En el Museo de las Minas de Cercs podremos acercarnos al duro trabajo del minero y a sus condiciones de vida, por medio de una Exposición museística, la visita a una galería de la mina con escenificaciones y un paseo por la Colonia.
Museo de las Minas de Cercs

Museo de las Minas de Cercs (Berguedà, Barcelona)
Museo de las Minas de Cercs. Plaza Sant Romà s / n. Sant Corneli, 08698 CERCS (Barcelona)
Teléfonos: +34 93 824 81 87, +34 93 824 90 25
Coordenadas: 42° 11′ 00″N, 1° 51′ 10″E
Web. www.mmcercs.cat
Incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña
Visita: 2018

Índice
Museo de las Minas de Cercs, Colonia Sant Corneli (Berguedà, Barcelona)
El Museo de las Minas de Cercs forma parte del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña. La organización de este Museo está constituido por una sede central generalista en la ciudad de Terrassa, y 150 elementos museizados in situ por todo el territorio de Cataluña, que comprenden tres grandes ámbitos del patrimonio productivo históricamente relevantes: actividades preindustriales, actividades industriales y servicios y obra pública.
El Museo de las Minas de Cercs es uno de los museos in situ, dedicado a la minería del carbón, y está formado por tres ámbitos museísticos. El Museo propiamente dicho, que comprende el espacio de exposición. La visita a un tramo de galería de la mina Sant Romà, de unos 500 metros, con escenificaciones de momento diferentes de la historia del trabajo minero. Y como tercer elemento la Colonia residencial de San Cornelo. Dos audiovisuales acompañan la visita. Uno sobre momentos de conflictividad política en 1932 y laboral en 1977. El otro sobre la historia de la mina y la colonia.
De esta forma, si nos desplazamos al municipio de Cercs, dentro del Prepirineo de la comarca del Berguedà, nos situaremos dentro del territorio de la minería del carbón.
La historia
Como se explica en la web de las Minas de carbón de Sant Corneli, la colonia de Sant Corneli formó, junto con las vecinas de San José y la Consolación en la misma montaña y enlazadas al mismo sistema de transportes del mineral, el núcleo minero más importante de Cataluña (Berga-Tuixent) y el centro con las minas más extensas, situadas en los términos municipales de Cercs, Fígols y Vallcebre.
En 1885 la empresa italiana Garaveti, Vallino, Bovío & Cía explotaba la galería de Sant Romà, en Cercs, y construía los primeros edificios que, posteriormente, formarían la Colonia. En 1895 el empresario José Enrique de Olano y Loyzaga compró la totalidad de las minas de la zona de Cercs, Fígols y Peguera, y empezó la explotación moderna del lignito. Al tratarse de un lugar aislado, con falta de comunicaciones y con la necesidad de tener mano de obra estable, Olano optó por crear una colonia con viviendas y servicios básicos para los mineros. Así, se aplicó el modelo de las colonias textiles, que ya funcionaban en la comarca del Berguedà y en otros lugares de Cataluña desde 1858.
El punto de partida de la colonia fue el núcleo de Sant Corneli, a 960 metros de altitud, donde se encontraban las primeras galerías y algunos edificios: una iglesia de origen románico dedicada a Sant Corneli, un molino de harina, algunas viviendas de los mineros y una cantina con víveres y productos de primera necesidad, así como un grupo de viviendas en el Serrat dels Bous, hoy llamado Els Tilos. A partir de este primer núcleo, se proyectó el resto de la colonia de Sant Corneli. De 1901 a 1904 se construyó la residencia particular del dueño, alejada de la colonia pero al pie de las minas, cerca de la estación de tren Fígols-Las Minas y del Santuario de la Consolación. El edificio, una torre historicista similar a un castillo medieval, ha sido uno de los más emblemáticos de las explotaciones mineras.


En la representación podemos observar todo el sistema de distribución territorial del complejo minero de t Corneli. Se parte de la mina Sant Romà (4), en la parte superior, con un complejo sistema de transporte hasta las Centrales térmicas de Cercs -la central vieja (13) y la central nueva (14)-, y hasta la estación de ferrocarril de Figols-Las Minas (10) y la fábrica de cemento de Figols (15), ya a nivel del río Llobregat. Este complejo sistema de ferrocarriles, planos inclinados, teleféricos y funiculares recogían la producción de las tres minas del conjunto: la citada Mina Sant Romà en la parte más elevada de la montaña, la Mina Sant Esteva (5) y la Mina Sant Josep (6 ) situadas en niveles inferiores.
La llegada del tren a pie de mina en 1904 supuso la apertura del único medio de comunicaciones y de transporte más arriba de Berga. La estación de «Fígols-Las Minas» convirtió la colonia de la Consolación (3) en el centro neurálgico de la explotación y de toda la red de transporte exterior e interior que la empresa construyó hasta 1960.
En 1974 el conjunto de instalaciones de la empresa Carbones de Berga, S. A. alcanzó su máximo crecimiento. Como se puede ver en el dibujo, además de las colonias mineras, el conjunto incluía la amplia zona de servicios (talleres mecánicos, carpintería, fontanería, almacenes, dispensario de la empresa, economato, lavadero de carbón, oficinas, etc.) situada en la Consolación, cerca de la antigua residencia de la familia Olano.
La mina estuvo en explotación hasta el año 1991.
El Museo
Centrándonos en el Museo, este comprende dos ámbitos de exposición. El carbón, su explotación y las condiciones de trabajo y sus reivindicaciones. La vida y las condiciones de vivienda.
Presentaré con cierto detalle su contenido intercalando elementos de los otros ámbitos museísticos -la galería de la mina y la Colonia- sin hacer una descripción lineal de la visita, para alcanzar una interpretación, aunque sea elemental, del sistema producción-trabajo-vida en un entorno cerrado como es una Colonia.
Los paneles informativos y la publicación didáctica de Rosa Serra: Las minas de Cercs me ayudarán en las explicaciones de este Post.
El carbón
El carbón es un mineral de tipo orgánico que se compone de cantidades variables de carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno, y de impurezas, formado por acumulación y transformación de restos vegetales en un ambiente favorable. Los yacimientos de carbón empezaron a formarse hace unos 250 millones de años a consecuencia de los cataclismos geológicos que provocaron el entierro de grandes bosques bajo masas de arena y rocas. La presión a que se sometieron los bosques, prolongada durante millones de años, explica la transformación de la madera en el mineral actual. El proceso de formación del carbón, conocido con el nombre de carbonización, puede ser más o menos intenso dando lugar a los diferentes tipos de carbones de mayor a menor contenido calórico: Antracita, Hulla, Lignito y Turba.

El tipo de carbón que se encuentra en la cuenca del Alt Berguedà es el lignito, que es apto para usos industriales.
La Cuenca minera del Alt Berguedà
Con una extensión de cerca de 40 km2, se extiende paralelamente a la vertiente sur del Prepirineo. Las capas de lignito se formaron hace unos 65 millones de años, a medio camino de la era secundaria y la terciaria, sobre estratos del Cretácico superior y están intercaladas entre margas y calizas.
Aunque desde finales del siglo. XVIII se intentaba aprovechar el carbón del Alt Berguedà para forjas de hierro, cobre y vidrio, no fue hasta 1851 que se constituyeron las primeras sociedades mineras con el objetivo de destinar el lignito a usos industriales, aunque sin demasiado éxito. La explotación definitiva llegó a partir de 1895, gracias a la construcción del ferrocarril y en un proceso constante de modernización.

La Mina Sant Romà
En el Berguedà se ha practicado la minería a cielo abierto, como en la zona de Fumanya, donde se han encontrado huellas de dinosaurios, y minería de interior subterránea, a base de galerías o pozos. En la Mina Sant Romà, que es la que forma parte del Museo, las vetas están formadas por estrechas capas de carbón poco inclinadas y separadas por grandes capas de materiales diversos y, por tanto, el sistema aplicado es el de galerías horizontales.



El trabajo en la mina
Entre 1851 y 1895 todo el trabajo en el interior de la mina, incluido el transporte hasta el exterior era realizado por los hombres en jornadas de 12 horas continuas en el interior de la mina (de 6 de la mañana a 6 de la tarde). No disponían de ningún tipo de equipamiento y las herramientas eran el pico, la pala y el martillo, y los capazos para el transporte del carbón a mano. Las estructuras de apoyo de las galerías eran de madera.

La iluminación era un simple candil que llamaban «luz del gallo».

Cuando en 1892 J.E. Olano compra las minas se inicia un proceso de modernización técnica.
La lámpara de aceite es sustituida por luz de carburo y se introducen sistemas de transporte por raíles con tracción animal (burros) en el interior de las minas. Al tiempo que se articula el complejo sistema de transportes exteriores hasta la base del Llobregat.





Con la mecanización, la mina conoció un rápido proceso de especialización que llevo a unos 50 oficios diferentes, una tercera parte de los cuales corresponde a trabajos en el interior de la mina, y dos terceras partes a trabajos en el exterior.
A partir de 1930 se incorporan importantes avances técnicos con la aplicación de los martillos picadores y perforadores de aire comprimido, la electrificación de la mina, ventilación, el transporte mecánico y mejora de seguridad de las galerías.
La central térmica vieja de Cercs, iniciada en 1929, consumió buena parte del carbón que se producía.
En 1963 podemos decir que el trabajo de extracción deja de ser manual, ya que incorpora el sistema de arranque mecánico con la introducción de máquinas cepillo. Ahora uno de los problemas de las condiciones de trabajo pasaría a ser el ruido de las máquinas dentro de los túneles.
Un último esfuerzo de modernización con la introducción de los sistemas de fortificación del frente de arranque denominado de escudo, y otras mejoras, no fue suficiente para salvar de la crisis la minería del carbón, hasta que el 31 de diciembre de 1991 finalizó su actividad la empresa Carbones de Berga, S.A.
El trabajo de los hombres, las mujeres, los ancianos y los niños
El trabajo en el interior de la mina era cosa de los hombres, inicialmente en jornadas de 12 horas, y no fue hasta 1910 que se estableció en 9 horas la jornada máxima de trabajo en el interior de la mina. En 1931 quedó fijada la jornada laboral en 7 horas y el descanso dominical.
Pero hasta 1965 muchas mujeres, junto con viejos y niños, trabajaron en el lavadero, separando, clasificando y ensacado carbón para conseguir un jornal y carbón para calentar el hogar y cocinar.
Esta implicación de toda la familia en el trabajo de la mina venía vinculada al sistema de poblamiento cerrado dentro de la estructura de Colonia industrial que comentaré más adelante.
Aunque la ley de 1857 garantizaba la escolarización obligatoria de los niños y niñas hasta los doce años y que los pueblos de más de 500 habitantes debían tener escuela, la realidad ahora muy diferente: faltaban maestros, escuelas y el trabajo infantil era generalizado, incluso después de 1900, a pesar de que se regularan la jornada y las condiciones de trabajo de las mujeres y los niños.
El dispensario
El trabajo en la mina es duro y peligroso. Al elevado número de accidentes laborales provocados por hundimientos de galerías, explosiones de gas e inundaciones, se ha de añadir las enfermedades laborales y las provocadas por la pobreza.
Desde el siglo XIX las empresas mineras más grandes contrataron el servicio de médicos y aseguradoras y organizaron los dispensarios de empresa equipados con el material más básico al servicio de los mineros y de sus familias.
En los últimos años, la mejora de las condiciones de trabajo, los avances técnicos y médicos y las medidas de seguridad redujeron notablemente el número de accidentes y la mortalidad.

La actividad en el exterior de la mina
Extraído el material de la mina, en el exterior se estructuran una serie de actividades hasta disponer del carbón como producto final para ser consumido.
Actividades vinculadas al ciclo del carbón
Lavado del carbón: Primero se tenía que llevar al lavadero, donde el carbón se separaba de los estériles en el edificio del lavadero o limpia, a base de cribado manual que pronto paso a ser mecánico y, a partir de 1931, por densidades. Una vez limpio se clasificaba según su tamaño.
Transporte del carbón: Las características geográficas de la zona obligaron a desarrollar una impresionante red de transporte exterior formada por planos inclinados, teleféricos, funiculares y trenes, que conectaba las minas con el lavadero, la central térmica y la estación del ferrocarril, desde dónde se trasladaba a los centros de consumo. A partir de los años 60 del siglo XX esta red fue sustituida progresivamente por las cintas transportadoras y los camiones.
Actividades de apoyo
Talleres y almacenes: Las grandes empresas mineras organizaron muy bien el sistema de reparación y mantenimiento de la maquinaria indispensable para la explotación del carbón. Para ello se dotaron de talleres y almacenes. Los más importantes eran: el taller de lampistería, el taller mecánico y el taller de carpintería
Reivindicaciones políticas y laborales
En la historia de Sant Corneli se produjeron dos momentos importantes de conflictividad. Una de tipo político, la insurrección revolucionaria en 1932 vinculada a la situación del país. El otro, una huelga de reivindicación laboral en 1977.
Un audiovisual presenta estos momentos de conflictividad.
La Colonia minera de Sant Corneli

El primer problema que se presenta al tener que organizar una actividad productiva condicionada por una localización geográfica inamovible, en este caso tener que localizar el lugar en los yacimientos de mineral, es el de disponer de fuerza de trabajo calificada, permanente y residente a una distancia adecuada según las condiciones de transporte del momento, de la boca de la mina.
En un primer momento la mano de obra tenía un carácter mixto, ya que los mineros combinaban la mina con la agricultura, y donde las habilidades requeridas eran más bien escasas y centradas en la fuerza de manejar el pico, la pala y el martillo.
Al aumento de los requerimientos técnicos y al aumento del volumen de mano de obra que se produjo se le dio solución con la construcción de las colonias mineras, que alojaron familias mineras procedentes de las cuencas de Asturias, Teruel, Andalucía y Murcia.
La colonia minera de Sant Corneli se construyó entre 1893 y 1920. El aislamiento de la zona, la falta de sistemas de transporte y la necesidad de conseguir mano de obra estable decidieron a J.E. Olano, propietario de la empresa minera, a aplicar el modelo de las colonias industriales, ya plenamente desarrollado en la comarca del Berguedà y en Cataluña.
Se construyeron viviendas obreras y los servicios que el propietario considero indispensables: escuela, Iglesia, horno de pan, teatro, cantina, hostal y campo de fútbol.
A partir de 1960, cuando llego a tener más de 3000 habitantes, se inició una lenta pero progresiva decadencia; la recuperación se inició en 1989, al mismo tiempo que nacía el proyecto del museo.


Las viviendas: para el dueño y para los trabajadores
Una Colonia acoge viviendas para todas las categorías de trabajadores, incluida la casa del dueño, que siempre fue un palacete, con una arquitectura adaptada a los gustos de la burguesía de la época.
Después existirían viviendas por los encargados, y finalmente para los obreros.

La vivienda del minero en 1944
El Museo expone una vivienda que corresponde a la familia de un minero en los años 40.
Los trabajadores de la mina y sus familias vivían en viviendas alquiladas a la empresa. La mayor parte de ellas solo tenía 35 metros cuadrados pero algunas tenían 56 o 72 metros cuadrados, reservadas a capataces y administrativos. El lugar más importante de la casa era la cocina- comedor.






Un hecho importante en la vida de una colonia es que la vivienda sólo puede ser ocupada por la familia si algún miembro trabaja en ella.
Otro aspecto está relacionado con la ausencia de otras posibilidades laborales que se ofrezcan a la mujer, a los hijos y a los ancianos de las familias. Este hecho conlleva que se vean abocados a trabajar también en la mina en actividades en el exterior. Ya he hablado de las condiciones de trabajo de estas personas que, de hecho se ven abocadas al trabajo obligatoriamente a la práctica. La escolaridad se acabaría a partir del momento en que los chicos pudieran integrarse en algún trabajo.
Servicios para la autosuficiencia de la Colonia
Para hacer de la Colonia un verdadero pueblo se construyeron: la Iglesia de Sant Corneli y rectoría, una escuela regida por monjas, economato con tienda de comestibles, la carnicería y la panadería, lavadero público, cine- teatro, y huertos a disposición de los mineros.
Hay que tener en cuenta que la propiedad de todos los servicios correspondía al dueño y la empresa, con lo que el quasi feudalismo era absoluto.



Fin de la visita
De esta visita destacaríamos dos aspectos. Por un lado, el conocer un tipo de actividad productiva muy arraigada en un territorio como es una explotación minera, con la constatación de la precariedad y dureza de los trabajos relacionados con la minería.
De otro, un modelo de asentamiento humano que por su aislamiento configura una unidad de producción-poblamiento en un régimen quasi-feudal de vinculación del trabajador a la tierra, en este caso a la vivienda, que es propiedad del dueño y del que él sólo puede hacer uso en la medida en que trabaje en la explotación minera. Así como de dependencia del dueño y de la empresa en el resto de servicios cotidianos. Modelo repetido a lo largo de todos los ríos industriales de Cataluña durante el siglo XIX y casi todo el siglo XX.
Tendré ocasión de presentar otros ejemplos en posteriores Post.
Bases de información
Webs
Webs academic
Serra i Rotés, Rosa, Les colóníes mineres de Sant Corneli, » Sant Josep i la Consolació (Cercs, Bergueda)
Publicación impresa
Serra i Rotés, Rosa (1997) Les Mines de Cercs. (Quaderns de didàctica i difusió: 11), 23 pp.
Enlace con el Post: Els Casals. Berguedà