La visita al acantilado El Bolao y el molino El Bolao, en la localidad de Toñanes (Cantabria), es una magnífica ocasión para apreciar la belleza de la costa cantábrica y de cómo el hombre sabe aprovechar los recursos naturales en lugares increíbles.
Acantilado El Bolao y Molino (Cantabria)
Acantilado El Bolao y Molino. Paisaje de Cóbreces y Toñanes. Marina Occidental. Cantabria
Localidad: Toñanes. Municipio: Alfoz de Lloredo. Com. Autónoma: Cantabria
Coordenadas: 43°23’57.8″N 4°11’55.6″W
Visita: 2021
Acantilado El Bolao y Molino. Paisaje de Cóbreces y Toñanes. Marina Occidental. Cantabria
Aprovechamos la estancia en Los Prados 45. Posada de Cantabria para ir a contemplar los efectos de las fuerzas de la naturaleza, en este caso el mar Cantábrico, sobre la costa en el acantilado El Bolao, en Cantabria.
El día es nublado, aunque con un mar apacible.
Un punto de la costa cantábrica
Nos dirigimos hacia la parte oriental de la costa de la Comunidad Autónoma de Cantabria, en la localidad de Toñanes, perteneciente al municipio de Alfoz de Lloredo, para acceder a una de las innumerables maravillas que la línea de costa y sus acantilados nos ofrecen. Se trata del acantilado El Bolao.
Este ámbito del litoral constituye un paisaje característico de la Marina Occidental de Cantabria, territorio característico de una antigua plataforma de abrasión marina, de relieve llano pero ondulado, en el que se combinan acantilados, playas, núcleos rurales, praderías y elementos singulares como el Molino El Bolao.
La visita al acantilado y molino de El Bolao
La localidad de Toñanes se asienta sobre la plataforma, a unos 600 metros de la línea de costa.
Es un paisaje rural de praderías y terrazgos surcado por una compleja red de caminos, con suelos de gran valor agrológico.
El acantilado de El Bolao
El relieve llano se interrumpe abruptamente al llegar a la costa, formando acantilados y puntas, que pueden alcanzar los 60 o 70 metros de desnivel.
Mientras avanzamos hacia el acantilado, las vacas nos observan con santa paciencia. Me ha parecido sentir que se preguntaban: “¿qué hacen estos bípedos por aquí sin comer hierba?”, o algún pensamiento parecido.
En el horizonte aparecen las ruinas del otro elemento significativo de esta parte del territorio: las ruinas del molino El Bolao.
Aun cuando por la línea de playa el perfil es continuo, la erosión del arroyo de la Presa sobre el acantilado le ha hecho retroceder unos 100 metros hacia el interior, formándose una cascada.
A cada lado del arroyo aparecen los espectaculares acantilados de calcarenitas con intercalaciones margosas. La dinámica erosiva costera se aprecia por la gran cantidad de desprendimientos rocosos.
Es posible descender hacia el lecho del río y ascender por el lado opuesto hasta la cima del acantilado, donde se halla un banco desde el que se afirma que pueden contemplarse extraordinarios atardeceres.
En dirección a poniente se cierra esta bahía por la punta de la Rebollera.
Contrasta, en comparación con otros puntos de la Costa Cantábrica, como en la Costa Quebrada hacia levante, por la horizontalidad de sus capas geológicas sedimentarias.
Un atractivo turístico es buscar en el conjunto el perfil de la cara del indio de Bolao.
“Cualquier sitio es bueno, y este es fantástico, para relajarse o hacerse una selfi.”
Ruinas del molino hidráulico de El Bolao
El otro atractivo del lugar es las ruinas de un antiguo molino hidráulico del que no se conoce con exactitud su época de construcción, probablemente de la Edad Media.
El molino que aprovechaba la energía del Arroyo la Presa en el punto donde se forma la cascada, a pocos metros de desembocar en el mar.
Quedan los restos de dos edificios y un muro hastial de otro, así como la retención sobre el arroyo formando una pequeña presa desde la que canalizar el agua hacia el molino. Las dos edificaciones sin techumbre.
Junto a la presa y la cascada los restos del molino y, enfrente, un muro hastial de una posible vivienda.
Todas las paredes son de sillarejo con las esquinas y los vanos de las puertas de sillares. Las partes de hormigón corresponden a obras de consolidación recientes para evitar accidentes.
El otro edificio rectangular podría haber sido un almacén y/o cuadra.
Junto al molino, la presa y el pequeño embalse que forma.
Aun subsisten alguna vigas y estructura de madera. Ha desaparecido todo vestigio de maquinaria.
Unos 200 metros más arriba, perece que se encuentran las ruinas de otro molino, que no visitamos.
No se cuál es la situación actual, pero en los últimos años ha habido un debate sobre si debía construirse un mirador en el lugar, idea rechazada por ecologistas y conservacionistas.