Una cabaña de ovejas reconvertida acoge Los Prados 45, Posada de Cantabria, junto a la villa de Liérganes (Cantabria). Aislada en el valle pasiego del río Miera, ofrece tranquilidad, calidad, confort y trato exquisito, en un lugar idílico.
Los Prados 45, Posada de Cantabria. Valles Pasiegos
Los Prados 45, Posada de Cantabria, Liérganes. Cantabria
Dirección: Barrio de Los Prados, 45, 39722 Liérganes. Comarca: Valles Pasiegos. Provincia: Cantabria. Com. Autónoma: Cantabria.
Coordenadas: 43°21′02”N 3°43′28”O. Altitud: 125 msnm. Población: 2.407 habitantes (2020)
Web: losprados45
5 habitaciones
Estancia: 2021
Índice
Los Prados 45, Posada de Cantabria, Liérganes. Cantabria
El alojamiento: Los Prados 45, una Posada de Cantabria
Ruta circular por el Valle del Miera, Las Machorras (Burgos) y Valle del Asón
Ruta circular corta de los valles del Pisueña y del Miera
Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Cueva de El Castillo y Cueva Las Monedas (Puente Viesgo)
Las localidades de la costa cantábrica
Los Prados 45, Posada de Cantabria, Liérganes. Cantabria
Planteé una salida a Cantabria y alojarme en los Valles Pasiegos. No tenía objetivos muy definidos, solo dejarme llevar por las sensaciones del momento y disfrutar del espléndido paisaje montañés.
Elección del alojamiento
Definida la zona, los Valles Pasiegos, la elección del lugar de alojamiento fue ardua, ya que la oferta es amplia en esta zona. Nos decidimos por un alojamiento reconocido como Posada de Cantabria, que deben reunir los siguientes requisitos: “Ubicarse en inmuebles cuya fecha de construcción sea anterior a 1950, con tipología constructiva propia del medio rural, y que estén construidos con piedra de sillería, mampostería con piedra del lugar, ladrillo rústico, madera o combinación de alguno de éstos, siempre que se respeten los elementos arquitectónicos ….”
El alojamiento: Los Prados 45, una Posada de Cantabria
Los Prados 45, Posada de Cantabria es una cabaña pasiega de más de cien años, transformada en una acogedora Posada tras una reforma que se ha llevado a cabo respetando su estructura, vigas y pilares. La casa está enclavada en una finca de nueve hectáreas ubicada en Liérganes.
A Isabel y Javier, una pareja de profesionales madrileños, después de repetidas estancias en Cantabria, se les presentó la oportunidad de adquirir una cabaña pasiega en medio del campo en la localidad de Liérganes. En ese momento decidieron dar un vuelco a su vida, que ya venían meditando, y acometer la reestructuración de la cabaña para convertirla en un hotel rural y trasladarse a vivir a él para regentarlo.
Después de una profunda y cuidada restauración, en 2018 abrió sus puertas Los Prados 45, un hotel rural de cinco habitaciones, en el espectacular territorio de los Valles Pasiegos.
Como un síntoma de autenticidad y arraigo en el territorio decidieron ponerle por nombre la simple dirección postal: Los Prados 45.
Los Prados 45 reúne con creces los requisitos que se piden para ser Posada de Cantabria, además de hallarse aislada en medio del campo, y provenir de una auténtica cabaña pasiega. Además, ofrecía unas vistas espléndidas, como pudimos comprobar.
No dispone de restaurante, que es uno de los requisitos que acostumbro a considerar, pero el compromiso de que nos ayudarían a encontrar y reservar restaurantes en la zona de calidad y buena atención me pareció que podía ser adecuada, como igualmente pudimos comprobar que se cumplía.
Javier hace de anfitrión. Después de los trámites de inscripción de rigor, cumple con su compromiso de aconsejarnos y efectuar la reserva para comer en un excelente restaurante de la zona.
Sin ninguna prisa, nos muestra el edificio y nos interesamos por la historia del hotel y nos comenta las peripecias hasta hacerlo realidad, mostrándonos fotografías del estado inicial del edificio. Le pido una copia, que amablemente me proporciona.
Así podemos comprobar la permanencia de la estructura del establo primitivo en la gran sala de recepción y estar, que ocupa gran parte de la planta baja.
El edificio es una amplia cabaña de ovejas en la ladera de la montaña orientada al sur, situada aislada dentro de una finca de nueve hectáreas.
Una edificación rectangular de dos plantas y un desván, con muros de mampostería de piedra vista con las esquinas de sillares.
La fachada de hastial sobre el lado corto, con tejado a dos aguas. Presenta la típica prolongación del siglo XIX de la techumbre sobre la fachada, que cubre una solana de madera.
La gran portada, con dintel de madera sobre pilares de sillar, respondía a las funciones de establo.
Una contundente campana y un encantador y tranquilísimo perro forman parte del entorno.
El puesto de recepción se integra con el conjunto de estar y distribución de la planta baja de entrada.
La planta baja, adaptada a las necesidades actuales, mantiene el carácter de arquitectura tradicional, conservándose todos los elementos constructivos originales posibles.
Postes apoyados en peana y zapatas de sustentación en la parte superior. Los postes se prolongan en la planta superior hasta la cubierta. Por la habitación pasará uno de ellos.
Además del espacio de recepción y de la gran escalera de subida a la planta superior, la gran sala diáfana está conformada por tres espacios.
Una gran mesa de comedor, donde se sirven los desayunos cuando el tiempo no permite disfrutar del exterior.
Un espacio central de relax, conversación y lectura, con un hogar para los días fríos o lluviosos.
Y un espacio para la televisión, e intuyo que para poder organizar juegos de mesa si se tercia, también con su chimenea.
Para mayor tranquilidad y sosiego, en las habitaciones no se han instalado televisores, cosa que yo agradezco.
Subimos a la planta superior, en un amiente de sobriedad y elegancia.
Con detalles nobles.
Aprecio la personalización de la entrada a las habitaciones. Isabel y Javier tuvieron el acierto de denominarlas según el elemento del paisaje más característico que se domina desde cada una de ellas. A nosotros nos asignaron la Rucandio.
La habitación, bajo techado, es espaciosa y confortable, con toques antiguos y orientales discretos.
Se visualizan los elementos estructurales, con la prolongación del poste de soporte procedente de la planta baja, y de la cubierta.
Javier nos explica que la cabecera de la cama aprovecha una puerta vieja recuperada.
Pero lo más destacado de la habitación son las vistas sobre el valle. Es indescriptible el placer de dormir con los postigos abiertos, solo con la luz de la noche, y despertar con el cuadro de la naturaleza que se observa a través de la ventana.
Al fondo se aprecia la localidad de Rucandio, en la que sobresale la iglesia parroquial de Santa María Magdalena.
A lado y lado de la ventana, la perspectiva del paisaje, con sus imágenes cambiantes con la meteorología, explican por sí solas el acierto en la elección de Los Prados 45.
Dentro del campo visual aparece una cabaña sin restaurar.
Solo me queda buscar la imagen exterior de las ventanas de la habitación, como es mi costumbre.
A la hora del desayuno, como la meteorología acompañaba, se servía en la terraza exterior, en el lado de solana.
Como no podía ser de otra forma, el desayuno aporta la máxima calidad de los ingredientes, con especial preferencia por los productos locales, en los que no podía faltar la mantequilla, la mermelada de mora casera o las galletas o sobaos pasiegos.
Como ya he indicado, la posada Los Prados 45 se halla dentro de una gran finca. Una oferta que nos ofrece es pasear por ella y, sobre todo, ascender por el prado de la ladera norte hasta lo que han denominado mirador, disfrutando de sus prados y de pequeños bosques de robles, castaños, acebos y eucaliptus. Y, sobre todo, imbuirse del paisaje natural humanizado a lo largo de siglos.
A medida que se va ascendiendo, con la altura aumenta la belleza de las perspectivas que ofrece el paisaje pasiego del Valle del Rio Miera.
La señalización nos orienta por diversos recorridos.
Hasta alcanzar el límite superior del mirador.
Dejemos divagar la vista por este paisaje que combina la naturaleza con la forma de asentamiento humano ligado al aprovechamiento de los pastos para la ganadería, especialmente ovina, a lo largo de los siglos.
En el descenso puedo disfrutar de la perspectiva de la perfecta ubicación de la posada Los Prados 45, con el telón de fondo de prados, bosques y montaña.
No disponer de restaurante no fue ningún inconveniente, pues la oferta que nos asesoró Javier por las localidades del entorno -Pamanes, La Cavada, Liérganes- a pocos kilómetros por carreteras tranquilas, nos permitió degustar excelentes platos de cocina variada.
Todo termina, y lo bueno todavía más rápido, y debemos despedirnos de la posada Los Prados 45. Lo bueno que tienen estos alojamientos familiares es que llegamos como clientes y marchamos como amigos, por lo menos por nuestra parte.
Isabel y Javier ofrecen a un tiempo la calidez del trato y la calidad del producto, que hace que al marchar te vayas con las ganas de volver lo antes posible.
De hecho, te están ofreciendo compartir su casa. Gracias por ello.
Como siempre, esta es mi opinión personal, libre de ningún tipo de compromiso comercial.
El territorio: Cantabria
En este caso podemos decir que el territorio abarca toda la Comunidad Autónoma de Cantabria.
Esta Comunidad se encuentra entre el Mar Cantábrico y la parte central de la Cordillera Cantábrica. Al sur se abre hacia el valle del Ebro, río que nace en esta Comunidad.
La estructura del territorio se caracteriza por las cortas distancias, en general inferiores a 75 km, que separan la costa, en su mayor parte acantilada, de las importantes altitudes de la barrera montañosa que constituyen la Cordillera Cantábrica, casi siempre con altitudes superiores a 1.200 metros hasta superar los 2.500 metros.
Está estructura solo deja una estrecha franja llana (la Marina) de 10 a 15 km de anchura en la zona costera.
Los ríos cortos y de fuerte pendiente estructuran el territorio en ejes perpendiculares al mar.
El clima y la orografía han sido factores determinantes para la vegetación y el desarrollo de la agricultura, mientras que la elevada pluviosidad permite el dominio vegetal atlántico.
Al ascender en altitud en cortas distancias, en un contexto de alta pluviosidad, se producen contrastes anuales en los procesos vegetales que llevaron a un aprovechamiento en el traslado estacional del ganado en altura -trasterminancia- dentro del mismo valle, no a distancia a otros territorios, como en la trashumancia clásica.
La morfología cárstica de una parte del territorio ha permitido la formación de importantes cuevas, algunas de las cuales se han hecho famosos por haber albergado hábitats prehistóricos que contienen pinturas y grabados paleolíticos de gran importancia, donde destaca la cueva de Altamira. Su importancia ha sido reconocida por la UNESCO al considerar el Arte Rupestre Paleolítico de la Cornisa Cantábrica como Patrimonio Mundial.
Los puertos cantábricos de Laredo, Santander y Castro Urdiales has constituido históricamente los puertos marítimos de Castilla. La importante obra del Canal de Castilla de los siglos XVIII y XIX tenía por finalidad acercar los cereales y lanas de la Meseta a estos puertos, para su comercio internacional.
Propuestas de salidas
Este marco geográfico de contrastes ofrece innumerables posibilidades de visita, desde la costa, con sus acantilados, playas y puertos marítimos, a los valles que se adentran siguiendo los cursos de erosión de los ríos, o hasta las cimas de la Cordillera Cantábrica central.
Liérganes
Es obligado pasear por Liérganes, a 2 kilómetros, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Conjunto Histórico Artístico.
Con una población de 964 habitantes en la localidad y 2.407 en el conjunto del municipio (2020).
Del conjunto destacan la arquitectura civil y en concreto las casonas y palacios blasonados; el puente medieval; la iglesia de San Pedro ad Vincula del siglo XVII; así como el edificio de la primera fábrica de cañones de España.
Junto al río Miera podrás conocer la leyenda del Hombre Pez.
En el Ecomuseo Fluviarium de la montaña y cuencas fluviales pasiegas, se presenta la flora y fauna regionales con acuarios.
Los Valles Pasiegos
Las actividades por el territorio interior central de Cantabria en los Valles Pasiegos son potencialmente innumerables. También dependerá de que nuestro interés sea más puntual para desarrollar actividades en intensidad sobre un punto del territorio, o preferentemente orientadas a abarcar una visión más amplia y de conjunto de estos Valles.
En el primer sentido proponemos la visita al Parque de la Naturaleza de Cabárceno y a las cuevas en el Monte Castillo.
Para lo segundo, pedimos asesoramiento a Javier para movernos por el interior, especialmente por los Valles Pasiegos. Nos propone dos rutas circulares: un. Ruta circular más corta “de los sobaos”; y otra más larga por el puerto de Portillo Lunada.
En el momento del asesoramiento Javier os indicará los puntos de interés, paisajístico y artístico, así como buenos lugares donde poder comer.
Ruta circular por el Valle del Miera, La Machorras (Burgos) y Valle del Asón
Recorrido total 97 kilómetros; 2:20 horas de recorrido sin paradas.
En dirección sur seguiremos todo el Valle del Rio Miera, hasta su nacimiento junto al Puerto de Lunada (1.350 m). Es un valle cerrado de origen glaciar, pero modificado por el Miera con sus aguas torrenciales.
En este punto nos adentramos en los pasiegos burgaleses. El cambio de paisaje es notable. Hemos pasado de la vertiente septentrional a la vertiente meridional de estos montes.
Descendemos por la BU-572 que empalma con la BU-570 hasta el punto de enlace con la BU-571, en Las Machadas, para girar por esta en dirección norte hasta el Puerto de la Sía, que nos retorna por la CA-665 a Cantabria.
Se pasa junto al nacimiento de río Gángara y, poco después el del río Asón que seguiremos hasta Arredondo. El territorio es mucho más abierto. De Arredondo, por el puerto de Alisas, regresamos a la Posada.
El contraste de paisajes será un elemento definitorio de este recorrido. Siendo impactante el del Valle de Miera.
La lástima es que la estrechez de la carretera y la ausencia de miradores hace muy difícil detenerse para poder contemplar la grandeza del paisaje.
Para los amantes del senderismo es un recorrido lleno de oportunidades.
Ruta circular corta de los valles del Pisueña y del Miera
Recorrido total 68 kilómetros; 1:20 horas de recorrido sin paradas.
Hacia el oeste por Liérganes hasta Santa María de Cayón, Villacarriedo, Selaya (donde se fabrican los sobaos pasiegos), San roque de Riomiera y, siguiendo el curso de rio Miera regresar a Liérganes y Los Prados 45.
Esta ruta quedó para otra ocasión. Por suerte, los sobaos se pueden comprar por todas partes.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno
A 15 kilómetros, para los amantes de la naturaleza y los animales el Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
Acoge a casi 120 especies animales de los cinco continentes que viven en régimen de semilibertad, distribuidos en recintos de grandes superficies donde coexisten una o varias especies.
Es un espacio naturalizado por la mano del hombre, a partir de la belleza primitiva de su paisaje kárstico, sobre las 750 ha de una antigua explotación minera a cielo abierto.
Cueva de El Castillo y Cueva Las Monedas (Puente Viesgo)
A 30 kilómetros, en Puente Viesgo, se encuentra uno de los conjuntos de cuevas más importantes de Arte Rupestre Paleolítico de la Cornisa Cantábrica, catalogadas como Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Se trata de cuatro Cuevas en el Monte Castillo –El Castillo, Las Chimeneas, Las Monedas y La Pasiega-. Son visitables las cuevas de El Castillo y de Las Monedas.
El único problema es que se tiene que efectuar la reserva con mucha antelación al teléfono 942 598 425 o en entradas online. Lo digo porque quería visitar la cueva El Castillo y no me fue posible.
Las localidades de la costa cantábrica
La costa concentra uno de los atractivos turísticos más potentes de Cantabria en una combinación alternativa de acantilados, playas, rías y localidades históricamente fuertemente vinculadas al mar por la pesca y el comercio marítimo.
De este a oeste señalaré algunas de relevantes. Pero, si se tiene tiempo y buena disposición viajera, es un territorio para dejarse llevar por la intuición, aunque no sea hacia lo lugares de más renombre turístico: el paisaje natural y el paisaje humanizado sobre un extenso poblamiento disperso, hacen maravilloso cualquier lugar.
Castro-Urdiales
Castro-Urdiales se halla a 55 kilómetros de la posada Los Prados 45. Con 25.644 habitantes en la localidad central, con un importante número de núcleos y edificaciones diseminadas que eleva a 32.270 los habitantes del conjunto del municipio (2020).
Bien de Interés Cultural (BIC) como Conjunto Histórico desde el año 1978, así como en diversos edificios catalogados BIC.
En Castro-Urdiales arrancamos desde la prehistoria con sus cuevas (cueva de La Peña del Cuco), pasando por la huella romana (yacimiento romano de Flavióbriga), el puerto y el comercio marítimo, con su reflejo en su urbanismo y en la arquitectura civil y religiosa. Y también en sus playas.
Santander
La capital de la Comunidad Autónoma, Santander, está a una distancia de 24 kilómetros. Históricamente se la ha considerado el puerto de Castilla, y llegar a él era uno de los objetivos de la construcción del Canal de Castilla en los siglos XVIII y XIX, lo que se consiguió de forma eficaz con la construcción del ferrocarril que en 1866 unió Madrid con Santander.
El censo de Santander es 128.007 habitantes, y 173.375 en el conjunto del municipio (2020).
En la ciudad se han catalogado dos conjuntos históricos. El Conjunto Histórico Paseo de Pereda y Calle de Castelar y el Conjunto histórico del Sardinero.
Además, se incluyen como BIC numerosos edificios civiles y religiosos, así como museos y jardines. Es simbólico el Palacio de la Magdalena y sus Jardines, que fue residencia estival del rey Alfonso XIII entre 1919 y 1930.
Su papel como ciudad veraniega de la realeza marcó profundamente su carácter, su urbanismo y su arquitectura.
La influencia posterior de los Botín se manifiesta en el edificio del Centro Botín, junto al mar en el centro de la ciudad.
Santillana del Mar y Cuevas de Altamira
Santillana del Mar, a 44 kilómetros. Bien de Interés Cultural (BIC) como Conjunto Histórico desde 1943.
Aunque como dice el dicho, Santillana del Mar es el pueblo de las tres mentiras porque ni es santa, ni es llana, ni tiene mar, si tiene un extraordinario patrimonio histórico.
Al recorrer sus calles empedradas (aviso: no aptas para zapatos de tacón) y admirar la arquitectura popular, la palaciega y la religiosa, prácticamente concentrada en una calle, corres el riesgo de sufrir el síndrome de Stendhal.
A menos de 3 kilómetros, se encuentran las Cuevas de Altamira. La visita a la Cueva es prácticamente imposible (máximo de 5 personas por semana, con lista de espera cerrada).
En el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira Marcelino Sanz de Sautuola, al lado de la Cueva, esta se ha reproducido en lo que se denomina la Neocueva de Altamira.
Acantilado El Bolao
Enlace con el Post: Acantilado El Bolao y Molino (Cantabria)
A 54 kilómetros se puede disfrutar de una de las “construcciones naturales” más impresionantes de esta costa. Se trata del acantilado El Bolao, situado en la parte central de la costa de la Comunidad.
Las suaves ondulaciones del paisaje se quiebran al llegar a la línea de costa formando acantilados.
En este punto de ruptura de niveles, al llegar al mar, el arroyo de la Presa forma una cascada que en su tiempo fue aprovechada para instalar un molino de agua, del cual solo quedan ruinas de su construcción.
No puede marchar uno de Cantabria sin ver alguno de sus acantilados.
Comillas
A 63 kilómetros se halla Comillas. El municipio concentra a 2.124 habitantes (2020).
La particularidad de Comillas es la de ser una localidad pensada para el turismo desde finales del siglo XIX, a raíz de la estancia veraniega del rey Alfonso XII en 1881 y 1882.
Aun cuando el poblamiento de la zona se remonta a la prehistoria (cueva de La Meaza), a diferencia del resto de poblaciones, aquí lo importante es el urbanismo y las construcciones que se realizaron a partir de finales del siglo XIX, sobre todo bajo la influencia de los arquitectos modernistas catalanes, como Gaudí, Domènech i Muntaner y Martorell patrocinados por el Marqués de Comillas.
La presencia real veraniega atrajo a la nobleza y la burguesía hacia la zona en sus épocas estivales. Las visitas reales se mantuvieron con Alfonso XIII, aun cuando este fijó su residencia veraniega en Santander.
En la localidad se han catalogado dos Conjuntos Históricos (BIC): el Conjunto Histórico Artístico la Villa en su conjunto, y el Palacio de Sobrellano del Marqués de Comillas, la capilla-panteón y su parque.
A su vez, las obras modernistas, con el edificio El Capricho de Gaudí a la cabeza, se las considera Bienes de Interés Cultural (BIC).
San Vicente de la Barquera
La población más occidental de visita será San Vicente de la Barquera, a 70 kilómetros. Con 2.962 habitantes en la localidad y hasta los 4.095 dispersados por el término municipal (2020). Situada en el centro del Parque Natural de Oyambre.
Tres elementos que sobresalen de gran interés. Son el puente sobre la ría, el Castillo de San Vicente., como símbolo defensivo del puerto, cuya actividad pesquera se mantiene y la Iglesia de Santa María de los Ángeles.
La catalogación BIC se concentra en el Conjunto histórico de Puebla Vieja de San Vicente de la Barquera, así como en numerosos edificios civiles y palaciegos, religiosos y defensivos, como la muralla.
Si nos desplazamos entre San Vicente de la Barquera y Comillas, puede ser una buena opción hacerlo por la carretera de la costa (CA-236). Ello nos permitirá ver el bullicio de aparcamientos y escuelas de surf, con los correspondientes surfistas, vitalizando el recorrido con el fondo del mar en el paisaje.
Fin de la salida: el regreso
A pesar de ser una Comunidad Autónoma pequeña en extensión, Cantabria es intensa en oferta turística: por su morfología, por su paisaje, por su historia, por su paisaje humanizado y sus asentamientos.
No nos hemos adentrado en un aspecto de gran belleza e intensidad: los asentamientos rurales, las cabañas y el paisaje pastoril. Sería necesario realizar muchas más visitas.
Los Prados 45, Posada de Cantabria es un excelente lugar donde alojarse y como punto de partida para numerosas salidas, visitas y rutas.
Es excelente en sus instalaciones, en sus servicios y, por encima de todo, por el trato que Isabel y Javier dispensan. Más que un negocio es un servicio de personas para personas. Cualquier tiempo que estéis con ellos se os hará corto.