Bera, en la comarca de las Cinco Villas de Navarra, presenta un patrimonio urbanístico y arquitectónico fuertemente arraigado en la cultura local, sobre todo desde el s. XVIII, que se mantiene vivo y dinámico en su personalidad.
Bera (Navarra)

Bera. Cinco Villas. Navarra
Bera. Comarca: Cinco Villas. Provincia: Navarra. Com. Autónoma: Comunidad Foral de Navarra
Coordenadas: 43°16′42″N 1°40′57″O. Altitud: 56 msnm. Población: 3.033 habitantes en la localidad; 3.761 en el municipio (2018)
Web: ayuntamiento
Visita: 2019

Bera. Cinco Villas. Navarra
Enlace con el Post: Hotel Churrut-Restaurante Lenkonea. Cinco Villas
En el vértice más septentrional de ese rectángulo torcido con pie, que es Navarra, se halla situada la localidad de Bera. Hace frontera con Francia a través de los pasos fronterizos de Ibardin y Lizuniaga además de por numerosos caminos que conducen a los vecinos pueblos franceses, y con Guipúzcoa. En esta parte norte se sitúa el macizo de Larrún (898 metros).
Al hallarse junto al río Bidasoa, ya cerca del mar, su altitud es de solo 56 msnm, aun cuando el entorno es montañoso por corresponderse con los Pirineos Atlánticos.
Además de Bera, el municipio cuenta con 8 barrios y numerosos caseríos diseminados.
El núcleo urbano, más o menos compacto, adopta la forma de una “L”, dejando de lado la zona industrial al oeste que se adapta al territorio que forman los meandros del río Bidasoa.
Bera se articuló a lo largo de la regata Zia (Zia erreka) en dirección oeste-este, mientras que el ensanche lo hizo de norte a sur, siguiendo el río Bidasoa. Al lado oeste del Bidasoa, cuando efectúa un giro de 900 para encaminarse al Cantábrico, se implantaron las zonas industriales.
Un poco de historia
El territorio ha estado ocupado desde la prehistoria, pero la historia de Bera se centra a partir de la Edad Media.
Las referencias históricas de la actual Villa arrancan de principios del siglo XV, cuando en 1402 El rey de Navarra Carlos III el Noble concedió a sus habitantes diversos privilegios por la defensa de sus tierras frente a guipuzcoanos al oeste y labortanos al norte.
En el siglo XVII la Inquisición alcanzo a los habitantes de Bera en el proceso inquisitorial de Logroño (1610).
Su posición fronteriza la convirtió en tierra de conflictos, destrucciones y quemas hasta el siglo XX tanto en los conflictos hispano franceses, como en los que enfrentaron a carlistas y liberales, sobre todo entre 1638, con el incendio de Bera por las tropas del duque de Saint-Simon y 1872 cuando Carlos de Borbón entra en Bera para proclamar la guerra contra Amadeo de Saboya. Son momentos importantes: 1793-1795, Guerra de la Convención, con alternancia en el dominio territorial entre franceses y españoles; 1813-1814, cuando se instalan las tropas del duque de Wellington; 1830, con la entrada del general Espoz y Mina desde Francia con la intención de proclamar la constitución liberal y 1838, cuando en la retirada de los liberales durante la Primera Guerra Carlista, incendian la Iglesia de Bera.
También fue un enclave estratégico en los procesos migratorios transfronterizos clandestino a través del Pirineo durante la guerra de 1936-1939 y la Segunda Guerra Mundial, en uno y otro sentido.
Con la revolución industria, Bera asume un papel económico mixto entre la agricultura, especialmente la ganadería bovina, ovina y porcina, y la industria metalúrgica, apoyadas en las explotaciones mineras de la zona.
En la actualidad, territorialmente se constata la presencia de la ganadería extensiva, y parece que últimamente se está incrementando el engorde de patos para elaborar foie, aun cuando su peso económico y laboral es muy inferior al de las actividades industriales y de servicios.
Recorrido por Bera


Plantearé un recorrido continuo, que realicé en la práctica por tramos, durante los varios días que permanecí en el Hotel Churrut.
Morfología urbana
Esta parte de Navarra se caracteriza por una morfología urbana formada por casonas o caseríos independientes o adosados, alineados, más o menos regularmente a lo largo de calles sinuosas que se han formado históricamente siguiendo caminos, a su vez condicionados por las curvas de nivel y los ríos o arroyos.
Resulta un trazado de sus calles “laberíntico” pero abierto, no cerrado como lo son las localidades musulmanas. No hay murallas que encierren el núcleo urbano. Las calles no forman manzanas, en el sentido racionalista del término, sino que son, por la general, una línea sinuosa en la que a cada lado se van colocando las casonas, sin excesiva orientación común ni distancias rígidas y normativas.
En poblaciones mayores, como Bera, se encuentra un núcleo central más compacto, y con bloques de viviendas, formando la zona comercial. Pero incluso aquí, predomina un estilo arquitectónico propio, que me atrevería a calificas de neo-rural, por sus formas, materiales y techumbre. La arquitectura “moderna” y caótica, impersonal y sin calidad de muchos otros lugares de España, aquí a adoptado bastante este estilo neo-rural propio del país.
Regata Zia / Zia erreka
Tomaré como punto de partida la regata Zia (Zia erreka) (1). Salgo del hotel (H) y me desplazo cincuenta metros a la izquierda. En ese punto la regata Zia cruza por debajo de la calle.
Tomo este punto como referencia ya que la Zia erreka es el eje articulador de Bera. En su margen izquierda se asienta la Bera antigua, en la derecha la Bera más moderna, y el conjunto de afluentes que confluyen a partir de unos 500 metros más arriba irán definiendo los distintos espacios del eje oeste-este de la localidad.

Plaza de los Fueros
Retrocedo hasta la Plaza de los Fueros (2), junto al Hotel Churrut (H).
Cuando en 1841 se modificaron los fueros, convirtiendo a Navarra en provincia, aunque manteniendo privilegios fiscales, se crearon en muchos municipios, entre ellos Bera, las Plazas de los Fueros.

La plaza en el sentido de las agujas del reloj, empezando por el Hotel Churrut.

El estilo de todos los edificios de la zona se corresponde a la arquitectura tradicional navarra de los siglos XVIII y XIX.


En la esquina con la calle se encuentra el busto de Fermín Legia, militar de Bera nacido en 1787 y que, en 1813, al mando de 15 hombres, conquisto el castillo de Hondarribia a los franceses.

Plaza del Ayuntamiento
La plaza del Ayuntamiento (3) se trata de una plaza irregular, no cerrada, presidida desde la altura por la Iglesia de San Esteban, y adaptada a la pendiente del terreno.
En el lado oeste está situado el Ayuntamiento (4), el edificio más emblemático, con forma de gran caserón de tres niveles, con soportales en la planta baja formados por seis arcos rebajados. En la fachada constan dos fechas: 1776, que corresponde al de su construcción en estilo neoclásico, y 1983, el de su rehabilitación, donde se encontraron en la fachada restos de pinturas. En ellas se baso Julio Caro Baroja para realizar unos dibujos que Juan Ignacio Larramendi, hijo de Bera, pintó.


En el lateral derecho una escultura y dos lápidas en el suelo honra a los olvidados de la Guerra española de 1936-1939: Ahantzien oroimenez 1936-1939 (En memoria del olvido 1936-1939).

Akantziak 1963-1939 (El olvido 1936-1939)

A la derecha del Ayuntamiento, al otro lado de la calle y un poco al fondo, la casa Aroztegia (casa Larunbe) (5). Este palacete, construido en el 1796, exhibe el escudo de armas de Legia. En ella pernoctaron José Bonaparte y el duque de Wellington.
Al lado, casas menos señoriales, de estilo de arquitectura local.


A continuación de estas casas se encuentra uno de los lavaderos públicos (6) de Bera.

Antes de subir a la Iglesia doy una vuelta por detrás del Ayuntamiento, para contemplar la casa Donfelipebaita (casa Larratxe) (7), es un ejemplo de arquitectura del siglo XVIII, con reformas posteriores.

Con los característicos anchos aleros dobles, y escudo de armas.



Iglesia de San Esteban
Al regresar a la plaza me encaro con la Iglesia de San Esteban (8), situada en la parte elevada de la zona.


Construcción de origen medieval gótico, que bien pudo haber sido una casa-torre de carácter defensivo, o una primitiva iglesia gótica. A partir de este núcleo medieval, la iglesia se amplió en el siglo XVI con dos tramos y una cabecera. Volvió a ampliarse en 1632 con un amplio crucero. El 4 de abril de 1838, en el marco de la primera guerra Carlista, los liberales en su retirada incendiaron la iglesia, que sufrió importantes daños. En el siglo XIX se hundió la bóveda del tramo de los pies de la nave, reconstruyéndose seguidamente guardando una continuidad de estilo. En 1964-1965 se llevó a cabo una restauración dejando el sillar de los muros a la vista.
Presenta planta de cruz latina, con una nave muy espaciosa y de gran altura, con tres tramos, incluido el crucero, más cabecera recta.

El habitual porche de las zonas lluviosas situado en el lado de la epístola, con la puerta principal apuntada. El porche, del siglo XIX se sostiene sobre cinco columnas dóricas.

Bajo el mismo porche, en el crucero se abre otra puerta de medio punto con dovelas. A su lado, por el exterior asciende una escalera de piedra hasta un primer nivel de la torre que está adosada al crucero en su lado orientado al este.
Delante, un campo con estelas discoideas que pertenecían al antiguo cementerio que rodeaba a la Iglesia.


La torre campanario, adosada al crucero y al ábside, es del siglo XVII, con dos cuerpos superiores que sobresalen, el de los relojes y el de las campanas. Dispone de dos relojes, uno hacia el sur y otro hacia el este, orientados hacia el pueblo.

Al ábside plano y a la torre, se le adosó la casa parroquial.

La parte exterior del pie de la Iglesia también tiene adosada una construcción con porche.

El interior, con planta de cruz latina con cabecera plana, presenta los muros de sillería vista y la bóveda de forma estrellada, de ladrillo también visto, construida hacia 1632, excepto el tramo del coro que se reconstruyó después de su hundimiento, siguiendo el modelo del tramo anterior del siglo XVI.



Un coro moderno de obra presenta dos tribunas laterales adelantadas. En el sotocoro se abren tres arcos apuntados que dan acceso a la escalera del coro.
El órgano es de estilo ecléctico de finales del siglo XIX y principios del XX.

Preside el presbiterio un retablo mayor neoclásico del siglo XIX, en el que se inscriben tres lienzos: el Descendimiento, copia de Rubens, la Asunción, copia de Tiziano y la Ascensión, inspirada en la de Rafael.

En este mismo ámbito presbiterial se ubica una pila bautismal tardogótica de piedra, del siglo XV o principios del XVI.

Margen izquierda de la regata Zia: calle Legia
Saliendo de la Iglesia voy a buscar la calle Legia (9) para seguir por el lado izquierdo de la regata Zia. Esta calle une el barrio histórico de la Iglesia con el barrio de Alzate.
En el número 8 de la calle se encuentra la única casa gótica, Elzaurpechiquía (10) de 1638, que se conserva en Bera.


Al lado la casa Elzaurpea (11), con los sillares de los marcos bien trabajados, a diferencia del estilo más basto de la construcción típica de la zona.


Sigo hasta llegar al Colegio Sagrado Corazón de Jesús y su capilla (12). El Colegio arranca en 1858, cuando la beretana María Bautista de Uhalde testó en favor de una fundación creada con el fin de fomentar “la educación cristiana para las niñas “de la localidad.


Frente al cruce de la calle Kanttonberri (13).

En el numero 32 la casa Lazarobaita (14) de finales del siglo XVII y principios de XVIII, con tallas en el entramado típicas de la época. La gran puerta central flanqueada por dos columnas toscanas. En ella se habría alojado el pretendiente Carlos VII durante la Segunda Guerra Carlista.


Frente a la casa parte una carretera que lleva hacia el barrio Eltzaurdia, con caseríos diseminados por el camino (15).

Camino del barrio Eltzaurdia

Desde el camino es posible contemplar Bera por la parte posterior encajonada en el valle de la regata Zia.

Y acercarse hasta los primeros caseríos (16).

Después de este pequeño paseo por el monte regreso hasta la calle Legia y continuo hasta cruzar el puente sobre el Xantel erreka, afluente izquierdo de la regata Zia, para entrar en el barrio Altzate.
Barrio Alzate
El barrio Alzate (17) es un conjunto residencial con armoniosas casas muy cuidadas. Se encuentra enclavado ente el Xantel erreka y la Zia erreka.
A la entrada de la calle Alzate aparece la Iglesia de San Antonio de Padua (18) que había pertenecido a un convento de capuchinos.

De estilo neogótico, de una sola nave.

Al avanzar la calle se bifurca y continuo por la izquierda, por la calle Iparraldea, que me llevará a la casa de la familia Baroja, en Itzea.

En 1912 la familia Baroja se instaló en esta casa (19) de la segunda mitad del siglo XVII. En ella desarrollaron gran parte de su obra Carmen, Pio y Ricardo Baroja, así como Julio Caro Baroja.


Es interesante el alero doble de madera, derivado de los modelos renacentistas frecuentes en las casas y palacios navarros y aragoneses de finales del siglo XVI y principios del XVII.

Frente a la casa de los Baroja, una casona sin rehabilitar (20) muestra la esencia de la arquitectura popular en su origen, sin haber pasado por las manos de los restauradores.

Junto a ellas, se está ya en contacto con la actividad ganadera y el aprovechamiento de los pastos.

Doy media vuelta y un cartel, con el escudo, me da la bienvenida (ongi etorri), y un rotulado sobre las casas de entrada a la Villa me hace ver que con anterioridad se denominaba Vera de Bidasoa (21).


Plaza de Jaun de Alzate
Continuo el recorrido hacia la Altzateko jaunaren plaza (plaza del señor de Altzateko) (25) centro señorial de la Villa donde tenían su residencia los Alzate o Altzateko, hoy desparecida, junto a la regata Zia. Hoy convertida en plaza.
Antes de llegar, en la calle Alzate (22) puede constatarse la antigüedad del lugar por las indicaciones de fecha de muchas de sus casonas blasonadas, de principios del siglo XVIII (23 y 24).



El lado norte de la plaza completa la muestra de caserones de la época (26).

El de la izquierda, con las entradas en arco de medio punto, también refleja esta antigüedad, de 1731.


Carretera de Lizuniaga y calle Pío Baroja
Siguiendo adelante recupero el contacto con la regata Zia por el lado izquierdo. Pasada la plaza un primer puente de piedra de arco de medio punto peatonal (27).

Paso al otro lado para admirar las casonas, con artesonados y soportes de madera bellamente labrados (28).


La calle continua hasta alcanzar un puente moderno de paso de vehículos.
Frente al cruce se encuentra, a la izquierda, el caserío Zelaia (casa Celaya) (29), de cantería fina. Parece ser que la puerta central antes era una servidumbre de paso.

Al lado se encuentra un humilladero (30) en forma de templete neoclásico con pedestal y frontón triangular. La hornacina alberga un Cristo Crucificado.

Sigo hasta alcanzar en la siguiente esquina la calle Pío Baroja.
El caserío que se halla al frente es el “Garraiko Errota” Baserria (Caserio Garraiko Errota) (31), popularmente conocido como “Errotta” (molino).
Es el único molino que se mantiene en funcionamiento en Bera, destinado a la molienda de maíz. Según el cartel informativo, lleva más de 300 años de funcionamiento y es la cuarta generación de la familia que lo gestiona. Las ruecas se mueven accionadas por el agua, y el grano se muele por fricción al pasar entre piedras. Informa que no es visitable.

Avanzo por la calle donde va disminuyendo la forma de ocupación pareada, para ganar peso las casas aisladas, con bellos ejemplos de arquitectura popular (32, 33).


Me adentro en la calle y a unos 200 metros aparece una casa (34) que despierta mi interés. Se trata de una casa reciente, construida de acuerdo con la estructura de la arquitectura popular local, pero dotándola de elementos evolutivos de modernidad.


El conjunto me parece significativamente bello y atractivo, y bien resuelto en el entronque entre tradición y modernidad.
De regreso ya, observo otro signo de modernidad entroncado con la tendencia de la escultura vasca al uso de la piedra y el acero, concretado en una fuente pública (35).

La margen derecha: Paseo Eztegara
Rehago el camino, pero regresaré por el lado derecho de la regata Zia, por el paseo Eztegara (36)
Es una zona más moderna, con una calle-paseo por territorio llano, más amplio y rectilíneo que la parte antigua.
Vista en dirección oeste.

Vista en dirección este.

En este paseo se encuentra la Oficina de Turismo, abierta solo en verano. El resto del año nos dicen que debemos disculpar las molestias.
Calle Bidasoa
El paseo enlaza con la calle Bidasoa (37), que es la que lleva al Hotel Churrut.
Este es el punto del vértice de la L que he dicho que formaba la estructura urbana de Bera. Hacia la izquierda, en dirección sur, el brazo de la L se alarga 1 kilómetro. La ocupación urbana de este recorrido es desigual en intensidad, mientras que en la parte final la ocupación es industrial y de servicios.

Al tomar esta dirección se presentan construcciones desde el siglo XIX.
Echandi-Enea (38) se la considera una mansión para la burguesía urbana del siglo XIX, de estilo ecléctico siguiendo el estilo II Imperio o Napoleón III. Parece que la fortuna procede de América.



Modelo de ocupación reciente.

Puente de San Miguel
Me dirijo al último punto de visita: El puente de San Miguel (39).
Para llegar al puente hay que torce a mano derecha a unos 200 metros por la calle Sector 5, para acercarse hasta el río Bidasoa.
En el puente se libró una importante batalla entre las tropas francesas y las aliadas, se explica que con consecuencias muy graves para la población beratarra.

En el centro del puente se encuentra la tumba de uno de los militares muertos, el capitán inglés Daniel Cordoux que murió defendiendo el puente.


Con esta imagen sobre el río Bidasoa di por concluida la visita a Bera.
Fin de la salida
Bera, una de las Cinco Villas de Navarra, es villa fronteriza con Francia y Guipúzcoa, lo que le ha valido a lo largo de la historia numerosos problemas de destrucción e incendios en las innumerables contiendas entre España y Francia. Seguramente este hecho ha acrecentado su personalidad.
De todas las destrucciones se ha rehecho, dejando pocos vestigios de su pasado más lejano, solo en la Iglesia de San Esteban y una casona, pero muy compacta de estilo a partir de los siglos XVIII y XIX.
Es muy interesante observar la coherencia arquitectónica entre sus casas solariegas y palacetes, y la arquitectura popular.
Es un placer pasear por sus calles para poder admirar la belleza de sus construcciones, rodeados de un paisaje agrario ganadero que el verdor de sus prados convierte en un jardín natural.
Bases de información
Web academic
Lebrelblanco, Historia medieval del Reyno de Navarra; Atlas del Patrimonio Histórico-Cultural
J.J. Azanza López, Casas señoriales y palacios de Navarra. Mansiones para la burguesía urbana de los siglos XIX y XX
Enlace con el Post: Hotel Churrut-Restaurante Lenkonea. Cinco Villas
Felicitaciones por tan excelente reportaje, con tan preciosas fotografías. Subscribo la belleza de esta localidad navarra.
Una auténtica delicia. Muchas gracias.
Carmen. Uno de los criterios de elección de mis salidas es «un buen entorno» y Bera lo cumple sobradamente. Estoy de acuerdo en que se merece una vista reposada para apreciar los múltiples detalles que aportan sus calles y sus edificaciones. Gracias a ti.
Realmente precioso. Asi es Bera y lo unico que le falta es el compromiso de los beratarras con su pueblo. Orgullosos de su pasado, queremos, queremos un futuro para todos que conserve la esencia de quienes hicieron famoso este pueblo. Los Baroja y Isidoro Fagoaga entre otros.
Helena, ánimo para conseguirlo.
Muy bonito e interesante reportaje sobre un bonito pueblo como es Bera.
Gracias por el comentario Marieta.
Un pueblo tan bonito se merece un reportaje como este. Ahora a conservarlo, y mimarlo.
Igual de bonito que el comentario. Gracias Fernando.