Montfalcó Murallat (Lleida) es un pueblo medieval de características únicas, ubicado dentro de las murallas de un anterior Castillo, conservando toda su autenticidad original.
Montfalcó Murallat (Lleida)
Montfalcó Murallat, La Segarra, Lleida
Municipio: Les Oluges. Comarca: La Segarra. Provincia: Lleida. Com. Autónoma: Cataluña
Coordenadas: 41°41’19 «N 1°20’22.44″E. Altitud: 602 msnm. Población: 21 habitantes (2017): 6 en el núcleo y 15 diseminados.
Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). Clasificación: Monumento histórico. 1949
Visita: 2018
Montfalcó Murallat, La Segarra, Lleida
El pueblo de Montfalcó Murallat es una pequeña fortaleza medieval situada en una colina de unos 600 metros de altura sobre la confluencia del río Sió y de su afluente por la izquierda, la riera de Vergós, y que conserva la trama urbanística medieval, con las murallas completas incluidas.
Sobre el pueblo hay en aplicación el Plan Especial de Protección de Montfalcó Murallat, aprobado en 2013. Cabe decir, que el texto del Plan ha sido una buena base de referencia en la redacción de este Post.
Un poco de historia
En el siglo X se establecieron zonas de frontera o marcas en la zona límite entre los musulmanes y los condados catalanes. La marca de la Segarra, en el sur de los condados de Osona y Urgell, fue una de ellas.
En 1015 el lugar de Montfalcó se encuentra todavía en tierras en poder de los musulmanes.
A mediados del siglo XI, la orilla del río Sió fue reconquistada a los árabes y muy pronto proliferaron castillos e iglesias que garantizaban la presencia cristiana. Así el río Sió deviene espacio de frontera en estas tierras además de área de comunicación social, cultural y económica.
Entre 1035 y 1049 se produjo la repoblación de la zona cercana al río Sió: Les Oluges, Montfalcó, Castellnou, Malgrat y la Prenyanosa.
El pueblo amurallado de Montfalcó tiene su origen en el Castillo de Montfalcó, que fue construido probablemente hacia el siglo XI, cuando el conde de Berga repobló la zona cercana al Sión, integrándola en el condado de Cerdanya.
La primera documentación en que aparece mencionado Montfalcó fue el 1043.
La progresiva ocupación de tierras de la Cataluña nueva llevó a la necesidad de articular y organizar el territorio. El dominio señorial de los nobles se asentó sobre la base de los castillos con territorio deslindado, centros administrativos y jurídicos del territorio.
En cada territorio, administrado por un castillo, los nobles infeudaban sus feudos a otros nobles de rango inferior a cambio de recibir fidelidad, ayuda y servicio militar.
El castillo de Montfalcó fue infeudado a varios nobles durante los siglos XI y XII
Por su parte, la propiedad del Castillo pasó por varias manos, y perteneció a varios contados: Berga, Cerdanya, Cardona.
Para casamiento, en 1660 Montfalcó pasó a integrarse en la casa de Medinaceli, hasta la desamortización del siglo XIX.
Montfalcó Murallat actual
Montfalcó Murallat corresponde a una fortificación de colina, en la confluencia del río Sió y de su afluente la riera de Vergós. Forma un recinto cerrado y amurallado y se trata de un excepcional ejemplo de villa cerrada que conserva en buen estado el muro perimetral, al que se adosan interiormente las casas.
Enclavado en la comarca de La Segarra (Lleida), con capital en la cercana ciudad de Cervera, en el límite con la del Anoia (Barcelona). Desde la colina se domina una panorámica de 3600 sobre la comarca de la Segarra y sobre el río Sió al oeste y la del Anoia al este.
Recorrido por la muralla
La muralla sólo se puede apreciar desde el exterior ya que todo el perímetro interior está ocupado por construcciones acopladas a la muralla.
El muro está formado por sillares rectangulares unidos con mortero alternados por otros sillares de tamaño casi cuadrado.
En su evolución se pueden distinguir 3 etapas constructivas.
En la primera etapa, el recinto estaba formado por un núcleo cerrado por murallas, con una torre circular en el extremo este y una torre cuadrada en el centro de la fortificación (7), en la plaza Central (6).
Es muy probable, sin embargo, que con anterioridad a los primeros elementos de fortificación hubiera existido algún elemento o torre de vigilancia, en el punto más alto de la colina, alrededor del que posteriormente se construyó la muralla.
Con el tiempo, hacia los siglos XII-XIII, el castillo perdió su condición defensiva y de alojamiento condal. El interior fue ocupado por casas que se fueron construyendo adosadas al interior de la muralla con una ocupación completa del núcleo, que culminará con la ocupación por un conjunto de viviendas de la zona central, donde antiguamente se debía haber localizado la torre de defensa. Entre este conjunto edificado central y las construcciones adosadas a la muralla se creó la calle de circunvalación del recinto, actualmente llamada carrer Rodó (9, 10, 12).
Es en esta primera etapa cuando se construye la primitiva iglesia románica (5), muy probablemente a finales del siglo XI o principios del siglo XII.
En la segunda etapa, se incorporó a este primer recinto amurallado una torre cuadrada, frente al primer portal (2), y se configuró el acceso al recinto desde un doble portal de entrada en ángulo recto (1).
En la tercera etapa, y para posibilitar aberturas en la parte posterior de las casas del lado sur de la primera muralla, se realizó un segundo recinto de muralla (H).
Está construida sobre el basamento calcáreo natural de la colina con una altura que supera los 8 metros y una anchura de más de 2 metros, con un perfil curvado.
El antiguo castillo presenta una planta alargada, que se adapta a la cima de la colina, con forma de una especie de triángulo isósceles. Los lados más largos corresponden a las caras norte y sur, ligeramente convergentes hacia el este, donde se cierran contra el ábside de la iglesia, en el vértice de este triángulo.
El recinto amurallado disponía de una sola entrada fortificada (A, 2) por la cara sur.
En esta parte fue donde, en la segunda etapa, si incorporó una torre en la puerta y si amplió el recinto amurallado hacia el oeste en la tercera etapa. También se observa la ampliación a la derecha de Cal Foix, probablemente ya en la Edad Moderna.
Prosigo el recorrido en el sentido contrario a las agujas del reloj, siguiendo un bien acondicionado el camino de ronda.
En la punta de levante (B), redondeada, convergen los lienzos de las murallas sur y norte. Sobresale un campanario de forma octogonal que marca la posición, en el interior del recinto, de la Iglesia de Sant Pere.
El lienzo norte (C, D), casi rectilíneo, se ve interrumpido en la parte exterior por una construcción externa que corresponde a un corral fuera muralla.
Como se puede observar, a lo largo de los años se han realizado diferentes aperturas para adecuar la fortificación a las nuevas necesidades de las casas que se fueron adosando, así como salidas a pie de calle.
El vértice noroeste (E), de forma redondeada, enlaza con la muralla oeste, curvada hacia el exterior (F).
El vértice suroeste es el que presenta un peor estado de conservación. En este punto había habido una bestorre.
Llegado a este punto se recupera la visión de la cara sur, con la ampliación de la muralla (H), en dirección a la puerta de entrada (A).
Recorrido por el interior del recinto
Las reducidas dimensiones del recinto condicionaron la morfología urbana. Si consideramos el recinto como un triángulo casi isósceles, sus dimensiones son aproximadamente de 76 metros la cara norte, 37 metros la cara oeste y 69 metros la cara sur. Contiene actualmente 25 fincas.
En la base de este triángulo, se forma el carrer Rodó (en traducción literal sería calle Redonda, en un sentido más descriptivo calle Circular), que sigue paralelo al perímetro de la muralla dando salida a las casas adosadas. Mientras que la parte central está formada por una manzana. El vértice este del triángulo no posibilidad ningún trazado circular, por lo que los dos callejones que se adentran lo harán en cul de sac.
Al portal de acceso a la villa cerrada (1) se accede actualmente por un recinto de entrada que corresponde a una construcción de la Edad Moderna. A la izquierda se pasa por una doble puerta de arcos de medio punto adintelados. La primera corresponde a la torre fortificada que se construyó en la segunda fase, que da acceso a un pequeño recinto cuadrado escalonado y, a 900. La segunda corresponde a la primitiva puerta de entrada al Castillo.
Una observación. Este único acceso público, estrecho y escalonado, no permite el paso de vehículos. Es, por tanto, un pueblo absolutamente peatonal.
Detrás de la puerta de acceso al recinto hay un espacio distribuidor. Frontalmente conduce a la plaza central (6), y la derecha sale un callejón con porches prolongación del carrer Rodó (3).
Esta calle lleva a la Iglesia de Sant Pere (5). Primero se pasa bajo una arcada de Cal Foix. Esta casa parece corresponder al siglo XIX.
Pasado el porche, a la izquierda sale un callejón que termina en la puerta de Cal Ferrer (4).
Continuando por donde veníamos se llega a la puerta románica de la Iglesia de Sant Pere (5). La Iglesia es de origen románico (finales del siglo XI, transcurso del siglo XII). Sufrió una transformación muy importante entre los siglos XVII y XVIII, cuando aumentó considerablemente su dimensión.
De todo el edificio de la Iglesia sólo se ve, y parcialmente, el arco románico de la entrada. El ábside y el lado de la epístola forman parte de la muralla (B).
Hay que volver al distribuidor de la entrada (2) para avanzar frontalmente hacia la plaza central (6), probablemente antiguo patio del castillo.
Una gran casa cuadrada preside el centro de la plaza. Corresponde al emplazamiento de la primitiva torre (7).
En la plaza se conservan antiguas cisternas y un lagar donde se fermentaba el vino (8).
De la plaza hacia poniente tenemos un punto de partida del carrer Rodó que rodea el intradós de la muralla.
En su tramo norte está porticado en la plaza, y continúa hasta prácticamente el final de este tramo por una calle de servidumbre bajo los primeros pisos de las casas.
Siguiendo el perímetro de la fortaleza por la ladera de poniente se encuentra, a abierto a la calle, el antiguo horno de pan comunal.
El horno comunal, al aire libre, conserva el horno y los obradores de piedra arenisca gastados por el uso de amasar pan.
A partir de aquí, la calle girará para volver a la plaza central.
En este punto se dispone de una perspectiva que permite ver la punta del campanario de la Iglesia.
De las 25 parcelas actuales que conforman el tejido de Montfalcó, 18 están adosadas al muro exterior. Este hecho dará lugar a una tipología edificatoria muy curiosa, de casitas entre medianeras con el frente principal consolidado en el carrer Rodó, o la plaza central, y teniendo como fachada posterior la muralla medieval.
La altura predominante en el conjunto es de planta baja (destinada a entrada y aprovechamiento de tipo agrícola y de establo), una planta piso, donde se ubica el espacio destinado a vivienda, y un desván no habitable, con función de aislamiento y destinadas generalmente a guardar alimentos, trastero, etc. En la mayoría de casos las casas disponen, además, de una bodega, situado en el subsuelo. Algunas de estas bodegas disponen de un paso fuera de la muralla, ligado a cultivos y pequeños almacenes agrícolas extramuros.
Sólo las construcciones posteriores al siglo XVII introducen ciertos cambios constructivos y compositivos. Las aberturas son más grandes y se rematan con sillares y dinteles trabajados.
En las remodelaciones posteriores, a partir del siglo XIX, las aberturas han pasado de ventanas a balcones, de composición muy alargada y voladizo inferior al medio metro.
La Iglesia de Sant Pere
La iglesia de Sant Pere utiliza parcialmente las murallas, ya que el ábside aprovecha la torre de defensa del recinto que se encuentra en el lado este y el muro sur de la muralla.
La fundación de la iglesia de Montfalcó muy probablemente tuvo lugar después de la repoblación de este lugar por el conde Bernat de Berga, a mediados del siglo XI, inicios del siglo XII.
Hay pocas referencias de época medieval referentes a la parroquia de Sant Pere. Es posible que fuera fundada poco después de la conquista de Montfalcó por Bernat, conde de Berga a mediados del siglo XI, cuando éste fundó o amplió el castillo de Montfalcó. La iglesia formó parte del obispado de Urgell hasta la creación de la diócesis de Solsona a finales del siglo XVI.
La primera referencia al templo del castillo se encuentra en el inventario de los bienes de Guillem Ramon, conde de Cerdanya, en Montfalcó de Oluja hacia los años 1068-95.
Es un edificio muy transformado, y se hace difícil discernir los elementos originales. Su estructura es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón de perfil semicircular. La puerta se abre en la fachada de poniente de la Iglesia, totalmente rodeada por los edificios de la trama urbana del pueblo, que también esconden las otras fachadas del edificio, salvo la fachada absidal, que, como ya he dicho, se integra en el conjunto del perímetro amurallado de Montfalcó. La puerta principal está realizada con arco de medio punto adovelado con imposta y guardapolvos decorados con motivos geométricos muy rudimentarios. Totalmente carente de ornamentación, con el aparato de pequeños sillares alargados de piedra caliza de la zona.
El campanario, construido entre los siglos XVII y XVIIIl, y utilizado en un primer momento como torre de defensa, es de planta cuadrada, con las esquinas en forma de chaflán en el cuerpo alto y acabado en una terraza con balaustrada.
El campanario, construido entre los siglos XVII y XVIIIl, y utilizado en un primer momento como torre de defensa, es de planta cuadrada, con las esquinas en forma de chaflán en el cuerpo alto y acabado en una terraza con balaustrada.
La iglesia actual sólo conserva de la iglesia románica primitiva del ábside y la puerta de entrada. Muy posiblemente existió una puerta primera, que fue tapada por los muros de la muralla.
Oferta turística disponible en Montfalcó Murallat
A pesar de sus pequeñas dimensiones, Montfalcó Murallat tiene como oferta turística un restaurante muy concurrido, Montfalcó Restaurant, y tres casas rurales que, a la vista del conjunto, tienen la tranquilidad garantizada. Sin ningún otro tipo de servicios.
Fin de la visita
Como se puede comprobar, se trata de un pueblo de características casi únicas. Un castillo que se transformó en recinto residencial y que su posición en colina le ha permitido mantenerse casi intacto en su perímetro amurallado.
La construcción es de arquitectura tradicional en piedra vista, con muy pocas intervenciones. Por ejemplo, sólo hay una edificación con acabado de estuco en la fachada. Todas las demás son de piedra vista originales.
Estoy convencido de que para el visitante que no conozca Montfalcó Murallat será una agradable sorpresa, tanto por su exterior impresionante y limpio de construcciones superpuestas, como por su interior, que conserva toda la autenticidad de la arquitectura tradicional no dañada por construcciones posteriores al siglo XVIII o XIX.
Complementariamente, el territorio está plagado de castillos medievales que pueden ayudar a hacerse una idea del papel que este territorio de La Segarra, junto con los de L’Urgell y La Noguera tuvieron durante la Reconquista.
Bases d’informació
Google academic
Montserrat Pérez Serra. Aproximació a la vida quotidiana i a l’arquitectura dels pobladors de les viles medievals de l’actual comarca de La Segarra durant els segles XI I XII
Joan-Albert Adell. Els despoblats medievals. Un urbanisme impossible?
Flocel Sabaté, Montserrat Corberó. Itineraris per terra de marca: El segle XI a la conquesta de la plana
Si te gustan los pueblos medievales, también en Lleida vas a encontrar Guimerà, a la vecina provincia de l’Urgell.
La verdad que Montfalcó es precioso y poco conocido. La visita se puede completar con las Olugas, cap de municipi o visitando alguno de los castillos-fortalezas del riu Sio.
Saludos
Fuet i Mate
Tienes razón Ares. Son muchos los lugares con interés que vale la pena visitar en estas comarcas de Lleida.
Gracias por el comentario.