Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, en Almería, es uno de los territorios más espectaculares de la Península, tanto en su espacio cultural como, sobre todo, en sus condiciones geológicas y medioambientales, tanto en su zona terrestre como en la marítima.
Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar (Almería)
Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar (Almería)
Provincia: Almería. Com. Autónoma: Andalucía
Web: cabodegata
Data declaració del Parc Natural Cabo de Gata-Níjar: 1987
Visita: 2019
Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar (Almería)
Enlace con el Post: Casona Granado, Alojamiento boutique. Levante Almeriense
La estancia en Casona Granado, Alojamiento Boutique tenía como uno de los objetivos acercarme al Cabo de Gata para disfrutar de su paisaje mineral.
La visita la concentre en la costa oriental, desde Agua Amarga hasta San José. Unos 35 kilómetros de una costa única.
El territorio
Situado en el extremo suroriental de la Península. De origen volcánico, el suelo y el relieve ofrecen poca fijación y un clima subárido, a lo que se le une su carácter marítimo.
La confluencia de estos factores le convierte en un territorio con un alto valor ecológico. Por ello, desde 1987 se le cataloga como Parque Natural marítimo-terrestre, afectado por un gran número de figuras de protección como son: Reserva de la Biosfera; Geoparque; Lugar de Interés Comunitario (Llc); Zona de Especial Protección de Aves, Zepa; Zona de Especial Importancia para el Mediterráneo, Zepim; Zona Húmeda de Importancia Internacional, Convenio de Ramsar – Salinas de Cabo de Gata.
La zona de protección afecta a los términos municipales de Almería, Níjar y Carboneras, abarcando el extremo oriental de la Bahía de Almería, incluidos sus humedales, la sierra volcánica, parte de la Serrata y la zona meridional de Sierra Cabrera, que asciende en total a 49.012 hectáreas protegidas, de las que 12.012 son marinas dentro de la milla marítima.
Las altitudes oscilan entre los 493 metros y los -60 de los fondos marinos.
El Parque engloba varios núcleos de población y cortijadas, en los que en la actualidad reside una población aproximada de 4.000 habitantes, así como elementos culturales vinculados a la arquitectura popular, al aprovechamiento agrario de los recursos, como norias y aljibes, a la pesca, o a la defensa, como torres y fortificaciones.
Desde la antigüedad fue relevante, junto al sudeste almeriense, la explotación de recursos minerales, ya abandonados, pero que han dejado ejemplos de patrimonio industrial.
Hasta esta zona ha llegado, aunque minimizado por su catalogación, la agricultura de invernaderos.
Por último, el turismo penetra progresivamente como actividad con potencial económico, pero que debe ser controlado, atraído por un duro paisaje de una belleza extraordinaria, sus playas y el fondo marino de la parte del Parque marítimo.
Ruta por el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar
La ruta que seguiré se desplaza de norte a sur, entrando por Agua Amarga y subiendo hasta el aparcamiento de Playa de los Muertos.
Playa de los Muertos y la Mesa de Roldán
Llego a la localidad de Agua Amarga, sin detenerme, y avanzo hacia el norte 3,5 kilómetros hasta el aparcamiento de Playa de los Muertos (A), con un punto de información estacional de la Consejería de Medio Ambiente.
Desde este punto no se divisa la Playa de los Muertos, con la Punto de los Muertos en su lado sur. El nombre de la cala tiene su origen en que los vientos de levante depositan los restos de los naufragios en la playa.
Unos 10 minutos de descenso a pie nos sitúan en la playa.
Del mismo punto en dirección costera hacia el sur se divisa la Mesa de Roldán, en segundo término.
Una carretera asfaltada que nos llevaría al Faro de la Mesa de Roldán y la torre de defensa de 1766. Según parece, la batería nunca fue útil ya que por un error de cálculo los proyectiles no alcanzaban siquiera la costa.
Este primer contacto con el territorio me permite constatar las dificultades que los fuertes vientos y alta insolación imponen a una escasa vegetación.
Cargadero de mineral
Rehago el camino, y a unos 2 kilómetros, junto al Barrio los Ventorrillos me desvío por un camino a la izquierda para acercarme a las ruinas del antiguo Cargadero de mineral (B).
Antes que nada, mirando hacia el norte se dispone de una imagen perfecta de la Mesa de Roldán.
Desde la antigüedad las sierras de Almería fueron centro de extracción de diversos minerales.
En este caso, se trata de las instalaciones de transporte y embarque del mineral de hierro de las antiguas minas de Lucainena de las Torres, situadas a unos 50 kilómetros en el interior, en la Sierra de Alhamilla.
Esta actividad minera durante el siglo XIX y primeras décadas del XX provocó la creación de una red de ferrocarriles mineros de la que en la actualidad solo se conservan vestigios. Uno de ellos fue la línea Lucainena – Agua Amarga que desembocaba en el embarcadero de mineral, en la actualidad con las instalaciones muy deterioradas que solo permiten intuir la magnitud de la instalación.
El embarcadero se construyó entre 1894 y 1896. Después de la Primera Guerra Mundial comenzaron los problemas de venta del mineral, hasta que, tras diversas vicisitudes en 1942 se efectuó el último cargamento en el buque Bartolo, que refleja la imagen. A continuación, se desmantelaron las instalaciones.
Las fotografías que siguen permiten hacerse una idea de la magnitud de la instalación y el aprovechamiento del desnivel entre la entrada de los trenes por la cresta del monte, su vaciado en los silos de la parte baja y el transporte con carretillas desde los silos hasta los barcos por la pasarela elevada para su vaciado, todo por gravedad.
Las imágenes muestran las instalaciones de la parte superior y el camino de acceso el ferrocarril.
Al mismo tiempo he podido apreciar elementos de la vegetación autóctona como los espartales y la margarita marítima.
Desde la cresta se descendía hasta los silos.
De los silos se conservan algunos muros.
Es una lástima que no se potencie algo más la preservación y puesta en valor de esta muestra significativa del patrimonio industrial de una obra que presenta unas características muy singulares, en su forma de aprovechamiento de la orografía del territorio para resolver el problema de la carga del mineral de hierro en los barcos de transporte.
Agua Amarga
Acercarme hasta el cargadero ha tenido otro aliciente, al disponer de una magnifica vista sobre el pueblo de Agua Amarga y del perfil de los acantilados hacia el sur.
Así como una perspectiva del Cabo de Gata hacia las tierras del interior.
Agua Amarga (C) es el primer núcleo habitado en el extremo norte del Parque con 374 habitantes. Téngase en cuenta que Carboneras, unos 9 kilómetros al norte, aunque rodeado por el Parque, no forma parte del mismo.
Localizada en un fondeadero natural, cuenta con una amplia playa. De ser pueblo pesquero actualmente vive del turismo, con la consiguiente adaptación de la arquitectura popular a una arquitectura turística, pero de baja altura y manteniendo el color blanco como símbolo.
En el lado este, en la cima del cerro aparecen los restos que puedes imaginar que se trata de los restos de un castillo cuando, en realidad, corresponden a las ruinas de la instalación superior del cargadero desde donde había efectuado las fotografías panorámicas.
El recorrido hasta la siguiente localidad de Las Negras discurre por el interior del territorio.
Aquí toparemos con uno de los símbolos de Almería: los invernaderos. La mayoría, sin embargo, fuera de los límites del Parque.
Las Negras
Las Negras (D), con 374 habitantes en 2018, un antiguo pueblo de pescadores que aún conserva un cierto sabor marinero en la primera línea de playa pero que está creciendo bajo el modelo urbanístico de turismo de playa. Su nombre lo recibe del color oscuro de la tierra volcánica. Tiene unas preciosas panorámicas.
A la vista aparece una réplica exacta del Molino de Los Méndez.
La secuencia panorámica de fotografías permite observar el enclave entre la masa montañosa.
En el lado norte es donde se conserva en mayor medida el espíritu marinero.
Con los impresionantes acantilados hacia el norte.
Rodalquilar
Un error de programación imperdonable hizo que pasara por alto visitar las minas de oro de Rodalquilar, situadas poca antes del Mirador de la Amatista.
Mirador de la Amatista
Continuo mi recorrido en coche hacia el sur. La carretera vuelve a llevarme por el interior hasta llegar al punto donde se encuentra el Mirador de La Amatista (E). Se sitúa este mirador sobre la costa con unas magníficas vistas. Su nombre proviene de la cantera de cuarzo amatista que se encontraba en la zona.
En el punto de aparcamiento hay un Punto de Información estacional, cerrado en el momento de mi visita.
Un mural muestra la representación de la flora y la fauna del entorno.
En dirección noreste la Torre de Los Lobos.
Hacia el sudoeste la Punta del Barranco del Negro en primer término, y el Cerro del Fraile al fondo.
El panorama se completa con una perspectiva hacia el interior.
Así como es perceptible la base volcánica del lugar.
Isleta del Moro
La Isleta del Moro (F), con 188 habitantes (2018), es una barriada de costa donde todavía permanece la actividad pesquera.
El pueblecito surgió durante el siglo XIX, por resultar ser un excelente refugio para las embarcaciones pesqueras, único recurso del pueblo hasta hace pocos años.
La playa situada frente al islote fue, al parecer, nido de piratas norteafricanos, de donde deriva su nombre.
Desde el aparcamiento a la entrada, mirando en dirección noreste, se adentra en el mar la Punta del Barranco del Negro, que ya había visto desde el Mirador de la Amatista.
Gran parte del pueblo está construido sobre el istmo que se ha formado con el peñón que sobresale en el mar, tras el que se sitúa la isleta.
La disposición de la isleta se ve con claridad desde Los Escullos, al otro lado de la ensenada.
Las casas son simples, siguiendo el modelo de arquitectura popular, de forma cúbica con cubiertas planas y adosamiento de porches y corrales y encalado de blanco.
Aunque es escasa la presencia de urbanizaciones turísticas.
Una sencilla Iglesia de estilo popular preside el centro del núcleo.
También son visibles algunas barcas de pescadores ancladas en el mar.
Desde el espigón contemplo la extensión de la bahía con el Cerro del Fraile al fondo, cota más alta de la Sierra Volcánica de Cabo de Gata, con 493 metros, restos de una antigua caldera volcánica.
A sus pies Los Escullos, que será mi siguiente parada.
Los Escullos y Castillo de San Felipe
Los Escullos (G) es un enclave al abrigo de la fortaleza costera de San Felipe, construida durante el reinado de Carlos III en el siglo XVIII, dentro del plan de defensa de las costas de Granada.
El interés geológico del lugar es que se asienta sobre una duna fosilizada.
La vista desde La Isleta del Moro permite distinguir la fortaleza.
Noria de El Pozo de los Frailes
El recorrido hacia el sur por carretera vuelve a adentrarse por el interior.
Al pasar por El Pozo de los Frailes, junto a la carretera se puede observar una espléndida Noria de Sangre (H), construida a principios del siglo XX.
La historia de la población ha estado siempre ligada a la existencia de este pozo comunal.
Junto a ella los lavaderos, abrevaderos y canal de riego.
En las proximidades también pueden observarse otros elementos de la cultura del agua como los aljibes.
San José
Llego a la última etapa de la ruta en la localidad de San José (I), con 862 habitantes en 2018.
Es la barriada con mayor infraestructura turística del Parque, cuenta con puerto deportivo y oficina de turismo.
Era una aldea de pescadores y los restos arqueológicos encontrados en sus aguas manifiestan la importancia que tuvo en época romana.
Ocupa una ensenada entre el cerro de Enmedio al norte y el cerro del Ave María al sur.
El pueblo ocupa la ensenada al tiempo que la ocupación turística ha ido ascendiendo por la ladera de los cerros.
En este punto termina la carretera asfaltada y se accede a las Playas de Genoveses y Monsul por un camino de tierra.
Cerro del Ave María y Molino de Genoveses
Para echar un vistazo sobre la playa de los Genoveses me acerque al cerro del Ave María hasta el Collado de los Genoveses.
El fondeadero recibe este nombre por ser el lugar donde desembarcaron tropas genovesas que ayudaron en la primera toma de la ciudad de Almería en el siglo XII.
En este punto se halla situado el molino harinero del Collado de los Genoveses con chapitel giratorio, recientemente restaurado.
Fin de la salida
Doy por finalizada la ruta que me ha llevado de norte a sur por la costa del Cabo de Gata.
Ha sido un recorrido adaptado al uso del automóvil.
Hay otra manera de visitar el Cabo de Gata, recorriendo a pie los numerosos senderos bien señalizados por todo el territorio.
Es la manera ideal, y muchas veces la única, de poder acceder a las numerosas playas que se han formado a lo largo de esta rocosa costa.
También la vía marítima puede ser otra forma de recorrer y disfrutar del litoral y del parque protegido submarino.
La acción del hombre es importante y particular a través de la arquitectura popular de sus casas y cortijadas; las formas de aprovechamiento del agua (norias, aljibes, acequias, …); explotaciones mineras o atalayas y fortalezas.
Pero es un territorio en el que los elementos de la naturaleza adquieren una importancia muy particular y trascendente. Por ello la diversidad de figuras de protección medioambiental que lo afectan.
Será una experiencia apasionante para los amantes de mar y los fondos marinos, de la geología, el vulcanismo o la minería, así como por participar de su flora, con especies endémicas o la fauna.
Tener presente que se trata de la zona semiárida más importante de Europa.
Este paisaje particular fue el que convirtió a estas tierras en paisaje cinematográfico.
También cabe considerar que el turismo, siendo creciente, no es asfixiante como en otras zonas litorales.
Es verdad que no es un territorio que podríamos llamar “amable”. Al contrario, en su “dureza” se halla uno de los grandes atractivos para todo amante de la naturaleza.
Me han quedado muchas cosas por hacer y conocer, por ejemplo, la zona occidental del Parque. Espero tener la ocasión de poder completar mi aproximación al Cabo de Gata en una próxima ocasión.
Y al lector le incito a que le dedique alguno de sus momentos practicando un turismo tranquilo.
Bases de información
Google academic
J, López, E. Cifuentes, Molinos, aljibes y norias: la cultura del paisaje en Cabo de Gata
C. López Carrique, E. López Carrique, Patrimonio cultural del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar
J.A. Cortés Vázquez, V. Quintero Morón, J.M. Valcuende del Río, La naturaleza como patrimonio: Una categoría en disputa en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar
F.H. Ortiz, La minería en la Sierra del Cabo de Gata (Almería)
V. Quintero Morón, J.M. Valcuende Del Río, J.A. Cortés Vázquez, Contemplar o vivir. Símbolos y legitimaciones en un espacio protegido
Enlace con el Post: Casona Granado, Alojamiento boutique. Levante Almeriense
