La Necrópolis Tumular de la Sierra de Pumarín, en Villanueva de Oscos (Asturias), es un interesante exponente de la cultura funeraria megalítica prehistórica de la cornisa cantábrica.
Necrópolis Tumular de la Sierra de Pumarín (Asturias)

Concello/Municipio: Villanueva de Oscos. Comarca funcional: Comarca del Eo-Navia. Provincia: Asturias Com. Autónoma: Principado de Asturias.
Coordenadas: 43°21’15.6″N 6°59’19.6″O. Altitud: 1.070 msnm
Web: villanuevadeoscos
Zona Arqueológica Protegida
Visita: 2024

Índice
Necrópolis Tumular de la Sierra de Pumarín. Villanueva de Oscos. Asturias
En el recorrido entre La Casona de Ambrosio y la zona norte de Asturias, cada vez que pasábamos por el Puerto de la Garganta, la mayoría de las veces envuelto en la niebla, observábamos un dolmen situado en medio de la rotonda, que llamaba poderosamente la atención.
Esta imagen nos motivaba para detenernos a observarlo y para acercarnos a la Necrópolis Tumular de la Sierra de Pumarín, a unos tres kilómetros por la AS-361 en dirección a El Gumio. Aprovechamos la amabilidad de Ambrosio que se había ofrecido para acompañarnos a visitarla. El resultado fue un agradable paseo y una charla por el bosque.
Las Necrópolis Tumulares: túmulos y dólmenes
A lo largo de la historia de la humanidad, las civilizaciones prehistóricas han dejado huellas de sus creencias y prácticas funerarias a través de monumentos megalíticos. Entre estos, los túmulos y los dólmenes destacan como dos de las estructuras más representativas de la arquitectura funeraria de la Edad de Piedra. Aunque cada uno posee características distintas, su relación es estrecha y fundamental para comprender las costumbres funerarias de las sociedades antiguas.
El túmulo es un montículo artificial de tierra, piedras o ambos materiales que se erige sobre una tumba o estructura funeraria. Su función principal es proteger los restos humanos y servir como una señal visible del entierro. Estas construcciones varían en tamaño y diseño, dependiendo de la cultura y la región donde fueron edificadas.
El dolmen es un sepulcro megalítico compuesto por grandes piedras verticales (ortostatos) que sostienen una losa horizontal superior (cobertera). Su diseño creaba una cámara funeraria donde se depositaban los cuerpos de los difuntos, muchas veces acompañados de ofrendas.
La conexión entre ambas estructuras radica en que muchos dólmenes estaban originalmente cubiertos por túmulos. Con el paso del tiempo, la erosión natural ha hecho que muchos túmulos desaparezcan, dejando visibles los dólmenes.
Aprovecharé los pies de foto del panel informativo para explicar la estructura de un túmulo y lo que se encuentra actualmente.
El dibujo muestra el aspecto original de un túmulo clásico. Puede observarse la masa tumular, el dolmen o cámara dolménica formada por los ortostatos (piedras verticales) y la losa cobertera que cierra la cámara por la parte superior. En ocasiones, el túmulo presenta un anillo de piedras perimetral, el peristalito, cuya función es la de sujetar la masa tumular. Por debajo del túmulo se observa el paleosuelo o suelo antiguo sobre que el que se levantó la tumba.
En la cámara dolménica se depositaban los cuerpos de los fallecidos. En otras ocasiones, el depósito de los restos del difunto se realizaba en hoyos excavados en el suelo y posteriormente recubiertos por el túmulo. Junto a los cuerpos enterraban objetos diversos que componían el ajuar funerario. Apropiarse de estos ajuares fue el objetivo de los saqueadores.

El siguiente dibujo muestra un esquema del aspecto del túmulo tras sufrir el saqueo de los buscadores de tesoros. El centro de la estructura aparece perforado, observándose desplazados algunos ortostatos y la piedra cobertera de la cámara dolménica, objetivo principal de los buscadores pues sabían que los ajuares que acompañaban a los difuntos se colocaban generalmente en este lugar siendo, por tanto, el más propicio para hallar objetos de valor. El saqueo de túmulos conllevó, desgraciadamente, al desmantelamiento de miles de ellos.

Estas construcciones representan una de las primeras manifestaciones arquitectónicas de la humanidad, y son testigos silenciosos de las creencias y rituales funerarios de las sociedades prehistóricas. Se localizan mayoritariamente en zonas elevadas, como sierras y cordales.
Túmulos en Asturias
El megalitismo en Asturias comenzó en el Neolítico, aproximadamente entre el 5000 y 3000 a.C., y se prolongó hasta el Calcolítico y los inicios de la Edad del Bronce, alrededor del 2000 a.C. Durante este período, las sociedades humanas evolucionaron de grupos cazadores-recolectores hacia comunidades agrícolas y ganaderas. La construcción de monumentos megalíticos refleja un cambio en la concepción de la muerte y la trascendencia, así como la necesidad de marcar el territorio y consolidar el sentido de comunidad.
Los principales tipos de estructuras megalíticas que se encuentran en Asturias son: Túmulos, dólmenes, menhires y Crómlechs.
Las excavaciones arqueológicas practicadas en algunos de los túmulos han ofrecido importantes datos morfológicos y cronológicos sobre las primeras arquitecturas monumentales conocidas en la región. Igualmente han permitido hallar parte de los ajuares que acompañaban a los difuntos. Se trata principalmente de utensilios de piedra, pero también excepcionalmente, se han documentado objetos cerámicos, como un pequeño vaso localizado en el túmulo de El Canadeiro, en el cercano Concejo de Grandas de Salime. Asimismo, han posibilitado la realización de reconstrucciones paleoambientales gracias a los materiales orgánicos que, fosilizados, se han conservado en los antiguos suelos sellados bajo la tierra que compone la masa tumular.
Visita a la Necrópolis Tumular de la Sierra de Pumarín: A Chaira das Grallas
Nuestra visita se centra en la necrópolis tumular de la Sierra de Pumarín, y más en concreto al conjunto de A Chaira das Grallas.
La necrópolis tumular de la Sierra de Pumarín es un importante yacimiento arqueológico ubicado en el concejo de Villanueva de Oscos, Asturias, específicamente en el área conocida como A Garganta. Este conjunto funerario prehistórico destaca por su relevancia y estado de conservación.


Está compuesta por al menos 7 túmulos funerarios. Forma parte de un rico patrimonio arqueológico en la zona de Los Oscos. En el inventario arqueológico de la región, se menciona junto a otros yacimientos importantes como el Castro de La Pena del Castro. Esto sugiere que el área tuvo una ocupación humana significativa durante la prehistoria y la protohistoria.
Debemos dirigirnos a la sierra de Pumarín, y concretamente a un altiplano situado a unos 1.000 metros de altura y coronado por la Pena das Grallas (1.096 m), donde se han ubicado alguno de los aerogeneradores que componen la instalación eólica Grallas (43°21’15.6″N 6°59’19.6″O). En este punto se asientan un buen número de restos arqueológicos, los cuales fueron descubiertos por el historiador Fermín Bouza-Brey en la década de los cincuenta del pasado siglo XX. Posteriormente, en 1990, el arqueólogo Ángel Villa Valdés incorporó estos yacimientos al Inventario Arqueológico del Concejo de Villanueva de Oscos.
Para llegar a la sierra de Pumarín, si se va desde Vegadeo, debe remontarse la carretera AS-11 hasta llegar a lo alto del Puerto da Garganta (875 m). Desde la rotonda tomar la AS-361 en dirección a El Gumio. Por esta carretera, si no hay niebla, se dispone de unas excelentes vistas sobre el valle de Oscos. A 3,3 kilómetros a la izquierda de la carretera se abre un camino de cemento, debidamente señalizado como acceso al parque eólico.
En la rotonda, hemos dejado atrás un dolmen situado en su centro. Nos detendremos en él al regreso.
Aunque está vallado, el acceso por esta entrada es libre. Ascendiendo por el camino de cemento, a unos 300 metros de la entrada, a la derecha, se encuentra un gran panel que anuncia e informa sobre la necrópolis, junto a un camino de tierras fácilmente accesible.


En el panel se representa la disposición de los distintos túmulos lo que facilita su localización. Si no se conocen previamente este tipo de construcción tumular hay que estar muy atento para reconocerla. Cabe fijarse en el suelo donde, ante cada tumba, se halla colocado un hito de madera con la indicación del número de túmulo.

La necrópolis de Pumarín: A Chaira das Grallas
Dentro de la necrópolis d Pumarín, el grupo de túmulos más sobresaliente es este, el denominado A Chaira das Grallas.
Para encontrar cada tumba debemos localizar entre los árboles montículos artificiales de tierra (el túmulo) muy regulares en forma de media naranja de algo más de un metro de altura. Cada montículo cubre un depósito funerario situado en su centro, formado por la cámara de piedra (dolmen).
En el lado izquierdo del camino el primer túmulo que se encuentra es el señalizado como nº 2.

Cabe suponer que en el origen de la necrópolis los túmulos ocuparían una superficie libre de vegetación arbórea. Con el paso de los miles de años, el bosque a colonizado toda la zona, por lo que los árboles han crecido dentro del círculo de cada túmulo, como podrá apreciarse en las fotografías.


Un poco más adelante, junto al camino, el indicador nos señala el nº 3.

Este túmulo es de pequeño tamaño, apenas se eleva 60 cm sobre el suelo actual.
Lo que si se observa, entre dos árboles, es el hueco del dolmen, sin la piedra cobertera. La vegetación interior no deja ver las paredes del ortostrato.

Tendremos que adentrarnos en el bosque, por este lado izquierdo, para llegar al túmulo nº 1.

Los túmulos nº 1 y el nº 2 que hemos visto en primer lugar, constituyen buenas muestras de este tipo de yacimientos, estando entre los de mayor tamaño de los situados en las tierras del occidente asturiano delimitadas por los ríos Navia y Eo.
Este nº 1 es el de mayor porte de los localizados en la Chaira das Grallas, alcanzando 18 metros de diámetro en la base y una altura que supera 1,5 metros.


Presenta hoyo de saqueo en el centro, llegando su profundidad a superar los 1,1 metros. Según se explica, si la vegetación lo permitiese, en este hoyo se podían observar todavía algunos de los ortostatos que formaban el dolmen, ahora desplazados de su posición original.

Terminamos aquí el recorrido por los túmulos, y continuamos disfrutando del entorno, la naturaleza y el paisaje.
Me acerco hasta el límite del altiplano, donde el camino empieza a descender. Las nubes que nos envuelven (que no es niebla) impiden ver el paisaje al fondo. Me explican que en un día con visibilidad se divisa todo el lado marítimo de Asturias hasta el mar y que es una vista maravillosa desde mil metros de altura. Tendré que volver.


Mientras tanto, conformémonos con la belleza que nos rodea. A pesar de todo, cabe notar que el estado de los pinos muestra problemas de salud.



Aprovechamos para acercarnos al Parque Eólico Grallas y ver de cerca sus molinos. La verdad es que su esbeltez y altura impresiona.

Para delicia de pequeños y mayores los caballos que pastan por todo este territorio atraen rápidamente la atención.
Acercándonos con respeto muestran tanto interés por nosotros como nosotros por ellos.


Algunos jóvenes más atrevidos se acercan a nosotros para observarnos de cerca y dejarse acariciar.

“Dolmen” de la rotonda del Puerto de la Garganta
Como ya he indicado, en el centro de la rotonda del Puerto da Garganta, “como adorno que debe tener toda rotonda que se precie”, se alza un dolmen. No existe ninguna indicación en el lugar que dé alguna explicación sobre este “monumento”.

En Internet, un artículo publicado en La Nueva España (30-07-2008) nos informa sobre el origen de este “dolmen”. Transcribo:
“El criterio del arqueólogo del parque histórico del Navia, Ángel Villa, le convenció (al alcalde de Villanueva de Oscos, José Antonio González Braña) que para ese lugar era más apropiado colocar un dolmen, al ser más representativo de toda esa comarca. Así que no lo pensó demasiado y se puso manos a la obra. Contactó con los responsables de una cantera de As Pontes y se hizo con las siete piedras de cuarcita que formasen el dolmen.
Las seis piedras verticales hincadas en el macizo pesan cada una de ellas algo más de dos toneladas, mientras que la laja horizontal tiene un peso de al menos seis toneladas.”
Así que ya sabemos que lo que se muestra es la réplica actual de la estructura de un dolmen. Como dice el dicho «se non è vero, è ben trovato«.
No sabemos si el volumen se asemeja a los reales, pero nos da una idea visual de la forma de un dolmen. Cabe suponer que el arqueólogo que tuvo la idea debió asesorarles en la reconstrucción de este dolmen.


Fin de la visita
La Necrópolis Tumular de la Sierra de Pumarín es un conjunto arqueológico de gran importancia que refleja las complejas prácticas funerarias y las habilidades constructivas de las comunidades prehistóricas de Asturias. Su estudio sigue siendo esencial para profundizar en la historia de la región y en la evolución de las primeras sociedades agrícolas y ganaderas del noroeste ibérico.
Al mismo tiempo, su visita nos permite apreciar los lugares que escogían para sus prácticas funerarias y, en la actualidad, disfrutar de la naturaleza.