En el centro de la Costa Brava, el Hotel-Restaurante Casamar de Llafranc, encontré un ambiente familiar, unas instalaciones cuidadas al detalle, unas vistas fabulosas y, sobre todo, una calidad gastronómica para disfrutar comiendo.
Casamar, Hotel-Restaurante. Costa Brava
Casamar. Hotel-Restaurante. Llafranc. Girona
C. del Nero 3, 17211, Llafranc. Municipio: Palafrugell. Comarca: Baix Empordà. Provincia: Girona. Com. Autónoma: Catalunya
Coordenadas: 41°53′39″N 3°11′37″E. Altitud: 30 msnm. Población: 280 habitantes (2018)
Web: hotelcasamar
Estancia: 2019
Índice
Casamar, Hotel-Restaurante. Llafranc. Girona
El territorio: La Costa Brava y el Baix Empordà
Paseos y salidas por el entorno
Un paseo por el camino de Ronda
Palafrugell y sus núcleos de playa
Calella de Palafrugell y Jardines de Cap Roig
La Plana del Ter y recintos amurallados
Torroella de Montgrí, L’Estartit y las islas Medes
Poblados iberos y grecorromano
Poblado ibero de San Sebastián de la Guarda
Ciudad grecorromana de Empúries
Casamar. Hotel-Restaurante. Llafranc. Girona
En el corazón de la Costa Brava, en la localidad de Llafranc, una de las tres playas del municipio de Palafrugell (Girona), con unas magníficas vistas sobre la bahía de Llafranc y el faro de San Sebastián, se localiza este hotel familiar de 20 habitaciones, con un restaurante con la calidad de merecer 1* Michelin desde 2011.
Elección de la salida
En el Post Camino de ronda de El Golfet a Calella de Palafrugell y Llafranc, escribí: «Adiós al camino de ronda para entrar en el núcleo urbano de Llafranc. A la izquierda la terraza del Hotel-restaurante Casamar de Llafranc. Puede que algún día venga a pasar unos días de turismo tranquilo. «
Bueno, pues ese día por fin llegó.
He aquí mis impresiones desinteresadas, así como un montón de propuestas para hacer salidas por el rico entorno del Baix Empordà.
Hay que decir que para efectuarlas todas necesitará unos cuantos días, pero yo os animo a hacer las máximas posibles, y muchas más que se podrían añadir. Esto si la playa os deja tiempo.
El Hotel-Restaurante Casamar
En la habitación, y también en su página web, encuentro una pequeña historia del Hotel. La cosa empieza en 1955, antes del «boom turístico», Joan Casellas y María Balaguer transforman una casa de veraneo de principios del siglo XX, en un pequeño hotel de cinco habitaciones.
El crecimiento del turismo en esta zona de la Costa Brava los lleva a ampliar el hotel hasta 20 habitaciones, que es el tamaño actual.
En 1974 se hace cargo del establecimiento la segunda generación familiar, Josep Maria y Margarita, y en el 2000 si incorpora la tercera generación, el nieto Quim Casillas y Nuria.
La vocación de Quim por la cocina lleva el restaurante a un nivel de calidad que la Guía Michelin reconoce desde el año 2011 con una estrella.
El hotel, de 2 estrellas, ofrece unas instalaciones impecables. La calidad de la cocina es reconocida. El entorno, por paisaje, por cultura, por historia, es espléndido. Se cumplen, por tanto, con creces, mis condiciones del turista tranquilo. Es el momento de disfrutarlo.
La llegada del Hotel por la puerta principal, al fondo de una calle sin salida, hace prever que el sitio será tranquilo, pero todavía no se manifiestan las magníficas vistas que nos ofrecerá.
El edificio es de tres plantas, de color ocre. La planta baja para recepción, comedores, cocina, bodega y estar. Las dos superiores para las habitaciones.
Las habitaciones están orientadas, a mar las de la cara este, y hacia el interior del territorio las norte y oeste.
Por el lado este hay otra entrada que lleva directamente al restaurante, situada en las escaleras que llevan por el Camino de Ronda en dirección a Calella de Palafrugell.
En la entrada se recibe una agradable sorpresa ya que una amplia vidriera permite ver toda la cocina del restaurante.
Efectuamos los trámites de rigor en la recepción.
Elegí una habitación con vistas en el mar. Es un poco más cara, pero las vistas lo merecen.
La habitación 215 no es muy grande – la categoría del hotel es de dos estrellas-, pero si muy cuidada y agradable.
Un balcón para dos personas, con dos cómodos asientos, mostrará el esplendor de las vistas.
La playa, el pueblo frente al paseo marítimo, el puerto deportivo y el faro de Sant Sebastià.
Así como la terraza abierta del restaurante y las escaleras que llevan a la otra entrada.
Siguiendo mi costumbre, voy a localizar el balcón de la habitación desde el exterior. Es el de la izquierda de los dos balcones centrales de la planta superior.
Así puedo visualizar también el comedor exterior.
Toca levantarse. Que más se puede pedir para empezar el día mirando desde el balcón. Cada día puede ser diferente.
Como el tiempo era bueno, el desayuno se servía en la terraza exterior.
El buffet del desayuno bien surtido y bien servido.
El conjunto del restaurante está formado por dos espacios. El exterior que ha servido para el desayuno, con magníficas vistas sobre Llafranc.
Y el comedor interior, también con ventanales sobre Llafranc.
Tiene una disposición abierta sobre la cocina, y en el lateral derecho permite ver como el chef Quim Casillas termina la preparación de los últimos detalles de los platos.
En cuanto a la calidad de la comida, sólo decir que, para mi gusto, ha sido uno de esos lugares en que no sólo es bueno, sino que disfrutas comiendo. Quiero decir, que la comida que te ofrecen en un restaurante puede ser mala, buena o para disfrutar de ella. Estoy frente a esta última categoría en cualquiera de las propuestas que ofrecen. La estrella Michelin se nota.
Es una cocina moderna basada en el producto de la zona, donde el mar está muy presente.
Si el tiempo acompaña, como fue el caso, la terraza de la habitación es un buen lugar para descansar o leer. La orientación a levante hace que la tarde sea más fresca, con la luminosidad sobre la montaña.
Junto al restaurante una doble zona con sillones y sofás ofrece otro lugar de descanso, donde si lo deseas puedes tomar alguna bebida.
Por último, en frente de la recepción una gran vidriera muestra una de las bodegas de Casamar. Desde la misma entrada, una trampilla permite bajar a un sótano con una segunda bodega.
Ahora, lo que hay que hacer es disfrutar de las instalaciones y del saber hacer del Quim Casillas y su equipo en la cocina. Sin olvidar la amabilidad y el buen trato de todo el staff del hotel, por ejemplo, Claudia y Ester, informando desde la recepción.
Permitidme mostrar unas imágenes del espectáculo, cambiante al paso de las horas, de la perspectiva desde la habitación que complementan las del amanecer que he mostrado antes.
El territorio: La Costa Brava y el Baix Empordà
La costa más nororiental de la Península, desde la desembocadura del río del Tordera en Blanes, hasta Port Bou, en la frontera con Francia, se la conoce como Costa Brava, desde que, en 1908, el escritor Ferran Agulló le atribuyese este nombre. Comprende, de sur a norte, las comarcas de La Selva, Baix Empordà y Alt Empordà. El conjunto coincide con el total del litoral de la provincia de Girona.
Buena parte de los 214 kilómetros de costa corresponden a litoral rocoso en contacto con el mar, de ahí el nombre, y una serie de bahías formadas por los ríos y torrentes que vierten al mar.
Las bahías más extensas son la de Pals, donde vierte el río Ter, y la de Rosas, formando el Golfo de Roses, donde desaguan los ríos Fluvià y Muga.
El límite con Francia corresponde a la penetración en el mar de la cordillera del Pirineo, que da lugar al famoso Cabo de Creus.
En esta salida me limitaré a recorrer la comarca central, Baix Empordà, tomando como punto de partida el Hotel Casamar, en el núcleo de Llafranc, que corresponde a una de las tres playas del municipio de Palafrugell, junto con Calella de Palafrugell y Tamariu.
Como es bien sabido, el Baix Empordà se trata de una de las zonas turísticas más importantes y apreciadas del litoral español y peninsular.
Propuestas de salidas
Las propuestas de actividades que se pueden realizar desde el Hotel Casamar van más allá de lo que se puede hacer en tres o cuatro días. Representan un abanico de posibilidades, que incluso podría ser más amplio, limitado en la comarca del Baix Empordà, y sin incluir otros potenciales sobre las comarcas de alrededor: Alt Empordà, Gironès y La Selva. Sólo la visita a Empúries y la referencia a la ciudad de Girona se salen del límite fijado.
Paseos y salida por el entorno
Pasear por Llafranc
Lo primero que podemos hacer es dar una vuelta por el paseo marítimo de Llafranc, la zona de amarre de barcas y el puerto deportivo.
Cualquier hora puede ser buena, desde antes del desayuno, hasta la noche.
En el puerto es aconsejable entrar y pasear por el espigón, lo que proporciona hermosas vistas sobre Llafranc y sobre el Hotel, que se distingue claramente por su color ocre.
También es fácil adentrarse por las calles de la localidad.
Un paseo por el camino de Ronda
La puerta del comedor da sobre las escaleras del camino de ronda hasta Calella de Palafrugell. Acercarse a Calella es una magnífica opción para disfrutar de la Costa Brava.
Podemos llegar hasta el mirador de la Torre, sobre la playa del Canadell. Son 750 metros de ir y 750 de volver.
También se puede llegar hasta el centro de Calella de Palafrugell, en la playa de Port Bo. En este caso la distancia de un recorrido a pie sería de unos 1,2 kilómetros.
Podremos observar varias casas de veraneo de principios del siglo XX.
Las rocas de la costa y las islas Formigues (Hormigas) al fondo.
Y el mirador sobre el Canadell.
Si llegamos a Calella de Palafrugell.
Camino de ronda hasta El Golfet
Enlace con el Post: Camino de ronda de El Golfet a Calella de Palafrugell y Llafranc
Podríamos prolongar el recorrido por el Camino de Ronda hasta El Golfet.
Salidas de media jornada
Todas las propuestas de salida se moverán en un radio máximo de unos 30 kilómetros. Por otra parte, la densidad de ocupación de este territorio con lugares dignos de ser visitados es muy alta. Por último, existe una importante «especialización» de cada lugar alrededor de momentos históricos determinados, por ejemplo, poblados íberos, villas medievales, industrializaciones diversas, especialmente iniciadas en el siglo XIX, o expansión turística desde principios del siglo XX, permite que cada persona pueda organizarse recorridos muy personales, sin necesidad de seguir circuitos muy convencionales.
Por estas razones, las propuestas serán muy puntuales y, cuando sea posible, agrupadas por «especialidades» que puedan orientar al visitante. Pero dejando al gusto, intereses, o circunstancias de cada persona y momento la elección de los lugares a visitar.
Individualmente, todas las propuestas se pueden desarrollar dentro de media jornada. Como también se pueden organizar agrupamientos que ocupen una jornada completa.
De lo que se trata es de dejarse llevar por el momento y las emociones, y disfrutar al máximo de las infinitas posibilidades que el Baix Empordà ofrece.
Es evidente que, quien quiera, hará bien de traspasar estos límites convencionales y acercarse, hasta el Cabo de Creus, los humedales del Empordà o Lloret y Tossa de Mar, para poner simplemente tres ejemplos.
Palafrugell y sus núcleos de playa
Palafrugell
Empezaré por Palafrugell, como capital del municipio. El municipio tenía 22.860 habitantes en 2018, y 21.134 residían en la ciudad.
Se vinculan tres importantes núcleos turísticos en las calas del municipio: Calella de Palafrugell, Llafranc y Tamariu, y otro núcleo en el interior: Llofriu.
Había sido un importante centro industrial vinculado a la transformación del corcho, rodeado de actividad agraria. Actualmente, constituye el centro comercial de la zona, con un importante mercado muy visitado por los turistas, donde el pescado es un producto esencial.
Conserva las trazas del núcleo medieval, pero sin potenciarlo.
Museo del Suro (corcho)
Enlace con el Post: Museo del Corcho de Palafrugell
De la implantación de la actividad corchera surgió la creación del Museo del Suro.
Can Mario. Museo de Escultura Contemporánea
Enlace con el Post: Museo de Escultura Contemporánea “Can Mario”
Y de la voluntad privada modernizadora el Museo de Escultura Contemporánea «Can Mario».
Llafranc
Ya conocemos un poco Llafranc. Es uno de los tres núcleos costeros del municipio de Palafrugell, con 280 habitantes censados en 2018. Se contiguo a Calella de Palafrugell, con la que su morfología urbana forma una sola unidad,
Adosado a una bahía entre dos cabos, el del norte el de Sant Sebastiá.
Los vestigios de una prensa de vino y una bodega, cerca de la Iglesia, dan fe de que estuvo ocupado en época romana.
Desde principios del siglo XX ha sido uno de los núcleos líderes del turismo de la Costa Brava. Villa Carmen está fechada en la fachada en 1926.
Conjunto monumental de Sant Sebastià de la Guarda
Enlace con el Post: Poblado ibero de Sant Sebastià de la Guarda y Conjunto monumental
Subiendo la colina que se ve desde la habitación, se localiza el Conjunto monumental de Sant Sebastiá de la Guarda, formado por una torre de vigilancia del siglo XV (Bien Cultural de Interés Nacional), una ermita y hospedería del siglo XVIII y el faro de Sant Sebastià, del siglo XIX y el poblado ibérico de San Sebastián de la Guarda.
El otro elemento fundamental son las vistas panorámicas sobre la Costa Brava, sobre las bahías de Llafranc y Calella de Palafrugell y sobre la llanura de Palafrugell con el Pirineo al fondo
La distancia es pequeña. Se puede hacer a pie, en unos 30 minutos a 1,6 kilómetros, con un desnivel de 160 metros. En coche a unos 10 minutos.
En el Post encontrará todos estos elementos.
Calella de Palafrugell i Jardines de Cap Roig
El núcleo gemelo a Llafranc al suroeste es Calella de Palafrugell, con 655 habitantes.
Había sido el núcleo de pescadores de Palafrugell, y en su recuerdo se mantienen unas cuantas barcas antiguas en la playa.
En el edificio Sa Perola, antiguo sede del gremio de pescadores de San Pere de Calella, se puede ver una muestra fotográfica del pasado pescador de Calella, del que he extraído esta fotografía correspondiente a la década de los años 1940.
Uno de los lugares emblemáticas de la vocación turística de Calella queda representado en la fachada de la playa del Canadell, donde se conservan un buen número de residencias de principios del siglo XX.
O el concurrido Port Bo en verano.
Esculturas en los Jardines de Cap Roig
Enlace con el Post: Esculturas en los jardines de Cap Roig
A 3,7 kilómetros del Hotel Casamar, en el límite sur de Calella, nos podemos acercar los Jardines de Cap Roig.
Su origen se sitúa en 1927, cuando el coronel ruso Nicolai Woevodsky y la aristócrata inglesa Dorothy Webster, construyeron en este lugar una edificación en forma de castillo, el Castillo de Cap Roig, con unos extensos jardines sobre el acantilado y con maravillosas vistas al núcleo pescador de Calella.
El jardín botánico consta de cerca de 1.000 especies de todo el mundo.
Últimamente se ha acondicionado también como museo de escultura al aire libre, con 21 esculturas de gran tamaño de reconocidos artistas nacionales e internacionales.
Tamariu
Tamariu ocupa la tercera playa de Palafrugell, la situada más al norte. Tenía una población censada de 254 habitantes en 2018.
Es la cala más pequeña de las tres, y la más aislada, y si llega por una carretera bastante sinuosa que pasa por el interior. A pie se podría llegar por el camino de ronda que sigue al que venía de El Golfet, y que pasa por el Cabo de San Sebastián, siguiendo la GR-92, por el interior hasta la cala Pedrosa, y continúa cerca del mar hasta Tamariu. Prosiguiendo por esta ruta llegaríamos a la zona de costa del municipio de Begur, en Aiguablava.
El sur del Baix Empordà
Siguiendo la costa en dirección sur, hasta el límite del Baix Empordà, propongo cuatro visitas: Palamós, Playa de Aro, S’agaró y Sant Feliu de Guíxols.
Palamós
Palamós es una de villas históricamente más importantes de la zona, en gran parte ligado a su Puerto, de pescadores y comercial, que había mantenido un amplio comercio con América, y que en la actualidad es capaz de acoger cruceros turísticos. El municipio tenía 17.898 habitantes en 2018.
En Palamós finalizaba la línea del ferrocarril de vía estrecha procedente de Girona y Banyoles.
La pesca y la lonja del pescado de Palamós es una de las más importantes de la costa, y son famosas las gambas de Palamós.
A pesar del parking ocupando parte de la playa, tiene uno de los mejores paseos marítimos.
Señalar que la parte sur de la bahía de Palamós, sin solución de continuidad, corresponde a Sant Antoni de Calonge.
Museo de la Pesca
La tradición marinera ha permitido que se habilitara uno de los tinglados del puerto como Museo de la Pesca.
Dentro del término municipal, en la zona norte, se encuentra la playa de Castell, una de las pocas playas vírgenes de la costa, y el Poblado íbero de Castell, del que hablaré más adelante.
Platja d’Aro
La siguiente parada será en Platja d’Aro, que corresponde al asentamiento costero del municipio Castillo de Aro.
Es una población relativamente grande, con 7.357 habitantes en 2018.
Es el centro turístico en que las edificaciones a lo largo de la amplia playa presentan la mayor más altura, formado una barrera, pero que, en contraste, detrás suyo el núcleo se fundamentalmente de casas aisladas o edificios de baja altura, donde se respira tranquilidad.
Además de por la playa, Platja d’Aro se ha especializado como centro de compras, especialmente de ropa y complementos, y de restauración, que ocupan todo el largo de la avenida del Cavall Bernat, antigua carretera entre Palamós y Sant Feliu de Guíxols.
Esta especialización se concreta en una intensa vida lúdico-comercial a los atardeceres del verano, o donde sei acercan numerosos turistas de los municipios y urbanizaciones de las cercanías, generando una importante vida nocturna.
Paralelamente, la especialización comercial hace que se proponga como una ciudad abierta los 365 días del año.
Es muy curiosa la propuesta en la calle paralela de una especie de «zoco» de pequeñas tiendas, que en verano se llena de movimiento.
S’Agaró
Enlace con el Post: S’Agaró (Girona)
Pasado Platja D’Aro en dirección sur me dirijo, dentro del municipio, a la mítica urbanización de S’agaró. Aparco en la playa de Sant Pol. Los visitantes sólo podemos acceder a pie.
En los años 1920, José Entesa y Gubert, promovió la creación de una urbanización dirigida a la burguesía catalana del momento. El proyecto lo realizó el arquitecto Rafael Masó. siguiendo los cánones de ciudad-jardín, con un modelo arquitectónico de estilo de la Toscana italiana para las residencias individuales que si construyeron. También se incluyó un hotel de lujo, el Hotel La Gavina.
Declarado Conjunto Histórico Protegido como bien cultural de interés nacional.
Un elemento significativo fue la construcción de la Iglesia, consagrada en 1942.
Se puede bordear la urbanización siguiendo el camino de Ronda costero.
Bajo el aura de S’agaró, se ha llenado toda la parte posterior del territorio de construcciones de arquitectura banal típica del turismo de los últimos años.
En el conjunto de S’agaró hay censadas 1.309 personas (2018).
Sant Feliu de Guíxols
Enlace con el Post: Sant Feliu de Guíxols y Monasterio
Llego a Sant Feliu de Guíxols, un municipio de población muy concentrada, con 21.824 habitantes (2018).
Como Palafrugell o Palamós, la pesca, el comercio marítimo y las industrias del corcho y textiles, junto a la agricultura eran importantes antes de la llegada del turismo. Esto hace que presenten unas morfologías urbanas, y unas realidades sociales, en las que el turismo es un agregado, y no el elemento esencial.
Una base histórica del Sant Feliu de Guíxols se encuentra en su monasterio benedictino con orígenes en el siglo X (Bien de Interés Nacional). El Monasterio participó en la conquista de Mallorca por Jaume I con 174 hombres de armas y 5 caballeros en 1229. De los restos que se conservan, lo más significativo es la Porta Ferrada.
Museo de Historia de la Ciudad y el Espacio Carmen Thyssen
En las dependencias que quedan en pie si ubica actualmente el Museo de Historia de la Ciudad y el Espacio Carmen Thyssen de pintura.
Desde lo alto de la torre se dispone de excelentes panorámicas sobre la ciudad.
Son varios los edificios modernistas que se pueden contemplar, sobre todo en el frente marítimo y en la rambla del Portalet. Lo más espectacular es el Casino de la Constància, de etilo árabe, del arquitecto General Guitart y Lostalo de 1889.
También dispuso de una línea de ferrocarril de vía estrecha que le unía con Girona.
Es aconsejable subir hasta la Ermita de Sant Elm desde donde, si la vegetación lo permite, contemplar una panorámica de Sant Feliu de Guíxols. Es lo que tiene la vegetación alrededor de los miradores, que crece y no deja ver las vistas.
En este mirador, desde el que se contempla la costa, de Palamós hasta Tossa de Mar, el escritor Ferran Agulló se inspiró para el bautizo de esta costa como Costa Brava.
Al sur entraríamos ya en la comarca de la Selva, con Tossa de Mar al fondo. Si algún día venís a estas tierras, un consejo personal, sería que recorrieseis el tramo de carretera de la costa entre Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols. Carretera llena de curvas, que discurre por el tramo más virgen de la Costa Brava. Obsérvese en la fotografía que sólo se aprecian pequeñas urbanizaciones, sin grandes construcciones. Incluso se puede bajar a alguna cala casi salvaje.
Museo de Historia de la Joguina (del Juguete)
Volviendo a Sant Feliu, si vais con criaturas os agradecerán que las llevéis a visitar el Museo de Historia de la Joguina (del Juguete).
Plana del Ter y recintos amurallados
Para ayudar a organizar salidas el mapa siguiente agrupa las diversas propuestas temáticas, especialmente en la Plana del Ter, que presentaré a partir de ahí.
En todo el Baix Empordà, de hecho en todo el Empordà, las raíces históricas medievales están muy presentes en la forma y en las edificaciones de todos los pueblos y ciudades. Este hecho es especialmente notable en las tierras de la Plana del Ter, más alejadas de la costa -la Bisbal quizás la que menos-.
De esta raíz histórica medieval en la repoblación del Empordà salió la creación de villas ligadas a señores del territorio, situadas en la cima de las colinas que ofrecía la morfología del territorio, con castillo y murallas para protegerse y defenderse en los numerosos conflictos medievales entre señores, y también, para hacerlo de las razias de la piratería que se practicaba en el Mediterráneo. Las colinas también facilitaban el asentamiento en una tierra de humedales.
En los núcleos más pequeños, su origen medieval se revitalizó en los siglos XVII y XVIII y en algunos casos hasta el siglo XIX, con la renovación de las viviendas en aquellos años. La continuidad de su estructura económica agraria y la estabilización o decrecimiento de la población no requirió nuevas construcciones y podríamos decir que permanecieron «fosilizados». Esta fisonomía es la que hace que en la actualidad se les designe como «pueblos medievales». La penetración turística del siglo XX puso en valor las antiguas construcciones y la fisonomía «medieval» se ha preservado y «embellecido». Por estas razones, los recintos amurallados mejor conservados los encontramos en esta área.
Otros, partiendo del mismo tipo de proceso, tuvieron una dinámica de crecimiento y evolución hasta nuestros días, con expansiones urbanas y construcciones de arquitectura banal propio de siglo XX, pero donde la presencia medieval es patente.
Al recorrer el territorio percibimos la presencia de numerosos caseríos dispersos. En el mundo medieval la repoblación se fundamentó en el mas (mansus) aislado rodeado de sus campos de cultivo. Estas construcciones aisladas, de dimensiones que podían ser bastante considerables, tomaban la forma de casa fortificada con torre de vigilancia adjunta. Los veremos a cada paso, con espléndidas manufacturas constructivas, con fachadas terminadas en cubierta de dos aguas, gran puerta de medio punto adovelada y torreón lateral.
En todos los casos, las tendencias de valorización turística de este patrimonio están ayudando a su rehabilitación.
En conjunto visualizaremos un paisaje de pueblos ocupando las cimas de las colinas, y un gran poblamiento disperso de masías por el territorio, con una paleta de parcelas agrarias de múltiples colores, según la época del año.
Dentro de las localidades, constataremos la numerosa presencia románica y gótica en edificios civiles y religiosos, reforzada por la presencia barroca del período de revitalización a partir de los siglos XVII-XVIII, así como de estructuras industriales donde llegó la revolución industrial en forma de aprovechamiento de recursos naturales -cerámica en La Bisbal, pongamos por caso-.
Un último aspecto para fijarnos, sobre todo en los pueblos, será la presencia de construcciones de grandes casas de indianos del siglo XIX, construidas con las fortunas hechas en América.
Por otro lado, hay que tener muy en cuenta que hay muchísimos otros lugares para visitar, y que en todos ellos la raíz medieval estará presente. Algunos de estos lugares corresponden a las propuestas de visita de la arquitectura religiosa.
El presentar el mapa de localizaciones según varios criterios puede permitir organizar salidas adaptadas a los gustos de los visitantes, ya que en media jornada se puede visitar más de una de estas propuestas.
El orden de presentación avanza aproximadamente de sur a norte -de Begur a Torroella de Montgrí- y nos iremos desplazando hacia poniente hasta Púbol. En el mapa de localización temática, corresponderán a los puntos de color marrón.
Begur y sus calas
Enlace con el Post: Begur y sus calas
En esta visita a Begur, como que tenía interés en admirar sus playas, en vez de ir directamente a la localidad, efectué el recorrido pasando por Tamariu, lo que permitía entrar por la primera de las playas.
Cuando se llega a Tamariu, frente a la carretera empieza una calle que lleva a la urbanización Agua Xelida, aunque dentro del municipio de Palafrugell. Se trata de una gran urbanización, digamos convencional, sobre todo de casas aisladas, y algún conjunto de casas adosadas y pocos edificios de apartamentos. Podríamos entrar a recorrerla, pero prefiero dirigirme rápidamente hacia las calas de Begur.
Al entrar, por la ancha avenida de Vicenç Bou, en la segunda calle a la izquierda, la calle Terra Alta, comienza el camino de Begur. Por ahí se puede ir observando la tipología de las construcciones de la urbanización siguiendo el serpenteante recorrido que se va adaptando a la montaña.
Al llegar a la cresta se abre el paisaje hacia el Cabo de Begur y, descendiendo, la carretera lleva a las tres primeras calas, las situadas al sur del municipio: Aigua Blava, Fornells y Platja Fonda.
La bahía que forman Aiguablava y Fornells es de gran belleza, llevó a que se establezca un Parador Nacional de nueva planta.
Una vez vistas las tres calas llego a Begur.
La villa de Begur está situada en la cima de la colina que forma el Cabo de Begur. Es un municipio de 3.934 habitantes (2018), de los cuales 2.631 en la localidad, y el resto diseminados por urbanizaciones, en general por debajo de los 200 habitantes cada una.
Había sido una ciudad fortificada, que conserva numerosas torres de la muralla insertadas en las casas de la trama urbana, y los restos del castillo. Destacan las numerosas residencias de indianos.
Visitada la villa recorro las otras cinco calas de la zona centro y norte: Sa Tuna, Aiguafreda, Sa Riera, Illa Roja y Platja del Racó.
Pals
Enlace con el Post: Pals (Girona)
Uno de los pueblos más visitados de la zona es el recinto «medieval» de Pals. En la localidad residían 1.120 personas, y otras 1.341 dispersas por el municipio (2018).
Bien Cultural de Interés Nacional desde 1949.
Sobre la colina el núcleo amurallado, preservado de construcciones de arquitectura actual, con la Torre de las Horas.
En el exterior sur, aproximadamente, los arrabales históricos. La expansión urbana a partir del siglo XIX y XX extendiéndose por el este, avanzando sobre la llanura, y tomando como eje la carretera.
La entrada principal, por levante, ya deja ver el carácter del interior.
La Iglesia de Sant Pere, de base románica, pero con la nave gótica. La torre del campanario fue añadida posteriormente. En la fachada se sobrepuso una portada barroca.
La Torre de las Horas, del siglo XI-XII, dominante sobre el territorio, tenía por finalidad de marcar las horas y de avisar a los campesinos del peligro de ataques.
Es un magnífico mirador sobre la llanura del Ter, hasta el Macizo del Montgrí i las Islas Medas.
Se puede observar el poblamiento disperso sobre la llanura, que he comentado antes.
Torroella de Montgrí, l’Estartit y las islas Medes
A pesar de que se conserva una escasa parte de sus murallas, son suficientes como para considerar que vale la pena incluir a Torroella de Montgrí como villa amuralladas. Aspecto que refleja el trazado urbano.
El Macizo del Montgrí, divide el Alt y el Baix Empordà. Catalogado como Parque Natural del Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter.
Situada en su pie en la cara sur, sobre la llanura del Baix Ter, y limitando con el río, se localiza Torruella de Montgrí, con 8.561 habitantes en la localidad (2018).
Aparece citada por primera vez el 888 dentro del Condado de Empúries, mientras que el Castillo de alto del macizo es del 1294.
Como encontramos en muchos otros lugares de este territorio, su localización se aleja de la costa, como medida de protección ante la piratería.
En el siglo XX, este aspecto está superado, y la costa, vacía de construcciones, ha sido ocupada por el turismo, dando lugar a la expansión de un importante núcleo urbano en L’Estartit, con 2.976 empadronados.
Los indianos también estarán presentes en Torruella. Esta construcción bajo la Iglesia de Sant Genís, gótica del siglo XIV.
Museo de Fotografía Contemporánea de la Fundación Vila Casas
El Palacio Solterra (Monumento Histórico Artístico), del siglo XV, acoge el Museo de Fotografía Contemporánea de la Fundación Vila Casas.
A 6 kilómetros, resguardado en el Macizo, se ha expandido el núcleo de L’Estartit, con un puerto deportivo, y frente a las Islas Medas.
La Bisbal d’Empordà
A 17 kilómetros en el interior tenemos La Bisbal d’Empordà, con 10.859 habitantes en el municipio, prácticamente todos concentrados. Es la capital comarcal.
La Bisbal es conocida por ser un centro de producción de cerámica. Como ellos dicen, es la capital de la cerámica. Y también de muchos anticuarios.
Terracota Museo de la Cerámica
Esta especialización se concreta en el Terracota Museo de la Cerámica.
Elemento significativo de la historia de la Bisbal es su Castillo, que posibilita una magnífica visita interior.
O la calle del Call (Judería), eje principal del antiguo barrio judío, que pone de manifiesto la existencia de una importante comunidad judía.
Peratallada
Enlace con el Post: Peratallada (Girona)
Este es uno de mis pueblos fetiche.
Peratallada presenta la característica de no haber crecido fuera muralla, por lo que podemos ver la estructura básica de un pueblo de la época medieval, conservando una buena parte de muralla.
Con el Castillo del Señor en el interior del recinto.
Como muchas de las localidades de la zona, presenta una bonita plaza, parcialmente porticada.
Y calles que, a pesar de que están perfectamente cuidadas para el turismo, conservan el sabor de épocas históricas.
Palau-sator
Palau-sator (295 habitantes, 2018) es una de las localidades que conserva mejor el perímetro de la muralla, aunque en parte sustituido por construcciones que han sustituido el lienzo.
La Iglesia parroquial de Sant Pere tiene sus orígenes en los siglos XII-XIII, y muestra un aspecto de fortificación.
Ullastret
La localidad de Ullastret, con 286 habitantes (2018), ha quedado eclipsada por la fama del poblado íbero, pero vale la pena detenerse en ella porque es una de las que más y mejor mantienen lienzos de murallas y torres.
Como es la norma, su localización buscó una colina desde donde mejor defenderse.
Al mismo tiempo, la expansión de la población fuera muralla aporta ejemplos de arquitectura civil gótica en la Llotja (Lonja) cubierta bajo una gran arcada.
Una curiosidad es ver la cárcel en una de las torres.
Pasear por el interior, además de disfrutar de sus calles y edificaciones, nos permitirá admirar la Iglesia de Sant Pere, románica lombarda. La primera referencia data del año 889.
Monells
Enlace con el Post: Monells (Girona)
Para muchos, Monells es uno de los pueblos más bonitos del Empordà. Estaban censadas 218 personas en 2018.
Una de las entradas al pueblo.
La localidad se caracteriza por las arcadas y pasillos de la plaza y sus entornos.
Las construcciones modernas se han ejecutado fuera del recinto histórico, lo que permite que las calles conservan toda la esencia ancestral.
Extramuros, la Iglesia de Sant Genís, es un ejemplo de iglesia de origen románico-gótico con fachada y campanario de estilo barroco. Como sabemos, esta evolución, que termina con fachadas y torres barrocas o neoclásicas, es el resultado de proceso histórico de recuperación económica de Cataluña a partir del siglo XVII.
Púbol
Un pueblo más que ha conservado su fisonomía es Púbol (132 habitantes, 2018).
Merece la pena hacer la entrada al pueblo por la puerta cubierta que da a la plaza Mayor.
Casa-museo Castillo Gala Dalí
El atractivo turístico principal de Púbol es la Casa-museo Castillo Gala Dalí. Sólo hay que ver las dimensiones y acondicionamiento del aparcamiento habilitado a la entrada de la localidad para imaginar el trajín turístico que se crea.
El castillo medieval, con orígenes en el siglo XI, fue recreado por Dalí para ofrecérselo a su esposa Gala.
Poblados iberos y grecoromano
Fue especialmente importante la presencia de los Iberos indigetas o Indiketas en el Baix Empordà.
Tres poblados configuran este bloque: Ullastret, Castell y Sant Sebastiá de la Guarda.
Como en este Blog ya he presentado los tres, en remito a cada Post para disponer de la información completa.
Poblado ibero de Sant Sebastià de la Guarda
Enlace con el Post: Poblado ibero de Sant Sebastià de la Guarda
Situado en el mismo Llafranc, en la cima del Cabo de Sant Sebastià. Ya he hablado de este poblado en las salidas por Llafranc.
Si se desea, incluso se puede subir a pie desde el Hotel Casamar en una media hora, y una distancia de 1,6 kilómetros. A tener en cuenta, en el último tramo se deben superar unos 160 metros de desnivel.
Poblado ibero de Castell
Enlace con el Post: Poblado ibero de Castell
Al sur de Llafranc, en la playa de Castell, término municipal de Palamós. A 13 kilómetros de Llafranc.
Si es temporada, se puede aprovechar para bañarse en la playa de Castell, una playa salvaje de las mejor conservadas de la costa.
Poblado ibero de Ullastret
Enlace con el Post: Poblado ibero de Ullastret
Situado en el interior del territorio, junto a la localidad de Ullastret. A 22 kilómetros de Llafranc.
Ciudad grecorromana de Empúries
Enlace con el Post: Ciudad grecorromana de Empúries
La ciudad grecorromana de Empúries (color verde claro en el mapa) está situada al norte del Macizo del Montgrí, sobre la zona sur de la Bahía de Roses, ya en la comarca del Alt Empordà, en el término municipal de la Escala, fronterizo con el Baix Empordà.
A una distancia del Hotel de 35 kilómetros, unos 45 minutos. Es aconsejable servirse del audio-guía para recorrer todo el recinto y poder interpretarlo perfectamente.
Nos encontramos en un yacimiento arqueológico de gran importancia por varios motivos.
En primer lugar, reúne dos ciudades, una griega y una romana, juntas pero separadas. Lo que hace al conjunto realmente interesante es el hecho de que ambas ciudades se conservan en su morfología urbana original, por no haber tenido construcciones posteriores sobrepuestas.
La ciudad griega, más cercana al mar y de menor extensión.
La ciudad romana a su lado a poniente, de mayores dimensiones.
Fue el puerto de entrada de las culturas y romanas. Por ahí llegaron las primeras tropas romanas de Cneo Cornelio Escipión, con motivo de la Segunda Guerra Púnica e inicio de la romanización de la Península.
Por último, es la única ciudad griega documentada arqueológicamente de la Península de las que existieron.
El complemento de las excavaciones es el interesante Museo Arqueológico.
Sant Martí d'Empúries
Enlace con el Post: Sant Martí d’Empúries (Girona)
Se puede completar la jornada visitando el pueblo «medieval» de Sant Martí d’Empúries, fronterizo con el yacimiento en la parte norte, seguir el camino de ronda exterior al yacimiento, desde donde observar los restos de puerto marítimo, hasta la entrada a la ciudad de L’Escala, en el sur, y recorrer la ciudad. De hecho, la entrada al recinto es por esta zona.
Arquitectura religiosa
Prácticamente, en todos los núcleos de población se encuentra una o más iglesias que tienen su origen en el periodo estético románico. En la mayoría de casos los aumentos de población llevaron a ampliaciones siguiendo el estilo gótico. Son numerosas las que, con la recuperación económica de la Edad Moderna, reconvirtieron las portadas de la fachada y la decoración interior en estilo barroco y aun neoclásico.
Las que se encuentran en las localidades visitadas hasta aquí no las tendré en cuenta, pero pienso que puede ser interesante citar algunas de especialmente significativas, en núcleos más pequeños, haciendo exclusivamente mención a ellas.
En el mapa anterior han sido reflejadas en color azul. El orden de presentación será de sur a norte.
Iglesia Parroquial de Sant Feliu de Boada
Origen románico y gótico tardío del siglo XVI.
Iglesia de Sant Julià de Boada
Prerrománica. Citada en 934.
Iglesia Parroquial de Sant Pau de Fontclara
Antiguo Monasterio benedictino de Sant Pau. Citado el 908. La inscripción del nombre de la plaza nos informa: «Plaza del Abad Saborell. Fundador del monasterio de Sant Pau de Fontclara. S. IX «.
Un sillar parece que quiere señalar que la portada renacentista corresponde a 1627.
Contiene pinturas murales románicas. Se puede visitar. Puede que un cartel en la puerta del templo indique qué casa tiene la llave. Si no, pregunte por las casas del pueblo quién es el depositario en aquel momento.
Iglesia de Sant Esteve de Canapost,
Románica. En la parte posterior hay una necrópolis a cielo abierto.
Monasterio de Sant Miquel de Cruïlles
Románico lombardo. El templo fue consagrado el año 904. En 1057 acogió un Priorato benedictino.
Iglesia de Sant Romà de Llabià
Románico, siglo XIII.
Iglesia parroquial de Sant Iscle d’Empordà.
Románica. Citada en 1081.
Iglesia de Sant Joan de Bellcaire d’Empordà
Románica sobre una base prerrománica. Citada en 1002.
Iglesia de Santa María de La Tallada d’Empordà
Románico siglo XIII. Era la capilla del antiguo castillo.
Iglesia de Sant Esteve de Marenyà
Románico siglos X-XII.
Un viaje en globo por el Baix Empordà
Enlace con el Post: Viaje en globo por el Baix Empordà (Girona)
Este paseo sería la guinda a una visita por el Empordà, y transcurre en la frontera entre el Baix y el Alt Empordà.
Para mí, altamente recomendable.
Salida de jornada completa
Un día en Girona
La única salida recomendada de una jornada la reservo para la ciudad de Girona.
A km 45-55 kilómetros, según el recorrido elegido, y una hora aproximadamente, puede ser muy aconsejable visitar la ciudad de Girona si se dispone de tiempo y ganas. La ciudad tenía 96.419 habitantes en 2018.
Por el camino, si no lo hemos observado antes, podremos constatar por que este territorio muchas veces se le denomina la Toscana catalana.
Ofrece numerosas opciones en un muy rico patrimonio, donde podemos destacar: la Catedral, el Casco Antiguo, el Call (judería), uno de los mejores conservados, los Baños Árabes, los puentes y las casas sobre el río Onyar, así como numerosos Museos.
En primavera, las calles y patios de las casas del centro se llenan de flores en la fiesta Girona, Temps de Flors.
Fin de la salida: el regreso
Ha sido un Post apretado de propuestas. Su historia, desde la prehistoria, pasando por íberos, griegos, romanos, y la edad media donde la Cataluña Vieja se consolida durante siglos en estas tierras, ha dejado un espléndido, extenso y diseminado patrimonio, del que se conserva muy buena parte en un espléndido estado que su proyección como reclamo turístico ha hecho revalorizar y rehabilitar.
La naturaleza, en su Costa Brava, y en las ricas llanuras agrarias del interior, hacen casi un jardín natural.
No es necesario insistir más. Para los que no conocen este territorio, sólo aconsejarles que lo hagan.
Además, la visita se ha podido organizar tomando como centro un hotel-restaurante lleno de encanto y calidad, el Hotel-Restaurante Casamar de Llafranc, donde he recibido, de propietarios y personal, una perfecta atención y calidad de servicio.
Como siempre, ya me dirán si están de acuerdo.