Mojácar, en el Levante Almeriense, impresiona cuando te enfrentas a ella desde el fondo de la carretera. Un paseo por sus abigarradas calles puede tener un buen final, en clave etnográfica, en el Museo Casa de la Canana.
Mojácar y Museo Casa de la Canana (Almería)
Mojácar y Museo Casa de la Canana. Levante Almeriense. Almería
Comarca: Levante almeriense. Provincia: Almería. Com. Autónoma: Andalucía
Coordenadas: 37°08′26″N 1°51′02″O. Altitud: 152 msnm. Población: 6.301 habitantes en el municipio, de los cuales 1.520 en Mojácar, 4.480 en Mojácar Playa y 1.335 en otros núcleos o diseminados (2018).
Web: Ayuntamiento
Museo Casa de la Canana, calle Esteve 6. Tel. 950 164 420
Web: casamojarera.es
Visita: 2019
Mojácar y Museo Casa de la Canana. Levante Almeriense. Almería
Enlace con el Post: Casona Granado, Alojamiento boutique. Levante Almeriense
Una de las salidas desde el Alojamiento Boutique Casona Granado me llevó hasta Mojácar.
Desde 1991 en que había pasado a los pies de Mojácar sin poder detenerme, tenía planeado regresar con calma a visitar esta localidad.
Es lo que he podido hacer en esta ocasión y que presento en este Post.
Lo primero que he hecho ha sido comparar una fotografía que tomé en aquel año (1991) con la actualidad, 28 años más tarde.
Lo primero que se constata es que en estos casi treinta años el núcleo histórico se ha preservado prácticamente inalterado.
Acercándose por el norte, en la lejanía ya se empieza distinguir la espectacularidad de su abigarrado y compacto núcleo en lo alto de una ladera de la Sierra Cabrera frente al mar. A pesar de que una tarde nublada oscurezca el brillo de sus casas blanqueadas.
Abigarramiento que se hará patente al llegar a los pies de Mojácar.
Un poco de historia
Como en todo el levante español, la presencia del hombre se remonta al Neolítico. A partir de ahí, con del paso del tiempo se irán configurando culturas y pueblos que se consolidan en cada territorio.
En el caso de Mojácar, participa de la Cultura Argárica o del Bronce (2000 años a.C.) que se desarrolló en esta zona.
Unos siglos antes de la era cristiana, en la costa, será especialmente importante la presencia primero de fenicios y griegos, y de cartagineses y romanos después.
La localización del primer asentamiento, Murguis, la Murgis-Akra griega, se realizó en el que ahora se denomina Mojácar la Vieja, que se distingue al norte del asentamiento actual, a los pies del montículo, junto al río Aguas.
Se considera que en aquellos tiempos el mar llegaría hasta este punto, y se especula que excavaciones arqueológicas podrían poner al descubierto un antiguo puerto.
La zona fue escenario importante en la Segunda Guerra Púnica, cuando se estableció por los cartagineses la ciudad de Cartago Nova (Cartagena) un poco más al norte.
Ya en época romana, Mojácar sería la última población en el límite septentrional de la Bética, ya que el río Almanzora, unos 10 kilómetros al norte, marcaba el límite con la provincia Tarraconense que estableció el emperador Augusto.
A partir del siglo V serán los visigodos los que se asientan en estas tierras hasta el siglo VIII, con la ocupación musulmana hasta 1488.
Debido a las tensiones que en este territorio se producían entre los reinos moros y cristianos, se cree que en el siglo XIII se produce el traslado de la población desde Mojácar la Vieja en el llano, hasta la ladera de las estribaciones de la Sierra Cabrera, en la Muxacra árabe, lugar mejor protegido y de más fácil defensa.
En 1488 el alcaide de Mojácar pactó con los Reyes Católicos que se les permitiera seguir habitando la villa y desarrollando sus vida y actividades, lo que fue aceptado, estableciéndose un marco de buena convivencia.
Con posterioridad, y aún dentro del reinado de Isabel y Fernando, se estableció en el Arrabal, extramuros, una colonia de judíos que, según parece, también participó de la buena convivencia entre las tres culturas.
En otra versión de la historia, se sostiene que los Reyes Católicos no cumplieron su compromiso y que los moriscos fueron expulsados poco después.
Mojácar fue una ciudad floreciente hasta finales del siglo XVIII combinando lo militar, lo civil y lo religioso. A mediados del siglo XIX la pertinaz sequía provoca el inició de la emigración, con espacial atención hacia América. Después de la primera Guerra Mundial, la dirección de la emigración será especialmente hacia Cataluña.
Como dato curioso, sé apunta que era hijo de Mojácar José Guirao, más conocido como Walt Disney.
El punto máximo de perdida de población se había producido después de la Guerra Civil, llegando a tener menos de mil habitantes a finales de los años cincuenta. En la actualidad (2018) están censados en el núcleo de Mojácar 1.520 personas, mientras que el grueso de la población del municipio (4.480 hab.) se concentra en Mojácar Playa, y otros 1.335 repartidos por el resto del territorio municipal.
El hecho es que, a principios de los años sesenta del siglo pasado, en un pueblo en ruinas, se hace el esfuerzo de transformarlo en un pueblo blanco y renovado. Así, con el auge del turismo, convertirán un pueblo rural decadente en uno de los pueblos turísticos más apreciados por su belleza en la costa almeriense.
Un ejemplo de ello lo podemos visualizar en el contraste entre la imagen que aparece en el interesante libro de Carlos Almendro, Mojácar. Rincón de embrujo, con la imagen actual de la misma puerta de entrada al recinto.
El resultado, como en otros lugares como Albarracín, como he presentado en otro Post, es una rehabilitación idealizada.
Nunca habían sido así, pero son bonitos a nuestra mirada de turista. Lo que si permanece auténtica es la morfología urbana.
Indalo
En esta zona, desde el Neolítico (Cueva de los Letreros, Vélez Blanco) se expandió la representación de Indalo, un símbolo esquemático que representa un hombre con los brazos abiertos sosteniendo una semicircunferencia.
En Mojácar siempre ha tenido una singular importancia su representación en las fachadas de las casas.
Convertido en un símbolo de Almería, se le consideraba como un “tótem”, que defendía de las tempestades, ya que se le creía un “genio” que tenía la fuerza de sostener y sujetar el arco iris por cada uno de sus extremos.
Los iberos del sudeste designaban con la voz de Indal al señor por excelencia, a dios, bajo el significado de “poderoso, fuerte”.
Visita a Mojácar
En mi experiencia, lo mejor en Mojácar es dejarse llevar por sus calles, aunque se pase más de una vez por el mismo sitio, que dará la impresión de diferente.
Por ello, no marcaré un recorrido, sino que señalare algunos puntos concretos de interés y, mostraré imágenes dispersas de puntos y perspectivas de sus calles.
Al entrar por la carretera se topa literalmente con la ciudad apiñada sobre la ladera.
Siguiendo por la carretera hacia la derecha, rodeando gran parte de la localidad se asciende hasta el parking (PK).
Desde este punto nos adentraremos ya en la ciudad árabe-medieval. Si se quieren ahorran una primera cuesta, hacia la izquierda se puede tomar un ascensor hasta un primer nivel del recinto. A la vista de lo que nos espera, creo que es mejor subir directamente por la calle.
Las primeras calles ya nos sorprenderán por su singularidad y por alguno de sus nombres.
Mirador de la Plaza Nueva
Llegados a la Plaza Nueva (1) se abre el primer mirador en dirección norte sobre el Valle de las Pirámides, desde donde se distingue la colina a cuyos pies se albergaba Mojácar la Vieja.
A nuestra espalda ser percibe la adaptación de la construcción urbana a la ladera de la montaña.
Mirador del Castillo
Subir hasta el punto más elevado de Mojácar lleva a la plaza del Castillo (2). En el centro de la plaza se emplaza un hotel con reminiscencias de castillo.
Al llegar al fondo de la plaza se abre el magnífico Mirador del Castillo (2) en dirección este, divisando el mar Mediterráneo y las costas de Murcia hacia el norte, y las construcciones en la Mojácar Playa al frente.
Desde el lado oeste de la plaza se distingue sobresaliendo y resaltando con su color ocre en contrate con el blanco del conjunto, el edificio de la Iglesia de Santa María.
Iglesia de Santa María
La Iglesia Parroquial de Santa María (3) es una mole prismática rectangular compacta, con una torre también rectangular esquinera exterior al fondo del lado del evangelio.
Es del año 1560, construida probablemente sobre una mezquita árabe. Cumplió funciones de culto y fortaleza, de ahí su aire de fortificación.
El interior es muy simple, con unas pinturas realizadas en los años ochenta del siglo pasado por un pintor alemán, Michael Sucker, afincado en aquel momento en el municipio.
Estatua de la Mojaquera
Escondida tras las mesas de la terraza de un bar se alza la Estatua de Mojaquera (4), realizada en mármol blanco, portando el clásico cántaro en la cabeza subiendo desde la fuente.
Plaza del Parterre. Antiguo cementerio árabe
Rodeando la Iglesia por detrás del ábside, junto al lado de la epístola, bajando unas escaleras, se encuentra la Plaza del Parterre (5). Se cree que fue una antigua necrópolis árabe, ya que se han encontrado restos orientados hacia La Meca, oeste.
La plaza queda delimitada por una especie de arcadas de claustro.
Plaza del Ayuntamiento
Pasado el Parterre, justo a la derecha, se sitúa la plaza del Ayuntamiento (6).
Aquí me encuentro con una sorpresa desagradable para mi gusto. Se trata de la desnaturalización de un centenario ficus benjamín. La desnaturalización consiste en aplicar esta nefasta moda de convertir la copa de los árboles en ridículos prismas cilíndricos, con lo cual los árboles pierden toda su forma natural y su personalidad. En este caso, dado el volumen del centenario árbol, convertido en una estúpida corona circular aérea. Además, era el momento de la poda.
Arrabal
Junto a la muralla, pero extramuros de la ciudad, en la parte sur, se estableció el Arrabal (7), se presupone que habitado por la comunidad judía.
La actual calle Arrabal recorre este barrio.
Al final de la calle Arrabal se abre la plaza Las Flores.
A la derecha la bajada de la calle Las Flores muestra en su fondo el portal de la casa Los Mármoles (8).
Dos ventanas con celosía sobre la puerta.
Y un bonito patio interior.
Fuente de Mojácar
Avanzando hacia la derecha de la plaza Las Flores descenderíamos hasta la Fuente (9).
La Fuente es un lugar cargado con fuerte simbolismo para Mojácar, pues en ella tuvo lugar la entrevista del Alcaide Alabez con el representante de los Reyes Católicos, del que se siguió la permanencia de población musulmana residiendo en el lugar.
Encima se ha habilitado el Centro de Arte «La Fuente de Mojácar», sala municipal.
Puerta de la Ciudad o de la Almedina
Si nos situamos nuevamente en la Plaza Las Flores, hacia la izquierda se llega a la Puerta de la Ciudad o de la Almedina (10).
A la izquierda, antes de entrar, apoyado sobre la muralla, se alza lo que fue El Torreón (11), punto de defensa de la puerta y de cobro de los arbitrios para entrar productos en la ciudad. Su forma procede del siglo XVIII, y actualmente ocupado por una pensión.
Ya hemos visto al principio del Post esta Puerta, en una imagen actual y en otra del siglo pasado. Se trata de la única puerta con que contaba el recinto amurallado.
La actual procede de la reconstrucción efectuada en 1574 sobre la original árabe.
En ella se observan dos elementos interesantes. El nombre en castellano y árabe (Puerta de la Almedina) y el escudo de la ciudad.
La puerta vista desde el interior.
Callejear por Mojácar
Antes de entrar a visitar el Museo de la Canana, dediquemos un tiempo a vagabundear por las calles tortuosas y empinadas, para absorber su belleza.
Las dimensiones del recinto permiten pasear sin necesidad de un plan muy preciso, aun cuando pasemos más de una vez por algún lugar, que siempre nos parecerá distinto según la perspectiva desde donde lo observemos.
Por el camino podemos encontrarnos con hornacinas o cerámicas religiosas por las paredes.
Museo Casa de la Canana
Me ha parecido interesante dedicar esta segunda parte del Post a presentar el Museo Casa de la Canana (12).
Se trata de una muestra etnográfica de la vivienda en Mojácar en la primera mitad del siglo XX. Para ello se han habilitado 200 m2 de la planta baja y del sótano-patio para reconstruir una vivienda de aquel período, con muebles y utensilios, domésticos y de labranza, auténticos, reunidos con criterio y asesoramiento histórico y etnográfico por el matrimonio ruso formado por Serguei y Yulia Damye.
Se trata de una iniciativa excepcional, por la que un matrimonio sin ninguna vinculación previa con Mojácar, ni con Almería ni España, deciden profundizar en la cultura es este pueblo, y crear un museo privado de gran interés.
Como me explicaba Yulia, todo este trabajo de recopilación de materiales y de planteamiento museístico lo han efectuado asesorándose a fondo con expertos sobre el tema.
La visita a la Casa de la Canana
Me dirijo a la calle Esteve 6, frente a una casa esquinera.
Antiguamente la casa había sido estanco-tienda, donde la propietaria era conocida como “la Canana”, de ahí el nombre.
En el museo se representan todos los espacios propios de una casa agraria de pueblo distribuidos por la planta baja y el sótano-patio. La planta superior está reservada a vivienda de los propietarios.
Junto a los elementos más significativos se distribuyen carteles explicativos de cada uno de ellos, con una estética acorde con el conjunto.
Lo que podría ser el recibidor hace de distribuidor hacia las diversas estancias y niveles.
Puede empezar a apreciarse los suelos hidráulicos.
Hacia el piso superior y hacia el sótano.
Y el cantarero.
La habitación de la derecha junto a la entrada había sido el espacio ocupado por el estanco-tienda. En él se ha reproducido una sala-comedor con un hogar al fondo.
Y la típica mesa camilla.
La cocina contiene todos los utensilios.
Incluida una pastera para amasar pan.
Junto a la cocina la necesaria despensa.
En el museo se presenta otro comedor, que sería el correspondiente a la casa.
En una esquina se ha colocado un maniquí vestido con la ropa tradicional de la mujer mojaquera de principios del siglo pasado, como puede constatarse en la fotografía de la portada del libro de Carlos Almendro presentada al principio de este Post.
Al lado la puerta d la despensa y, al fondo, la cocina.
El dormitorio de matrimonio, con cama metálica, la cuna y el imprescindible palanganero.
En la habitación individual aparece el imprescindible orinal.
Por el resto de la planta se pueden apreciar otros elementos que formaban parte de la vida cotidiana, como podía ser la máquina de coser, estantes y alacenas.
Finalizado el recorrido por el espacio residencial que ocupa la planta, bajo la escalera de subida al primer piso se abre una escalera que desciende hasta las dependencias vinculadas a la actividad agrícola de la economía mojaquera y a la cría de animales domésticos que se desarrollaba complementariamente para ayudar a la economía de subsistencia propio de los medios rurales.
Unos difíciles escalones excavados en la roca llevan a este ámbito.
Diversos ámbitos muestran y representan las funciones que podían tener vinculadas al almacenaje y crianza de animales domésticos.
Un cuarto de aperos.
De almacenaje, con el jarpil para trasportar paja.
Cuadra para el borrico.
Para cabras y ovejas.
En el gallinero las gallinas podrán huevos.
El cerdo para la matanza.
Un patio exterior al que se accede directamente desde el exterior, con el trillo y los útiles para los cereales.
Ya saliendo del Museo, junto a la recepción ambientado con muebles y fotografías de época, una pequeña tienda permite adquirir libros y algunos objetos relacionados con Mojácar y con la temática del Museo.
Fin de la salida
En un día con la luz cambiante entre el Sol y los nubarrones oscuros, he podido deleitarme de un paseo sosegado por las calles de Mojácar, sin agobios y sin coches. Es lo que tienen estos lugares arrapados a un terreno de pendiente montañosa acusada.
El renacer de la localidad bajo el impulso de su belleza a los ojos del turista nos devuelve una imagen impoluta e idealizada de su morfología.
La visita al Museo Casa de la Canana nos puede acercar algo a la forma de vivir de hace cien años. Vale la pena acercarse a ella.
En resumen, un lugar para ir a ver y disfrutar.
Bases de información
Google academics
Eduardo Saavedra y Moragas. La antigua Murgi y el límite oriental de la Bética
Horacio Capel. Almería
Enlace con el Post: Casona Granado, Alojamiento boutique. Levante Almeriense