Iglesia de Santiago de Agüero (Huesca), impresionante templo románico aragonés en medio del bosque, inacabado, y lleno de incógnitas.
Iglesia de Santiago de Agüero (Huesca)
Iglesia de Santiago de Agüero. Reino de los Mallos. Huesca
Municipio: Agüero. Comarca: Hoya de Huesca. Provincia: Huesca. Com. Autónoma: Aragón
Coordenadas: 42°21′23″N 0°47′35″O. Altitud: 696 msnm.
Web: turismohoyadehuesca
La llave de la iglesia de Santiago de Agüero está disponible desde el mes de septiembre hasta el mes de junio en la residencia de la tercera edad «Virgen del Llano», en el núcleo urbano. En verano abierto, excepto los lunes.
Es aconsejable ir provistos de una linterna para poder iluminar los detalles constructivos y escultóricos del interior.
Bien de Interés Cultural: Monumento
Última visita: 2019
Iglesia de Santiago de Agüero. Reino de los Mallos. Huesca
En los Posts El Corral de Concilio, Hotel con Encanto Restaurante y Murillo de Gállego, Agüero i Riglos, hacía referencia a la iglesia románica de Santiago de Agüero, un edificio sorprendente aislado en un montículo, sobresaliendo majestuoso en medio de un bosque de encinas y pinos. Además, también sorprenden las proporciones de una iglesia de considerable altura en relación a su escasa longitud. Al informarnos, nos encontramos ante un edificio religioso lleno de incógnitas.
Tomaré como base principal de información la contenida en la ficha del buscador Patrimonio Cultural de Aragón. También es muy recomendable entrar en el Post de Antonio García Omedes, que contiene una presentación fotográfica exhaustiva del templo.
Antes de continuar debo pedir disculpas por la calidad de las fotografías, especialmente las interiores. Domina la penumbra del templo, sólo iluminada por la luz natural «románica», mientras que las instantáneas están tomadas por un simple turista con su modesta cámara.
Un poco de historia
Las incógnitas históricas se refieren tanto al origen y destino con el que fue concebido el templo, como a los motivos de que quedase inacabada su construcción. Tampoco no está clara la datación de las partes del templo.
La ausencia de documentación escrita referente al templo ha abierto el paso a especulaciones e hipótesis alrededor de todo ello.
Lo que parece claro es que la construcción que se ha conservado se realizo a principios del siglo XIII, dejando inacabado el edificio, al tiempo que se evidencia dos etapas constructivas. La primera desde la pared sur hasta el ábside norte; la segunda de cierre de la pared norte y la oeste.
La superior calidad de la primera fase indicaba la presencia de un promotor importante, mientras que la segunda sugiere un cierre precipitado ante la decisión de no continuar la construcción de la edificación.
Destacan tres hipótesis sobre el origen de este templo.
Por sus dimensiones, parece más destinado a una iglesia monástica que a una parroquia rural. Dado que al parecer el templo de Agüero fue donado por el rey Sancho Ramírez (1064-1094) al Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca), algunos historiadores han planteado la posibilidad de que fuera a acoger a la comunidad de dicho monasterio, dadas las adversas condiciones de vida en San Juan de la Peña.
Otros señalan la opción de que se erigiese con el fin de albergar el retiro del rey Ramiro II el Monje.
Una hipótesis, mucho más de carácter legendario, apunta a un monumento homenaje, o incluso panteón, del Rey Pedro I levantado por su viuda Doña Berta durante el breve periodo de tiempo en que ésta «reinó» en el Reino de los Mallos.
Otra hipótesis apunta que los signos que se conservan en la sillería ofrecen la impresión de procedencia de una Orden militar.
El análisis de los signos de cantero de Agüero, en relación al análisis histórico del período 1110-1153 en Aragón, y a las características de la única escultura de una cara aristocrática en un capitel interior del ábside central, escoltada por dos pequeñas representaciones de una vaca y un caballo, también permiten apuntar al vizconde Gastón de Bearn y su esposa Talesa Sánchez como los promotores de esta iglesia construida entre los años 1120-1143.
Lo que parece claro es que las obras debieron terminarse antes de 1153, fecha de inicio de la iglesia de Santa María de Poblet (Tarragona). Según José Luis Bozal, el signo de cantero que representa una empuñadura de daga y la inscripción ANOLL, específicos de Santiago de Agüero, también están presentes en los ábsides del Monasterio de Poblet, lo que demostraría la hipótesis sobre el cierre de la iglesia de Santiago Agüero por el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV y el traslado del equipo de canteros para el inicio de la construcción de Santa María de Poblet.
La iglesia de Santiago fue proyectada como un edificio de planta basilical de tres naves y tres ábsides semicirculares que, aunque nunca llegó a terminarse, ha dejado como legado un magnífico templo, tanto por sus dimensiones y acabados, como por la calidad del trabajo escultórico, especialmente del Maestro de Agüero.
Es perceptible que su edificación se desarrolló en dos etapas constructivas. Su primera campaña constructiva -los ábsides- se relacionan en su lenguaje arquitectónico y escultórico con la cabecera de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), por lo que la iglesia de Santiago habría sido comenzada por un taller de origen francés que había trabajado en este templo riojano.
Para cerrar los ábsides y terminar la decoración se recurrió al Maestro de San Juan de la Peña o de Agüero. Este maestro llegó a concebir un estilo propio con características muy definidas visibles en el claustro de San Juan de la Peña o de San Pedro el Viejo de Huesca, así como en las portadas de San Nicolás de El Frago o San Antón de Tauste entre otras.
La importancia de la iglesia de Santiago en Agüero la llevó a ser declarada Monumento Nacional (hoy Bien de Interés Cultural, categoría de Monumento) mediante Real Orden de 15 de marzo de 1920.
Descripción de la iglesia de Santiago de Agüero
Como se ha dicho, se trata de una iglesia de planta basilical, con tres naves y tres ábsides semicirculares, de la que se construyó los tres ábsides y la zona presbiteral y el primer tramo del templo, orientada litúrgicamente a levante.
Este primer tramo no presenta ni crucero ni cimborio, con dos pilares en el centro y columnas adosadas a ellos, sustentando el sistema de arcos.
De las tres naves la central es más alta. La estructura de cubrimiento es muy especial, pues cada nave tiene una cubierta individual a dos aguas, con un canal longitudinal interior de desagüe entre cada dos de ellas, lo que ha ocasionado problemas de filtraciones de agua.
El acabado constructivo de lo que constituye el pie del templo, al no proseguirse su construcción, presenta un cerramiento de carácter provisional, siguiendo el mismo estilo de sillería, pero de menor calidad.
Era propio en el proceso constructivo de los templos románicos que, dada la prolongada duración del tiempo de edificación de una obra de estas magnitudes, se comenzara construyendo de forma acabada la cabeza y el primer cuerpo para poderla consagrar, mientras que se continuaba construyendo los tramos posteriores, con cubiertas provisionales, hasta su finalización total.
De ser así lo ocurrido en esta iglesia de Santiago, se habría abandonado la construcción del edificio al concluir la primera etapa. Los acabados de la parte construida estarían totalmente completados en arquitectura y escultura, sin las probables pinturas que, en su caso, habrían sido ejecutadas una vez completado el templo final.
En este caso, ha quedado un ejemplo perfecto de este proceso de planificación de las etapas constructivas de la época.
Además, al no haberse ejecutado ninguna obra posterior, nos hallamos ante un ejemplo perfecto de románico original.
El estilo corresponde al románico pleno, con muros de sillares de piedra arenisca y columnas adosadas de entrega y embebidas.
Las dimensiones aproximadas son: nave central 6,5 metros de luz; naves laterales 5,5 metros de luz; base de las columnas 1,5 metros; anchura del tramo, 6,5 metros, de lo que resulta una anchura total del interior del templo de unos 20,5 metros. La altura de las naves es de unos 8,50 metros, algo más la central. Los muros son de unos 1.60 metros de grosor.
Los muros, tienen al exterior en los tres ábsides y en sus ángulos de unión contrafuertes columnas adosadas (de entrega) de fuste cilíndrico. En el caso del ábside central las columnas son compuestas. Todas ellas apean sobre salientes del zócalo del edificio. Los capiteles que rematan las columnas adosadas son de gran tamaño y sobrios en su decoración. El alero posee canecillos con cabezas, leones y pájaros en gran relieve.
Exterior del templo
En el lateral meridional se halla situada la portada. Su disposición es algo extraña, pues se ubica descentrada respecto al paño del muro, con un arco ciego a su derecha.
Es posible que completado el edificio hubiese dispuesto de alguna otra portada.
Son curiosos los capiteles de estilo “egipcio” de la parte superior de las grandes columnas embebidas.
La cabecera está formada por tres ábsides semicirculares, mayor de diámetro y altura el central, así como con más rica decoración, a pesar de la sobriedad de todo el conjunto.
El ábside central presenta tres pares de ventanales, como era usual para simbolizar la Santísima Trinidad, muy esbeltos y estrechos.
Los canecillos de los aleros son prismáticos triangulares y lisos.
El ábside central es recorrido por una imposta con relieves (erosionados) en la que se pueden apreciar algunos animales y motivos vegetales. En los ábsides laterales la imposta se reduce a una moldura.
El lateral septentrional se encaja, en su parte baja, en la roca del monte. Este engarce sirve de contrafuerte natural del muro del templo.
La portada
La portada de ingreso se halla situada en la fachada sur del edificio. Es una portada abocinada de cuatro arquivoltas, de sección cilíndrica las interiores y de sección rectangular las exteriores, que apean sobre columnas adosadas de fuste cilíndrico, apoyadas a su vez, sobre un zócalo. Todas las columnas están rematadas por capiteles con representaciones antropomorfas, zoomorfas y vegetales.
El cierre superior de la portada contiene un tímpano apuntado que se sustenta sobre dos mochetas con relieves figurados. Se representa la escena de la Epifanía.
La portada la protege un tejaroz con canecillos de piedra decorados con animales y figuras femeninas.
Los capiteles son obra del Maestro de Agüero de gran calidad.
Una de las interpretaciones del simbolismo de las mochetas considera que la de la izquierda representa una cabeza de león que de su boca surge Adán, mientras que de la de la derecha surgiría Eva. Para otros, se trata de dragones.
Es muy interesante la remembranza oriental de las cabezas.
Como se ha señalado al principio, la iglesia de Santiago cuenta en las caras de sus sillares con abundantes marcas de cantero, algunas tan peculiares y repetitivas -aparecen más de 50 veces- como una llave. Estas marcas serían talladas a modo de firma por los canteros que participaron en la construcción.
Interior del templo
Al entrar se atraviesa por una portada interior formada por una arquivolta saliente, apoyada en cuatro fustes cilíndricos aparejados y capitel común a entrambas parejas.
Como el recinto no dispone de luz eléctrica, podremos percibir la penumbra ambiental en la que se desarrollaban las ceremonias en el interior de un templo románico.
Las bóvedas son de medio cañón apuntado, con arcos fajones.
En las fotografías siguientes podemos apreciar que, mientras que las correspondientes al arco triunfal del presbiterio son del mismo estilo y calidad escultórica, las del primer tramo central del templo son distintas entre sí. La más cercana a la entrada es de igual calidad que las anteriores, mientras que la del lado norte está sin elaborar, lo que corroboraría que esta parte se habría construido cuando ya se había tomado la decisión de no terminar la iglesia, y solo interesaba cerrar el recinto lo más rápidamente posible.
Los ábsides
La decoración interior se concentra en los ábsides.
Los ábsides semicirculares se cubren con cuarto de esfera, estando reforzada la central por dos nervios de sección rectangular y por el arco de embocadura que apea en dobles columnas.
El ábside central está recorrido por una arquería ciega sobre columnas con capiteles esculpidos, una imposta de separación y tres parejas de ventanas en doble derrame.
La presencia de numerosos mechinales (agujeros para insertar vigas del andamio durante la construcción) aportan otra muestra de edificio inacabado.
La iluminación del ábside central se realiza por 6 oberturas altas y estrechas, emparejadas de 2 en 2, con entrada de luz por doble derrame, aunque el derrame interior es el dominante. La tríada de dobles ventanas corresponde a la simbología de la Santísima Trinidad, usual en los ábsides centrales románicos.
Sorprende la diferencia de construcción exterior entre los arcos superiores de las ventanas centrales.
Todos los capiteles del interior del ábside están adornados con motivos geométricos o vegetales, a excepción de uno que representa una cabeza coronada.
Se considera que la diferencia de estilo más sobrio en relación al resto de capiteles del taller de Maestro de Agüero correspondería a un momento de la construcción bajo influencia cisterciense.
Como decimos, de todos estos capiteles solo hay uno con representación antropomorfa de una cara humana, situado el segundo del lado izquierdo.
Es una incógnita esta particularidad y situación, aunque una interpretación propone que se quiso representar, posiblemente, el promotor del templo. A su vez, este capitel se ve resaltado en ciertos momentos del año por la iluminación directa sobre su cara, del rayo de luz que entra por los ventanales. La corona apuntada no llegó a esculpirse.
La mesa del altar se apoya sobre un gran capitel de motivos florales simples que, presumiblemente, debería haber estado destinado para alguna de las columnas de los tramos del templo no construidos.
Es interesante el sillar que cierra la unión del arco triunfal con los nervios de refuerzo de la cúpula. Por su lado interior, la clave del arco triunfal se extiende en una forma de apariencia pentagonal que enlaza con las dos nervaduras del ábside central. En él hay esculpida una estrella de ocho radios.
Los ábsides laterales tienen frisos corridos, destacando el del lado sur, de la epístola, con escenas del nacimiento de Cristo, mientras que el del lado norte, al igual que la imposta del central, presentan únicamente un dibujo floral.
En el ábside de la epístola destaca el friso o imposta, tiene una achura de 14 cm.
La historia que representa, de izquierda a derecha, abarca al período evangélico que va desde la Anunciación, pasando por el nacimiento y los Reyes, hasta el sueño de José para que inicie la fuga ante la persecución los Santos Inocentes.
Destaca la fuerza expresiva de sus escenas, a veces arrastradas por el impulso de las curvas del follaje intercalado.
A la altura de la vista, se ha incorporado una reproducción fotográfica de todo el friso para que se puedan apreciar las escenas representadas.
En todo el conjunto destacan las hojas que enlazan las escenas, de estilo del arte clásico.
El ábside y capilla nordeste, fue construido por otro equipo de canteros, dio a su imposta interior un acabado ornamental más sencillo, a base de un dibujo floral rítmico.
Tramo de la nave construido
Los tres lados del único tramo construido, presentan bóvedas apuntadas. Los cuatro pilares presentan semicolumnas y columnas adosadas que sostienen los arcos apuntados.
En los capiteles de las columnas del arco triunfal se representan motivos vegetales y temas animalísticos de inspiración oriental como águilas, arpías….
En cambio, en los que correspondería a la columna entre el primero y el segundo tramo, la obra es más tosca: representan arpías, y águilas cuyos picos convergen sobre la cabecita de un niño desnudo puesto en pie entre ellas; hacia el exterior los capiteles empotrados entre el muro occidental insisten en estos temas animalísticos de inspiración oriental, así como en las mochetas de la portada.
A la columna del lado norte, a la derecha en la fotografía, ya no se llegó a incorporar el capitel, correspondiendo ya a la etapa de cierre y final de la obra.
Cerramiento de poniente
La brusca decisión de dejar la iglesia inacabada se refleja claramente en la construcción del muro de poniente, puramente funcional para cerrar el edificio.
Interés final
En resumen, para Ricardo del Arco la importancia singular de la iglesia de Santiago de Agüero se basa en el gran número y la calidad de los relieves escultóricos, que no los presenta ningún otro monumento aragonés de sus dimensiones; un foco importante para estudiar la evolución de la escultura románica y sus primeras manifestaciones góticas en el Alto Aragón. En Agüero se hallan todas las fuentes de inspiración, al servicio de un artista muy personal y expertísimo.
Bases de información
Webs
Ricardo del Arco. La inédita iglesia de Santiago en Agüero
José Luis Bozal González. Iglesia de Santiago de Agüero
José Luis Bozal González. Signos de cantero en la iglesia Santiago de Agüero
José Luis Bozal González. Los signos de cantero en las iglesias románicas en España
Antonio García Omedes. Agüero. Ermita de Santiago