancia de los embarrados y el ensamblaje en cada máquina.
La fabricación textil
Como sabemos, el proceso de fabricación textil algodonero se divide en dos grandes fases: la de hilatura, donde se transforman los copos de algodón en hilo, y la de tejido, donde este hilo es tramado formando telas.
En la actualidad, la parte del museo dedicada al proceso de fabricación de la Colonia Vidal está concentrada en una sola sala dividida en tres partes. La de recepción y preparación del algodón, la de hilatura y la de tejido.
Efectuaré un rápido recorrido por todo el proceso de fabricación textil algodonera como se hacía en la Colonia Vidal.
Hilatura
El algodón, materia prima de la industria algodonera, procedía de América, India y Egipto.
El algodón
El algodón llega en balas a la colonia por ferrocarril a la estación y se almacena en la planta baja de la fábrica, cerca de las naves industriales.
Las balas contienen prensados los copos de algodón.
Abridora y batán
La máquina abridora abre los copos de algodón y a su vez elimina hojas, semillas, arena y otras impurezas de las fibras que contienen las balas de algodón y pasan por una cinta transportadora hacia el batán.
En el batán, el algodón ya limpio y preparado serán golpeado enérgicamente para esponjarlo.
Carda de chapones
Las fibras salen del batán en forma de velo enrollado, que en la carda se hará pasar por medio de dos cilindros hasta quedar depositadas entre un tambor y unos listones recubiertos de púas, llamado chapones (cepillos de carda), que las desenredan. Después de este proceso, las fibras salen en forma de cinta (también llamada mecha), preparada para empezar el proceso de la hilatura.
Manuar
La mecha obtenida al salir de la carda pasa al manuar, donde las fibras se estiran, peinan y orientan. Esta operación se repite hasta obtener una cinta regular.
Mechera gruesa
La mechera gruesa va estirando la cinta que ha salido del manuar y la transforma en una mecha más delgada.
Mechera intermedia
La mechera intermedia sigue estirando la mecha por lo que se va adelgazando cada vez más.
Mechera fina
En la mechera fina la mecha recibe aquí un último estiraje. Un poco de torsión ayudará a que la mecha no se deshaga durante la manipulación.
Continua
La continua es la máquina encargada de convertir la mecha en hilo. Hace pasar la mecha por unos cilindros que la estiran y la hacen más delgada. Después, se le da torsión mediante un movimiento giratorio para obtener un hijo resistente que se enrolla en la husada (en los husos).
Urdidor
El urdidor se encarga de ordenar los hilos que formarán el conjunto longitudinal del tejido u urdimbre. Estos hilos se enrollan en el plegador que, una vez lleno, se incorpora a la parte posterior del telar para realizar la operación de tejer.
Máquina de llenar “bitlles”
Las madejas se colocan en la devanadora, que al girar hace que el hilo pase al carrete o “bitlla”. En este proceso intervienen unos guiahilos y un tensor que con un movimiento de vaivén permite que el hilo se reparta de forma regular en la “bitlla” que será introducida en la lanzadera.
Tejido
Telares de garrote y telares automáticos
El telar es la máquina que transforma el hilo en tejido. En el tejido los hilos longitudinales o de urdimbre se van entrelazando con pasadas de hilo transversal o trama. La lanzadera es la pieza del telar que hace pasar el hilo de la trama por medio de los hilos de urdimbre.
Los primeros eran telares de garrote y más tarde se instalaron telares automáticos Rutti.
Vista de la parte de la urdimbre de un telar, con los hilos longitudinales.
Al pasar la lanzadera entre los hilos de la urdimbre va dejando de forma transversal el hilo recogido en las “bitlles”, formando el entrelazado del tejido.
El tejido se va recogiendo sobre cilindros de cartón, formando las piezas de tela terminada.
Estas piezas serán las que se llevarán a una planta de acabados.
La maquinaria necesita mantenimiento y rápida reparación en caso de avería. Había que disponer de todas las herramientas y operarios necesarias en las salas de máquinas.
Por supuesto, en tiempos de introducción de la industrialización y de la organización y racionalización del trabajo, el registro exacto de entrada y salida individual en el trabajo constituyó un elemento indispensable por medio de las clásicas máquinas de fichas de registro horario.
Acabados
Como se ha señalado, aquí terminaba el proceso de fabricación en la Colonia. Para finalizar el proceso completo de fabricación, las piezas eran trasladadas a una planta de acabados (lo que se denominaba sector del agua) para darle, por medio de diferentes operaciones y procesos termo mecánicos, un aspecto más agradable y bonito.
A partir de ahí las prendas de tejido, una vez dobladas y empaquetadas, ya se podían poner a la venta.
La gestión y administración
Complementaria a la fabricación, la empresa disponía de los servicios de gestión y administración de la fábrica, las oficinas, ocupando una parte de las naves de la fábrica. Estas instalaciones no están musealizadas.
Los servicios: enfermería y comedor
Como es fácil suponer, el gran número de trabajadores manuales manipulando máquinas era motivo de que se produjeran accidentes de trabajo. Por este motivo la Colonia había establecido una enfermería (5) con acceso directo.
En el mismo edificio, al que se llegaba por una pasarela elevada, había un espacio de comedores para los trabajadores para que pudieran comer sin tener que desplazarse a la vivienda.
El transporte: la estación
Por el lado de la Colonia pasaba el tren que unía desde 1885 Puig-reig con Manresa, y que en 1904 se alargó hasta Guardiola de Bergadà. La Colonia Vidal tenía una estación de ferrocarril (6) propia por la que llegaba el algodón y el carbón, y salían las piezas de tejido.
El tren dejó de funcionar en 1972, pero se conservan los edificios de la estación.
Los ámbitos residenciales de la Colonia
Al presentar la estructura territorial de la Colonia se ha mencionado la jerarquización del espacio residencial, señalando una zona destinada a residencia del dueño y del director y otra a zona residencial de trabajadores y de servicios colectivos, familiares y personales.
El chalet del dueño y el chalet del director
El dueño vivía en Barcelona, pero en la colonia tiene una vivienda donde pasaba temporadas dirigiendo la fábrica. Como era habitual en todas las colonias, tenía una residencia, el chalet del dueño (7) –torre de l’amo, como se llamaban este tipo de casas-, situada en el cuadrante suroeste, con perspectiva sobre la fábrica, aislada y alejada de los trabajadores, en una posición dominante. Un chalet aislado con la prestancia y estilo de las construcciones burguesas de la época, aunque más discreta que en otras colonias. Actualmente abandonada y en fase ruinosa.
Más cercana a la zona residencial obrera, y más cercana el camino de acceso a la fábrica, el chalet del director (8). También una casa aislada bien acondicionada, pero de menor categoría que la del dueño. Actualmente se muestra en todo su esplendor ya que está habitada.
La zona residencial de los trabajadores y de los servicios
Es importante tener en cuenta que para los trabajadores la vida en la Colonia era un sistema autosuficiente. En una colonia de estas características podría darse el caso de una persona que naciera, viviera y muriera sin necesitar salir del recinto. Esto significa que en su interior existen todos los elementos y servicios necesarios.
En el extremo norte de la Colonia está ubicada la zona residencial y de servicios colectivos, familiares y a las personas.
Lo primero que se constata es la gran extensión que ocupa esta zona residencial de una colonia. En extensión, más de la mitad de toda la Colonia. Hay que considerar que prácticamente todos los trabajadores de la fábrica vivían en la Colonia, que había llegado a dar empleo entre 300 y 500 trabajadores.
El elemento fundamental son los bloques de viviendas para las familias de los trabajadores: obreros, encargados y mayordomos. A levante, los dos primeros bloques (a y b) sobre la calle Sant Ignasi. Los dos bloques siguientes (c y d) delimitan los laterales de la plaza de la Puríssima Concepció. Más a poniente un quinto bloque paralelo (e) para los mayordomos y encargados en la calle Santa Teresa. El sexto y último bloque de viviendas (f), está situado perpendicularmente a todos los demás, siguiendo en calle Sant Vicens que es la calle de entrada a la Colonia desde la carretera y la estación.
La plaza de la Puríssima Concepció queda cerrada al sur por el edificio institucional de la Fundación Vidal (9), con el teatro-cine (10) adosado a poniente, y al norte por la iglesia de la Puríssima Concepció (11).
En el lateral de levante la calle Sant Josep, donde las edificaciones acogen varios servicios, como el economato-tienda (12) o el convento de monjas con el Casal de la Dona (mujer) y escuela de chicas (13)
Enfrente, en la parte posterior del edificio de la Fundación Vidal, se accede a la pista deportiva (14).
Para terminar esta descripción territorial genérica de la Colonia, señalamos la existencia de una zona de huertos (15) individuales para los trabajadores situados detrás del bloque (a), en la pendiente sobre el río Llobregat.
Las viviendas de los trabajadores
Las viviendas de los trabajadores presentan una estructura urbanística funcional y jerárquica según la función y el rango dentro de la fábrica: en el centro las calles con las casas de los trabajadores, y algo más apartadas, las residencias de los empleados y técnicos de mayor nivel.
Las viviendas se organizan en hileras rectas y paralelas, con calles bien trazadas que permitían una circulación fluida y controlada. Todo estaba pensado para garantizar una vida ordenada, segura y muy vinculada al ritmo de la fábrica.
Las casas de los trabajadores son un buen ejemplo de arquitectura industrial popular. Adosadas y repetitivas, estas construcciones seguían criterios de simplicidad y funcionalidad: muros de ladrillo, cubierta de teja curva y ventanas modestas pero eficientes.
A pesar de su sencillez, estas viviendas ofrecían unas condiciones de vida relativamente buenas en comparación con los núcleos industriales urbanos, en los que a menudo se sufrían problemas de insalubridad y saturación.
El interior de las viviendas también reflejaba la estructura social de la Colonia. A medida que aumentaba el cargo dentro de la fábrica, crecían también las dimensiones y la calidad de la vivienda.
Estas diferencias eran visibles y reforzaban una jerarquía que iba mucho más allá del lugar de trabajo: se trasladaba también al espacio doméstico y al paisaje de la colonia. Ya hemos visto la casa del dueño y la del director.
A pesar de la aparente uniformidad estructural de los bloques y su distribución, esta uniformidad desaparece cuando observamos que la arquitectura y la ornamentación de cada bloque es distinta, con alturas de dos y tres niveles.
Otra característica estructural es que todas las viviendas tienen todas las habitaciones abiertas al exterior, de modo que en los dos casos de bloques que se dan la espalda, están separados por un paso entre los bloques (a) y (b), y una zona ajardinada entre los (d) y (e).
En la siguiente secuencia de fotografías se presenta un recorrido por todos los bloques.
La calle Sant Ignasi (onomástica del empresario) con los bloques (a) y (b) situado en la zona de levante, más cercana al río y a los huertos, fue la primera en construirse.
En los dos bloques, de dos niveles, se intercalaron viviendas y los primeros servicios: escuela de niños, café y hostal, carnicería y barbería. En el extremo norte se construyó el primer teatro.
Las viviendas eran casas individuales de dos plantas adosadas.
Los bloques contiguos (b) y (c) estaban separados por un callejón al que daban la zona de servicios de la casa: tendedero, letrina (comuna). De esta forma, todas las estancias de una casa daban al exterior.
La plaza de la Immaculada se encuadra entre las fachadas de los bloques (c) y (d).
El bloque (d) del otro lado de la plaza es de tres niveles. Aquí las viviendas se distribuyen por pisos en cada una de las tres plantas a las que se accede por una escalera común.
También si localizaran algunos servicios, como las duchas comunitarias o la agencia de la Caja de Ahorros.
Entre la parte trasera de los bloques (d) y (e), con una amplia separación, se crea una zona de jardín.
Hay que tener en cuenta que el bloque (e), es la de más categoría del poblado.
El bloque (e), en la calle Santa Teresa, con viviendas de mayores dimensiones, estaba destinado a los mayordomos y encargados.
En la entrada al recinto de la Colonia por la calle Sant Vicens, en el lado derecho, situado de forma perpendicular al resto de todos los demás bloques de la Colonia, se encuentra el bloque (f), de dos niveles con las casas en planta.
Una casa obrera
Se ha musealizado una de las viviendas para ofrecer una imagen de las condiciones de vida de una familia obrera.
Normalmente, se trataba de viviendas de una o dos plantas, con espacios reducidos, pero bien aprovechados: una cocina, un pequeño comedor, tres habitaciones y una terraza en la letrina en la parte trasera. En algunas viviendas, como la que se muestra, posteriormente se introdujeron reformas, por lo que cerraron la terraza, incorporaron un lavadero particular y reconvirtieron la letrina en un cuarto de ducha.
Esta vivienda obrera la podemos ver en las siguientes fotos. Es una de las viviendas en planta del bloque de, con escalera común de acceso.
El pasillo de entrada con una habitación a cada lado.
En el fondo del pasillo el comedor abierto a la terraza trasera. En este caso cerrada con vidrieras por la reforma.
Al lado izquierdo la tercera habitación, y a la derecha la cocina.
La cocina elemental con fuego de leña y fregadero.
En el comedor, un bajo escalera hace de despensa.
Vista de las tres habitaciones.
El lavadero individual a un lado de la terraza.
Y la reconversión de la letrina en cuarto de ducha individual.
En la parte trasera del edificio vemos terrazas sin reformar.
El poblado y los servicios
Una colonia fabril no puede entenderse sin el conjunto de servicios que acogía para dar satisfacción a todas las necesidades individuales, familiares y sociales. La empresa estableció escuelas, iglesia, café, enfermería, teatro o biblioteca, todo dentro del recinto de la Colonia, como servicios colectivos. Además, tiendas, con carnicería y pescadería, estanco, barbería, teléfono público e incluso oficina bancaria. También había espacios para servicios complementarios, como carpintería.
Esto permitía a los trabajadores y familias vivir prácticamente sin salir del conjunto -un modelo paternalista pero también de cierta protección social-.
El poblado y servicios colectivos
La plaza
Un amplio espacio rectangular central acogía la plaza de la Immaculada.
A ambos lados del largo de la plaza se abrían los bloques (c) y (d). Mientras los extremos estaban presididos por el edificio institucional de la Fundación Vidal y el teatro-cine nuevo, a poniente y la iglesia de la Puríssima Concepció a levante.
Al principio servía como campo de fútbol, hasta que se construyó uno al otro lado de la carretera.
La Fundación Vidal
El edificio de la Fundación Vidal (9) se construyó en 1947. Fue proyectado por el arquitecto Alexandre M. Tintoré y se encuentra presidiendo la plaza de la Purísima, en el corazón del área residencial obrera.
Este edificio fue concebido como sede del “Patronato Vidal para la Cultura de la Juventud Obrera”, una fundación promovida por Vicenç Vidal y Casacuberta con el objetivo de mejorar la formación y el ocio de los jóvenes trabajadores de la Colonia y de la fábrica cercana de Navàs. El edificio, de planta baja y piso, acogía teatro-cine, bar (Bar Juventus), biblioteca, aulas escolares para niños, salas de juegos y otras dependencias destinadas a actividades culturales y sociales.
Hoy en día, el edificio de la Fundación Vidal mantiene una función cultural y educativa, siendo la sede principal del Museo de la Colonia Vidal y emplazamiento del Museo de la Colonia.
Una imagen de la Inmaculada preside la plaza desde el edificio de la Fundación.
La iglesia
La iglesia de la Colonia Vidal de Puig-reig, llamada iglesia de la Puríssima Concepció (11), es uno de los edificios destacados dentro del conjunto histórico de la Colonia textil. Cierra y preside la plaza por el lado norte, enfrente al edificio de la Fundación Vidal.
La disposición del templo en la plaza lleva a que no cumpla estrictamente con la orientación canónica a levante.
Fue construida en 1946, durante la fase final de expansión de la Colonia.
Una primera capilla estaba en el lado derecho de la entrada de la fábrica. Fue quemada durante la Guerra. Hasta la finalización de la nueva iglesia, el teatro viejo desempeñó las funciones de iglesia.
El templo de la Purísima Concepción actual es un gran edificio de estilo historicista neorrománico lombardo, con una espadaña situada longitudinalmente a los pies del lado del evangelio.
Toda la fábrica del edificio es de gran calidad de sillería de piedra.
La portada es de estilo neorrománico con un cierto trabajo escultural en el arco.
La cabecera del templo presenta un ábside y dos grandes absidiolos, con el bajo cornisa de clara intencionalidad lombarda.
Proyección estética de la espadaña sobre la fachada del edificio de viviendas.
La escuela de niños
Como correspondía a la mentalidad de la época, la educación se impartía por separado por sexos.
La escuela de los niños estuvo inicialmente ubicada intercalada en los edificios del primer bloque en la calle Sant Ignasi. Cuando se construyó el edificio de la Fundación Vidal se trasladó allí.
La escuela en el edificio de la Fundación Vidal.
El Casal de la Dona (mujer) y la escuela de niñas
Desde 1905 existía un pequeño convento de monjas Dominicas para atender a las jóvenes solteras, la escuela de niñas y guardería, y a las mujeres en general. Estaba situado en el lado izquierdo a la entrada a la fábrica, frente a la capilla, y tenía un corredor que comunicaba directamente con las instalaciones fabriles por donde entraban las chicas.
En 1930 se dignifican estas funciones y se construye un gran Casal de la Dona (mujer) y escuela (13).
Es muy importante tener en cuenta que las mujeres tenían un papel fundamental en la colonia, tanto a nivel laboral como social. En las fábricas, asumían tareas precisas y repetitivas con sueldos inferiores a los de los hombres. Además, en la comunidad, se hacían cargo de la crianza, el hogar y dinamizaban la actividad social cotidiana.
El Casal era un espacio especialmente dedicado a ellas. Pensado como un lugar de encuentro y apoyo, acogía especialmente a trabajadoras solteras, viudas y jóvenes recién llegadas, ofreciéndoles alojamiento temporal. Se impartían actividades como costura y formación doméstica. Estaba regido por religiosas o mujeres designadas por la empresa y funcionaba bajo un régimen paternalista y estrictamente moralizador.
El teatro viejo y el teatro nuevo-cine
Desde el principio la Colonia dispuso de un teatro (16), situado al final de la calle Sant Ignasi. Un escalonado semicircular delante de la puerta parece pensado para acoger a espectadores. Actualmente es una edificación sólo con valor simbólico.
Después de la quema de la capilla durante la Guerra sirvió como iglesia hasta la construcción de la nueva.
Cuando en los años 30 se construyó la sede de la Fundación Vidal, se adosó un magnífico edificio destinado a teatro-cine (10) con una capacidad para más de cien personas.
Es el punto de encuentro de las visitas colectivas, y donde se proyecta un documental sobre la Colonia.
La biblioteca
Una amplia biblioteca y sala de lectura, con una bibliotecaria, proporcionaba libros de lectura para llevar a casa, especialmente a las mujeres.
También servía para sala de estudios.
La pista deportiva
En la parte posterior de la Fundación se crea una zona deportiva (14) al servicio de la escuela y de los trabajadores.
El café-casino
Un sitio de reunión, fundamentalmente para los hombres, era el café. Esta institución existió desde el principio.
Primero el café viejo en los bloques de la calle Sant Ignasi. Y posteriormente el café-casino en el edificio de la Fundación.
El hostal, el teléfono público y la carnicería
Para alojar visitantes esporádicos o trabajadores ocasionales para la instalación y mantenimiento de la fábrica, también desde el primer momento funcionó un hostal (17) como un servicio más en la calle Sant Ignasi. Según informa el cartel, también tuvo las funciones de teléfono público y carnicería.
La fuente pública
En la calle Sant Josep se ve una fuente pública llamada «la bomba» (18). Por el nombre y la rueda manual que se observa a un lado, elevaría agua para hacer manar los grifos.
No he sabido encontrar desde qué momento hubo agua corriente en las viviendas y si en una primera etapa debían abastecerse individualmente desde esta “bomba” de extraer agua.
La caja de ahorros
Un hecho excepcional entre las colonias del Llobregat es la apertura en 1928 de una sucursal de la Caja de Ahorros de Manresa (19).
Ocupaba uno de los bajos del bloque (d) en la plaza.
El poblado y los servicios a las personas y familias
Junto a los servicios generales, era muy importante el conjunto de todos los servicios a las personas y a las familias, de modo que diesen respuesta a todas las necesidades sin tener que salir de la colonia.
La ducha comunitaria
Al parecer, se puso especial interés en la higiene personal. Por eso, se impuso la obligación de ducharse una vez por semana. Dado que las casas no disponían de ducha individual, había unas duchas comunitarias (20) en una planta del bloque (d), en la plaza.
Por lo que explican, se establecía un control personal para que todo el mundo se duchase.
Una caldera aportaba agua caliente.
Los lavaderos de los vivos y de los muertos
Los lavaderos públicos han sido un elemento importante en la vida social de muchas localidades, como ámbito de sociabilidad especialmente para las mujeres, que eran las que tenían encomendada la labor de limpieza.
Una característica interesante es que el lavadero tenía dos ámbitos separados: el lavadero de los vivos y el de los muertos (21).
En el lavadero de los vivos tenía lugar el lavado cotidiano. Pero por medida higiénica preventiva, cuando debía realizarse la colada de ropa de enfermos o de muertos se debía hacer separadamente en el llamado lavadero de los muertos, para evitar la transmisión de infecciones.
Sólo es visible el de los vivos.
La tienda-economato y panadería
La última tienda o economato y panadería (12) la encontramos en un amplio local en la calle Sant Josep junto al casal de la Dona.
Como en cualquier tienda de pueblo, se podían encontrar objetos muy diversos.
La primera tienda estaba localizada en la zona de la fábrica.
Actualmente sirve de local de reunión para residentes.
La carnicería
Ya hemos visto que la carnicería se nos dice que se encontraba en el local dl hostal.
La pescadería
En cambio, la pescadería (22), cabe suponer que por razones de olores e higiene, se localizó en una edificación aislada.
El expositor del pescado es muy apreciado en las visitas.
El estanco y la barbería
El estanco y la barbería ocupaban sendos espacios en los primeros bloques en la calle Sant Ignasi. Debían de ser espacios esencialmente masculinos, de vital importancia en aquellas épocas.
Los huertos
Teniendo en cuenta la procedencia rural de la mayoría de los primeros trabajadores, disponer de un pequeño huerto personal era un elemento que ayudaba a su integración.
Los huertos permitían a las familias de los trabajadores complementar su economía y alimentación con productos frescos auto producidos.
También podían tener una función social y educativa, puesto que fomentaban la convivencia, la responsabilidad y el trabajo comunitario entre los vecinos. En cierto modo, los huertos eran un elemento más del modelo paternalista de las colonias, donde los empresarios promovían actividades que favorecían la estabilidad y bienestar de los trabajadores y sus familias.
En la Colonia, los huertos (15) ocupaban los terrenos de la pendiente entre las primeras casas del bloque (a) y el río. Es posible que también los hubiera en el terreno de la entrada a la Colonia a la izquierda.
El Museo
Junto con el aula de la escuela de chicos, en la primera planta de la Fundación Vidal, han creado un pequeño museo con objetos básicos de la industria y otros cotidianos.
Destaca por las paredes una serie de relojes que reflejan los horarios de la vida de diferentes miembros de la Colonia: contramaestres, obreros, mujeres. Y en días laborables y festivos.
Lo que se ve claramente reflejado son las dobles tareas, en la fábrica y en la casa de las mujeres, dada su obligatoriedad de tener que trabajar para la empresa.
Fin de la visita
La Colonia Vidal de Puig-reig es el reflejo vivo de un sistema social, económico y arquitectónico que marcó una época: la de las colonias textiles catalanas. Construida a finales del siglo XIX, se concibió como una unidad autosuficiente en la que el trabajo, la vivienda, la educación y la vida cotidiana estaban estrechamente interconectados y bajo el control de la empresa.
Con una organización jerárquica clara, servicios comunitarios avanzados para su tiempo y una arquitectura funcional, la Colonia Vidal ofreció estabilidad a muchas familias obreras, pero también limitó sus libertades dentro de un entorno paternalista. Espacios como los huertos, las escuelas o el casino-teatro eran tan importantes como la propia fábrica para entender cómo se vivía realmente en este microcosmos industrial.
Hoy, gracias a la labor de conservación y musealización, la Colonia Vidal se mantiene como un espacio de memoria activa. Visitarla no es sólo realizar un viaje al pasado fabril del país, sino descubrir cómo se construyó —literalmente— una manera de vivir, de trabajar y de ser comunidad.
Por último, valorar el esfuerzo de Vidàlia por reconvertir las antiguas casas obreras en alojamientos porque, conjuntamente con los antiguos pobladores que todavía viven en la colonia, conseguir el mantenimiento de estas estructuras con atenta personalidad.
Bases de información
Webs
museucoloniavidal
wikipedia
genaralitatcatalunya
patrimonio
diputaciobarcelona
espaisrecobrats
vidalia
Webs academic
AA.VV. Cal Vidal, una colonia museu. «L’Erol Dossier»
Camprubí., Josep. Colònies textils: una vitalitat que desapareix. “L’Erol Dossier”
Serra Rotés, Rosa. Cal Vidal, una colonia-museo
Figols Vilarrasa, Marc (2025). Rehabitar la colònia. El cas de la Colònia Vidal com a model d’habitatge cooperatiu (treball fi de Grau)
Planelles Salvans, Jordi i Genís Vinyals, Mariona (2015). Las viviendas de «quadra» en las colonias industriales textiles catalanas de la segunda mitad del s. XIX. Un tipo funcional y constructivo basado en las estructuras fabriles
Libro
Novela localizada en la Colonia Vidal:
Alcántara, Silvia (2009). Olor de Colònia. Edicions de 1984. Barcelona. 331 pp. (En catalán)