Úbeda y Baeza (Jaén) forman un conjunto de ciudades Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Sobre la alcazaba musulmana se impuso el estilo renacentista español que le otorga el valor cultural reconocido.
Úbeda monumental (Jaén)
Úbeda monumental, La Loma, Jaén
Úbeda. Comarca: La Loma. Provincia: Jaén. Com. Autónoma: Andalucía
Coordenadas: 38°00′42″N 3°22′18″O. Altitud: 751 msnm. Población: 34.603 en el municipio; 33.413 en la localidad (2018)
Web: Turismodeubeda
Ciudad Patrimonio de la Humanidad (2003) conjuntamente con Baeza
Visita: 2018
Índice
Úbeda monumental, La Loma, Jaén
Dos ciudades jienenses, Baeza y Úbeda, obtuvieron conjuntamente en 2003 el reconocimiento como Ciudades Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, por su Conjunto Monumental Renacentista.
Visitar ambas ciudades en el mismo momento era un programa de viaje muy atractivo. Teniendo en cuenta que, además de Baeza, podía complementarlo con visitas a Sabiote y a Jaén, formaba ya el lote completo.
El territorio
Para el asentamiento originario de Úbeda, en la comarca de La Loma, se escogió un terreno de meseta a unos 751 msnm, con potencialidades defensivas como fortificación de meseta, dominando el valle alto del Guadalquivir.
Como la mayor parte de todo el territorio se encuentra en plena zona olivarera.
Úbeda es un núcleo de población importante con 34.603 habitantes en el municipio, casi todos ellos, 33.413 habitantes, concentrados en la localidad, según datos de 2018.
Con un ligero bache en los decenios de 1940 a 1980, Úbeda ha mantenido una población ligeramente creciente desde principios del siglo pasado, aunque en los últimos años apunta un ligero descenso, situándose algo por debajo de los 35.000 habitantes, casi todos concentrados en el núcleo urbano.
Como otras ciudades de la región, podemos considerarla una agrociudad en la medida en que prácticamente la mitad de su población activa vive del campo, vinculada al olivar y el aceite. La designación como Ciudad Patrimonio ha incidido en la potenciación de la actividad turística.
Un poco de historia
Por los vestigios encontrados, se sabe que el lugar que ocupa Úbeda lo está por lo menos desde el calcolítico, o edad del cobre, sobre los años 6.000 a 4.000 a.C.
Desde entonces, y sin solución de continuidad, la ocupación ha sido constante por las diversas culturas que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo, con ocupación ibera, romana y visigoda.
La Salaria romana, o Úbeda la Vieja, fue uno de los centros económicos y administrativos más importantes de la zona.
Pero serán los árabes los que darán forma a la ciudad que ha pervivido hasta la actualidad.
Las primeras noticias recogidas en la literatura histórica árabe atribuyen la fundación de la ciudad y erección de la muralla a Haxem ibn Abdalaziz, ministro de Muhammad I, emir de Córdoba, en tiempos de Abd al-Rahman II (822- 852). Se trataría de una alcazaba.
En 1212 se libró la Batalla de la Navas de Tolosa, también llamada Batalla de Úbeda entre las tropas de Alfonso VIII de castilla y sus aliados cristianos de la Península, contra el califa almohade Muhammad an-Nasir, que, tras la victoria cristiana, para la historiografía se considera el punto de inflexión del proceso de reconquista.
En los vaivenes del periodo de la reconquista, finalmente fue conquistada por el rey Fernando III de Castilla en 1233, después de dos intentos anteriores en 1224 i 1226, mediante capitulación, lo que dio opción a sus habitantes de quedarse o marchar.
Se le dará la consideración de ciudad realenga y los privilegios que le otorgó el Fuero de Cuenca atrajo a la nobleza castellana en la repoblación del territorio.
La ciudad y sus murallas se consolidaron durante los más de dos siglos en que estuvo estabilizada la frontera con el reino Nazarí, hasta la ofensiva final del siglo XV, con la conquista final de Granada.
Este período fue una época de fuertes rivalidades internas entre las diversas familias de nobles por el control del poder, hasta que Isabel I mandó destruir el Alcázar, al igual que hizo en Baeza.
El siglo XVI será el de máximo apogeo de la ciudad, basado en una importante actividad económica cerealista, ganadera y artesanal.
En este periodo alto Clero, nobleza y el Concejo rivalizan en construcciones que harán de Úbeda una de las ciudades más importantes de implantación de la arquitectura renacentista española y andaluza. Es de resaltar el papel de Francisco de los Cobos y de su sobrino Juan Vázquez de Molina, ambos ocupando el cargo de Secretario de Estado del Emperador Carlos I. y las obras del arquitecto Andrés de Vandelvira, como también ocurrió en Sabiote.
Como en el resto de la zona, los siglos XVII y XVIII fueron de estancamiento y declive económico y social.
Un impulso en la economía y el comercio se produce en el siglo XIX que se refleja en un auge de construcciones, al tiempo que se destruyen y degradan ciertas construcciones y las murallas.
Se llega a 1900 con una población de casi 20.000 habitantes que crecerá hasta los 31.000 en 1940. Los decenios siguientes son de grandes dificultades económica con un ligero descenso de población, pero muy inferior al de otras zonas, con un mínimo de 28.717 habitantes en 1981. Los decenios siguientes son de crecimiento, alcanzando su máxima población histórica en 2012 con 35.866 habitantes. Desde ese momento se detecta una ligera disminución hasta los 34.603 actuales (2018).
Recorrido por Úbeda
Para la presentación siguiente dividiré la visita en dos recorridos. Uno siguiendo el circuito de las murallas. El otro recorriendo el casco histórico y su arquitectura monumental.
Debo decir que, en la práctica, el recorrido real fue un mix entre ambos, pero recorriendo en conjunto todas las partes presentadas.
Para ambos circuitos tomaré como punto de partida el aparcamiento público (PK) situado en el lado este, sobre el Valle del Guadalquivir.
Recinto amurallado
A pesar de las numerosas devastaciones y remodelaciones acaecidas en la ciudad, Úbeda conserva en su totalidad el trazado originario del perímetro defensivo que protegía la ciudad medieval musulmana, y gran parte de la muralla construida, y que hoy delimita el casco histórico. La muralla histórica pervive en un 80% de los aproximadamente 2’5 kilómetros de su trazado.
La primera vez que se cita la muralla del siglo XIII es con motivo de la batalla de las Navas de Tolosa, como lugar de refugio ante las tropas cristianas.
La ciudad musulmana de Úbeda correspondía al tipo “rabad al-hisn”, es decir, una medina presidida por una fortaleza o castillo con marcado carácter geoestratégico, acompañado por un extenso espacio amurallado, conocido como “albacar”, destinado a dar protección a la población y sus ganados en caso de peligro.
La trama urbana se compartimentaba definiendo tres recintos diferenciados: el alcázar o recinto fortificado, en donde se localizaba los principales edificios representativos del poder, así como la mezquita aljama; la medina o recinto intramuros, con una extensión de 26 hectáreas, presidido por un espacio abierto con carácter comercial y contando con varias mezquitas de barrio; y los arrabales extramuros, relativamente autónomos y cercados. El trazado viario se define a base de unos ejes radiales que conectan la medina con las principales puertas de acceso, a las que se abren otras secundarias, transversales y adarves o calles sin salida.
En los tramos amesetados que abocan sobre el Valle del Guadalquivir, al este y al sur, se conservan en gran medida, ya que la orografía del terreno no facilitaba la expansión urbana en esta dirección. Por el contrario, la parte llana que se extiende por el norte y noroeste, ya desde un principio fue lugar de asentamiento de arrabales y del ensanche en el siglo XIX.
Lo que ocurre es que en muchos tramos la muralla que no fue destruida fue absorbida por las construcciones que se apoyaron en ella, a cara y cara del muro.
Lo más visible que se conserva son los torreones y algún lienzo de muralla que se vislumbra entre las construcciones modernas.
El recorrido lo efectuaré siguiendo el sentido contrario al de las agujas del reloj.
Iniciando el circuito desde la plaza de Santa Lucía (PK).
Este lugar se corresponde con el punto en el que se iniciaba la muralla interior de delimitaba la alcazaba musulmana. El recorrido que seguiré en este primer tramo era el que delimitaba dicha alcazaba hacia el exterior y que extendía hasta el punto (K) de este recorrido.
El primer tramo de la calle Redonda de Miradores es de los que esconde la muralla entre las casas y solo deja visible algún torreón, o su ruina, para dejar aparecer más adelante el muro visible tras las construcciones (A-E).
Al girar la punta sur comienza un lienzo de muralla completa y visible (F).
Desde aquí en este tramo (F a K) son visibles cinco torreones.
En el punto donde la calle actual cambia de nombre y pasa a denominarse calle Saludeja, vemos como a los pies de la muralla mana un manantial (H).
Un tramo más deteriorado (I) nos lleva al torreón (J).
Dos torreones (J, K) cierran la muralla exterior de lo que fue la alcazaba. La muralla vuelve a situarse tras las edificaciones que se adosaron a ella.
Pasado el torreón (K) alcanzamos la calle Prior Monteagudo. Este era el punto de cierre de la muralla de la alcazaba con la muralla exterior que se había iniciado en la plaza Santa Lucía (A).
La muralla exterior sigue por la calle Cortina siendo el primer elemento significativo la Puerta de Granada (L). De aquí partía el camino hacia Granada, como su nombre indica.
Es una sencilla puerta de arco de medio punto sobre el lienzo de la muralla.
Sigue un lienzo bien conservado con un nuevo manantial.
Me he situado en el punto (N), en los Miradores de San Lorenzo. Desde aquí se observa panorámicamente parte del recorrido efectuado del tramo (K-H).
El Mirador seguiría la muralla por la izquierda la de Iglesia de San Lorenzo, situada extramuros, sin que se conserven rastros de muralla.
También se puede constatar el dominio visual sobre el Valle del Guadalquivir que la posición de meseta ofrece hasta la Sierra de Cazorla.
Entre los Miradores de San Lorenzo y la calle Cava la muralla forma un ángulo de 900, reapareciendo un torreón en este punto (N).
La calle Cava se estableció sobre los límites de las casas que en todo el recorrido por la parte llana de la meseta se fueron adosando a ambos lados sobre la muralla en los tramos en que no fue derruida, y que en diversas ocasiones se hacen visibles des el exterior.
Diversos torreones no fueron derribados y, al sobresalir del lienzo de la muralla se acercan o limitan con el alineamiento urbano.
El primer torreón con puerta de acceso a la ciudad que encuentro es el Torreón y Portillo del Santo Cristo (P), sometido a una reciente restauración.
Antes de finalizar el tramo de la calle Cava se nos muestra una nueva torre urbanísticamente alineada (Q).
He entrado en el tramo de calle ahora denominado calle Rastro. Este torreón alberga actualmente una tienda de muebles y ha sido modificado con una puerta de acceso.
La plaza de Andalucía aparece como el punto central de la ciudad actual.
Sobre un torreón del siglo XIII, que defendía la Puerta de Toledo, en el siglo XVI se construyó un reloj y un campanario renacentista. Para ello se añade un cuerpo para alojar el reloj y la maquinaria y un templete octogonal para el campanario del reloj.
A partir de aquí, en el vértice noroeste de la muralla, esta gira hacia levante por la actual calle Corredera de San Fernando. El lienzo prosigue inserto en las construcciones, volviendo a aparecer en la Torre de las Arcas.
Se trata de una torre albarrana de planta octogonal y matacanes.
Al llegar a la plaza Gallego Díaz hago una pequeña incursión dentro del recinto amurallado para ver las fachadas del Convento de la Concepción y el Palacio de los Cueva.
Convento de la Concepción
El Convento de la Concepción (23) de las Carmelitas Descalzas es del siglo XVII. De fachada austera según los criterios de la orden.
Palacio de José Luis de la Cueva
El Palacio de José Luis de la Cueva o Casa de los Cueva (24), es una casa solariega, edificada en el siglo XV. La fachada, del siglo XVII, presenta un arco con gran dovelaje de influencia castellana y los blasones del linaje como único ornato.
En la actualidad es un centro multifuncional municipal.
Retorno a plaza Gallego Díaz para seguir por la izquierda por la calle Cruz de Hierro, girando en dirección sur por la calle Fuente Seca, donde vuelve a visualizarse la muralla, con un primer torreón encajonado (U) y, al fondo, la Puerta del Losal (V).
La Puerta del Losal (V) es la más monumental de las puertas conservadas del recinto amurallado. Esta puerta de estilo mudéjar del siglo XVI, también conocida como puerta de Sabiote, es un magnífico ejemplo de las formas y técnicas constructivas musulmanas que se continuaron utilizando después de la conquista cristiana. Consta de un doble arco de herradura apuntada, precedido al exterior por otro arco que conecta el lienzo de muralla con el torreón que la defendía, que hace las veces de matacán.
Vista desde el interior.
A partir de la Puerta del Losal la muralla se hace visible en un largo lienzo. La pendiente del terreno en este tramo debió dificultar adosar casas a la muralla por su parte exterior.
El lienzo termina en la Puerta de Santa Lucía o de Quesada (X). Puerta mudéjar reconstruida, que daba acceso al barrio alfarero de San Millán.
A partir de este punto se ha perdido la muralla, y nos encontramos en la plaza de Santa Lucía, punto de arranque de este recorrido y, como ya he indicado, era el punto de unión de la muralla de la alcazaba con la muralla exterior. O, dicho de otra forma, punto de arranque da la muralla de la medina que acabo de dejar, cuando se amplió la alcazaba.
Desde este punto comienzan a vislumbrarse los edificios renacentistas que nos esperan en el interior de la ciudad. Como la torre y el ábside de la Capilla del Salvador, detrás de casas de arquitectura popular.
La ciudad monumental
Zona I. Entrada por la calle Santa Lucía
El punto de arranque del circuito monumental fue la plaza de Santa Lucía (PK).
Como ya he señalado con anterioridad, aquí se situaría el inicio de la muralla interior de la alcazaba.
Esta primera etapa del recorrido, hasta la Basílica de Santa María la Mayor, ocupa el territorio que seguía la muralla interior una vez sustituida después de la conquista cristiana por los edificios más emblemáticos de Úbeda.
El conjunto irregular en forma de L de la gran plaza Vázquez de Molina concentra la mayor suntuosidad renacentista. Es la pieza central de la declaración de Úbeda, junto con el vecino conjunto monumental de Baeza, como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2003.
Me adentro por una corta avenida arbolada y enseguida me hallo, a la derecha, ante el primer edificio renacentista.
Hospital de los Honrados Viejos del Salvador
El edificio fue el Hospital de los Honrados Viejos del Salvador (1), actualmente Escuela Municipal de Danza “Conchita Álamos”.
Se trata de una edificación hospitalaria construida en el siglo XIV y remodelada en estilo italianizante en el siglo XVI.
La remodelación se debe a la adquisición de terrenos del Hospital por parte de Francisco de los Cobos, a fin de edificar en ellos su capilla, al tiempo que remodelaba el Hospital a cargo del arquitecto Andrés de Vandelvira.
Sacra Capilla del Salvador
Anexa al Hospital, Francisco de los Cobos, secretario universal del Emperador Carlos V y su principal consejero en asuntos de la hacienda imperial, hizo construir la Sacra Capilla del Salvador (2) como panteón.
Es un proyecto del arquitecto Diego de Siloé, en cuya planta sublima todo el simbolismo funerario que encierra la rotonda como evocación del Santo Sepulcro. El proyecto de Siloé lo ejecutó Andrés de Vandelvira a quien se debe enteramente la Sacristía. El resultado es una Iglesia que se considera que está a la altura de la mejor arquitectura italiana del Renacimiento.
La Capilla de El Salvador aparece hoy como una unidad aislada, pero fue concebida por Francisco de los Cobos dentro de una compleja operación urbanística que suponía la transformación de una manzana completa de la irregular y saturada retícula urbana de la collación de Santo Tomás, en la que incluía el Hospital que acabamos de ver y una Universidad.
La planta es basilical, con una rotonda en la cabecera símbolo funerario que se vincula al arquetipo del Panteón de Roma.
La fachada principal se atribuye a Andrés de Vandelvira y se la considera el emblema de la Úbeda renacentista.
La forma es de un retablo abierto al exterior.
Los dos laterales disponen de puertas de acceso a la Capilla.
El del lado de la epístola es actualmente la puerta de entrada para la visita turística.
Ambas portadas presentan una estructura de arco de triunfo. En ambas portadas hay alusiones a la Orden de Santiago, de la que era Comendador mayor de León don Francisco de los Cobos.
La nave tiene tres tramos con arcos de triunfo y capillas.
La cabecera corresponde a la capilla mayor, y es el espacio propiamente funerario, separada del resto de la iglesia por una grandiosa reja.
Lo corona una bóveda esférica sobre un tambor con tres grandes ventanas.
Los sepulcros fueron colocados en una sencilla cripta bajo el presbiterio.
Está cubierta por bóvedas de crucería de tradición gótica.
A los pies de la nave una bóveda de medio punto rebajada soporta un amplio coro.
Un gran retablo contiene en su parte central la transfiguración, obra de Alonso Berruguete del siglo XVI y de los evangelistas en las hornacinas laterales obra de Pedro de Zayas en el siglo XVII.
En el siglo XVIII se reformo al estilo barroco, desvirtuando el sentido clásico que tenía el retablo.
El órgano fue construido en 1795 por Francisco Javier Fernández, expoliado durante la guerra civil y vuelto a restaurar entre 2001 y 2008.
La Sacristía no estaba prevista en los primeros planes, y fue incorporada por encargo a Vandelvira. Se considera que esta sacristía tiene un precedente en la sacristía de las Cabezas en la Catedral de Sigüenza, obra de Covarrubias de 1532.
Articulada en tres tramos con arcos hornacinas y cubierta con bóvedas baídas.
Palacio Francisco de los Cobos
En la misma manzana, a continuación del lado del evangelio, Francisco de los Cobos mandó construir su Palacio de Úbeda (3).
El conjunto debía culminar con la Universidad de Úbeda, que no llegó a ejecutarse.
Encargó las obras del Palacio al arquitecto Luis de Vega.
La fachada sobria del Palacio contrasta con la Capilla.
Vuelvo mis pasos hacia la plaza Vázquez de Molina, para pasar entre el lateral del evangelio de la Capilla del Salvador a la izquierda y el Palacio del Dean Ortega. Conforman entre ambos, un peculiar juego espacial y arquitectónico entre una de las torretas y tribunas de la iglesia, y la recortada esquina de la fachada del Palacio, con el característico y ubetense balcón en esquina.
Palacio del Deán Ortega
El siguiente edificio a considerar en la plaza Vázquez de Molina es el Palacio del Dean Ortega (4), actualmente Parador Nacional de Turismo desde 1930.
Este palacio, de mediados del siglo XVI, fue ordenado construir por Fernando Ortega, primer capellán mayor de la Sacra Capilla Funeraria del Salvador.
De la austera fachada solo sobresale la portada principal con escalinata, ligeramente desplazada del eje central, con columnas dóricas adintelada y vanos adintelados con frontón. En la planta superior un balcón esquinero. Estos balcones esquineros son muy típicos de Úbeda.
Palacio Juan Vázquez de Molina o Palacio de las Cadenas
Otra obra de Andrés de Vandelvira es el Palacio Juan Vázquez de Molina o Palacio de las Cadenas (5), renacentista del siglo XVI. Actualmente es la sede del Ayuntamiento.
Juan Vázquez de Molina, nacido en Úbeda, y sobrino de Francisco de los Cobos, a quién sucedió como secretario de Carlos I. Fue el personaje más importante del Gobierno castellano hasta el regreso de Felipe II a la Península en 1559.
En 1550 comienza a construir este suntuoso palacio en su ciudad natal.
La fachada principal está dividida en tres cuerpos en el plano horizontal, correspondiendo con los tres órdenes arquitectónicos, apareciendo el estilo corintio en las pilastras del primer piso, el estilo jónico en el segundo, para terminar con cariátides y atlantes en el tercer piso. Su planta es cuadrada con patio interior porticado y columnado al estilo de la casa romana.
Basílica de Santa María de los Reales Alcázares
Frente al Palacio de las Cadenas visualizamos la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares (6).
La iglesia de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda se asienta sobre un suelo arqueológico de la Edad del Cobre, lugar sagrado desde tiempos inmemoriales. Fue edificada sobre los restos de la mezquita mayor, tras la conquista de la ciudad en 1233 por Fernando III el Santo y consagrada con la advocación de los Reales Alcázares y de Nuestra Señora de la Asunción.
Su arquitectura es de base gótica florida, con modificaciones de todos los estilos posteriores.
La fachada y portadas, que datan de la primera mitad del siglo XVII, constituyen de hecho la única parte del edificio que responde a un plan previo y organizado. La portada principal, de modelo de arco de triunfo, flanqueado por columnas corintias. Está enmarcada por dos espadañas de diseño clasicista, construidas en el siglo XIX, y su motivo central es la Adoración de los Pastores.
Zona II
Dejo atrás la plaza Vázquez de Molina y me dirijo al barrio de San Lorenzo, en dirección a poniente. Tomo la calle Molinos, muestra de calle popular del barrio antiguo, que me lleva a la Puerta de Granada.
Puerta de Granada
En el recorrido por la muralla ya había pasado frente a la Puerta de Granada (7, L) por el exterior. Ahora se me ofrece desde el interior del recinto.
Casa de las Torres
Prosigo por la calle Ventanas Bajas de San Lorenzo para situarme en la plaza de San Lorenzo ante la Casa de las Torres (8) que es la sede de la Escuela de Arte.
Como es habitual, esta imponente mansión palaciega, construida por el Condestable Ruy López Dávalos, ha sufrido diversos cambios en su construcción a lo largo de los siglos.
El estilo arquitectónico es de alcázar urbano con torres de reminiscencias medievales, a partir de un planteamiento renacentista.
Tiene una portada plateresca de estilo castellano que recuerda a la afamada Casa de las Conchas de Salamanca, por la proliferación de conchas, debido a que su promotor pertenecía a la orden de Santiago.
La Portada, está dividida en tres cuerpos y flanqueada por dos torres que le dan nombre. Estas torres constituyen, en el prototipo ideal de casa del XVI, un elemento de gran prestigio. Actualmente, el tamaño de ambas torres está algo más rebajado que el de las originales.
Presenta un primer cuerpo con una gran dovela de medio punto entre columnas. El segundo dominado por un frontón circular con el escudo de Dávalos y Orozco y ventanas con columnas abalaustradas. El tercer cuerpo compuesto por un gran frontis triangular con las armas de la familia.
En el interior se encuentra un patio renacentista con una doble arcada de columnas.
Palacio de los Medinilla
Siguiendo hacia el norte por la calle Jurado Gómez, en la esquina con la calle Luna y Sol comienza el Palacio de los Medinilla (9), una mansión palaciega que también se organiza, como es típico en la arquitectura civil de Úbeda, en torno a un patio central con columnas. En la fachada predomina el sentido de horizontalidad. Este Palacio se muestra dividido en dos cuerpos. En el primero se encuentra la portada ligeramente desplazada con arco de medio punto de tradición plateresca, y a los lados, dos pares de pilastras que la enmarcan. En el segundo, que es el primero que visualizo en el recorrido, la puerta con frontón da acceso al patio de la mansión.
El Palacio de los Medinilla es un ejemplo de renacimiento tardío con elementos ya barrocos, con alternancia de frontones partidos y curvos.
El atractivo del recinto y sus patios se aprovechan como recinto de bodas y celebraciones.
Iglesia de Santo Domingo
La callejuela Luna y Sol me conduce a la Iglesia de Santo Domingo (10). El cuerpo está libre de edificaciones, con una placita ante la puerta principal en el lado de la epístola y otra por el lado del evangelio, pero con el ábside pegada a la manzana de casas posterior.
El origen de la Iglesia se sitúa entre los siglos XIII y XVI, aunque el estilo es gótico-mudéjar del siglo XV.
La portada por el lado del evangelio desde la calle Corazón de Jesús, es renacentista de finales del siglo XVI, muy simple, del tipo de arco del triunfo.
Entrada por el lado de la epístola desde la placita en la calle Santo Domingo es una de las primeras platerescas de la zona, de medio punto y grandes dovelas decoradas con rosetas. También de tipo arco de triunfo.
La torre fue reedificada en 1702.
Palacio Marqués del Contadero
La primera esquina a la izquierda de la calle Corazón de Jesús con la calle Baja del Marqués, alberga el Palacio Marqués del Contadero (11).
Construido en el año 1788, aunque sigue pautas renacentistas del siglo XVI.
La portada del Palacio Marqués de Contadero es de arco de medio punto, flanqueada por columnas jónicas con fuste liso. Sobre el entablamento se sitúa un balcón corrido, coronado por un frontón partido con escudos. Sobre éste aparece un cuerpo ático a modo de solana (mirador orientado hacia el sur), elemento muy característico de las construcciones de esta zona.
Real Monasterio de Santa Clara
Siguiendo calle arriba, y con un pequeño giro en la calle Horno de Santa Clara, aparece el Real Monasterio de Santa Clara (12), que se mantiene actualmente como Convento de clausura de las Clarisas Franciscanas.
Fue el primer convento de monjas en Úbeda, con documentación desde 1290.
De estilo gótico-mudéjar, renacentista y barroco, con la portada en la plaza barroca del siglo XVIII.
Con posterioridad he sabido que se pueden adquirir productos de repostería hechos por las monjas. Una lástima.
Tras entrar a un pequeño patio aparece la portada mudéjar de acceso a la Iglesia, con el escudo de los Austria.
Pasando a la derecha por la plaza Álvaro de Torres, y después por la calle María de Molina, me dirijo hacia la plaza 1º de Mayo.
Zona III
Al entrar en la plaza 1º de Mayo visualizo a la derecha la calle Juan Ruíz González, artería que al fondo muestra la plaza Vázquez de Molina, donde se aprecia un conjunto de edificaciones del siglo XIX.
Ayuntamiento viejo
A la izquierda me fijo en el Ayuntamiento Viejo (13).
La plaza 1º de Mayo, antes plaza del Mercado, había sido hasta el siglo XV el lugar de reunión del Concejo de la ciudad y los nobles en la Iglesia de San Pablo, en el extremo norte de la plaza.
La pretensión de contar con un edificio representativo del Consejo llevó a que desde 1505 se iniciara el proceso para construir un Ayuntamiento. Sobre 1514 se dispuso de un primero. En 1680 se termina una profunda reforma, con la incorporación de un segundo cuerpo con arquería y unas hornacinas con las imágenes de San Miguel y San Juan de la Cruz, patrón y copatrón de la ciudad respectivamente.
La plata baja presentaba una logia, como tuvieron muchos ayuntamientos del levante español de esa época, con tres arcos de medio punto sobre dobles columnas corintias.
En la amplia plaza que se sitúa frente al ayuntamiento un quiosco de música de forma octogonal y estructura de hierro.
Iglesia de San Pablo
El lado septentrional de la plaza está copado por el lado de la epístola de la Iglesia de San Pablo (14), segundo templo más antiguo e importante de Úbeda, en uno de las once parroquias en que se dividió la ciudad en aquel momento.
Es un templo medieval del siglo XIII de estilo tardo románico y primer gótico, construido sobre una mezquita, y en el que fueron efectuando sucesivas reformas y ampliaciones.
En los siglos XV y XVI se construyen varias capillas y la puerta principal en 1511, de estilo gótico flamígero.
El hueco excavado a la izquierda de la fachada se conoce como Tabladillo, por la existencia en origen de tablazones de madera a modo de escalera para subirse a él.
Tenía un doble uso. El Concejo lo usaba a modo de tribuna para emitir los bandos municipales una vez se reunían dentro, a su vez, también se utilizaba para emitir sermones y dirigir el rezo.
El templo cuenta con dos entradas más. Una en el pie de la Iglesia, conocida como Portada de los Carpinteros, de estilo protogótico único en la ciudad.
Otra por el lado del evangelio, ambas de estilo gótico.
Museo Arqueológico. Casa Mudéjar
Calle arriba por la calle Cervantes, siguiendo el pie de la Iglesia, llego al Museo Arqueológico de Úbeda (15).
El Museo se ubica en una casa datada entre los siglos XIII y XV, en un entramado de calles estrechas y laberínticas, con adarves, distribuidos en manzanas irregulares, lo que remite a una trama urbanística propia de la época medieval.
Las edificaciones combinan, como en el resto del caso antiguo, casas solariegas con sencillas viviendas renacentistas o mudéjares, con portadas de cantería, fachadas encaladas y rejas.
El acceso se efectúa a través de un patio con soportales de arcos túmidos.
La casa, y por tanto también lo hace el Museo, se organiza en torno a un patio central, con cuatro galerías abiertas a las que dan las distintas dependencias a dos niveles.
Al fondo un acceso da paso a un jardín interior.
El nivel superior del patio también está formado por una galería abierta de soportales con artesonado de madera.
El contenido del museo abarca la Prehistoria, el periodo ibero y de las colonizaciones, la etapa visigótica, la musulmana y algunos elementos de la alta edad media.
A la salida del pequeño Museo, retrocedo hasta la esquina para tomas a la derecha la calle Roque Rojas.
Sinagoga del Agua
Como una muestra de la convivencia histórica de las tres culturas, al final de la calle se ubica la Sinagoga del Agua (16) que se data con anterioridad al siglo XIV.
Hasta finales del siglo XX se desconocía su existencia, y la entrada era ocupada por una peluquería. Unas obras de carácter inmobiliario sacaron a la luz la Sinagoga.
Por la calle de Las Parras llego a la calle Real, la arteria más importante que une el centro histórico con la plaza de Andalucía, como centro de la ciudad actual.
Calle de tradicional carácter comercial, aun cuando el comercio se desplaza hacia nuevas áreas. Los edificios son fundamentalmente decimonónicos, de finales del siglo XIX y principios del XX reflejo de la burguesía del momento.
Palacio del Conde de Guadiana
Una reminiscencia de antiguos palacios se encuentra en la esquina con la calle Muñoz Garnica, donde se levanta el Palacio del Conde de Guadiana (17). El edificio sería de la última década del siglo XVI, mientras que la torre se añadiría entre 1611 y 1615 como una muestra de arquitectura manierista. Destacan las ventanas esquinadas.
Se considera que es un ejemplo de similares palacios renacentistas en Úbeda, con torre como elemento simbólico representativo de la antigua nobleza en un contexto urbano cuya funcionalidad ya no tiene sentido.
Zona IV
Llego al límite de la ciudad amurallada frente a la plaza de Andalucía. A la izquierda se abre la corredera San Fernando, con un primer tramo de soportales siguiendo las casas adosadas a la muralla.
Iglesia de la Trinidad
Enfrente, la Iglesia de la Trinidad (18) situada ya extramuros. Es uno de los pocos ejemplos de barroco de Úbeda.
Fundada en 1215 por los Trinitarios Redentores Descalzos tras la conquista.
A lo largo de su historia sufrió diversos hundimientos, siendo el último en 1727. El conjunto está formado por la Iglesia y un convento con claustro.
La sobriedad de la fachada contrasta con las sobresalientes portadas barrocas de los lados sur y oeste.
En la esquina se eleva una torre campanario de cuatro cuerpos.
Torre del Reloj y Plaza de Andalucía
Desde la Iglesia de la Trinidad la panorámica a poniente sigue el circuito de la muralla, con la presencia de la Torre del Reloj (19, S), junto a la plaza de Andalucía.
Ya he pasado frente a la Torre del Reloj en el recorrido por la muralla (S).
La plaza de Andalucía es el lugar central de la Úbeda actual, de la cual parten en forma radial los ejes viarios hacia el exterior de la ciudad.
Frente a la Puerta de Toledo, era en la época medial lugar de mercado, manteniendo se carácter de área comercial con sus soportales, con algún edificio historicista en su combinación de estilos arquitectónicos.
Sede de la UNED
En el recorrido que me queda hacia el Hospital de Santiago, doy un pequeño rodeo por la calle Gradas para pasar frente a la actual sede de la UNED (20).
La Portada Plateresca del edificio se construyó a principios del S. XVI. Sigue el modelo plateresco o del primer renacimiento y está formada por arco de medio punto de gran dovelaje castellano, enmarcado por moldura conopial de reminiscencia gótica. En su cuerpo superior se sitúa una ventana bífora con balaustres y mainel de mármol.
En el recodo de la calle Moral observo un elemento típico en las calles andaluzas en general como son las hornacinas con imágenes religiosas, en este caso de Cristo Crucificado.
Iglesia de San Isidoro
En la esquina de la calle Cronista Muro, a la derecha al fondo, aparece el lado de la epístola de la Iglesia de San Isidoro (21).
Sobre una fortaleza árabe o una mezquita, existen dudas, se levantó una Iglesia en el siglo XIV, también extramuros, de la que se conservan sus dos portadas. Remodelada después, en los siglos XVI-XVII. Parece ser que Andrés de Vandelvira participó en su diseño.
La puerta del lado sur, o del Sol, con un estilo tardogótico, con el escudo del obispo fundador.
Presenta una torre campanario y una espadaña.
Un pie de Iglesia sin aberturas y una puerta en la cara norte.
Calle Obispo Cobos y Calle Mesones
Llego a la calle Obispo Cobos y calle Mesones, popularmente calle de las Tiendas, que constituye la arteria comercial de la ciudad moderna actual.
Es una zona peatonal de la que muestro dos vistas en ambas direcciones de la calle.
Calle con su toque de modernidad.
Hospital de Santiago
Al final de la calle Obispo Cobos llego al Hospital de Santiago (22), último punto del recorrido de la visita urbana.
Considerada una joya arquitectónica del Renacimiento civil español realizada por Andrés de Vandelvira y su padre, Pedro de Vandelvira.
Construida entre 1562 y 1575, bajo las órdenes del Obispo Diego de los Cobos, para ser hospital para pobres enfermos, así como iglesia, panteón y palacio. En la actualidad, se utiliza como centro cultural, de exposiciones y de congresos.
Se observa una gran fachada flanqueada por dos torres recubiertas de cerámica vidriada y otras dos posteriores en la capilla.
Por su forma a veces se la llama El Escorial de Andalucía.
La entrada al recinto se efectúa a través de un arco de medio punto de gran tamaño, sobre el que se encuentra una hornacina de Santiago Matamoros.
En el centro un patio porticado a dos niveles. Sobresale al fondo, tras el porticado, el pie de la Capilla con las dos torres.
Las columnas son de mármol de Carrara.
En el momento de mi visita se estaba desarrollando la II Bienal Foto Úbeda y una muestra de fotografías bajo el denominador de “Espacio Propio”.
Los soportales daban cobertura a distintos expositores de la muestra de fotografía.
Cruzo la puerta del Hospital y doy por cerrada la ruta, no el recorrido para volver hasta el aparcamiento.
“Irse por los cerros de Úbeda”
No quiero terminar sin hacer referencia a la expresión “irse por los cerros de Úbeda”.
En la web visitabaezyubeda.com nos proporcionan una versión de su origen:
“Tiene su origen durante la reconquista de los almohades en 1233.
El Rey Fernando III “el Santo” manda a uno de sus más importantes capitanes Álvar Fáñez (alias el mozo) a vigilar uno de los cerros cercanos de la cuidad, en ese lugar se encontró a una bella y joven mora de la que se enamoró perdidamente, motivo por el cual no llevo a cabo la misión encomendada por el rey. A la mañana siguiente se presentó ante el rey, que le reprendió por su falta. El joven sin pensarlo contestó “que se había perdido por los cerros de Úbeda”.
Desde entonces la frase fue tomada irónicamente por los cortesanos, pues los cerros de Úbeda, aunque tienen entidad, no son lo suficientemente grandes como para justificar el extravío de los soldados y se perpetuó como signo de cobardía.
Actualmente se usa cuando alguien interviene en una conversación con algo que no tiene nada que ver con lo que se está hablando.”
Como acostumbra a ocurrir, existen muchas versiones que giran alrededor del mismo incidente.
También Miguel de Cervantes en El Quijote introduce en un par de ocasiones la expresión “por los cerros de Úbeda”.
Fin de la visita
Tras visitar Úbeda y Baeza, sobre las que la Unesco ha reforzado su hermanamiento al declararlas conjuntamente Patrimonio de la Humanidad, se hacen evidentes sus diferencias, a partir de una evolución histórica particular de cada una, dentro del período histórico en el que se manifiesta la riqueza que supuso para ambas, sobre todo, el período renacentista.
En cuanto a la relación entre Úbeda y Baeza, he tenido la sensación de que se mantiene perfectamente vigente la manera como las definió Antonio Machado en el poema Viejas Canciones:
Entre Úbeda y Baeza
-loma de las dos hermanas:
Baeza, pobre y señora;
Úbeda, reina y gitana-.
Resume claramente las dos sensaciones que he tenido en el contraste entre ambas.
En cualquier caso, Úbeda muestra orgullosa el potencial que cabe suponer que le confirió ser la cuna de dos personajes históricos del máximo poder político en la España de Carlos I, como fueron sus Secretarios de Estado, Francisco de los Cobos y Molina y, seguidamente, su sobrino Juan Vázquez de Molina.
Sus obras, y las de los nobles que los acompañaron, le dieron ese aire de reina de la que hablaba Machado.
Por último, como se puede haber constatado a lo largo del texto, la figura del arquitecto Andrés de Vandelvira aparece como un referente constante en el potencial monumental de Úbeda. Su importancia en la ciudad, y en el territorio del entorno, ha dado origen a la configuración de una Ruta del Renacimiento “Andrés de Vandelvira” como Ruta Turística con el que los municipios de Sabiote, Úbeda, Baeza, Canena y Villacarrillo, han bautizado al abanico de monumentos, rincones y lugares de la comarca con los que se pretende atraer al turista.
Al margen de operaciones de márquetin, mi sincero consejo es visitarlas, no porqué sean ciudades Patrimonio, sino para apreciar por qué han llegado a serlo.
Bases de información
Google Academic
A.B. Mudarra Fernández, P.J. Cárdenas García, J.I. Pulido Fernández, Aproximación al análisis del impacto económico del turismo en Úbeda y Baeza tras su declaración como patrimonio de la humanidad
Enlace con el Post: Sabiote (Jaén)
Enlace con el Post: Baeza monumental (Jaén)