En la zona volcánica de la Garrotxa (Girona), la villa de San Feliu de Pallerols todavía conserva la autenticidad de sus calles y casas que muchos otros pueblos turísticos ha perdido. Es necesario aprovecharlo para visitarla.
Sant Feliu de Pallerols (Girona)

Sant Feliu de Pallerols. Garrotxa. Girona
Vall d’Hostoles. Comarca: Garrotxa. Provincia: Girona. Com. Autónoma: Catalunya
Coordenadas: 42° 04′ 33″ N, 2° 30′ 28″ E. Altitud: 473 msnm. Población: 1.155 habitantes (2000); 1.456 habitantes (2021)
Web: ajuntament
Fotografías del año 2020

Sant Feliu de Pallerols. Garrotxa. Girona
Me encuentro en Sant Feliu de Pallerols, una villa situada en la cabecera de la Vall d’Hostoles, en la comarca gerundense de La Garrotxa.
Debo señalar que para la realización de este Post los paneles informativos que están distribuidos por la localidad me han sido de gran utilidad.
Un poco de historia
Los arqueólogos han descubierto que ya había pobladores humanos en la Vall d’Hostoles desde el paleolítico (600.000 – 10.000 a. C.). En 1304 se menciona por primera vez la parroquia de Sant Feliu, que entre los siglos XIII y XIV se convertiría en el núcleo habitado más importante del Valle.
En torno al año 1000 el valle estaba salpicado de pequeñas masías con campesinos libres. Con el debilitamiento del poder condal (1030-1060) y el inicio de la revuelta feudal, los castillos son cedidos a cambio de fidelidad. Poco a poco, los señores van endureciendo las condiciones de vida del campesinado con nuevas rentas y gravámenes. A partir del siglo XII se consolida esta situación, puesto que el campesino es considerado como una parte más de una masía: es la servidumbre de la gleba. Su liberación es la remença personal, un pago en metálico.
En el siglo XI, y gracias a las asambleas de pau i treva (paz y tregua) promovidas por el abad Oliba, se concedió protección e inmunidad a aquellos que habitaran a 30 pasos a la redonda de una iglesia, favoreciendo la formación de una «sagrera» en espacio «sagrado» y por tanto, libre de violencia.

El primer recinto alrededor de la parroquia de Sant Feliu se amplió a partir de 1310, originando la «cellera» o «villa nueva», y configurando lo que sería el núcleo principal de la villa durante siglos.
Constatar que la estructura urbana se basaba en una forma claramente ortogonal, donde incluso las murallas forman un rectángulo casi perfecto.

El primer recinto contaba con tres portales de entrada. Los valls indican el espacio situado entre las murallas y las casas que jamás podía ser edificado. En consonancia con la muralla, una de las infraestructuras estratégicas del Sant Feliu medieval fue construcción de un puente sobre la Riera en 1334.
Este puente permitía el vínculo con otro elemento territorial importante, como era el camino real.
Este camino real provenía de Girona y se dirigía a Olot y Vic. Pasaba por lado norte del río Brugent mientras que la cellera se situaba en el lado sur.

En 1329 había 297 masías en el valle y después de las pestes iniciadas en 1333 le restan sólo 118. Los nuevos señores feudales, los Rocabertí, en los siglos XIV y XV, aumentan la presión sobre los campesinos exigiéndolos cada vez más.
A finales del siglo XV, la villa fue uno de los escenarios principales de la Revuelta de los Remences capitaneadas por Pere Joan Sala y Francesc de Verntallat. En contra de esta situación, el rey Fernando el Católico acepta la abolición de los malos usos y la remença con la Sentencia Arbitral firmada en Guadalupe en 1486.
Recuperación en los siglos XVI-XVIII
Numerosas casas muestran en los dinteles que se produjo una consolidación urbana en los siglos XVII y XVIII, a pesar de algunas coyunturas desfavorables como los años de sequía y hambre (entre 1501 y 1502), la Guerra de los Treinta Años y de los Segadores, o la Guerra de Sucesión.
El desarrollo económico y el considerable aumento demográfico vinieron propiciados por una sobreexplotación intensiva de la tierra y del bosque y por una potente industria de paños de lana, además de otras actividades artesanas y comerciales ubicadas en el núcleo urbano.
A mediados del siglo XIX comienzan a aparecer los primeros síntomas de estancamiento económico en la villa, sobre todo a partir de la lenta desaparición del textil rural y la concentración de capital barcelonés en fábricas desplazadas a Les Planes d’Hostoles.
Esta decadencia conllevó un apego a las formas tradicionales del antiguo Régimen, un antiliberalismo consciente, una defensa sin condiciones del catolicismo y una continuidad en la agricultura y la ganadería que sentarían las bases de la situación presente.
La actividad económica ha sido tradicionalmente la agricultura y la ganadería, la explotación forestal, la construcción y la industria. Cultivos de cebada, maíz, leguminosas, forrajes, hortalizas y frutales; ganadería de vacuno, ovino, porcino, y las aves de corral. En el sector industrial, antes de la crisis del textil, destacaban los establecimientos dedicados al género de punto, sin embargo, hoy las fábricas que dominan son las de embutidos. El sector turístico tiene también va sumiendo un peso importante.
Aunque el municipio de Sant Feliu de Pallerols está formado por ocho entidades de población, el grueso de la población se concentra en la villa, mientras que el resto se dispersa por todo el territorio en masías. Para hacerse una idea, en 2000 de los 1.155 habitantes del municipio 1.138 se concentraban en la villa y sólo 17 estaban censado de forma dispersa. En 2021 con un significativo aumento de población, de los 1456 habitados, 1247 viven en el centro y 209 dispersos.
En la actualidad, Sant Feliu de Pallerols forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, y ofrece al visitante un casco antiguo pintoresco. Es un territorio propicio para realizar rutas a pie o en bicicleta para disfrutar de lugares históricos (castillo de Hostoles), innumerables fuentes, diversos conos volcánicos, o los paisajes del Collsacabra.



La red urbana está adaptada a las condiciones territoriales del valle. Su morfología se compacta formado manzanas con las casas entre medianeras en la parte más histórica en los alrededores de la cellera y el camino real, mientras que en la parte más moderna existe la tendencia a las casas aisladas dentro de las manzanas.
La mayoría de casas son de tres niveles con portada por carruajes o para obrador de los artesanos.
Recorrido por Sant Feliu de Pallerols

Me desplazaré fundamentalmente por la antigua cellera y el trayecto urbano del camino real.
Ya podemos decir antes de empezar el recorrido, que nos adentraremos en una población de la que obtendremos una imagen de autenticidad de su trama y de sus edificaciones. La villa quiere promoverse en el ámbito turístico, pero todavía no se ha transformado -aunque pueda estar en proceso- en una villa “bonita”. La humedad ambiental de la zona sobre los muros ayuda en esta pátina de autenticidad.
Llegando por la C-63 por el lado norte de la población podemos girar por la calle Vall d´Hostoles y en esta zona será fácil encontrar aparcamiento (PK).
Avanzo hasta el río Brugent que divide la localidad, para atravesar el puente de la calle del Centre (a).
Una de las infraestructuras estratégicas del Sant Feliu medieval fue la construcción de un puente sobre la Riera en el año 1334. Como veremos, el puente actual es muy posterior.
En la barandilla del río encontraremos el pescallunes (pescalunas) (1). El cartel que le acompaña nos introduce en la leyenda: “Se cuenta que una noche de luna llena un santfeliuense bordeaba el río Brugent cuando vio reflejada la luna en el agua de la riera. Tan embobado quedó de la belleza del astro que brillaba intensamente en la oscuridad del agua que decidió pescarla con un cuévano. Pero no conseguía meterla. Alguien lo vio y en tono burlón le preguntó si quería pescar la luna. Desde entonces a los de Sant Feliu de Pallerols nos dicen «PESCALLUNES»: gente con ilusiones, sueños y muchos proyectos.”

Puente y calle del Centre
Desde el puente (a) nos permite ver cómo la parte trasera de las construcciones encajan el cauce a su paso.


Por la calle del Centre se entra por donde había habido una de las tres puertas de la cellera.
La primera edificación significativa, de estilo modernista, corresponde a Can Casas (2). Este edificio fue construido a principios del siglo XX, dentro del período modernista tardío. De este estilo destacan elementos tan significativos como las vidrieras de colores, las cerámicas pintadas y los trabajos de carpintería y forja de los balcones.
El edificio fue proyectado por Isidre Bosch Bataller (1875-1960), que fue arquitecto diocesano.
La familia Casas se dedicaba a negocios de cera y chocolate, y en los bajos del edificio instalaron una emblemática tienda dedicada, especialmente, a la venta de chocolate y café.
Más adelante fue reconvertida en farmacia, pero siempre se mantuvieron los elementos modernistas que caracterizan al edificio.

La calle forma una plazoleta con un monumento dedicado a Francesc de Verntallat (3).
La inscripción que forma parte del monumento nos sitúa en su personalidad: “Francesc de Verntallat jefe de la lucha remença 1444-1498 contra el feudalismo y por la libertad de hombres y mujeres aquí era su casa y éste es su pueblo”.



El edificio que hace de telón de fondo del monumento corresponde al molino de la Conqueta (4).
El curso del río Brugent y el crecimiento de la villa propició la construcción de molinos durante la baja Edad Media. El molino de la Conqueta (dicho así por la pequeña esclusa que la abastecía de agua y que veremos posteriormente) ya se menciona en el siglo XII, y a pesar de todas las transformaciones, es uno de los mejor conservados de la villa.
En 1533 se instala un batán, pero después volvió a ser exclusivamente molino harinero.

El dintel de la puerta nos habla de una remodelación del año 1762.

No fue clausurado hasta los años 1960. Restaurado y museizado por iniciativa municipal, conserva muchos de los elementos originales en funcionamiento.

Calle del Reg
Podemos avanzar por la calle del Reg (riego, reguero) (b) para bordear el edificio del molino.

Desde este punto podemos observar la parte trasera de los edificios sobre el río.


La mayoría de molinos del término de Sant Feliu se dedicaban a la obtención de harina, pero también hubo batanes, blanqueadores, e incluso uno chocolatero (Molí Gros).
La calle del Reg correspondía al límite norte de la muralla de la cellera.

Muralla y valls
Volviendo a la plazoleta tomo la calle dels Valls (zanjas) (c). Por aquí pasaba la parte de levante de la muralla que se edificó durante la segunda mitad del siglo XIV y principios del siguiente.
En un principio la función de defensa quedaba en segundo plano, puesto que los muros y los valles de villas como Sant Feliu son un intento de racionalización del espacio urbanístico.
Alrededor de las murallas se delimitaban los valles que corresponden al terreno entre las murallas y casas que nunca podía ser edificado.

Plaza de l‘Església
Regreso una vez más a la plazoleta para seguir hacia el sur hasta la plaza de l‘Església (d).
Entramos en el ámbito que correspondía a las casas de la sagrera (ver los primeros planos) que, como ya hemos dicho correspondía al terreno de 30 pasos a la redonda de una iglesia libre de violencia como «sagrera osacrario» o “espacio sagrado». Concedía protección e inmunidad a aquellos que lo habitaran.
La ampliación de la sagrera se efectuó a partir de 1310, originando la «cellera» o barrio de la «villa nueva», núcleo principal de la villa durante siglos.
De aquellas primeras casas no queda prácticamente ningún resto, pero en las calles en torno a la iglesia parroquial todavía puede apreciarse la parcelación medieval, con casas de 4 o 4,5 metros de ancho (fachada) y unos 7 de profundidad.
Las casas de la sagrera de Sant Feliu son el inicio del primer núcleo urbano del Valle de Hostoles.
En la fotografía, una primera imagen de la plaza de la Iglesia a principios del siglo XX.



Enigmática representación de un barco en medio de un mar de tormenta en un ventanal gótico tapiado en Ca l´Espardenyer (alpargatero).



Como su nombre indica, preside la plaza la iglesia parroquial de Sant Feliu de Pallerols (5).
En 1039 ya hay referencias de la existencia de una parroquia en Sant Feliu de Pallerols. Seguramente se trataba de la iglesia románica, que los terremotos de 1427 y 1428 derrumbaron. Posteriormente, y de forma paulatina, a partir del siglo XVI, se construyó el actual de estilo gótico rural con una sola nave, con cuatro capillas laterales por lado. Más adelante se construyó la fachada y el campanario con grandes sillares donde se leen las fechas de construcción: 1604, 1605, 1606 y 1614. El templo fue bendecido en 1632.
Durante la Guerra Civil la iglesia parroquial sufrió grandes daños y fue utilizada como polvorín.



Calle Sant Antoni y calle Major
Siguiendo el muro de la fachada de la iglesia, a la derecha se abre la calle Sant Antoni (e).

A mitad de la calle tenemos perpendicularmente lo que era la calle Major (f). Nos ofrece una idea de la significación de esas calles medievales.
Dos imágenes de la calle Major vista desde ambos extremos.


Plaza del Firal
Salimos de la sagrera y la cellera para entrar en la plaza del Firal (ferial) (g).
La plaza de forma trapezoidal con árboles centenarios, hace siglos era una explanada en las afueras del núcleo amurallado que limitaba con el Mas Soler (Casa Prat). Nombrada en sus inicios como Prat y Plaza Verda.
Era lugar de encuentro de los habitantes del Valle d’Hostoles y otros lugares para realizar intercambios comerciales.
En el año 1393, gracias a un privilegio concedido por el vizconde d’Hostoles, Guerau de Rocabertí, se celebró la Feria de Santa Llúcia (13 de diciembre), actualmente todavía vigente.
A principios del siglo XV era el lugar de las reuniones y convocatorias de la Universidad del Valle, muchas de ellas de carácter histórico por su trascendencia en las guerras remensas.
Imagen histórica y la actual con el edificio del Ayuntamiento junto a la capilla.


El lateral noreste de la plaza configura la muralla de la cellera por esta parte.

En el centro de la plaza la fuente del “lago” de 1925 que el pueblo de Sant Feliu dedicó en 2008 al centenario de los árboles del Firal.


Por todas partes se conservan muestras de los años de pujanza de la villa en los siglos XVI-XVIII. Basta con estar atento a los dinteles de puertas y ventanas. Aquí del año 1705. También del catolicismo imperante.

La Conqueta
En el ángulo noroeste del lado de la cellera comunica con la calle del Reg y permite el acceso al río.

Entramos en contacto con la Conqueta (6) que dio nombre al molino.

De esta esclusa salía el canal de abastecimiento del molino.

Volviendo a la plaza del Firal podemos acercarnos a la capilla del Roser (7).
Situada en el espacio donde se había llevado a cabo la Feria de Santa Lucía hasta el siglo XV. La capilla del Roser fue fundada en 1565, convirtiéndose rápidamente en uno de los centros de culto más estimados de la villa. En el siglo XIX se impulsaron diversas remodelaciones del templo tal y como muestra la inscripción del dintel de la puerta (1.863). Durante la Guerra Civil, el templo sufrió muchos destrozos y posteriormente fue reconstruido.
El campanario de la capilla del Roser es uno de los pocos elementos barrocos del pueblo que quedan en pie.


Parte trasera de la capilla del Roser.

Camino de la carretera de la Fàbrega (h) seguimos pudiendo datar las edificaciones (1731).


L’embarcador
Bajo hasta el lado del río al que se llama l’embarcador (el embarcadero) (8), situado detrás de la casa llamada Can Manel, antiguamente era utilizado para ganar espacio del torrente de Ombert. Es uno de los rincones más pintorescos de la villa.



Calle de Viola
Nuevamente en la plaza del Firal, para ahora tomar la calle de Viola (i), que parte de la parte central del lado sur.

En el cruce con la calle dels Valls se forma una plazoleta con varios edificios típicos de arquitectura tradicional señorial: paredes de mampostería, aberturas y esquinas de sillería fina, puerta de arco de medio punto con grandes dovelas, al estilo catalán.

Aquí tenemos el año 1622.



Calle dels Cantons Estrets
Vuelvo por la calle de Viola hasta encontrar la calle de los Cantones Estrets (esquinas estrechas) (j). Me adentro en uno de los rincones más interesantes de la villa, correspondiente al entorno de la sagrera por detrás de la iglesia.
Como su nombre indica, son calles realmente estrechas.
Piedra, grandes arcadas de medio punto, muros de mampostería. Y el efecto de la humedad sobre las paredes que todavía no han sido “embellecidas”.


Por la escalera se accede la casa fortificada la Sala o casa fuerte del Castillo d’Hostoles del señor d’Hostoles, de la familia de Cartellà, del siglo XIII.




Más fechas de construcción: 1689, 1632, 1825.



Saliendo de las calles estrechas habremos regresado a la plaza de la Iglesia, con lo que finalizo la visita al núcleo central de la villa medieval y moderna.
Antiguo Camino Real
Vuelvo a cruzar el puente y destinaré esta segunda parte de la visita a seguir el recorrido urbano del Camino Real que sigue por la vertiente norte del río Brugent, por las calles del Puig y Sant Sebastià.
Los caminos reales, como antiguas carreteras que eran, constituían lo que podríamos llamar el eje comercial del momento. Este camino real era el que unía Girona con Olot y Vic.
Calle del Puig
Pasado el puente hacia la izquierda sube la calle del Puig (cerro) (k). Conserva la forma del empedrado antiguo, de cuando era Camino Real.

Hay que fijarse en los dinteles de las casas ya que en algunas muestran la existencia de antiguos de obradores (carreteros, herreros, etc.), que ofrecían sus servicios a los que pasaban.
Aquí los signos nobiliarios que lucen las casas de otros muchos pueblos son sustituidos por los signos artesanales de sus residentes.
Justo en la casa frente al puente aparece un espléndido signo de carretero del año 1678.


La calle del Puig empezó a tomar forma por los alrededores del siglo XVI y enseguida se convierte en uno de los trazados más característicos del casco antiguo de Sant Feliu de Pallerols. La mayor parte de las edificaciones fueron propiedad de clérigos de la villa, e incluso se ubicó la misma rectoría del pueblo.
También se encuentran las casas de algunos personajes ilustres de la villa, como la casa del doctor en medicina Rafael Matheu, o la del compositor Josep Saderra (1883-1970).

La casa número 5 es muy interesante.


Es muy interesante ver cómo se anunciaban en la puerta de sus casas los profesionales en 1697. En este caso un “medcine doctor”.




En el número 13 la casa del doctor en medicina Rafael Matheu (ahora Ca La Manela) comprada en 1767.


En la parte alta de la calle se levanta la Rectoría (9). Al inicio, la rectoría de Sant Feliu se encontraba en el recinto de la sagrera medieval. Se documenta por primera vez en 1330, concretamente en una donación hecha por el obispo de Girona, a indicación del papa Bonifacio VIII, a la abadesa del monasterio de Pedralbes de las rentas de la rectoría de Sant Feliu. En 1588 se trasladó a su ubicación actual. La rectoría poseía los derechos de propiedad de algunas casas de su entorno.
Durante la República (1936-1939) fue utilizada como escuelas nacionales. Aún se pueden ver restos de letras.


Calle Sant Sebastià
Vuelvo al puente para dirigirme a levante por la calle Sant Sebastià (l) que bordea el río, y por donde continuaba el camino real.
El crecimiento de la villa en el siglo XVI propició la construcción de un nuevo núcleo de viviendas sobre los antiguos terrenos de la Fradera (documentados por primera vez en 1342), situados en la orilla izquierda del río Brugent y conectados con el centro de villa a través del camino real. Este barrio desarrolló distintas actividades comerciales e industriales.
La calle recibe el nombre por la capilla consagrada a San Sebastián (inicialmente dedicada a los santos Marçal y Roc), construida por los obreros de la localidad a partir de 1516.


Destacan las herrerías, tal y como muestran los dinteles de algunas puertas como la casa del maestro herrero Antoni Pou, Can Mau (1566) o la casa del herrero Joan Fàbrega, con representaciones de martillos, herraduras y yunques.



En 1516 se pide permiso al obispo para poder edificar la capilla de Sant Sebastià (10). La advocación al santo se debía a sus atributos antipestiferos, en un momento de fuertes epidemias. Junto a Sant Roc y Sants Cosme y Damià, era un hecho común situar capillas con esta dedicación junto a los caminos reales o en las entradas y salidas de las villas.
En el año 1717 el obispo de Girona establece que ningún clérigo de la capilla de San Sebastián pueda decir misas los domingos u otros festivos.

La continuación del camino real atraviesa la riera de la Naspleda o del Ballac, por un puente de piedra de arco de medio punto y lomo de asno.
Se cree que el puente medieval (11) tiene un origen romano reformado y reforzado en época medieval.





Llegado al puente es necesario proceder al regreso y dar fin al recorrido.
Se nos ofrece una serie de espléndidas perspectivas con el río Brugent como protagonista.


La entrada a la parte vieja, con la masía Rostoll adosada al caserío y presidiendo este espacio, será el punto de despedida.


Fin de la visita
He comentado a lo largo del texto que uno de los intereses que para mí tenía Sant Feliu de Pallerols era la autenticidad de su casco antiguo y del recorrido del camino real, un núcleo antiguo que como ocurre en la mayoría de poblaciones catalanas nos llega a partir de la revitalización económica de Cataluña sobre todo a partir del siglo XVII, con la consiguiente renovación urbana. La lectura de los años reflejados en los dinteles de las puertas de las casas históricas de todo el Principado nos ha mostrado este hecho.
En Sant Feliu de Pallerols la autenticidad se manifiesta en el estado de conservación de su trazado urbano, de sus edificios, con la mayoría de fachadas impregnadas por los efectos de la humedad ambiental sobre sus piedras que le otorgan su pátina de valor. Todavía no es del todo un pueblo transformado en un pueblo” bonito” al gusto de los turistas.
Por los indicios que se pueden observar de las rehabilitaciones ya efectuadas, mucho me temo que, para mi gusto y criterio, se esté en proceso de transformarlo en un pueblo de colorines que no he sabido apreciar en la trama antigua.
Una cosa es rehabilitar, que está muy bien en beneficio de los ciudadanos que habitan en ella, y otra sería reinventar la historia urbana.
Bases de información
Webs
Webs Academic
J. Canal, C. Fochs. La Sagrera de Sant Feliu de Pallerols
Elvis Mallorquí. Les celleres medievals de les terres de Girona
E.B. Isamat. Els volcans salvats
J.G. Tuébols. El Valle de Hóstoles (1963)
J. Fortet. Sant Feliu de Pallerols, un model de superació de la crisi
Isabel Salamaña i Serra. Noves dinàmiques demogràfiques i residencials