El Museo Chillida Leku, en Hernani (Gipuzkoa), es un espacio único en el que se pueden admirar una gran colección de piezas del escultor Eduardo Chillida en un gran jardín de 11 hectáreas y un caserío reconvertido.

Museo Chillida Leku (Gipuzkoa)

Museo Chillida Leku

Museo Chillida Leku. Hernani. Gipuzkoa

Barrio Jáuregui, 66. 20120 Municipio: Hernani. Provincia: Gipuzkoa. Com. Autónoma: País Vasvo

Coordenadas: 43°16′43″N 1°59′55″O

Web: museochillidaleku

Visita: 2019

Mapa de situación del Museo Chillida Leku (Google maps 2019-10-07)

Museo Chillida Leku. Hernani. Gipuzkoa

Una de las visitas que tenía más interés en efectuar en mi estancia en el Hotel Churrut, era el Museo Chillida Leku, en Hernani, a 38 kilómetros y poco más de media hora de Churrut.

Un gran jardín-museo de 11 hectáreas alberga más de 40 monumentales esculturas, más las contenidas en el caserío Zabalaga, en el centro del jardín, reformado y tratado su interior como si fuese una escultura, se exponen obras de menor formato y materiales más delicados como el alabastro, la tierra chamota o el papel.

En su origen, el caserío Zabalaga estaba dividido en dos partes. El lado este ocupado por una finca de recreo del siglo XIX de estilo inglés, y una zona boscosa. Una frontera vegetal la separaba del caserío del siglo XVI, donde vivían el casero y el ganado y la zona de pasto para este ganado, en el lado oeste.

A Chillida le interesó el caserío, que tomó como punto de referencia central del jardín-museo, y que reconvirtió en la parte cubierta del Museo.

La villa residencial es perfectamente visible en el recorrido, pero no la integró en el proyecto museístico.

Eduardo Chillida

Chillida Leku (Lugar Chillida) es un espacio monográfico creado por el escultor Eduardo Chillida (Donostia/San Sebastián 1924-2002) que nació como proyecto en 1983, cuando Chillida y su mujer Pilar Belzunce compraron la finca Zabalaga, en el que exponer una amplia muestra de sus esculturas en diálogo con la naturaleza.

Se abrió el Museo en al año 2000 y cerró en 2010 por problemas económicos. En 2019 ha vuelto a abrir sus puertas, y es cuando he tenido ocasión de visitarlo.

El museo-jardín

Las obras están dispuestas en un diálogo con el entorno, el prado y los árboles, y con las otras obras que se sitúan a su alrededor, a distancias indeterminadas.

Aunque la orografía y la visual del territorio lleva de forma casi espontánea a seguir un recorrido en forma de espiral que conduce al punto central del espacio, donde se halla el Caserío Zabalaga -que forma un museo cubierto para obras más frágiles-, el visitante puede elegir el recorrido que quiera, dejándose llevar por la atracción que ejerzan las obras que se van viendo en la distancia. Ser “guiado por un aroma” en palabras de Chillida.

Ello es fácil constatarlo si se observan los movimientos aparentemente aleatorios de los visitantes por el parque. Es así que los senderos sirven como una referencia, pero el movimiento de los visitantes cruza por el césped en busca de cada obra y, una vez llegado a ella, la necesaria circunvalación a ella, y en algunos casos poder penetrar en ella, para descubrir los múltiples matices y perspectivas que ofrecen y, como se nos dice en el folleto de la visita, tocarlas para alcanzar una simbiosis con ellas.

En el momento de la vista, fue muy curioso poder observar como unos niños y sus padres utilizaban el campo de esculturas para jugar lúdicamente con ellas y entre ellas.

Observando fotos antiguas, creo que ha sido un acierto eliminar los setos arbustivos que se veía en ellas, dejando limpio y despejado el césped, del que sobresalen las piezas, mientas que los árboles dialogan con las obras.

En el jardín se diferencian dos zonas. La mitad izquierda es un prado que se corresponde con lo que antiguamente eran zona de pastos. Tras el caserío y el lado derecho corresponde a la zona boscosa, donde las esculturas dialogan realmente con los árboles del bosque.

En el centro el caserío reconvertido en museo interior.

Las obras exteriores son fundamentalmente de acero Corten y de granito de la India.

El acero Corten tiene una composición química con alto contenido en cobre, cromo y níquel hacen que su oxidación sirva en realidad para la creación de una capa de protección natural frente a la corrosión. El hierro lo trabajaba a la forja, nunca fundido ni soldado, desarrollando sus trabajos en la forja industrial de Patricio Echevarría, en Legazpia y en la fábrica Sidenor de Reinosa, en Cantabria.

Téngase en cuenta que muchas de ellas son piezas de gran tamaño que Pueden llegar a superar las 64 toneladas, como en la colosal escultura Lotura XXXII.

En las esculturas de piedra el material que eligió fue un granito rosa procedente de la India. Además de su solidez y la resistencia a la erosión, lo que atrajo a Chillida fue el método de extracción, siguiendo el ancestral sistema de seguir los planos de exfoliación de la roca, introduciendo cuñas de madera en las grietas naturales, y que por humectación se dilataban y facilitaban la rotura. Este sistema le permitía aprovechar el exterior rugoso de la piedra que podía contrastar con los espacios lisos que el artista creaba en su interior.

Chillida trabajaba por series o “familias” bajo un mismo lema. De ahí que encontremos obras del mismo lema, numeradas por números romanos.

Las series le permitían ofrecer distintas respuestas a la pregunta que guiaba cada serie: Lo profundo es el aire, Harri, Escuchando la piedra, realizadas en granito. Lotura, Besarkada, Consejo al espacio, Peine del viento o Buscando la luz, en acero Corten.

En el Museo se pueden contemplar, y reflexionar, sobre cada una de estas series con una o varias obras. En algunos casos presentes en la zona exterior y en la interior.

Recorrido de la visita

Museo Chillida Leku (Google earth 2019-10-08)
Museo Chillida Leku (Google earth 2019-10-08)

La entrada al recinto (A), con aparcamiento interior (PK), ya nos sitúa en la temática de lo que vamos a contemplar.

El recorrido que efectuaremos seguirá una especie de espiral desde (A) hasta (F).

Un contenedor bien adaptado y un edificio moderno (B) acogen la recepción y los servicios a los visitantes.

Museo Chillida Leku

Al frente se nos ofrece una primera perspectiva de la zona de prados que ocupa toda la zona oeste (C).

A medida que nos vayamos desplazando por este inmenso territorio podremos ir apreciando las diversas imágenes que Chillida imaginó para esta zona.

Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku

Al llegar a la zona noreste nos adentramos en la parte boscosa (D).

En el extremo este (G) se localiza la casa de estilo inglés que habitaron los Zabalaga.

Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku

En este entorno (E), las esculturas pasan a dialogar con la arboleda.

Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku

Se llega aquí al final del recorrido exterior. Será el momento de observar el caserío Zabalaga  (F)  y entrar al museo interior.

Museo Chillida Leku

Esculturas exteriores

Ya he indicado que Chillida no estableció ningún recorrido definido para visitar el Museo. La presentación de las fotografías seguirá el recorrido que efectué con el matiz de que al presentar una obra de la que hay varios ejemplos de esa serie los agruparé, con independencia de su posición dispersa en el jardín,

No sé si traicionaré el espíritu de la concepción que Chillida quiso dar a su distribución espacial, pero creo que puede ayudar a penetrar en cierta medida en el espíritu de esa serie, con independencia de su cronología.

Las obras expuestas en el exterior abarcan un periodo desde 1986 hasta el año 2000.

Lo profundo es el aire

El nombre de esta serie iniciada en 1984, Lo profundo del aire, procede del verso de Jorge Guillén: “Más allá lo profundo es el aire” y lo tomó para hacer un homenaje al poeta.

Para Chillida el espacio y el aire son materiales tan esenciales como la piedra o la madera.

Encontramos cinco esculturas de esta serie.

Lo profundo es el aire IV, 1987, granito

Es admirable la compenetración entre escultura y caserío.

Chillida Lo profundo es el aire, Estela XII
Lo profundo es el aire, Estela XII, 1990, granito
Chillida Lo profundo es el aire XIV
Lo profundo es el aire XIV, 1991, granito
Chillida Lo profundo es el aire XVII
Lo profundo es el aire XVII, 1997, granito
Chillida Lo profundo es el aire XVIII
Lo profundo es el aire XVIII, 1998, granito

Buscando la luz

Se trata de piezas que miran hacia arriba, Buscando la luz. Invierte la dinámica iniciada en la serie Locmariaquer, y aquí las planchas se abren hacia el cielo de forma natural.

Buscando la luz I es una monumental obra de 22 toneladas. Está formada por tres láminas unidas por remache. Debía representar el lleno y el vacío. Desde una perspectiva parce una obra maciza, mientras que de la otra muestra el vacío, y situados en su interior las olas de las láminas condicen la mirada hacia arriba buscando la luz.

Chillida Buscando la luz I
Buscando la luz I, 1997, acero Corten
Chillida Buscando la luz III
Buscando la luz III, 2000, acero Corten

Lotura (nudo o unión)

La serie Lotura (nudo o unión) esta formada por el ensamblaje de piezas trabajadas en la forja, nunca con moldes ni fundición.

Chillida Lotura XVIII
Lotura XVIII, 1991, acero Corten
Chillida Lotura XXVI
Lotura XXVI, 1992, acero Corten
Chillida Lotura XXVII
Lotura XXVII, 1992, acero Corten

La obra Lotura XXXII, es una monumental pieza de 64 toneladas de acero Corten, realizada en la forja industrial de Sidenor de Reinosa.

Chillida Lotura XXXII
Lotura XXXII, 1998, acero Corten

Harri (piedra)

En toda la serie Harri (piedra) toda la piedra está trabajada.

A simple vista parecen estar formadas por elementos diferenciados encajados, pero en realidad son incisiones en un único bloque.

En su obra, trabajaba en la idea de dar ligereza a las voluminosas masas de piedra o acero, dotándolas de una espiritualidad que las eleva por encima de su ser.

Harri I, 1991, granito
Chillida Harri IV
Harri IV, 1993, granito
Chillida Harri VI
Harri VI, 1996, granito

De música

La presencia de la música en la obra de Chillida fue una constante: Contrapunto, Música de las esferas, Música callada.

En la serie De música, se inspira en San Agustín, el cual abordaba la música y sus particularidades métricas como un medio para comunicarse con la divinidad.

Chillida De Musica III
De música III., 1989, acero Corten

La casa del poeta

Maquetas de habitáculos imaginarios en miniatura.

Chillida La casa del poeta Estela VII
La Casa del poeta, Estela VII, 1991, acero Corten

Escuchando la piedra

Da la impresión que Chillida escucha la piedra para poder trabajarla y penetrar en ella.

Hablaba con las piedras antes de transformarlas: «¿Qué quieres que te haga?» les preguntaba.

Chillida Escuchando la piedra IV
Escuchando la piedra IV, 1996, granito

Homenajes

El artista realizo más de un centenar de obras dedicadas a diversas personalidades que tuvieron una espacial importancia para él.

En el Museo hay diversos ejemplos, tanto en el jardín como en el Caserío.

Chillida Homenaje a Balenciaga
Homenaje a Balenciaga, 1990, acero Corten
Chillida Homenaje a Luca Pacioli
Homenaje a Luca Pacioli, 1986, acero Corten
Chillida Homenaje a Braque
Homenaje a Braque, 1990, acero Corten

Consejo al espacio

Según Chillida “Construir es crear espacio. En esto consiste la escultura y, en términos generales, la escultura y la arquitectura”.

Toda la obra de Chillida está marcada por la dialéctica entre la materia y el espacio. Entre lo lleno y lo vacío, donde la materia solo puede ser maciza, pues si fuera hueca contendría en su interior un espacio escondido e inaccesible. Los espacios de su escultura debían ser habitables por el espíritu.

Consejo al espacio IV, 1987, acero Corten
Chillida Consejo al espacio VII
Consejo al espacio VII, 1996, acero Corten
Consejo al espacio VIII, 2000, acero Corten

Gora bera (Arriba Abajo)

Chillida Gora bera III
Gora bera III, 1991, acero Corten

Peine del viento

La serie Peine del viento es, probablemente, la más conocida debido a la presencia de tres grandes esculturas de esta serie insertadas en las rocas de la costa de Donostia/San Sebastián.

Inició esta serie en 1952.

En el interior del museo cubierto en el caserío Zabalaga podremos contemplar diversos apuntes y proyectos de esta serie.

Peine del viento XVII, 1990, acero Corten

Relieve

Chillida Relieve
Relieve, 1997, granito

Basoa (bosque)

Chillida Basoa V
Basoa V, 1997, acero Corten

Elogios

A partir de los años setenta inicia la serie Elogios que harán referencia a ideas o materiales, como la luz, el cubo, el hierro, la arquitectura, el horizonte…, trabajados con materiales diversos como alabastro, acero u hormigón.

Elogio del cubo. Homenaje a Juan de Herrera, 1990, acero Corten
Chillida Elogio del hierro III
Elogio del hierro III, 1991, acero Corten
Elogio de la arquitectura XV, 1996, acero

Iru burni (tres hierros)

Corresponden a una serie una de las esculturas. Iru burni (tres hierros) en las que adquiere gran importancia el espacio interior que se crea entre sus formas.

Iru burni III, 1990, acero Corten

Locmariaquer

En la serie Locmariaquer las planchas se doblan sobre sí mismas para concentrarse en el espacio interior, donde encierra espacios invisibles desde el exterior.

Locmariaquer IX, 1989, acero Corten

Besarkada (abrazo)

En la serie Besarkada (abrazo) se aborda el cuerpo de una forma abstracta, a través del abrazo.

Besarkada XIV, 1997, acero Corten

Arco de la libertad

Obra realizada para una plaza de la ciudad de París. Las condiciones finales de urbanización de la plaza, que debía ser peatonal sin tráfico rodado, le hicieron desistir de colocarla allí.

Muestra la importancia que daba a la localización de sus obras en relación con el entorno.

Decidió finalmente colocarla en un lugar estratégico del parque del Museo.

Chillida Arco de la libertad
Arco de la libertad, 1993, acero Corten

Esertoki (asiento)

Entre 1990 y 1992 realiza la serie Esertoki (asiento).

Chillida Esertoki III
Esertoki III, 1990, acero Corten

Caserío Zabalaga. Museo interior

En el centro del terreno se alza el caserón de la familia Zabalaga del siglo XVI. Una rotunda obra de mampostería y sillería.

Según explican, el edificio estaba prácticamente en ruinas y Chillida no se planteó su reconstrucción, sino hacer de el un espacio que su interior fuese en si mismo una escultura, uno de sus espacios vacíos, en donde se aunase las esencias de la tradición con la modernidad.

Por ello, en el exterior solo se aprecian como modificación una gran obertura acristalada entre dos contrafuertes en el muro de la cara noroeste y al lado otra obertura en la planta superior, así como una gran claraboya central.

En sus palabras: “Este maravilloso caserío no será un museo sino la señal de que soy de allí. No quiero una reconstrucción, sino dejarlo firme y seguro tal y como está para llenarlo de una estructura contemporánea: que se vea el hoy y el ayer”.

El resultado es que la entrada al caserío produce un gran impacto.

Chillida reconvirtió el interior en un gran espacio único. Solamente subsisten los elementos estructurales: un gran muro central de soporte estructural, con un gran arco semicircular de paso, los pilares y vigas de madera y un altillo en cada ámbito, que se comunican entre sí a través del muro central, y abiertos a la planta baja.

Las oberturas realizadas dotan de una gran luminosidad natural al conjunto.

Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku
Museo Chillida Leku

En el interior se muestra una exposición temporal que lleva por título Eduardo Chillida. Ecos.

Ecos (Oyarak) alude directamente a la idea de repetición, relacionada con la manera de trabajar de Chillida. Series que partían de una misma idea que el artista reelaboraba.

Presenta un cierto carácter cronológico, con más de 40 obras del fondo del Museo y otras de colecciones que han sido cedidas para la ocasión.

Están presentes las distintas etapas, desde su estancia en París en 1948-1951, y los distintos materiales con los que trabajó: yeso, hierro, alabastro, tierra, madera, además de grabados, dibujos y Gravitaciones.

Dispondremos de más ejemplos de algunas de las series que se han podido ver en el exterior, con tratamiento de otros materiales.

Etapa de París 1948-1951

Primeras esculturas en yeso y dibujos de la etapa de París 1948-1951.

Chillida Forma yTorso 1949 yeso
A la izquierda Forma. A la derecha Torso, 1949, yeso
Chillida Yacente1949, yeso
Yacente, 1949, yeso
Chillida Documentación histórica
Documentación histórica

Homenajes

En las primeras esculturas en hierro ya aparece la serie Homenajes.

Trabaja el hierro sin soldadura, curvándolo y doblándolo en caliente.

Chillida Homenaje a Gaston Bachelard. Sueño articulado, 1958, hierro
Homenaje a Gaston Bachelard. Sueño articulado, 1958, hierro

Pero también usará otros materiales como el alabastro, que no siendo un material propio del País Vasco, empezó a introducir en sus esculturas después de un viaje a Grecia, a partir de 1965.

Chillida Homenaje a Goethe V 1979 alabastro
Homenaje a Goethe V, 1979, alabastro
Chillida Homenaje a la mar IV, 1998, alabastro
Homenaje a la mar IV, 1998, alabastro

Espacios perforados

En la primera etapa del trabajo con hierro inicia la serie Espacios perforados.

Chillida Espacios perforados II 1952 hierro
Espacios perforados II, 1952, hierro

Itarik y los Yunques del sueño

La madera forma parte de los materiales de la primera etapa.

Chillida Ilarik II (Estela), 1954, madera
Ilarik II (Estela), 1954, madera

Me parece sumamente interesante observar la compenetración y simbiosis entre la obra y la estructura de madera de la tradición vasca, así como con las estelas funerarias.

Chillida Ilarik II (Estela) 1954 madera

Hierros de temblor

En sus primeros trabajos entronca con el hacer de los ferrones, -operarios de una ferrería productores de aperos de labranza, herramientas y armas – y se enfrenta a la traslación del grafismo al volumen de la materia.

Chillida Hierros de temblor III, 1957, bronce
Hierros de temblor III, 1957, bronce
Chillida Hierros de temblor

Rumor de límites

Otra serie en hierro es Rumor de límites. Esta perspectiva recuerda una arada. En sus primeros tiempos fue habitual el uso de aperos de labranza y su reutilización y transformación para crear nuevas formas.

Chillida Rumor de limites VI 1960 hierro
Rumor de limites VI, 1960, hierro

Campo Espacio de Paz

Una propuesta para la ciudad de Lund (Suecia), Campo Espacio de Paz de 1963, es uno de los proyectos públicos, de los que realizó más de 40, donde proponía su defensa de los derechos humanos y el respeto a la naturaleza con temas como la paz, la tolerancia o la libertad.

En Lund se instaló el Campo Espacio de Paz II, en 1972, realizado en basalto.

Proyecto para Lund. Campo espacio de paz, 1963, acero inoxidable

Lo profundo es el aire

Forma parte de la serie de homenaje al poeta Jorge Guillén.

Chillida Lo profundo es el aire XIX, 1998, alabastro
Lo profundo es el aire XIX, 1998, alabastro

Gurutz (Cruz)

 En esta cruz en el vacío, Gurutz VIII, aplica también el alabastro.

Gurutz VIII, 2000, alabastro

Peine del viento

La serie Peine del viento son sus obras más conocidas.

Peine del viento. Eduardo Chillida en el Peine del viento, Donostia/San Sebastián. 1977, foto Francesc Català-Roca
Chillida Peine del viento estudios
Chillida Peine del viento estudios

Otros materiales

Otros materiales fueron tratados por Chillida, de los que hay algún ejemplo en la muestra. Dibujos, grabados, collages, Gravitaciones y tierra chamota. Otro material que empleo, sin representación aquí, fue el hormigón.

Dibujos de sus inicios.

Chillida Dibujos

Son innumerables los grabados en la producción de Chillida a partir de 1959.

Chillida Gravados

Otra de las técnicas que practicó fue el collage.

Collages, 1953-1952, papel, tinta, cola

Una variación de los collages fueron las Gravitaciones. Para construirlas, recortaba papeles u otros materiales, como el fieltro, y los superponía cosidos entre sí, no encolados, colgantes unos sobre otros, y colgados, de forma que flotaran ingrávidos.

Chillida Gravitacion, 1990, fieltro
Gravitacion, 1990, fieltro

Por último, los Lurrak (tierras) cerámicas en tierra chamota, y la variante de los Óxidos, diferenciadas según el proceso de cocción.

Chillida Seleccion de Lurrak (tierras) y Oxido 42
Selección de Lurrak (tierras) y Oxido 42

Fin de la visita

Chillida Leku es un museo que me atrevería a calificar de único. 11 hectáreas de terreno que albergan más de 40 obras de gran tamaño y en el centro un gran caserío que aloja otros tantos trabajos en su espacio cubierto, todos dedicadas a la obra de un artista: Eduardo Chillida.

Además, un museo pensado por el mismo artista para que su trabajo dialogue con la naturaleza de su país, de la esencia de la que surge su obra.

Pienso que no es sólo un museo para ir de paso, sino que merece un viaje por él mismo.

Aviso PARA VISITAR Chillida Leku

Hasta aquí hemos visto fotografías de las obras de Eduardo Chillida en su Museo. Con ello podemos obtener una primera información de las piezas mostradas. PERO NADA MÁS.

Disponemos de una imagen desde una perspectiva de cada una de ellas, que nos aproxima a su estética, pero no nos transmiten lo esencial de su obra.

Las obras de Chillida son formas, volúmenes, dimensiones y, sobre todo, materia, perspectivas, espacios y vacíos.

Y para aprehender todos estos aspectos hay que vivir la obra, desde distintas distancias, desde todas las perspectivas, haciendo que la vista entre en los vacíos como espacios con forma y sentido, o entrar en ellos.

Si se me permite la comparación, y ya que estamos en el País Vasco, paraíso de la gastronomía, la fotografía de estas esculturas es como la fotografía de un plato de comida, por muy bonito que sea. Para apreciarlos del todo falta “vivirlos”.

¡Y la técnica! Yo, que no soy experto en forja o cantería, al observar las obras, no solo las de grandes dimensiones, no dejo de preguntarme cómo pudo construirlas, aunque en algunos casos se ayudase de expertos en instalaciones industriales. Cómo era capaz de penetrar en los vacíos de sus rocas con esa perfección de volúmenes, aristas y pulidos.

Si lo que he mostrado les atrae, ya me dirán que sintieron cuando lo visiten.

Bases de información

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