La Alberca (Salamanca) es el primer pueblo que fue reconocido como Monumento Histórico-Artístico en España. Esta antigüedad ha permitido mantener protegida la arquitectura y el urbanismo del conjunto.
La Alberca
La Alberca
La Alberca. Comarca: Sierra de Francia. Provincia: Salamanca. Com. Autónoma: Castilla y León
Coordenadas: 40°29′21″N 6°06′40″O. Altitud: 1048 m. Población: 1 128 hab. (2017)
Web. www.laalberca.com
Monumento Histórico-Artístico (1940)
Visita: 2016
Índice
La Alberca (Salamanca)
Datos de situación
El municipio de La Alberca está situado al sur de la provincia de Salamanca, haciendo frontera con la de Cáceres. Históricamente había sido la «puerta de Las Hurdes».
Asentamiento anterior a la época romana. Después de los romanos, la poblaron visigodos, sarracenos y finalmente repoblada a partir de los siglos XII y XIII dentro del Reino de León. En la zona, se asentaron un núcleo importante de franceses que acompañaron al Duque Raimundo de Borgoña, esposo de Urraca (I de León), hija primogénita de Alfonso VI de León. De este hecho derivan numerosos nombres de raíz francesa en la zona, como la Sierra de Francia o, dentro del municipio, la Peña de Francia. En el siglo XV la monarquía la transfirió a la Casa de Alba.
A pesar de las posibilidades que ofrece el medio natural, tradicionalmente se practicaba una economía de subsistencia que incidía en una especial forma de ver y entender la vida. Los bosques de roble, castaño, encina y alcornoque constituye el principal elemento definidor del paisaje y junto con el material granítico, proporciona material de construcción y de sillares.
En 1960 La Alberca alcanzó el máximo de población con 1.856 habitantes, para caer hasta los 1.121 habitantes en 1986. A pesar de un repunte de población en los años de la crisis, la tendencia es a mantener una población estable con 1.128 habitantes en el año 2017.
Un territorio con costumbres ancestrales arraigadas
Su ubicación, que hasta no hace muchos años era bastante marginal por la ausencia de vías de comunicación que facilitaran el acceso al exterior, ha comportado la conservación del patrimonio arquitectónica y de determinados usos y costumbres en este pueblo, a pesar de la creciente presión que en los últimos años ha hecho desaparecer no pocas manifestaciones materiales o espirituales de los ámbitos culturales. La lectura del trabajo de Mercedes Cano Herrera y V.F. Javier Sanz expone con claridad cambios y pervivencias en las costumbres desde el nacimiento a la muerte.
La pervivencia de estas costumbres ancestrales sorprendió a Buñuel en 1932, como lo muestra al comienzo de su famoso documental sobre Las Hurdes.
Territorio de conversos y de la Santa Inquisición
Un tema interesante en La Alberca es el del simbolismo expresado en las inscripciones y representaciones de emblemas religiosos en las puertas y fachadas de las casas.
La religiosidad católica de la zona vino potenciada cuando en 1434 se encontró la imagen de la Virgen de la Peña de Francia y que se convertiría en un santuario de peregrinación para los peregrinos del Camino de Santiago que seguían el Camino de la Plata.
Los historiadores constatan que el espíritu religioso fuertemente conservador ha sido una constante en la historia de la zona.
En este aspecto podemos distinguir como el conservadurismo social se manifiesta y se externaliza por medio de la religión católica, sea como expresión de un sentimiento o como medio de hacer pública su nueva convicción religiosa por parte del conversos – los cristianos nuevos -, introduciendo el signo de la cruz de forma visible en la fachada de sus casas.
La existencia de una comunidad de conversos parece deducirse de la importante implantación de la Santa Inquisición en La Alberca, donde tuvo tribunal, prisión y rollo para los reos.
En La Alberca, también tuvieron sede Carmelitas y Dominicos además de ser, como he dicho, lugar de paso del Camino de Santiago en su recorrido desde el sur por la ruta de la Vía de la Plata y de ella misma como lugar de peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia.
La presencia del símbolo de la cruz
La Alberca es una de las localidades donde la presencia de la cruz se manifiesta con claridad y que la pervivencia de la morfología urbana ha permitido mantener visible.
En esta línea de presencia de la simbología religiosa, un trabajo de Pedro Javier Cruz Sánchez nos permite adentrarnos en el simbolismo de la cruz en sus manifestaciones por el territorio de La Alberca:
“La cruz como marca e idea se encuentra presente en todos los ámbitos de nuestra cultura. Aparece dispuesta sobre la arquitectura, representada en papeles y objetos, construida como un elemento de determinadas prácticas religiosas o incluso adoptada en ciertos gestos domésticos o rituales, bien individuales o bien colectivos. Se encuentra en todos los ámbitos de la vida, desde el mismo momento del nacimiento hasta el viaje al Más Allá.
La mayor parte de los símbolos religiosos que aparecen en aquéllas, se datan a partir de los inicios de la Edad Moderna y, sobre todo, desde la Contrarreforma, la cual introdujo una serie de nuevos códigos, que incidieron profundamente en la piedad y en la propia religiosidad popular.
El hombre mediante la cruz se protege del entorno por su mediación. En un teórico radio de acción o protección, estos símbolos se dispersarán en aquellos espacios de paso o de frontera: casa / umbral, población / campo, población / camino, interior / exterior.
En los caminos, a la entrada o salida de las poblaciones, o en los fines de término. La cruz, ha servido de marca o hito, de indicador direccional y de elemento de protector.
El concepto de cruz como ‘marca’ esconde otros significados. Así es como en determinados espacios tradicionalmente ocupados por comunidades judías, algunas de las cruces grabadas en los dinteles de las puertas han sido interpretadas en relación a la presencia de una población cripto-judía que, de cara al exterior, profesan la religión cristiana, esto es, que es conversa.
Pero no todas las cruces grabadas en los dinteles se han de interpretar como cruces de conversos.
La presencia de una serie de cruces que vienen a funcionar como marcas también se corresponden con recorridos de tipo religioso como de tipo cívico.”
También sorprende observar la simbología de la cruz en este modelo aberturas en las plantas bajas, que se repite en varias casas por todo el pueblo.
La Alberca, un monumento histórico-artístico
En el aspecto arquitectónico-urbanístico la conservación de la arquitectura popular y de la morfología urbana viene de lejos, ya que desde el año 1940 se la catalogó como Monumento Histórico-Artístico, siendo el primer pueblo en recibir esta consideración a toda España.
Como no podía ser de otro modo, la tan temprana calificación como pueblo patrimonial, ha hecho actualmente del turismo la actividad fundamental de la economía de La Alberca.
Como es lo habitual en estos casos, todo el pueblo es peatonal para los turistas.
Un paseo por La Alberca
Entrando por La Puente, y antes de atravesar un pequeño puente de piedra, ya disponemos de una primera visión de lo que será el interior del pueblo.
La calle La Puente nos llevará a la Plaza Mayor.
El edificio de la izquierda corresponde al Ayuntamiento presidiendo la Plaza Mayor.
Otra perspectiva de la Plaza Mayor con sus soportales.
Una esquina de la Plaza está ocupada por la residencial de los Duques de Alba, que desde el siglo XV fueron los señores de estas tierras.
Como explica el profesor Emilio Fonseca: “Durante la Alta Edad Media la vivienda más común en los burgos y pequeñas ciudades era de una o dos plantas, casi siempre construida de adobe o de entramado de madera y adobe, y en pocas ocasiones, debido a su mayor coste, estaba construida de piedra. En aquellos lugares donde es abundante la piedra, como es lógico, fue más utilizada en la vivienda de tipo medio. A partir del siglo XIV se incrementa el número de viviendas de dos plantas y se va generalizando este tipo de vivienda en los núcleos urbanos y, cuando el propietario se considera un poco más acaudalado, construye su casa en piedra. Debido a la menor durabilidad del adobe y el entramado hoy se conservan muy pocas viviendas realizadas con estos materiales”
En La Alberca podemos observar las características de estas casas descritas por el profesor Fonseca con toda claridad. La existencia de granito lo encontramos ampliamente presente por todo el pueblo. Y también podemos ver ampliamente la construcción de los muros en adobe y piedra y entramado de madera.
En el recorrido por las calles del pueblo encontraremos multitud de ejemplos.
Este modelo formal en la arquitectura se mantiene en las casas construidas modernamente.
Curiosa manera de superar los aguaceros, por otro lado muy numerosos en la zona.
Una tradición, que se mantiene vida, era la del marrano de San Antón, un cerdo que vive en libertad por las calles de La Alberca, alimentado entre todos los vecinos, y que se sortea el día de San Antonio Abad.
Ante la fachada de la Iglesia está representado escultóricamente en granito de la tierra.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, fue construida sobre una anterior en 1730 por el arquitecto Manuel de Lara Churriguera.
Si venimos desde Salamanca la entrada por la Plaza del Padre Arsenio nos da la bienvenida.
La hora de comer
A media visita se hizo la hora de comer. No teníamos nada previsto y recurrimos al sistema que nos suele dar buenos resultados: preguntar a alguien del pueblo. Paseando por una calle, en ese momento solitaria, encontramos a tres mujeres de edad ya avanzada y les hicimos la pregunta de que nos aconsejaban. Las tres estuvieron de acuerdo en indicarnos el Restaurante El Castillo, fuera del centro más turístico.
El consejo resultó muy adecuado. En una espléndida terraza, a la sombra de unos árboles, y con vistas en dirección a las tierras de la Sierra de Francia.
Un buen jamón de Guijuelo, cabrito, tarta de queso, un vino de la tierra y con un buen pan, todo bien servido en el Restaurante El Castillo. Y a precios más razonables y con más tranquilidad que en los restaurantes turísticos del centro.
La Alberca plató cinematográfico
El mantenimiento de la arquitectura y morfologías popular ha hecho de La Alberca plató ideal para películas de época y para documentales. La más reciente escenas de «La marrana» de José Luis Cuerda.
El entorno
Dentro del amplio término municipal se puede visitar:
- Santuario de la Peña de Francia donde se venera la Virgen morena de la Sierra
- El Valle de las Batuecas, con su convento carmelita y sus pinturas rupestres
- Caminos de Arte en la Naturaleza. Cuatro rutas en la comarca de la Sierra de Francia. Advertencia: Informarse en la web del Ayuntamiento sobre fechas NO recomendadas de paseo, debido a la realización de monterías autorizadas en los municipios y parajes próximos a los Caminos de Arte en la Naturaleza.
También se pueden visitar distintos pueblos serranos: Casas del Conde, Cepeda, Herguijuela, Madroñal, Miranda del Castañar, Mogarraz, Monforte, San Martín del Castañar, Sequeros, Sotoserrano, etc.
El caso de Mogarraz es especial pues en él pueden observarse grandes pinturas de caras de sus habitantes en las fachadas de muchas casas.
Bases de información
Sobre La Inquisición en La Alberca
Webs Academic
Mercedes Cano Herrera, V.F. Javier Sanz García, Vida y Muerte en La Alberca (Salamanca): ritos y festividades en torno al nacimiento, la mocedad, el matrimonio y la muerte)
Marciano de Hervás, La invención de la tradición: Leyendas apócrifas de los Judíos de Las Hurdes y Las Batuecas
Pedro Javier Cruz Sánchez, Cruces de piedra, cruces en piedras notas de religiosidad popular robledana
Emilio Fonseca Moretón, Viviendas de judíos y conversos en Galicia
y el Norte de Portugal
Gastronomía
Documentales