El conjunto de las salinas de Ojos Negros (Teruel) constituye hoy un valioso testimonio de la cultura salinera de interior en un enclave de alto valor científico, natural y cultural.
Salinas de Ojos Negros (Teruel)
Municipio: Ojos Negros. Comarca: Jiloca. Provincia: Teruel. Com. Autónoma: Aragón
Coordenadas: 40°44′54.81″N 1°31′36.71″O. Altitud: 1.140 msnm
Web: sipca
Visita: 2025
Índice
Salinas de Ojos Negros. Jiloca. Teruel
Las salinas de interior en España representan un patrimonio industrial, natural y cultural de gran singularidad.
Su existencia se explica por la geología de la Península, marcada por la presencia de antiguos mares interiores, que hace más de 200 millones de años cubría grandes extensiones de lo que hoy es el territorio peninsular. Los procesos de evaporación y sedimentación generaron gruesas capas de sal que, posteriormente, por efecto de la disolución de estos depósitos por aguas subterráneas, dieron lugar a manantiales salinos lejos de la costa.
Se han documentado más de 250 salinas de interior en la Península Ibérica, aunque actualmente muy pocas permanecen activas. Se localizan principalmente en la mitad oriental (Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra, Murcia y País Vasco), frecuentemente en las depresiones de grandes ríos como el Ebro, Tajo, Guadalquivir, Guadiana o Júcar.
Las salinas de interior constituyen un fenómeno casi exclusivo de la Península Ibérica en Europa, con un alto valor etnológico y patrimonial.
Para visitar una de estas salinas me dirigiré a la comarca de Jiloca, concretamente a la Sierra Menera en el municipio de Ojos Negros, donde se emplazan las Salinas de Ojos Negros o Salinas del Rey.
Las salinas de Ojos Negro o Salinas del Rey
Las Salinas de Ojos Negros constituyen uno de los conjuntos industriales más singulares del patrimonio etnológico aragonés. Su historia y estructura reflejan la importancia de la sal como recurso estratégico y económico a lo largo de los siglos, así como la adaptación de técnicas tradicionales a las condiciones del interior peninsular.
El territorio
Situadas en el municipio de Ojos Negros, en la comarca del Jiloca (Teruel) las Salinas de Ojos Negros constituyen un enclave de gran valor geológico, ecológico y paisajístico, enmarcado en el contacto entre la depresión del Jiloca y las estribaciones nororientales de la Sierra Menera.
Se asientan a una altitud de 1.140 metros, en un clima frío, con inviernos largos y precipitaciones escasas, lo que favorece el proceso de evaporación necesario para la producción de sal. El paisaje está dominado por cerros y montes de materiales jurásicos y paleozoicos, con pendientes acusadas y áreas de pastizal y encinar, resultado de siglos de pastoreo y aprovechamiento tradicional del territorio.
El origen de las salinas está directamente ligado a la compleja geología de la zona. La salmuera que alimenta el pozo salado procede de la disolución de las sales contenidas en las arcillas del Keuper (Triásico superior), depositadas tras la evaporación del antiguo mar de Tetis hace más de 200 millones de años. Las aguas de lluvia percolan a través de los sedimentos y, al disolver estos materiales salinos, generan acuíferos hipersalinos que afloran en manantiales o pozos, como el de Ojos Negros.
El ambiente salino de las balsas y eras de las salinas ha dado lugar a una flora halófila de notable interés, con especies adaptadas a suelos con altas concentraciones de sal.
Un poco de historia
La explotación de las salinas de Ojos Negros tiene orígenes muy antiguos, probablemente desde época celtíbera, aunque la primera documentación fehaciente aparece en la Edad Media. La existencia de un despoblado celtibérico en el cercano Cerro de las Salinas, a apenas 150 metros del pozo salado, sugiere un interés por la obtención de sal desde tiempos prerromanos.
La historia documental de las Salinas comienza en el año 1190, cuando el rey Alfons II concede al Monasterio de Piedra los diezmos y derechos reales de las Salinas de Ferrera, en Ojos Negros.
Durante la Edad Media, las salinas pertenecieron a Juan Fernández de Heredia, señor de Mora de Rubielos, y en 1376 ya pagaban un canon anual a la Colegiata de Santa María de Daroca.
En 1401 pasaron a manos de la Comunidad de aldeas de Daroca tras una importante transacción económica. Posteriormente, fueron adquiridas por Jerónimo de la Ram, quien las cedió a la Compañía de Jesús para la fundación de un colegio en Cariñena.
Aunque la Corona ejercía el monopolio de la distribución de la sal, las salinas permanecieron en manos privadas hasta 1709, cuando pasaron a ser propiedad real conforme a la legislación castellana.
En el siglo XVIII la producción de sal creció debido al aumento demográfico, por lo que el conjunto amplió considerablemente sus instalaciones, construyendo nuevas eras de evaporación, una nueva balsa y un nuevo almacén.
Madoz la cita a finales del siglo XIX como “una fáb. de sal de agua perteneciente al Estado, la cual produce 3,200 fan. Anualmente”.
Su explotación y adaptación a los cambios tecnológicos llegó hasta el siglo XX cuando las salinas interiores entraron en decadencia, al no poder competir con las costeras. Intentaron sobrevivir realizando producciones poco competitivas, más para las cabañas ganaderas que para el abastecimiento humano.
El año 1990 cesó la producción.
Desde entonces, el conjunto ha sido objeto de diversos proyectos de rehabilitación y puesta en valor como recurso patrimonial y turístico. El último finalizado en 2024, que es el que veremos a continuación.
La visita a las Salina del Rey
Saliendo de la localidad de Ojos Negros por la TE V-9025 en dirección al Barrio Minero de Ojos Negros, a 1.7 km, pasado el molino de viento (que podemos detenernos a visitarlo), se toma a la derecha una pista de tierra en buen estado señalizada “Salinas” (40°44’16.6″N 1°30’58.3″O). A 1,2 km aparece una bifurcación, donde seguiremos por la derecha, y a 300 m se encuentran las salinas (40°44’53.0″N 1°31’35.6″O). Total 3.3 km, unos 6 minutos.
Efectuaré la presentación de la visita siguiendo el recorrido de las etapas de producción de la sal.
Proceso de obtención de la sal
El complejo de las salinas es extenso y se compone de varias partes diferenciadas, diseñadas para aprovechar al máximo el proceso de evaporación natural del agua salada.
La obtención de la sal seguía el siguiente proceso: Captación y elevación (A) de la salmuera (agua con una alta concentración de sales) desde la capa freática; transporte por canalización (C); deposito en las balsas se almacenamiento (D, E, F) (primera evaporación); trasvase a las eras de evaporación o balsetas; (G, H, I) secado en los saleros; y depósito en los almacenes (J, K).
El ciclo de producción se concentraba entre mayo y octubre, aprovechando las altas temperaturas para acelerar la evaporación. El agua del pozo, con una salinidad estimada entre el 4% y el 5% en los últimos tiempos, se extraía diariamente, ya que el pozo se agotaba tras una hora de bombeo. Una vez vertida en las eras, se formaba una costra de sal que debía romperse periódicamente (con martillos de madera) para facilitar la evaporación completa. En unos 15-20 días, la sal estaba lista para su recolección.
Captación de la materia prima: la salmuera y el pozo
Por la capa freática discurre agua con sales en disolución, generalmente cloruro de sodio, que se ha producido al pasar por capas geológicas salinas. Esta agua con alta disolución de sales, denominada salmuera, es la que será aprovechada para, a través de un proceso de evaporación al aire libre, obtener el residuo salino cristalizado, la sal.
El primer paso será, por tanto, perforar un pozo hasta la capa freática para, a continuación, extraer y elevar esta salmuera a un nivel superior al de las balsas de almacenamiento.
Situado en el lado de levante se alza la edificación de un pozo de captación (A) de grandes dimensiones y planta rectangular, construido en mampostería, por donde se extraía el agua salada.
La imagen histórica nos muestra que el pozo era un edificio cerrado y cubierto con tejado a dos aguas (Fuente: teruelenimagenes).
Formando una unidad constructiva con el edificio del pozo se situaba un bloque de viviendas y cuadras en una gran edificación blanca que sobresale por detrás.
La salmuera se extraía y elevaba mediante una noria de sangre (accionada por animales). Desde este punto debía llevarse hasta las balsas de almacenamiento, por lo que el agua debía elevarse hasta un punto más alto que las balsas de almacenamiento para qué, por gravedad a través de una canalización, pudiesen ser llenadas.
Parece lógico pensar que al tener que situar la noria a este nivel más elevado se viesen forzados a construir un edificio donde situarla en lo alto. Para soportar el peso de la noria y del animal que la accionaba sería necesario que la estructura de la edificación fuese resistente, lo que explicaría su solidez.
En el siglo XX se introdujeron sistemas de cadenas o bombas de motor para extraer el agua.
Para resolver el acceso de los animales hasta un nivel elevado se construyó una rampa con un puente de madera. Actualmente el puente es metálico.
En un cartel informativo se muestra unos dibujos de cómo debía ser la noria para la elevación del agua y su situación en el edificio para que nos permita interpretar los restos que quedan. Aunque dudo que esta noria dibujada funcionase.
Lo que queda claro es la distribución en altura del nivel con los elementos de extracción.
Para disponer de una imagen real de cómo se estructura una noria, me permito reproducir la que mostré en el post Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.
El agua se elevaba con cangilones de madera que en algún momento fueron como el de la fotografía.
En el edificio del pozo en la zona de la derecha se profundizaba el hueco del pozo. En la actualidad el pozo esta cegado y no se alcanza a ver el nivel de la capa freática.
Un pilar en el centro permitía apoyar la estructura de la noria
Por encima de las vigas que se observan debería tener una resistente solera en la que apoyar la noria y el camino circular a su alrededor por donde diese vueltas el animal.
Hueco del pozo con el pilar donde apoyar un lado de la noria.
Canalizaciones - acueducto
El agua salada se conducía desde el pozo a través de canales (originalmente hechos de troncos de madera vaciados e imbricados, y más modernamente de otros materiales) hasta tres grandes balsas de almacenamiento.
La balsa más cercana está situada a una distancia de unos 50 metros que es la longitud que debía tener el acueducto, cuyo trazado está representado con una línea roja en la figura.
Esta nueva imagen histórica permita apreciar el recorrido de la canalización por el acueducto (Fuente: teruelenimagenes).
Del piso superior del edificio del pozo parte la canalización, que al principio era de madera.
Esta canalización seguirá recta hacia las balsas o piscinas.
Una estructura de pilares de piedra o de madera constituirá el acueducto, del que solo restan algunos pilares muy erosionados por los siglos.
Balsas de almacenamiento
En la falda del monte de poniente están construidas tres grandes balsas de almacenamiento (D, E, F). En ellas se producía una primera evaporación, aumentando la concentración salina del agua.
Balsa D. De norte a su encontramos primero la balsa (D).
La zona de localización de las balsas en la parte baja de la colina presenta una cierta pendiente. Por ello, para construir las balsas se tuvieron que elevar muros de contención exteriores reforzados para contrarrestar la presión del agua embalsada.
Un muro de piedra separa las balsas (D) y (E).
Desde esta balsa se vertería la salmuera sobre era de evaporación (I).
Balsa E. En el centro, la balsa (E) parece haber estado construida en la misma época. Probablemente fuese la primera a la que abocaba el canal del acueducto.
Esta balsa se vertería la salmuera sobre era de evaporación (G).
Balsa F. Por la fábrica de los muros de esta balsa (F) podemos deducir que fue construida en época más moderna, probablemente en el siglo XVIII El primer indicio es la separación de los muros de contención de las dos balsas
Esta balsa alimentaria de salmuera las eras de evaporación (G) i (H).
Sobre esta balsa desciende desde media ladera del monte un canal (F1), sobre cuya función no he encontrado ninguna explicación.
Desde este punto disponemos de una perspectiva de la era (G) con el edificio del pozo, la noria i las casas y cuadras al fondo. Nos permite constatar la necesidad de elevar el nivel de salida del agua para, mediante el acueducto, alcanzar el nivel de las balsas.
Eras y balsetas de evaporación
Desde las balsas, el agua se distribuía por gravedad mediante canalizaciones de madera hechas en troncos vaciados, a las eras y balsetas, (G, H, I) en posición más baja. Estaban dispuestos en hileras a ambos lados de las canalizaciones principales. Estas eras, de suelo empedrado y superficie de unos 9-10 m², permitían la evaporación final del agua gracias al calor estival, dejando la sal depositada en la superficie.
Unas fotografías panorámicas tomadas desde la noria nos permiten ver con claridad la disposición de piscinas y eras en todo el conjunto.
Hacia el sudoeste la era (G) y por detrás la era (H).
Hacia el noroeste la era (G), imperceptible al estar al mismo nivel las piscinas y uno de los almacenes de sal.
En dirección este, a la izquierda la era (I) y del denominado Camino Natural Santander-Mediterráneo (Sagunto), en dirección a Santander.
Observemos con mayor atención la era (G).
Desde el ángulo sur apreciamos las dimensiones de esta era.
Entre las hierbas se aprecian las balsetas separadas por tablas.
El cuidador de esta instalación me explicó que tiene especial cuidado en mantener lo más limpia de hierbas una zona de balsetas para que se pueda apreciar con claridad la base de piedras que los formaban, de manera que la sal no estuviese en contacto con tierra para así poder arrastrar la sal limpia hacia los saleros situados en las esquinas.
Las piedras cubrían una base de arcilla prensada que servía de capa impermeabilizante.
La era de la zona (H) está sin cuidar, sin que se vea rastro de balsetas.
Saleros
La sal húmeda se recogía con herramientas de madera hacia los saleros, espacios triangulares en las esquinas exteriores de cada balseta, donde se secaba completamente antes de almacenarse.
Almacenes
La sal seca se llevaba los almacenes (J, K). Estos almacenes, junto con viviendas para el administrador y otras dependencias, completaban el conjunto industrial.
Almacén (J) en la parte central norte, es una simple nave rectangular con cubierta a dos aguas.
En la fotografía siguiente, por delante de la puerta discurría el acueducto.
Camino entre el almacén y el muro de contención de la balsa (D).
Junto a la entrada al recinto se encontraba el almacén de la entrada (K), actualmente una ruina absoluta.
Casas y cuadras
Adosadas al edificio de la noria se establecieron unas casas y cuadras (B), cabe suponer que para trabajadores de las salinas y los animales para la noria. Solo quedan los restos del perímetro y ciertos indicios de paredes interiores.
Repitamos la fotografía histórica del apartado “Captación de la materia prima” donde se ve la gran edificación blanca sobresaliendo por detrás del edificio de la noria que corresponde a estas casas y cuadras.
Esta perspectiva ofrece el conjunto de sala de la noria, con las casas al fondo y las cuadras a la izquierda.
Se termina así el recorrido por esta interesante instalación que se mantuvo activa durante cientos de años (y quizás más de dos mil).
Casa exterior
Justo 100 metros antes de la entrada a las salinas se encuentra junto al camino una casa gran en ruinas. Desconozco si tuvo alguna relación con ellas.
Lo que llama poderosamente la atención es la forma constructiva del dintel de piedra de la puerta, que se conserva.
En vez de ser una pieza única de piedra, está formado por una serie de piezas simétricas inclinadas como dovelas, con una central haciendo de clave. Para dar solidez a este conjunto, cada piedra tiene unas entallas que la hacen sujetarse sobre la anterior, con lo que se consigue la horizontalidad de un dintel apoyada en las jambas.
Como detalle estético, la “dovelas” anteriores a la “clave” son de piedra blanca en contraste con el rojizo de la arenisca del resto.
Fin de la visita
Tras décadas de abandono, las salinas han sido objeto de varios proyectos de rehabilitación. Las intervenciones han permitido consolidar estructuras, limpiar eras y balsas, y dotar al espacio de paneles informativos para su visita pública.
En conjunto, las salinas de Ojos Negros representan un espacio donde confluyen un patrimonio económico productivo con la riqueza geológica del Sistema Ibérico, la adaptación de la flora a condiciones extremas y un paisaje modelado por siglos de actividad humana, lo que las convierte en un enclave de alto valor científico, natural y cultural.
En este sentido, las salinas de Ojos Negros representan un patrimonio industrial que resume siglos de extracción tradicional de sal, utilizando tecnologías sencillas, lo que permite valorar técnicas ancestrales de manejo del agua salada.
Bases de información
Webs
sipca
ayuntamiento
wikipedia
caminosnaturales
ansararagon
Webs academic
Madoz, Pascual. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1846-1850)
Asociación Naturalista de Aragón (ANSAR) (2018). Geología. Estudiando la naturaleza de Ojos Negros (Teruel)
Inventario Español de Lugares de Interés Geológico. Salinas de Ojos Negros. ARP099
Hueso Kortekaas, Katia (2015). Gente salada: las salinas de interior, ¿un patrimonio vivo?
Mata-Perelló, Josep M. (2013). Datos para el conocimiento de las salinas continentales aragonesas
Redacción. La recuperación de las Salinas de Ojos Negros actúa en las eras, canales, un almacén y el pozo. «Diario de Teruel» (2024-11-17)
Aguilar, Cruz. “La sal se obtenía entre mayo y octubre, que es cuando se evapora el agua”. «Diario de Teruel» (2025-06-13)
Aguilar, Cruz. Ojos Negros abre al público las salinas y amplía así su rico patrimonio industrial. «Diario de Teruel» (2025-06-13)
Video
Asociación Centro de Estudios del Jiloca (2009). Salinas de Ojos Negros