Uno de los Castillos más interesantes para visitar es el Castillo de Calatrava la Nueva (Ciudad Real), en su condición también de Sacroconvento de la Orden de Calatrava. Este castillo medieval con la iglesia cisterciense románico-gótica es un ejemplo casi único.
Castillo de Calatrava la Nueva (Ciudad Real)
Castillo de Calatrava la Nueva. Campo de Calatrava. Ciudad Real
Carretera de Calzada de Calatrava a Puertollano, km 2,3. Municipio: Aldea del Rey. Comarca: Campo de Calatrava. Provincia: Ciudad Real. Com. Autónoma: Castilla-La Mancha
Coordenadas: 38º39’59”N 3º50’42”O. Altitud: 903 msnm
Web: castillodecalatrava
Visita: 2019
Castillo de Calatrava la Nueva. Campo de Calatrava. Ciudad Real
Enlace con el Post: Hospedería Santa Elena. Tierra de Montiel
Una salida de gran interés durante la estancia en la Hospedería Santa Elena fue la que me llevó hasta el Castillo de Calatrava la Nueva. Situado a una distancia de 78 kilómetros, a 1 hora.
Como creo que se verá a continuación, merece la pena el desplazamiento para contemplar uno de los castillos-monasterio más impactantes de la Península, que se corresponde con un momento muy particular de la historia de este país.
La Orden de Calatrava
En la segunda mitad el siglo XII, más o menos a la mitad del período de presencia militar musulmana en la Península, los reinos hispánicos introducen las Ordenes Militares.
Siguen el modelo de las Ordenes Militares creadas a principios de ese siglo XII para la liberación de Jerusalén en la Primera Cruzada.
La Orden de Calatrava fue la primera Orden Militar del Reino de Castilla en 1158 durante el reinado de Sancho III, siendo aprobada por el Papa Alejandro III en 1164. Sus fines fundacionales eran “la alabanza de Dios, la defensa de la Fe y la santificación personal”. Cabe decir que la Orden de Calatrava pervive actualmente con los mismos fines confesionales, aunque con distintas formas de actuación social.
Estaba adscrita a la regla del Cister, dependiente de la abadía de Morimond.
Se fundó con el objetivo de defender la ciudad de Kalaat-Rawah (actual Calatrava la Vieja), en Carrión de Calatrava (en la provincia de Ciudad Real), en sustitución de la Orden del Temple, que había abandonado este territorio a la muerte de Alfonso VII.
Posteriormente recibió el encargo de proteger la zona Sur-Suroeste de la Meseta de La Mancha en la cuenca alta del Guadiana. Zona ampliamente disputada, entre la Meseta central y el Valle del Guadalquivir.
El territorio que la Orden dominaba era aproximadamente el de la actual comarca del Campo de Calatrava, sin incluir la ciudad de Ciudad Real que pertenecía a la Corona, y el Valle de Alcudia. Pero también llegó a disponer de amplias posesiones en Aragón, Andalucía y Castilla.
El Mapa siguiente corresponde a la implantación de las Órdenes militares a finales del siglo XV, donde en color lila aparecen los territorios de la Orden de Calatrava.
El dominio jurisdiccional, tras la etapa militar, se mantuvo sobre la base de la encomienda. En total, durante siete siglos hasta el momento de la desamortización en el siglo XIX.
El Castillo de Calatrava la Nueva
La construcción del Castillo y Sacroconvento de Calatrava la Nueva corresponde al año 1216, adonde se trasladaron desde del primer castillo (actualmente denominado Castillo de Calatrava la Vieja), situado 44 kilómetros al norte, que ofrecía condiciones de vida inadecuadas y que había perdido su posición estratégica.
Se ubicó en la cumbre del cerro del Alacranejo en Aldea del Rey, en el paso hacia Puertollano y el Valle del Guadalquivir.
Por su emplazamiento corresponde a la tipología de castillo roquero y de colina. Por su origen, es uno de los pocos ejemplos de castillo-convento de una orden militar, con doble función militar y religiosa. De ahí el gran templo y la zona conventual, como veremos en la visita.
Nunca fue invadido ni asediado, ni se conoce ninguna batalla en él. Lo que no había sucedido con su antecesor, el Castillo de Salvatierra, ubicado enfrente, al otro lado del valle de paso.
Esto es debido a la época en la que se levanta, años después de la batalla de las Navas de Tolosa, cuando la frontera va avanzando hacia el sur, así como por sus dimensiones y carácter inexpugnable.
Con anterioridad a la ocupación por la Orden, se construyó primero un castillo, en la parte más elevada. En ese lugar había habido una atalaya y se supone que el anterior Castillo de Dueñas.
Alrededor del Castillo, la Orden de Calatrava edificó el Monasterio Cisterciense. Además, se realizaron construcciones auxiliares para el sostén del castillo y del convento.
De esta forma, con las ampliaciones se fueron construyendo nuevas murallas exteriores que se conservan prácticamente intactas. En total cuatro murallas.
Con el tiempo se fueron añadiendo nuevas dependencias y reformas, especialmente durante los reinados de los Reyes Católicos y Felipe II.
El terremoto de Lisboa de 1775 lo afectó considerablemente, por lo que solicitaron de Carlos IV permiso para trasladar a Almagro las dependencias de la Orden, donde en 1802 se instalaron en los Palacios Maestrales (actualmente Museo Nacional de Teatro). En Calatrava la Nueva permanecieron dependencias monacales hasta la época de las Desamortizaciones, cuando quedó desocupado.
Tras el abandono, en 1854 fue declarado Monumento Histórico Nacional. En 1931 fue incorporado al registro de Bienes de Interés Cultural, realizándose las primeras restauraciones.
El territorio
El emplazamiento a una altitud de 996 msnm, en la cúspide de un cerro cónico, le otorga un carácter de inexpugnable.
Como observaremos en las paredes y muros, las cuarcitas y los materiales volcánicos de la sierra de la Atalaya, dotarán de un color especial a la construcción, con unas tonalidades rojizas.
Entre el castillo de Calatrava y el Castillo de Salvatierra, por el puerto de Calatrava transita la Cañada Real de las Vacas. Su localización estratégica controla el paso entre La Mancha y Andalucía.
Visita al Castillo y Sacroconvento de Calatrava la Nueva
Para llegar hasta la base del Castillo se deben superar 200 metros de desnivel, desde los 680 metros en la CR-504, hasta los 880 metros de la zona de aparcamiento, por un estrecho camino empedrado, que asciende en espiral durante de 2,5 kilómetros.
El trazado es el original, empedrado en parte con motivo de la visita que realizo Felipe II en 1560.
Si la atención que debes poner en la conducción lo facilita, el recorrido es sumamente interesante porque te permite visualizar todo el perímetro de la muralla exterior, mientras vas acercándote progresivamente al recinto a medida que asciendes.
Un gran aparcamiento, muestra unas magníficas vistas en dirección noreste, sobre el Campo de Calatrava, la villa de Calzada de Calatrava, el Puerto de Calatrava y el Castillo de Salvatierra.
Por el oeste, dominando las alturas, la primera muralla, o antemuralla, y sobresaliendo por detrás el Castillo, asentado sobre el roquedo, mostrando la segunda muralla.
Las Murallas
Se puede considerar que el recinto dispone de cuatro murallas. Tres que cierran un recinto y una antemuralla que ocupa el lateral este. Se construyeron, como era usual en los castillos roqueros, adaptándose al trazado natural de los afloramientos de cuarcita. Construidas en mampostería con sillarejos y grandes piedras del mismo material del roquedo.
Las murallas corresponden a los recintos dibujados en azul.
La Primera Muralla (M1), cubriendo el flanco del este, hace la función de antemuralla, protegiendo los accesos principales situados en la Segunda Muralla.
Se extiende a lo largo de todo el lado de levante, dejando entre ambas un gran corredor. Protege la Puerta del Sol, en la zona sur, y el Portillo Grande.
Tiene una longitud de 500 metros, una altura de unos 12 metros y un grosor de 1,80 metros.
Dispone de dos entradas. La Puerta de los Arcos, por la que se asciende, y otra más al norte, abandonada desde antiguo.
La Segunda Muralla (M2) es la muralla principal que envuelve todo el recinto del Castillo, en un buen estado de conservación.
Su longitud sobrepasa los 800 metros, con una fábrica constructiva similar a la primera. La altura oscila entre los 12-14 metros y una anchura media de 2 metros.
Dispone de tres puertas y dos portillos.
La Tercera Muralla (M3), está situada en el interior del recinto. De hecho, es un tramo de 150 metros que se apoya en los extremos norte y sur en la Segundo Muralla, extendiéndose por el lado oeste. Configura un recinto más pequeño, en el cual se encuentra el Castillo, la Iglesia y las dependencias monásticas, así como la hospedería, la residencia del personal auxiliar del castillo y las instalaciones fabriles que veremos más adelante.
Dispone de 4 torreones cilíndricos y dos puertas, en la parte norte y sur.
Lo que se puede considerar la Cuarta Muralla (M4), correspondería a los muros del Castillo inicial que ocupó esta posición en la cima de la colina.
La forma zigzagueante de los lienzos se debe a su adaptación al roquedo irregular.
El recinto del Castillo
El Castillo de Calatrava la Nueva es de grandes dimensiones, ocupando unos 46.000 m2.
Acceso al Castillo-Monasterio
Desde la explanada del aparcamiento un camino empedrado asciende hacia la Puerta de los 3 arcos (1), situada en la primera muralla (M1).
Destaca el contraste de colores de los materiales de construcción entre el color rojizo de la piedra de la sillería de los arcos, de material volcánico de la región, y el color claro de la cuarcita de los muros.
Este color rojizo será uno de los elementos que darán carácter al Castillo de Calatrava la Nueva.
Se entra en el gran pasillo que forman la primera muralla, o antemuralla. con la segunda muralla (M2), elevada sobre nosotros.
Podemos avanzar en dirección norte para dejarnos impresionar por su construcción. Al mismo tiempo, aparecerá un portón.
Regresando en dirección sur apreciamos la Puerta de los 3 arcos por donde hemos entrado y elevada en la segunda muralla la Puerta de Hierro (3) como entrada principal al interior de la fortificación.
A la derecha se observa un portillo elevado en relación a la puerta de entrada que daría acceso directo al recinto monacal por la parte inferior de la espadaña de la Iglesia. Actualmente se accede a él por una escalera metálica. Sin que esté abierto al acceso público.
La Puerta de Hierro, como puerta principal, da acceso a una gran nave con bóveda de medio punto que eran las caballerizas y depósito de armas (3) de todos los visitantes.
Por las caballerizas se accede al Patio del Convento, o Patio principal (4). cuyo trazado sigue por la parte interior de la Tercera muralla (M3), y que hace en este punto las veces de foso de la Cuarta muralla (M4) que constituían los muros del Castillo por los lados sur y este.
La edificación de la izquierda, donde actualmente está situada la recepción de visitantes (5), ubicaba dependencia diversas y almacenes, y más adelante la hospedería. La parte superior estaba destinada también a hospedería.
Este Patio del Convento hace la función de distribuir el acceso a los distintos espacios del recinto. Al norte, a la derecha, una amplia escalinata conduce hacia la portería de entrada a la clausura (6), y por la que solo entraban los freires. En dirección noroeste una calle permitía la subida al Castillo sin pasar por la clausura. Al fondo, en dirección oeste, la calle lleva a un arco de ladrillo por el que se accede a la calle de los Artesanos, y que conduce a la portada de la Iglesia y a la entrada principal al Castillo inicial.
Calle de los Artesanos
Al fondo, una arcada de ladrillo da acceso a la que se denomina Calle de los Artesanos (7), que cubre el recorrido hasta el acceso a la Iglesia.
En esta calle se asentaban los locales donde se desarrollaban las distintas actividades de carácter artesanal necesarias para la vida del castillo-convento, y que servían para el autoabastecimiento y el mantenimiento básico de la población que vivía allí.
Todo el recorrido interior de la tercera muralla tiene adosadas dependencias. Por la parte superior de los tejados pasa en camino de ronda.
Las funciones de las que se tiene constancia son las de molino de grano, carpintería, fragua y hornos de pan. Existen otras construcciones de las que se desconoce su función al no haberse encontrado rastros de ellas.
La calle sigue el trazado de desniveles de la roca, con un sistema de albañales para evacuar el agua a través de la Tercera muralla.
Excepto la tahona, como se la denomina en los documentos de la Orden del siglo XVI, el resto de actividades que se iniciaron en el siglo XIII fueron abandonadas durante el siglo XIV.
En el siglo XVIII parte de los edificios fueron destinados a vivienda para criados y librería.
La rehabilitación del Castillo a permitido poder mostrar las dependencias que ocupaban estas funciones artesanales.
La primera edificación correspondió al Molino de Sangre (8). Se trata de una nave de 30 metros de largo por 8 de ancho adosada a la parte interior de la Tercera muralla. Era un molino de tracción animal.
Se han conservado 4 de los 9 arcos de ladrillo que soportaban la techumbre. En el centro se situaba la maquinaria de madera, alrededor de la cual las caballerías movían las muelas o piedras de trituración. En el extremo norte se albergaban las caballerizas de estos animales.
En la esquina de la derecha una construcción en forma de cubo está señalizada como Carpintería (9).
En el siglo XIII se construyó frente al molino un Horno (10) para cocer ladrillos y tejas para la construcción del Convento Calatravo. El fuego se ubicaba en el piso inferior y el horno en el piso superior.
Los edificios que siguen, albergaban la Fragua (11) en distintas dependencias para el trabajo de metales para construir herrajes para los edificios del Convento.
A la izquierda, adosada al interior de la Tercera muralla, una gran dependencia, calificada actualmente como Horno (12) se utilizó en el siglo XIII como vivienda de trabajadores o artesanos y sus familias.
La bóveda es de piedra y se conservan poyetes adosados a las paredes que servirían de banco y de cama.
En el extremo norte debió existir una chimenea. En el siglo XVI se reutiliza para ubicar un horno, del que se conserva su base al fondo.
En este tramo de la calle es posible subir hasta el Camino de ronda (13) sobre la tercera muralla. Desde esta posición, y en su recorrido, se dispone de perspectivas muy interesantes.
Contemplamos las primeras imágenes de la fachada de la Iglesia y la puerta de acceso al recinto monástico y a la puerta principal del Castillo.
También se dispone de una perspectiva sobre el exterior de la tercera muralla.
Al este aparece el flanco oeste de primitivo Castillo y, en la base, el recinto dedicado al Campo de Mártires o Cementerio (14).
Villavieja
Desde el camino de ronda de esta tercera muralla se dispone también de una perspectiva sobre Villavieja (15), es decir, del gran espacio entre la segunda y la tercera muralla, fuera del recinto militar y conventual, pero integrado en el recinto total de la fortaleza.
Perspectiva en dirección noroeste.
Y perspectiva de Villavieja en dirección sudoeste, con Sierra Morena al fondo.
Podía acoger más de trescientas casas en tiempos belicosos.
En dicho recinto se fueron instalando diversos edificios con el paso de los años. Es de las partes menos conocidas del Castillo ya que solo se ha excavado una pequeña parte de este espacio.
La Iglesia
Se construyó en el siglo XIII, iniciada en torno a 1218 y hasta mediados de siglo. Se la situó en el exterior de la parte norte del primitivo Castillo, de tal forma que la cabecera se halla integrada en la segunda muralla, mientras que el muro del lado del evangelio, en la cara norte, forma parte de la tercera muralla, que se prolongará por el exterior del Castillo para acoger las instalaciones artesanales y residenciales que hemos visto hasta aquí.
Desde la calle de los Artesanos se accede a la Iglesia (17) por una puerta que se apoya sobre la tercera muralla (16).
Su construcción se adapta al carácter defensivo del conjunto, conteniendo almenas y un paso de ronda por la cubierta.
La fachada principal, situada a los pies del templo, acoge la Puerta de la Estrella. Una sobria portada de sillares de roca volcánica y un gran rosetón lobulado, que algunos consideran construido en época de los Reyes Católicos y otros que formaba parte del proyecto original, aun cuando haya sufrido diversas remodelaciones. La roca volcánica también estará presente en el interior del templo. El contraste que aporta su color rojizo dota de una fuerte personalidad al conjunto.
La portada principal, bajo el rosetón, es de arco apuntado con tres arquivoltas enmarcadas en un alfiz. La piedra volcánica rojiza de la portada y el rosetón, en contraste con el color clara de la mampostería del muro dota a esta fachada de una personalidad muy particular. El rosetón aporta una gran luminosidad al recinto.
La planta es basilical de tres naves y cuatro tramos. Con tres cabeceras semicirculares, mayor la central, y bóvedas de crucería de piedra y ladrillo.
Arquitectónicamente sigue los criterios de sobriedad de las obras del Cister, sin ornamentos ni elementos decorativos superfluos, en estilo de transición románico-gótico, con influencias de la arquitectura hispanomusulmana.
Las pilastras son circulares con columnas adosadas con capiteles simples, propios del Cister, sobre los que se apoyan los arcos de crucería.
Adosadas al lado del evangelio se abren tres capillas y la Sacristía.
La nave de la epístola, a la derecha, da acceso al Claustro a través de una gran portada de doble arco apuntado que alterna dovelas de caliza blanca con otras rojizas de piedra volcánica, que la asocia a portadas de algunas mezquitas musulmanas.
En la visita se sale de la Iglesia por la puerta principal y el recorrido nos encamina hacia el edificio del Castillo primitivo.
En la siguiente toma, a vista de dron, se ver perfectamente la disposición de los elementos que conforman el conjunto de la fortificación y la clara separación entre les edificios del Castillo y de la Iglesia.
El Castillo primitivo sobresaliendo en el centro. A la Izquierda de la imagen, al norte del Castillo, la Iglesia distanciada de él. Por detrás del espacio que los separa se vislumbran las dependencias conventuales, con el Claustro adosado al muro sur del templo.
En primer término, el conjunto de edificaciones de la calle de los Artesanos y sobre ella, a los pies del muro de poniente del Castillo, el cementerio o Campo de los Mártires, con la capilla de Nuestra Señora de los Mártires.
El Castillo
El Castillo (20) corresponde a la primera edificación del conjunto de la fortaleza. Se sitúa en la parte más elevada, sobre un espectacular afloramiento cuarcítico. La mayor parte de las edificaciones mejor conservadas del núcleo del castillo son anteriores a su ocupación por la Orden.
En un principio se construyó una atalaya que debió servir de apoyo al vecino castillo de Salvatierra. Más adelante, asociada a la atalaya se construye una muralla y cuatro torres, que configura un castillo, cuyo perímetro correspondería a la cuarta muralla. A su alrededor se instala un pequeño poblado. Al hacerse cargo del castillo la Orden de Calatrava remodela el conjunto para establecer el Convento y convertirlo en una potente y amplia fortificación. El edificio del Castillo termina teniendo cinco torres.
Visto desde la perspectiva sudeste se aprecia su majestuosidad, configurando la cuarta muralla. Al mismo tiempo se aprecia su asentamiento roquero sobre las cuarcitas emergentes.
Se accede por el lado norte a través de una amplia escalinata (18).
Una primera puerta (19), situada a la derecha de la fotografía, actuaba como barbacana de protección de la puerta de entrada al Castillo.
La puerta del fondo da acceso directo al claustro del Convento.
Como la mayoría de las portadas, se construyó con roca volcánica, mientras que en las bóvedas predomina el basalto.
La puerta de entrada al Castillo (19) en el muro que correspondería a lo que hemos llamado cuarta muralla, y está situada junto a la torre norte.
Esta segunda puerta tenía la forma acodada para facilitar la defensa al dificultar la entrada del atacante, sistema ampliamente usado en las construcciones de la época.
Un pasadizo conduce a una gran caballeriza con bóveda de cañón apuntado con tres arcos de pilares que dan paso al patio de armas.
El patio de armas hace de distribuidor hacia las distintas dependencias del Castillo.
Desde este patio se llega a la torre del sur que tenía tres plantas. Subiendo por su escalera principal se llega primero al torreón central y a las demás torres que se levantaron para reforzar su defensa.
El torreón central fue el primer edificio levantado, con muros de 3 metros de grosor. En su origen cumplía las funciones de atalaya.
El perímetro superior del castillo estaba protegido por almenas, con almacenes bajo las cubiertas.
A la izquierda de la escalinata se sitúa la entrada de la cámara del Maestre, con la Cruz de Calatrava sobre el arco apuntado. Debajo hay un aljibe.
Esta escalera conduce a cuatro niveles.
Primero se accede a una cámara abovedada que se comunicaba con el piso superior por una trampilla en el techo. Un extremo de la nave parece que estaba dedicada a granero. Por la trampilla del techo se vertía el grano desde el piso superior.
Al fondo, por una estrecha entrada se accede a un aljibe. Hay que volver a la escalera para continuar la ascensión.
Ascendiendo se llega al último nivel, formado actualmente por diversas terrazas, a distintos niveles, que ocupan todo el techo del Castillo. En su momento habían estado ocupadas por distintas estancias, como el perfil de los muros permite deducir.
Desde lo alto de las torres se dispone, como es lógico, de extraordinarias vistas sobre el recinto de la fortificación y sobre el territorio.
Situados en la zona oeste de las terrazas del edificio, de sudoeste a norte se observa el espacio que ocupaba Villavieja entre la tercera y segunda muralla.
En la secuencia de fotografías, primero, más allá de la calle de los Artesanos, con el edificio del molino de sangre con sus arcos y el edificio cúbico que se atribuya a la carpintería.
A continuación, el edificio del horno/residencia de trabajadores, con la Sierra de Calatrava al fondo.
En la tercera se ve la continuación de la muralla exterior hasta el extremo norte.
Ya hacia el norte se visualiza la fachada de la Iglesia y, a los pies del muro del Castillo, el Campo de los Mártires o Cementerio. También se percibe claramente cómo se asienta el muro sobre el roquedo.
Siempre con dominio visual sobre el entorno.
Desplazándose hacia el costado este del edificio, en un recorrido visual de norte a sur, aparece en primer lugar la Iglesia y en dirección noreste la visual sobre el Campo de Calatrava, con el pueblo de Calzada de Calatrava en el centro, y el Castillo de Salvatierra al otro lado del Puerto de Calatrava por donde transcurre la Cañada Real de las Vacas.
En la fotografía siguiente el muro central separa la zona de acceso al Castillo de la zona conventual a la derecha. Una puerta que no se ve aquí comunicaba ambos ámbitos. Por ella pasaremos el continuar el recorrido. La portalada visible es la de acceso desde el templo al claustro citada anteriormente.
Al sur se ve el paso por la Sierra de Puertollano, con Sierra Morena al fondo.
Sobre la zona sur de la segunda muralla se observa perfectamente el camino de ronda.
Se desciende hacia la salida a través nuevamente del patio de armas.
El recinto conventual
Al regresar a la entrada al Castillo (18), la puerta de arco de ladrillo en el muro de la derecha da acceso al recinto conventual, entrando por lo que fue el claustro.
Ya he dicho que desde la Iglesia se accedía a la zona conventual a través del claustro (21). con forma romboidea. Está situado, pues, al sur de la Iglesia.
Del mismo, sólo se han salvado los arranques de ladrillos de los arcos de su planta baja correspondientes a las reformas del siglo XVIII.
Alrededor del claustro se organizaban las principales dependencias del convento
Bajo el lado norte del claustro se situaba el aljibe principal. En la esquina noroeste se levanta la Torre de la Vela, con el Campanario/Torre del Reloj. Por allí se subía al piso superior del claustro, donde se hallaba la biblioteca y la enfermería del convento. Con el tiempo esta parte fue sometida a importantes remodelaciones.
En el lateral este se encuentra la Sala capitular (22), sala más importante después de la Iglesia, como lugar de reunión de los caballeros de la Orden, y presididas por el Gran Maestre.
Contiguo a la Sala Capitular estaba el Calefactorio, que era una habitación con una chimenea, el patio y la sala del Parlatorio, lugar donde se permitía hablar a los freires. De allí partía en dirección sureste los dormitorios.
La zona sur del Claustro estaba destinada al Refectorio y las cocinas (23), de las que solo quedan los perímetros y ruinas, como se aprecia en la parte baja de la fotografía.
En el camino hacia los dormitorios, a la derecha una amplia escalera (6) llevaba al Patio de Convento o Patio principal de la entrada. Como ya habíamos visto (4), enlaza directamente la salida con la zona conventual, pasando por el lateral del refectorio y la cocina, que queda sobre el edificio del primer plano en la fotografía.
A continuación, se accedía al dormitorio situado sobre la nave de entrada, o caballerizas (3 superior) de entrada por la Puerta de Hierro, con veinte aposentos para religiosos, según parece en dos niveles con diez dormitorios por planta.
En el extremo norte de la nave de dormitorios una esbelta abertura se sitúa sobre la Puerta de Hierro.
La puerta del fondo a la derecha de la fotografía anterior daba acceso a la Hospedería Alta, situada sobre las dependencias de la entrada (5 superior). Las ruinas que continúan deberían constituir la Hospedería Baja. Sobre el techo se han señalizado la base de las paredes de estas habitaciones.
Descendiendo por la escalera anterior (6), se regresa al punto de partida en el Patio Principal (4), junto a la recepción de visitantes.
Saliendo por las caballerizas y la Puerta de Hierro queda finalizada la visita.
Fin de la visita
Las Ordenes Militares de la Edad Media, en su condición de ser miembros de una comunidad religiosa, que a su vez debía guerrear en nombre de la religión contra los ejércitos musulmanes, para conquistar sus territorios, configuraron unos castillos que debían cumplir también con la doble función de ser fortalezas militares y conventos monásticos.
De los pocos ejemplos de que se dispone en la actualidad, el Castillo de Calatrava la Nueva es uno de los mejor conservados y donde se pone claramente de manifiesto la doble función. En el centro un magnifico Castillo, cuya construcción fue anterior a la ocupación por la Orden. Al lado, separada, un magnifica Iglesia de estilo cisterciense románico-gótica.
La importancia de este Castillo-Sacroconvento se basa en que durante siglos fue su sede maestral, trasladada desde Calatrava la Vieja, hasta su posterior traslado en 1802 a Almagro.
La calidad y conservación de sus instalaciones, y las vistas sobre el territorio del Campo de Calatrava lo convierten en uno de los Castillos más interesantes para visitar.
Bases de información
Webs Academic
J.M. Molero García, La territorialización del poder señorial en Castilla. Sobre los límites del Campo de Calatrava en el siglo XIII
V. Castañeda (comp), Descripción del Sacro Convento y Castillo de Calatrava la Nueva y de su iglesia, capillas y enterramientos
A.M.S. Fernández, Á.A. Palacios, C.C. Bastante, P.M. Prado, Características constructivas de los castillos de la Orden de Calatrava
J.Z. Alarcón, Planificación y construcción de Calatrava La Nueva:(siglos XII-XIII)
J.Z. Alarcón, Calatrava la Nueva y los inicios del gótico en Ciudad Real
