Iberos, romanos y olivos dan personalidad a Almedinilla (La Subbética, Córdoba). Un pueblo blanco andaluz entre el paisaje cárstico de la Sierra de Albayate y las olas de campos de olivos.
Almedinilla
Almedinilla (Subbética, Córdoba)
Almedinilla. Comarca: La Subbética. Provincia: Córdoba. Com. Autónoma: Andalucía
Coordenadas: 37o 26 ’21 «N 4 o 05′ 36″ O. Altitud: 670 msnm. Población: 1.539 habitantes (2017)
Web: almedinilla
Centro de Recepción de visitantes: A-339 km 37 (14812) Almedinilla Córdoba. Teléfono: 957703317, 606972070 Email: info@almedinillaturismo.es
Visita: 2018
Índice
Almedinilla (Subbética, Córdoba)
Dentro de mis objetivos de un turismo tranquilo el factor más importante en la elección de esta salida había sido pasar unos días en la Hospedería la Era (que incluyo en el Blog con un Post aparte), ya que se presentaba como un alojamiento perfecto para mis deseos. Sabéis que los otros dos requisitos son una buena comida y un buen entorno. En este último aspecto el pueblo de Almedinilla y el conjunto de la comarca de la Subbética cordobesa, ofrecían alicientes excelentes para justificar el desplazamiento y la estancia.
Me dirijo al pueblo más meridional de la provincia de Córdoba, fronterizo con las de Jaén y Granada.
Se trata de un pueblo blanco, como tantos otros pueblos andaluces, situado a media montaña y atravesado por un río, el río Almedinilla o Caicena, que otorga a la parte vieja una disposición en V, con un brazo más corto que el otro.
Son 1.500 habitantes que viven en medio de las inabarcables tierras de olivos. Aquí se produce uno de los mejores aceites de oliva del mundo, el de la denominación de origen de Priego de Córdoba.
Para una información completa sobre Almedinilla y el territorio consulte la publicación de Ignacio Muñoz Jaén: Museo Municipal de Almedinilla.
El territorio. Comarca de La Subbética
La Subbética es una comarca montañosa suave, de unos 1.600 km², situada en el sureste de la provincia de Córdoba, en el centro geográfico de Andalucía. En ella se encuentra el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, espacio protegido de gran riqueza ecológica.
Está compuesta por 14 municipios con una población total de 123.045 habitantes (2017). Las poblaciones más importantes son Lucena (42.511 hab.), Priego de Córdoba (22.697 hab.) Y Cabra (20.557 hab.). Los habitantes de Almedinilla en el total del municipio son 2.455.
El componente más importante de su economía es el aceite de oliva, que cada vez más ha convertido la plantación de olivos en un monocultivo que ha desplazado a los antiguos cultivos de subsistencia. Esta tendencia ha sido favorecida por la política agraria Comunitaria que incentiva la plantación de olivos. La alta calidad de este aceite se concreta en tres denominaciones de origen muy valoradas: Baena, Lucena y Priego de Córdoba.
Cabe señalar que el monocultivo del olivo es reciente en el tiempo, desde finales del siglo XIX.
En la zona occidental de la comarca, en Lucena, Cabra y Doña Mencia hay producción vinícola bajo la denominación Montilla-Moriles. Complementa la producción agraria explotaciones ovinas, caprinas y vacunas.
La presencia de la industria se concreta en la producción de muebles, confección, en las que Almedinilla participa, y metal.
En los últimos años el turismo adquiere más importancia aprovechándose del entorno natural, histórico y arqueológico.
Desde el Paleolíticos es constante la presencia humana, con espacial importancia de pobladores iberos bastetanos y, seguidamente, bajo el dominio romano.
Dentro del período de ocupación sarracena, la huella más importante fueron los trescientos años, hasta 1492, que estas tierras formaron parte de la franja con la frontera Nazarí, que se mantuvo prácticamente estabilizada durante estos siglos. La proliferación de castillos, torres de vigilancia y enlace, serán un resultado bastante visible en muchas de las localidades. La conquista castellana transformó todos los castillos sarracenos. Además, los Reyes Católicos impusieron la edificación de una iglesia católica en el recinto de cada castillo, como se puede constatar cuando se les visita.
A partir de este momento, los modelos artísticos que se difundirán serán el renacimiento español y posteriormente el barroco, coincidente con las etapas de máxima expansión económica, que a partir del siglo XVIII entrará en decadencia.
En la zona hay configurados una serie de pasos naturales que han hecho a lo largo de la historia puesto de tránsito, así como lugar de frontera, como ya hemos visto. Lo que ha propiciado el asentamiento humano desde el paleolítico ha sido el aprovechamiento del agua, un clima relativamente benigno y tierras accesibles y fértiles.
Un comentario sobre el desarrollo del territorio
Antes de continuar me gustaría hacer un comentario sobre la notable evolución de este territorio.
En 1964 se publicó el relato de Antonio Ferrés, «Tierra de olivos». Como se decía en la presentación: “Los campos y los pueblos de Córdoba y Jaén, las gentes de una de las zonas más ricas y peor tratadas por la historia reciente de nuestro suelo, se producen (…) con el mínimo artificio de que necesita una crónica conmovida”. Priego de Córdoba o Alcaudete formaban parte del trayecto en la narración.
Este libro se inscribió en un género de narración que se interesó por las zonas más deprimidas en aquellos momentos: Las Hurdes, Campos de Nijar, …. Lo que quiero resaltar es que, poco más de cincuenta años después, el contexto social de este territorio es irreconocible, pese puedan subsistir problemas estructurales de fondo. Es lo mismo que señalé para Las Hurdes.
No ha cambiado el paisaje de olivos, al contrario, hay más, pero si las condiciones de vida y las infraestructuras y servicios. Leer el libro ahora es, en buena hora, como adentrarse en el túnel del tiempo.
Almedinilla: Iberos, romanos y olivos
Estamos por encima de los 600 msnm, en el interior de las Cordilleras Subbéticas, al pie de la Sierra de Albayate (1.301 msnm), rodeados de olivos, en un paisaje de relieve cárstico, atravesado por el río Almedinilla o Caicena. Las corrientes de agua subterráneo y su afloramiento permitieron la instalación de enclaves de población, como la propia Almedinilla o la Villa de «El Ruedo».
Un poco de historia
Para los períodos prehistóricos se sabe de su existencia, pero falta información. Algunos hallazgos puntuales los sitúan en el Paleolítico medio, entre 100.000 a 35.000 a.C.
El paisaje cárstico era propicio para el poblamiento durante el período de las poblaciones cazadoras-recolectoras.
Se empieza a tener información arqueológica a partir de los iberos, en el importante yacimiento de el “Cerro de la Cruz”. El pueblo ibero que se asentó la zona de Almedinilla parece ser el bastetano, durante los siglos VI-II a.C., teniendo en cuenta la tipología de la cerámica recogida.
Estos recibieron influencias de fenicios, itálicos y griegos, y el papel de los Tartessos.
Los cartagineses primero, y los romanos después de ganar la Segunda Guerra Púnica, acabaron con la cultura ibera.
A partir de finales del siglo I a.C. se establece un período de estabilidad y de plena romanización de la comarca, con una multitud de asentamiento rurales, del que la Villa de “El Ruedo” es un ejemplo, consolidándose el cultivo de la tríada mediterránea: olivo, vid y cereales.
La decadencia de la cultura romana dio paso a la cultura visigoda, también con algunos testimonios en Almedinilla.
La conquista sarracena abre un nuevo largo periodo. Ya desde el siglo IX el papel fronterizo y de paso se manifiesta en tensiones internas, como revueltas muladíes con el poder de Córdoba, desde estas montañas.
Alfonso XII de Castilla conquista definitivamente este territorio el 1341. Parece que entonces Almedinilla quedó despoblada y el territorio se vinculó directamente a Priego y a la Orden de Calatrava y, a partir de ahí, con los cambios de dominio feudal, hasta 1873 que se disuelve el régimen señorial.
El actual Almedinilla se considera que surge como aldea de Priego a finales del siglo XVII, sobre un camino que unía Priego con Alcalá la Real.
Su ubicación en este momento, estuvo vinculada con las acequias de riego, los saltos naturales del río, y los azudes para la instalación de molinos de harina y aceite.
Se puede comparar con la imagen actual del pueblo.
En los siglos XVIII-XIX se vivirá el fenómeno del bandolerismo, aprovechando la desfavorable situación socioeconómica de la zona.
Almedinilla obtiene la autonomía administrativa en 1844, al constituirse en municipio.
Las malas condiciones económicas, forzarán a la emigración, perdiendo desde 1950, y sobre todo desde los años 60, casi la mitad de la población (4.879 hab. en 1950 a 2.591 en 1991). Desde entonces la pérdida es ligeramente decreciente tendente a la estabilización hasta los 2.455 habitantes de 2017 en el municipio (1.539 en el núcleo de Almedinilla).
Almedinilla actual
La visión de Almedinilla es un ejemplo de pueblo blanco andaluz.
Los 2.455 habitantes del municipio están repartidos en 8 localidades, además de en cortijos aislados.
Territorialmente, Almedinilla queda abierta en dirección norte a las ondulaciones de la Subbética, en esta dirección cubiertas de olivos.
Mientras que por el sur Almedinilla está situada a la sombra de la Sierra de Albayate.
La zona más antigua se creó sobre el río Almedinilla o Caicena.
Las calles longitudinales confluyen en el puente que atraviesa el río que une los dos lados de la montaña.
En el recorrido se encuentran rincones que dan carácter al pueblo, como es la Torre del Reloj, construida a principios del siglo pasado, era la entrada al antiguo mercado, y actualmente es el acceso al Ayuntamiento.
El Ayuntamiento se trata de un edificio construido en el siglo XX.
Una de las diversas fuentes del pueblo es la Fuente del León, conocida como «Fuente de la República», ya que fue inaugurada por el Presidente de la Segunda República Niceto Alcalá-Zamora, hijo de Priego de Córdoba.
Otra de las fuentes es la Fuente de los cuatro caños
La Iglesia de San Juan Bautista es también una construcción del siglo XX, sustituyendo una iglesia anterior del siglo XVII.
La Casa de la Cultura está ubicada en una moderna construcción en medio del pueblo sin romper la armonía del conjunto, inaugurada en el año 2013.
Hay que remarcar que, a pesar de que de hecho Almedinilla es un pueblo yo diría que construido o reconstruido básicamente a lo largo del siglo XX, y también en los últimos años la parte más alejada del centro y más moderna, la adaptación a la morfología del terreno, y el hecho de hacer del color blanco el único que cubre las paredes de todas las casas, le da el carácter de pueblo blanco como se puede apreciar en las fotografías anteriores, hace que pasear por él sea agradable, manteniéndose como a conjunto en un estilo de arquitectura neutro, que no han sabido mantener muchísimos otros pueblos y villas, y no digamos las ciudades.
La arquitectura no tiene el carácter de arquitectura popular como, por ejemplo, en los pueblos de la Sierra de Grazalema, pero ha sabido preservar un cierto encanto y homogeneidad, con un resultado muy digno para acoger al turista cuando nos paseamos.
El Coliseo es un espacio multifuncional inaugurado en 2012. Se le ha querido dado un aspecto arquitectónico que haga pensar en un coliseo romano, como su nombre quiere indicar.
Llegando al río, atravesando al lado este, a la derecha se inicia la calle Fuente Ribera.
Tendremos que pasar por el Arco Fuente Ribera -un paso entre la montaña y las casas-, para llegar a un paseo de cipreses que, seguido el río Caicena nos lleva a la Fuente Ribera.
Llegados a este punto el camino se bifurca.
A la izquierda se puede iniciar la ruta al Sendero Salto del Caballo.
Hacer esta ruta os tomará unas dos horas, sin grandes dificultades. Me faltó siempre un rato para poder realizarla. Queda pendiente para otra ocasión. Las calizas y el agua han modelado este paisaje.
Museo Histórico-Arqueológico
Al frente se erige el edificio del antiguo molino «La Fábrica» del siglo XVII y actual sede del Museo Histórico-Arqueológico a donde me dirijo. El edificio actual es de principios del siglo XX.
El museo recoge los tres aspectos más relevantes en la historia y la vida de Almedinilla. La población ibera representada por el poblado de «El Cerro de la Cruz». La presencia romana en la Villa de «El Ruedo». Y como tercer elemento, el papel del olivo y del aceite de oliva, como base de la economía y el trabajo en la localidad y en la zona.
En relación a los dos enclaves históricos, el museo está pensado como unidades museísticas integradas en el territorio complementando las dos localizaciones históricas que pueden ser visitadas. De hecho, la visita a los yacimientos parte del museo, donde se reciben las explicaciones previas, a partir de los hallazgos arqueológicos expuestas.
Como pienso que los dos yacimientos, ibero y romano, complementados con los fondos del museo, tienen entidad suficiente, aquí sólo citaré su existencia, para vincularlos respectivamente a dos Post monográficos.
Sólo me extenderé algo más en el apartado referente al aceite de oliva.i
Sala del aceite
En la planta baja se presenta la Sala del aceite. Teniendo en cuenta que el edificio había sido el molino de harina y aceite «La Fábrica» desde el siglo XVII -como se ha visto en una de las primeras imágenes de este Post– el contenido fundamental está formado por la maquinaria de la última etapa del molino, además de por objetos y maquetas.
Unas vitrinas muestran cerámica que relacionan las aplicaciones del aceite con el pasado ibero-romano de la localidad, ya que los objetos proceden de los dos yacimientos locales.
El aceite y la alimentación muestra (1) platos ibéricos con huesos de aceituna” y (2) botella de la villa romana.
En la relación del aceite con la medicina y la cosmética se muestran (3) ungüentarios ibéricos y (4) ungüentarios romanos.
En cuanto a la relación del aceite con los rituales, se muestran (5) jarras funerarias de la necrópolis romana de “El Ruedo”.
El último uso presentado es el del aceite y la iluminación con (6) lucernas ibéricas y (7) lucernas romanas.
Otro aspecto a tener en cuenta será el envasado y el transporte en aquellas épocas.
El último aspecto presentado son las formas de molienda de la aceituna.
Primero con ejemplos de molienda familiar.
Después, dos maquetas escenifican un molino de época romana y una almazara tradicional posterior.
Por fin, el molino y la prensa mecánicos que formaban parte de la almazara «La Fabrica» antes de su cierre.
Aceite con denominación de origen
Digamos que los aceites de la zona son de las especies, picual, picudo y hojiblanca.
Los buenos y premiados aceites de la denominación de origen Priego de Córdoba, a la que pertenece Almedinilla, expuestos en la sala primera del Museo.
El monocultivo de la zona puede conllevar problemas medioambientales, que el Museo quiere poner en evidencia.
En la publicación antes citada Museo Municipal de Almedinilla, puede encontrar amplia información sobre la aceituna, el proceso de elaboración y su historia.
La cultura ibérica en el Cerro de la Cruz
Enlace con el Post: Poblado ibero de Cerro de la Cruz
La presencia ibera actualmente localizada se encuentra en el poblado de «El Cerro de la Cruz», justo en una zona elevada por encima de la Almedinilla actual. Los objetos encontrados están expuestos en la primera planta del Museo.
La descripción de la presencia ibera la encontraréis en el Post: Poblamiento ibero al Cerro de la Cruz.
La cultura romana en la Villa de El Ruedo
Enlace con el Post: Villa romana El Ruedo
Parece que los romanos ocuparon la zona por medio de la implantación de villas agrícolas, vinculadas a las ciudades como fuente de suministros. Podrían ser el equivalente a los «cortijos».
En la entrada de Almedinilla está localizada una gran “villae”, los objetos arqueológicos de la cual se exponen en la segunda planta del Museo.
La descripción de la presencia romana la encontraréis en los Post: Villa romana El Ruedo
Existía una necrópolis que quedo cubierta por la construcción de la carretera.
Centro de recepción e información turística
La visita termina en el Centro de recepción e información turística, ubicado frente al yacimiento de la villa romana «El Ruedo», donde, además de exposiciones históricas temporales, presentan un vídeo 3D «La semilla de los sueños» en torno al papel de la villa. Además, es tienda de recuerdos y de productos del territorio.
Festum, Jornadas Iberorromanas
Por último, resaltar que, en la línea de potenciar la base ibero-romana y su atractivo turístico, desde 2008 se celebra Festum, Jornadas Iberorromanas de Almedinilla, en las que presente, pasado y futuro se fusionan. Festum tiene lugar durante la segunda o tercera semana de agosto y ofrece una gran variedad de actividades: conferencias, visitas teatralizadas a los yacimientos, recreaciones históricas, pasacalles, banquetes romanos y mercado romano.
Mi opinión final
Pienso que Almedinilla no es suficientemente conocido pero que irá aumentando su presencia en los circuitos turísticos porque dispone de atractivos suficientes para satisfacer los deseos de viajeros interesados por la cultura y el medio ambiente.
Dispone de ejemplos históricos bien conservados y tratados, un urbanismo muy cuidado, y una amabilidad que parece innata en sus habitantes, al menos en todos los que tuve ocasión de tratar. Y particularizando, un alojamiento, la Hospedería La Era, que sólo para alojarse en ella merece el viaje.
Gracias a todos por haberme hecho disfrutar de una feliz estancia.
Bases de información
Libro
Antonio Ferrés, Tierra de olivos, Barcelona, Editorial Seix Barral, 1964, 215 pp.
Enlace con el Post: La Era. Almedinilla, La Subbética
Maravilloso trabajo. Maravilloso pueblo. Maravillosa y buena gente. Un extracto perfecto de nuestra cultura e historia andaluza, que nos retorna a pasados que siempre nos acompañarán, aunque ya no seamos presente sino, en el mejor de los casos, recordados ausentes. Un abrazo.
Totalmente de acuerdo, José Antonio. Maravillosa gente y maravilloso lugar. Muchas gracias.
Me gustaría poder visitar esta localidad,un amigo ya fallecido ,Ricardo Muñoz ,me hablaba siempre de ella y de su niñez … Quedamos de viajar los dos a Almenidilla pero no pudo ser.Queda pendiente y alguna vez realizaré este viaje.En su memoria.
Hola Vicente.
Tenía razón su amigo Ricardo (q.e.p.d.), Almedinilla merece una visita: pasear por sus calles, el museo, el Cerro de la Cruz, la Villa del Ruedo. Le encantará, y puede ser una buena ocasión para recordar a un amigo. Un abrazo.
¿La mujer de Ricardo Muñoz se llamaba Ana García y la llamaba Aniquilla del Ventorrillo?