El objetivo de este Post y el siguiente es presentar conceptos como colonización, nuevas poblaciones, colonias industriales, urbanizaciones… que se han aplicado a asentamientos programados a lo largo de la historia de España.
Asentamientos de población programados (1): Tipología
Post: 2023
Índice
Tipología de asentamientos programados
Motivación del Post
Cuando decidimos efectuar una salida turística, la inmensa mayoría de las veces lo hacemos con el objetivo de disfrutar de factores específicos contenidos en el territorio al que nos dirigiremos, sean de orden paisajístico (montaña, mar, valle, desierto, gruta, …) o para apreciar obras permanentes realizadas por el hombre (pueblos, castillos, monasterios, museos, ruinas arqueológicas, arqueología industrial, un restaurante con estrella Michelin, …). Dejo de lado cuando la motivación es disfrutar de eventos efímeros (concierto, festival, …).
Al llegar a destino, reconoceremos el lugar concreto porque presenta unas formas físico-territoriales propias de la función que cumple -en el caso de factores físico-naturales-, o a la que ha estado destinada -en el caso de realizaciones humanas-. Por ejemplo, distinguiremos claramente una iglesia románica de otra de estilo renacentista, y ambas a su vez de un poblado íbero, por ejemplo.
Ello se debe a que cada función requiere unas condiciones constructivas que se rigen por unas normas y formas propias.
A lo largo de la historia, se han ido introduciendo funciones distintas, o se han sucedido estilos distintos para una misma función, que van quedando plasmadas en cada lugar donde se ha establecido esa función. Por ejemplo, el mismo modelo básico de las ciudades romanas, o cada estilo artístico en las iglesias o catedrales.
Objetivo de este Post conceptual
El objetivo de este Post conceptual es sistematizar algunas de las funciones más relevantes por su impacto territorial que se ha producido a lo largo de la historia de la España peninsular. Me centraré, por tanto, en lugares creados por el hombre y la sociedad, sin considerar los espacios naturales geográficos.
Desarrollaré esta temática dividiéndola en dos Posts. Este primero, titulado Asentamientos de población programados: Tipología (1), en el que presentaré un esquema de los tipos más importantes de asentamiento que se han ido utilizando a lo largo de la historia para organizar sistemáticamente la distribución de la población de acuerdo con necesidades funcionales territoriales que se presentaban en cada momento.
El siguiente, bajo el título Asentamientos de población programados: Proceso histórico en España (2), efectuaré un rápido recorrido cronológico de los tipos de asentamiento programados presentados en el Post anterior, a medida que han sido aplicados a la largo de la historia en la España peninsular.
Podemos considerar que estos Posts complementan y amplían el presentado bajo el título Estructuras territoriales en la España peninsular.
Premisas conceptuales
Parto de la premisa de que toda actividad vinculada al territorio requiere de la presencia de población, ya que, para explotar los recursos naturales, es necesario el asentamiento de trabajadores en el lugar dedicados a su explotación y producción, a los que generalmente acompañará la familia como unidad de reproducción.
Sea del agricultor en las tierras a labrar; del minero al lado de la mina; del industrial cerca de la fábrica; del pescador junto al puerto pesquero; de servicios cerca de los núcleos turísticos; del ejercito o la policía en los territorios a vigilar y proteger; etc.
En la mayoría de los casos, ello ha dado lugar a la creación a lo largo del tiempo de los pueblos y ciudades en que se han ido reuniendo diversidad de actividades, según las características económico-productivas de cada zona.
Pero, en determinadas situaciones y circunstancias, se han producido unos procesos perecederos de concentración que han terminado desapareciendo cuando el recurso se ha agotado o a dejado de ser utilizado. En general, estas situaciones efímeras por abandono se han producido en casos de especialización mono productora vinculada a la explotación de un solo recurso, por ejemplo, agotamiento de un filón minero.
En concreto, me interesara centrarme en las funciones territoriales que han precisado crear asentamientos de población para poder desarrollar su función, hayan sido permanentes o efímeras.
Sistematizar las posibles causas de cada asentamiento nos puede ayudar como turistas a interpretar los lugares que visitamos y a relacionarlo con su origen y evolución.
Modelos de asentamientos de población en el territorio
Por asentamiento de población, o simplemente asentamiento, entenderemos espacio construidos para acoger a grupos de personas formando un núcleo de población permanente, que puede ir desde una unidad familiar aislada (en un caserío, un cortijo o una masía), hasta una gran metrópolis, pasando por un pueblo o un poblado, etc.
Nos interesará aquellos asentamientos que de una u otra forma han sido programados después de una toma de decisiones respecto al dónde y al porqué de la localización concreta final.
Condiciones de asentamiento
Otra premisa o condición será que el lugar de asentamiento debe permitir la supervivencia y reproducción del grupo, bien obteniendo todos los recursos básicos de su entorno territorial (practicando una economía de subsistencia), bien por intercambio con otros grupos asentados en otros lugares para reunir y completar los recursos básicos (a través de la división del trabajo, de la producción territorial y del intercambio o comercio).
En cualquier caso, está claro que todo lo necesario para su supervivencia y reproducción lo deberá obtener del espacio geográfico; sabiendo que el espacio geográfico en su conjunto es distinto en cada una de sus partes o territorios.
Lo que nos interesa observar son las razones por las cuales se establece un asentamiento en un lugar determinado a partir de las características que aporta ese territorio. Estas razones son las que se sistematizaran en una tipología de asentamientos.
Cada grupo social, en función del desarrollo alcanzado, jugará con las diferencias de movilidad de los factores productivos: fijación o baja movilidad de los recursos naturales frente a la movilidad en grados distintos de los recursos humanos, las mercancías, los recursos monetarios o la información.
Asentamientos espontáneos y asentamientos programados
Partiremos de los tiempos iniciales de la Historia cuando, con la introducción la agricultura, los grupos humanos fueron capaces de establecerse de forma permanente en lugares fijos de asentamiento de la población.
Desde ese momento, podremos observar que el asentamiento de las poblaciones se ha efectuado de acuerdo con dos criterios: el asentamiento espontaneo y los asentamientos programados.
Asentamiento espontáneo
El asentamiento espontáneo se produce cuando hay disponibilidad de terreno donde elegir libremente y sin condicionantes el lugar de asentamiento. Los primeros pobladores de la Península nos los podemos imaginar eligiendo cuál era el lugar que consideraban más idóneo para establecer su poblado.
Más adelante, por ejemplo, un cruce de caminos o la existencia de un mesón aislado en medio del campo, puede haber sido el origen de un progresivo asentamiento espontáneo hasta constituir un poblado (como la localidad de A Estrada en Pontevedra, en un cruce de caminos, o de una venta u hostal, como fue el origen de Venta de Baños en Valladolid, u Hostalric en Girona).
Los castros o los poblados iberos entrarían en esta categoría de espontáneos.
Asentamiento programado
Consideraremos un asentamiento programado, cuando la elección del lugar sigue unas directrices establecidas previamente, destinadas a la consecución de un objetivo en base a las condiciones del territorio.
La idea es aprovechar alguna característica especifica que ofrece el territorio concreto para poder sacar provecho de ella. Si se quiere establecer un punto de vigilancia sobre un territorio amplio, el alto de un cerro puede ser el lugar idóneo, mientras que el fondo de un valle no ofrece esta posibilidad. La localización deberá ser funcional al objetivo propuesto.
Dos ejemplos. Si se quiere obtener hierro se está condicionado a un lugar geológico dónde exista su mineral; si se quiere establecer un castillo para defender un territorio, deberá decidirse el emplazamiento estratégicamente idóneo en relación con la posición del enemigo y con la orografía del territorio.
Para cada función, el programado comportará decidir su localización y diseñar la estructura y la morfología del asentamiento.
De la economía de subsistencia a la economía de producción
Una economía de subsistencia consiste en obtener todo los necesario del entorno inmediato.
Con la introducción de la agricultura y el paso a las Edades de los Metales (bronce y hierro), se introduce la economía de producción, donde se pone de manifiesto la distribución desigual de recursos en el espacio geográfico global, y la necesidad de obtenerlo dónde se encuentren, y de desplazarlos hacia los lugares de producción y de consumo posterior.
La necesidad de desplazar los recursos dio lugar al transporte, intercambio y comercio, de donde surgieron las primeras colonias comerciales, así como la especialización del trabajo y de la producción en lugares determinados.
Poblamiento, despoblamiento, repoblación
Poblamiento
En la historia de la humanidad los primeros pobladores fueron creciendo en número y se fueron dispersando por el Planeta. Progresivamente, la expansión de la población fue ocupando los territorios vacíos, con asentamientos que podemos considerar que se iban estableciendo de forma espontánea, en un proceso de poblamiento.
Despoblamiento
Una vez ya poblado un territorio, diversas circunstancias pueden provocar que pierda población, o incluso desparecer totalmente. Estaríamos en una fase de despoblamiento. Las causas pueden ser muy diversas: epidemias y pestes que diezman la población; conflictos político-militares; dificultades o incapacidad de supervivencia en el lugar; agotamiento de los recursos territoriales; etc.
Repoblamiento
Ante un territorio despoblado se puede considerar interesante o necesario poblarlo nuevamente mediante un proceso de repoblación. La decisión de repoblación nos sitúa ya en el ámbito de las actuaciones de asentamiento programadas por quien ostente el poder o la propiedad sobre ese territorio.
El poblamiento y el repoblamiento dará lugar a la construcción inicial de poblados. A nosotros nos interesarán aquellas actuaciones de poblamiento programadas, bien en la determinación de los lugares de asentamiento, bien en su forma urbanística.
Como veremos en la parte histórica en el siguiente Post, el caso de la Península Ibérica es muy particular pues, además del poblamiento de época romana, común a todos los territorios de la cuenca mediterránea, y la posterior sustitución por los pueblos del norte, en nuestro caso se produjo una ocupación musulmana y una recuperación cristiana posterior, lo que tuvo trascendental importancia en el ciclo poblamiento-repoblamiento.
Lo que es importante destacar es que para que el repoblamiento se produzca deben darse incentivos que motiven a los futuros residentes a desplazarse. Si hemos establecido que las motivaciones de la existencia humana son sobrevivir y reproducirse, los incentivos deberán estar destinados a mejorar ambos objetivos. En términos coloquiales en el nuevo asentamiento deberán encontrar los medios de ganarse (mejor) la vida (para sobrevivir) y la expectativa de unas mejores condiciones de vida (para reproducirse).
En todas las sociedades de base agrícola el incentivo se basaba en repartir lotes de tierra, modelo practicado hasta los Poblados de Colonización Agraria de mitades del siglo pasado que veremos más adelante.
En la historia de España podremos distinguir dos procesos de repoblamiento.
Repoblamiento territorial
Periodos durante la Edad Media en que en que para consolidar el territorio ganado el avance de la frontera cristiana hacia el sur hacía preciso que se estableciesen poblaciones que ocupasen y defendiesen esos territorios.
La expansión de los señoríos fue uno de los mecanismos de traspaso de responsabilidad a la nobleza y la iglesia, con un papel notable otorgado a las Órdenes militares en la repoblación.
Nuevas poblaciones
Ya en la Edad Moderna, los diversos reinados absolutistas pusieron en marcha políticas de repoblación de aquellas zonas que por diversos motivos fueron quedando despobladas, especialmente en el centro y sur de la Península. La más conocida es la creación de las llamadas nuevas poblaciones durante el periodo Ilustrado del reinado de Carlos III, las cuales también tenían como función garantizar la protección del camino entre la capital, Madrid, y Cádiz, puerto por donde llegaba todo el comercio con las posesiones americanas.
Una variante en el siglo veinte serán los Poblados de Colonización Agraria que acabo de citar.
Tipología de asentamientos funcionales
Entremos a definir la tipología de las formas de asentamiento programado destinadas a alcanzar un objetivo territorial concreto, es decir, a cumplir una función específica. Me detendré exclusivamente en las más destacadas y genéricas que se han aplicado en la España peninsular.
Por la denominación del tipo de asentamiento
Aunque en sí misma no forma una tipología, vale la pena destacar ciertas categorías de nombres de agrupamiento asignados a determinados tipos que han adquirido una relevancia que vale la pena destacar. Me refiero a conceptos como colonización, colonia, poblado, cuartel, barrio, barriada, nuevas poblaciones, poblados de colonización, urbanizaciones, …
Después veremos que de hecho se corresponden con categorías funcionales, nos permite una aproximación que ayude a clarificar la carga polisémica que contienen y como se las ha aplicado de distinta forma en momentos históricos determinados, y así interpretar su significado y función histórica.
Colonización
Por colonización se entiende al proceso mediante el cual un país, grupo étnico o entidad política extiende su control sobre un territorio más allá de sus fronteras originales. Este control puede implicar la ocupación física del territorio, la imposición de sistemas políticos, económicos y sociales propios, y, a menudo, la explotación de los recursos y la fuerza de trabajo del territorio colonizado.
En términos etimológicos, colonización proviene del latín colonus (labrador, colono) y está asociada al asentamiento de personas o poblaciones sobre nuevas tierras limítrofes o conquistadas. Vale la pena aclarar que la palabra colonización no tiene relación con el nombre de Cristóbal Colón.
Como ya he indicado antes, en el territorio peninsular existen dos momentos clave de colonización política como dominio territorial: la época romana y la musulmana.
Poblados de colonización
También se ha aplicado la palabra colonización a la ocupación programada de suelo agrario con los poblados de colonización agraria de la primera etapa del franquismo. La colonización consistía en dar valor agrario a unos suelos hasta entonces prácticamente baldíos a través de la introducción del regadío.
Colonia
La palabra colonia es altamente polisémica. Acotando su aplicación a los asentamientos de población, una colonia puede referirse a una comunidad de personas que se establece en un territorio fuera de su lugar de origen; a denominar al propio territorio donde se establecen; o a un grupo de viviendas semejantes o construidas con una idea urbanística de conjunto.
Estos asentamientos pueden tener diversos propósitos, como la explotación de recursos, la expansión territorial o la búsqueda de oportunidades económicas.
Para el caso español, señalemos tres aplicaciones del concepto colonia: las colonias comerciales fenicias y griegas; las colonias romanas y las colonias textiles.
Colonias comerciales fenicias y griegas
La primera aplicación que encontramos al concepto colonia se refiere a los asentamientos comerciales de fenicios y griegos a lo largo de la costa peninsular desde el Golfo de León hasta las costas gallegas.
No tenía función colonizadora, sino básicamente de establecer una base permanente desde donde comerciar con los pobladores locales a través de las amplias redes marítimas que ambos pueblos establecieron por todo el Mediterráneo entre los siglos VIII y II a.C.
Colonias romanas
La colonización romana se desarrolló a través de la creación de colonias distribuidas estratégicamente por el territorio peninsular. Una colonia consistía en un asentamiento establecido por ciudadanos romanos en territorios conquistados con diversos propósitos: la consolidación del control romano sobre una región; la romanización de la población local y la promoción de la cultura y la administración romanas.
Con las colonias pretendían asegurar la lealtad de la población local y facilitar la administración del área. Los colonos romanos que se establecían en estas ciudades eran generalmente veteranos del ejército o ciudadanos romanos que buscaban oportunidades económicas y tierras en las provincias recién conquistadas. Por ejemplo, la Colonia Emérita Augusta (Mérida) constituyó una importante colonia destinada a los veteranos retirados.
Las colonias romanas solían tener una estructura urbana bien planificada, con calles organizadas, foros, templos y otros edificios públicos característicos de la arquitectura romana.
La red s viaria integral, donde los puentes jugaban un imprescindible papel consolidó la estructura urbana peninsular que, básicamente, ha pervivido hasta la actualidad.
Colonias textiles
La siguiente vez que vemos aparecer la palabra colonia se aplica, ya en el siglo XIX, al conjunto de colonias textiles que se establecieron a lo largo de las cuencas de los ríos Llobregat y del Ter en Catalunya. Su localización obedece a aprovechar el desnivel de la corriente del río para obtener energía hidráulica para mover las máquinas.
Se trata de asentamientos en los que se reúnen las instalaciones de la fábrica textil y las viviendas, así como los servicios básicos para los trabajadores y los directivos con sus familias y, en numerosos casos también la “torre del amo”, un chalet en el que vive a temporadas el propietario. Aguas arriba del río, una esclusa desviaba un canal hacia la fábrica con una turbina hidráulica para transformar la energía hidráulica en cinética.
Serán entidades con los elementos indispensables para residir, pero no para formar una entidad política territorial (por ejemplo, un municipio). La gestión completa del asentamiento es “propiedad” del empresario; a los pobladores solamente les corresponde trabajar, alojarse y reproducirse, sin ningún otro derecho. Y cuando ningún miembro de la familia trabaje en la empresa serán expulsados de la vivienda y la colonia. No constituyen una entidad administrativa, sino que son unas instalaciones más de las que forman la fábrica.
En una época en que el empresariado catalán era católico-conservador, la iglesia con el capellán era un elemento indispensable para el control de las familias obreras. Disponía de economato, bar-sede social, escuela primaria para niños y niñas separados, y en muchos casos incluso de teatro. Como el trabajo femenino estaba plenamente integrado en la producción textil, era usual encontrar un convento de monjas con guardería para los hijos de las trabajadoras y alojamiento para las chicas solteras con la familia en los alrededores.
El plan urbanístico de una colonia seguía en gran medida dos modelos. Un modelo lineal y otro de tipo poblado.
En el modelo lineal la disposición de la fábrica y de las viviendas se sitúan longitudinalmente, en paralelo o secuencialmente. Acostumbra a influir en esta disposición la angostura del cauce del río en donde se ubique.
Algunas colonias llegaron a tener más de 1.500 trabajadores.
En el modelo de poblado, la fábrica continúa alineada con el cauce del río, pero la colonia residencial se organiza normalmente alrededor de una plaza, configurando la forma de un pequeño pueblo, presidido por la iglesia.
Poblado, cuartel, barrio
En las explotaciones mineras el problema a solucionar es el mismo que para las colonias textiles: la necesidad de alojamiento cerca de la mina.
Cada ámbito territorial o cada especialización, ha dado lugar a nomenclaturas distintas para el mismo uso. Así, podemos encontrar denominaciones como poblado, cuartel, barrio, bloque o la misma colonia, según el lugar que visitemos. Habrá que estar atento en cada caso a los matices que cada una aporta.
Nuevas poblaciones
Vuelve a aparecer el concepto nuevas poblaciones visto desde la perspectiva de programar asentamientos en forma de poblaciones con entidad propia. Aunque su estructura económica se apoyase en la agricultura, no eran asentamientos especializados (monofuncionales) sino que se constituían como auténticos pueblos o aldeas, más o menos grandes y más o menos independientes política y administrativamente, organizadas en feligresías que contaban con aldeas.
Urbanizaciones
La palabra urbanización tiene una primera significación genérica que se refiere al proceso de concentración de población en urbes o ciudades que viven desvinculadas de la producción agraria.
Pero, en la última centuria se ha extendido el uso del término urbanizaciones para designar parcelaciones urbanas de tamaño relativamente restringido destinadas a conformar unidades residenciales” cerradas”: urbanizaciones turísticas, de residencias secundarias, periurbanas. La idea de coto cerrado la obtenemos por la tendencia a otorgarles un nombre propio para distinguirlas de las demás, de manera que se atribuye unas características de cualidad: Solymar; Altos de la Sierra, La Moraleja,…. Se trata de otorgarles una marca de diferenciación.
Más adelante aparecerán tratadas desde la perspectiva funcional, pero me parecía interesante clarificar el concepto.
El territorio como recurso: la explotación de recursos naturales “in situ”
Para aquellos elementos o componentes del espacio geográfico general que se hallan situados en el territorio, es decir, fijados en un lugar del que no pueden desplazarse, su uso o explotación obliga a localizar in situ los asentamientos y las instalaciones de obtención.
Este condicionamiento de localización territorial da lugar a infinidad de asentamientos funcionales, es decir, dirigidos a un fin concreto. Cada finalidad tendrá sus formas estructurales territoriales propias, además de adaptadas a las características de cada lugar.
En la medida que los asentamientos requieren de unas construcciones específicas, podremos reconocer sobre el terreno a que función están destinadas cada una de ellas, en base a la estructura del asentamiento o edificaciones.
Veamos cuáles son los recursos naturales que han dado lugar a asentamientos funcionales.
Recursos agrarios y expansión del regadío
La explotación agraria del suelo está en el origen de la distribución de los primeros asentamientos espontáneos de población.
Paulatinamente, se van configurando asentamientos rurales diferenciados según el tipo de producción y el rendimiento que se busca obtener en cada lugar: generalista de subsistencia; extensiva; intensiva; de secano; de regadío; de montaña; de llano; agrícola; ganadera; silvícola; pesquera. A su vez, cada una de estas con especializaciones concretas: cerealistas, vinícolas; ganadería lanar; ganadería porcina, y un largo etcétera.
La necesidad de población trabajadora agraria será directamente proporcional a nivel de intensidad de uso del suelo e inversamente proporcional al grado de mecanización aplicado para su producción.
La expansión del regadío implicará transformaciones de una agricultura extensiva a una intensiva y, por otro lado, a poner en explotación suelos antes improductivos o de bajos rendimientos, con necesidades de fuerza de trabajo distintas.
En este caso, el poblamiento es estable, localizándose repartido por el espacio agrario de forma concentrada o aislada.
Otro tipo de asentamientos
En uno de mis recorridos me topé con un asentamiento muy interesante. En la sierra de Albarracín (Teruel) se aprovechaba la resina del pino rodeno. Ello llevó a construir el conjunto Casa de los Resineros, que ya está fuera de uso (Coordenadas: 40°16’16.6″N 1°18’54.4″W). Es muy posible que escondidos en otros lugares existan asentamientos semejantes para resolver el aprovechamiento de recursos naturales de una zona específica.
Recursos marinos
La pesca marítima impone un primer condicionante de asentamiento en la línea de costa junto al mar.
La pesca de bajura conllevará la creación de barrios marítimos o puertos pesqueros de pequeño calado. Mientras que la pesca de altura precisará de puertos de mayor calado.
Todavía se conservan algunos puertos pesqueros, aunque la mayoría muy afectados por instalaciones náuticas deportiva, mientras que el turismo de playa ha arrasado los barrios marítimos de pescadores.
Recursos geológicos
Otros recursos muy apreciados son los geológicos en forma de minerales y canteras.
Fijémonos que fue en base a la minería que se definieron las primeras etapas de la evolución de la humanidad: Edad del Bronce y Edad del Hierro.
La explotación y el intercambio de minerales estuvo en la base del primer comercio que podríamos llamar “internacional”. Por ejemplo, las colonias fenicias del sur peninsular estuvieron muy relacionadas con las potencialidades mineras de la zona.
La situación generalmente aislada de las explotaciones mineras conllevó la necesidad de habilitar viviendas para los trabajadores junto a la mina, dando lugar a poblados, barrios, cuarteles, etcétera ya citados.
Los recursos geológicos más característicos de la Península corresponderían a la minería, canteras y cementeras.
El agua como recurso: como líquido y como energía
El agua es otro de los elementos fundamentales de explotación.
En este caso, la fijación territorial para su uso y/o consumo, puede venir acompañada de las potencialidades que ofrece su movilización como fluido: bien canalizándola para desplazarla hasta un lugar de consumo (humano o agrícola); bien para aprovechar su potencial como recurso energético cinético.
Los ríos determinan la situación geográfica del recurso; dentro de unos márgenes territoriales, los canales, acequias y acueductos permiten modificar el curso del agua hacia lugares programados.
Los romanos enseñaron a construir canales y acueductos; los árabes expandieron el regadío. Desde antiguo los molinos hidráulicos junto a los ríos habían permitido construir molinos harineros. Pero será a partir del siglo XIX que la industrialización expandirá las posibilidades energéticas: industrias textiles o químicas en cursos fluviales; grandes embalses i centrales hidroeléctricas, o como refrigerante para las centrales nucleares.
Otros recursos energéticos renovables: energía eólica y energía solar
Además del agua, la naturaleza aporta otros recursos energéticos renovables. Desde antiguo, se han construido molinos de viento para ser usados en la molienda de cereales. Se encuentran por toda la Península, con formas variadas, pero todos bajo el mismo principio de funcionamiento. En otras ocasiones se han aplicado para la elevación de agua subterránea destinados al regadío de pequeñas parcelas. En los últimos decenios se han expandido los parques eólicos que sobresalen en el paisaje de las zonas elevadas expuestas a vientos intensos y relativamente constantes.
Aprovechando las condiciones climáticas de la península, una de las últimas incorporaciones son los parques solares. Grandes extensiones ocupadas por receptores de energía solar para convertirla en energía térmica o eléctrica (fotovoltaica). Sin tomar en consideración la proliferación de placas solares en los tejados de los núcleos urbanos.
Desde el punto de vista que aquí nos interesa, su impacto como generadores de poblamiento es escaso, dado que necesitan poca mano de obra para su mantenimiento a pesar de ocupar grandes superficies de suelo.
Actividades industriales vinculadas a recursos naturales
Algunas unidades o núcleos fabriles de transformación se desarrollan vinculadas a la transformación de recursos naturales del entorno. La minería asume el carácter de actividad sobre la que se articulan industrias siderometalúrgicas y metalúrgicas. O la energía cinética del agua en el caso de las colonias textiles en Cataluña. Lo mismo para las centrales hidroeléctricas o ciertas industrias químicas que precisen agua.
En diversos casos la proximidad al mar es el factor natural condicionante, como los astilleros, o pueden ser polígonos petroquímicos para el desembarque de los productos petroleros como materia prima.
Explotación de recursos paisajísticos-climáticos
El paisaje y las condiciones climáticas combinado con la disponibilidad por parte de las familias de tiempo y recursos económicos, ha llevado a crear asentamientos poblacionales estacionales, incluso permanente, en zonas del territorio que permiten el disfrute del entorno, la naturaleza y el paisaje, en temporadas estacionales dentro de cada ciclo anual.
La combinación mar/montaña con clima/Sol/nieve, se ha convertido en fuente de recursos naturales capaces de incentivar asentamientos de construcción permanente, aunque solo sean aprovechados estacionalmente. Para la Península (y en este caso también de forma muy especial en los conjuntos insulares), la variedad de paisajes y zonas climáticas ofrece una gran diversidad de posibilidades en este sentido, con la explosión del turismo.
Insistiremos en ellos al tratar de las “urbanizaciones”.
El suelo como soporte de las actividades económicas
Numerosas actividades humanas para desarrollarse solamente precisan aprovechar del espacio-territorio su condición de soporte –espacio soporte– para asentar en el su vida y sus actividades: vivienda, desplazamientos, construcciones, manufacturas, etc.
Es muy importante constatar que el suelo soporte se puede crear y multiplicar, cosa que no es posible con el espacio como recurso. Sobre una unidad de territorio multiplicaremos su superficie por cada piso que construyamos en ella, en altura o subterráneamente, ya que cada nivel duplica la superficie territorial que ocupa, lo que permite la densificación de las ciudades.
Esta será una de las posibilidades que la industrialización irá introduciendo a partir del siglo XVIIII en relación con la sociedad agrícola precedente.
Si a ello le acompañamos que la industria y los servicios permiten económicamente un uso más intensivo, podrá acoger a más trabajadores, al tiempo que incrementar la producción y los beneficios.
Frente a la actividad primaria agrícola, donde se explota el suelo como recurso de forma extensiva, las actividades fabriles se implantarán en unidades productivas territorialmente concentradas (talleres, fábricas, factorías, etc.) y de localización aleatoria que solo precisan disponer de suelo como soporte para sus instalaciones. La condición será garantizar que en cada unidad productiva se reúnan los factores productivos necesarios procedentes del exterior, próximos o lejanos, según el tipo de actividad a desarrollar.
Lo que continúa siendo de proximidad imprescindible son los recursos humanos, los trabajadores, ya que serán empleados diariamente a lo largo del año, y debe minimizarse el tiempo de traslado desde el domicilio y la fatiga del desplazamiento para que puedan ser ocupados el máximo de horas diarias y con el máximo rendimiento.
Ello tendrá como consecuencia que el asentamiento de los trabajadores y sus familias deba situarse lo más cerca posible de la factoría. Junto a una población ya existente, o creando barrios, poblados o colonias ex profeso junto a las fábricas.
En cierta medida, el teletrabajo puede cambiar parcialmente esta situación para producciones que no requieran manipular materiales físicos. El teletrabajo, alcanza a que la vivienda y lugar de trabajo pueden llegar a confundirse. Pero también creando centros de coworking alejados de los centros productivos.
Ante la disminución de las poblaciones rurales, donde la mecanización agraria ha ido haciendo innecesarios muchos de las tareas agrícolas, los municipios pueden optar por introducir espacio soporte industrial construyendo polígonos industriales, con la expectativa de retener población. El teletrabajo abre otra ventana de oportunidad en este mismo sentido.
Entre las actividades fabriles en general podemos distinguir por lo menos tres grandes usos del territorio.
Industria urbana y polígonos industriales
del lugar de obtención de la materia prima, tienden a localizarse en núcleos de población ya existentes que les proporcionen la mano de obra o que ofrezcan disponibilidad de viviendas. En una primera etapa, como industrias intersticidiadas en el núcleo urbano. Los problemas ambientales generados por la industria urbana provocaron el paulatino desplazamiento de las industrias hacia polígonos o zonas industriales en el entorno periurbano.
Con la progresiva desindustrialización, la figura del polígono industrial, han ido evolucionando a la denominación más genérica de polígono empresarial, en general, con un gran peso de las actividades de almacenamiento y logísticas.
Disponibilidad de suelo susceptible de transformación en suelo industrial
Otro criterio de localización puede ser la disponibilidad de suelo susceptible de ser transformado en suelo industrial, aun cuando se debilitase la vinculación con un núcleo urbano. Por ejemplo, las fábricas de montaje de automóviles Ford en Almussafes (Valencia) y Opel en Figueruelas (Zaragoza).
Alejadas de núcleos urbanos en razón a su impacto medioambiental
Cierto tipo de industrias molestas, peligrosas o contaminantes se considera conveniente alejarlas de núcleos urbanos en razón a su impacto medioambiental: industrias químicas, de fabricación de vidrio, etc.
Vinculados al uso y control social del territorio
La confrontación entre poderes políticos y las concepciones ideológicas, y particularmente las religiosas de una sociedad, han precisado en cada momento histórico dotarse de instrumentos territoriales para alcanzar sus objetivos. En demasiados casos a través de enfrentamientos cruentos entre ellas (que han generado conflictos armados y guerras interminables), para apropiarse del territorio, hasta llegar finalmente a la organización de los estados.
Para conquistar y/o defender cada territorio político, y para articularlo funcionalmente a los intereses dentro de las relaciones de poder, se han ido aplicando una serie de tipos de asentamiento programado, algunos que se han mantenido en todas las circunstancias históricas, otros propios de cada etapa.
Ciudades y red urbana
La red de ciudades, convenientemente jerarquizada, constituye una de las formas de asentamiento siempre presentes.
Para que quede perfectamente claros y establecidos los límites del territorio de pertenencia se fueron desarrollando las fronteras y los límites de propiedad. Primero con límites difusos y, progresivamente con límites exactos y precisos, bien a través de su delimitación por pactos políticos, bien a través de las donaciones rales o las escrituras de propiedad.
Uno de los efectos colonizadores de Roma sobre sus territorios fue la creación de una red de ciudades perfectamente comunicadas entre sí y con la capital imperial, así como la división en provincias con límites definidos, de todo el Imperio.
Esta red de asentamiento romano fue tan importante que vemos como se ha mantenido en su estructura fundamental hasta nuestros días, por encima de los diversos grupos colonizadores que se han sucedido en estos más de dos mil años.
Los castillos y fortalezas
El castillo y la fortaleza fue un eficaz instrumento de asentamiento programado para defender, y en su caso ampliar, las fronteras, así como para articular la estructura de poder interior. Este instrumento fue usado por los reyes, así como como por los señores en la defensa de sus señoríos.
El castillo constituye un instrumento funcional que se aplicó en cada momento y lugar con finalidades específicas durante una etapa histórica, aunque actualmente sea un instrumento en desuso, pero que dejó una notable impronta.
En el proceso histórico de evolución de las funciones de los castillos y fortalezas las primeras tuvieron una función militar defensivo-ofensiva, donde la localización vendría determinada por las necesidades estratégicas militares. Las fronteras y su desplazamiento fueron ampliando la franja territorial de los reinos cristianos en la Península.
Con el desplazamiento hacia el sur, cada castillo que veía alejarse la frontera perdía gran parte de su papel militar. Los que subsistieron, se convertirán en el centro de organización del territorio circundante, y de concentración económica, especialmente a través de la captación de los distintos tipos de impuestos.
Por último, la evolución de la sociedad estamental convirtió al castillo en la figura culminante de lo que podría calificarse de frontera vertical. El castillo representará el símbolo y manifestación material del poder del señor (del rey, de la nobleza, de los obispos o de las Ordenes Militares). Pero también desempeñó su papel en la delimitación de fronteras internas entre señoríos, que se saldó demasiadas veces con conflictos armados entre ellos. En resumen: poder, control y conflictos interclasistas.
Concretando, según su función podemos establecer los distintos tipos de castillo que existieron: castillos de frontera (exterior o interior); castillos de repoblación-consolidación; castillo-convento; castillo palacio residencial o castillo señorial y los recintos amurallados (con o sin castillo).
A pesar de la perdida de función de los castillos, sus restos y los de las fortificaciones, constituyen uno de los grandes atractivos del turismo cultural y son potenciados como recurso de atracción de visitantes.
En la toma de decisión de la localización de los castillos era fundamental las consideraciones estratégicas político-militares. Una de esta era escoger el lugar idóneo para el control de grandes superficies o lugares de paso.
En el mapa siguiente vemos la posición del castillo de Calatrava la Nueva controlando una de las vías naturales más importantes que cruzan Sierra Morena y unen la Meseta con el valle del Guadalquivir, con el castillo de Salvatierra al otro lado del paso que cruza la Sierra de Calatrava.
Los monasterios
Desde la vertiente ideológico-religiosa, durante el mismo periodo que para los castillos, los monasterios fueron otra forma de asentamiento con importante función ideológico-religiosa, pero progresivamente cada vez más importante función colonizadora y repobladora en los amplios dominios territoriales que iban acumulando.
Los monasterios fueron evolucionando desde una función de retiro y aislamiento personal para entrar en contacto con Dios en comunidades cerradas, a organizaciones de dominio territorial con funciones repobladoras. Constituyeron grandes explotaciones agrarias que precisaron de los servicios de trabajadores que fueron creando un núcleo de población en las inmediaciones.
Al igual que con los castillos, los monasterios constituyen otro de los grandes atractivos turísticos culturales.
Urbanizaciones y descongestión urbana
En el ámbito residencial, el siglo XX verá expandirse dos tipos de asentamientos de signo y motivaciones inversas: la expansión de la vivienda secundaría y de los alojamientos turísticos, en contraste con la congestión urbana en las grandes ciudades.
Urbanizaciones y núcleos turísticos
Desde inicios del siglo XX, y, sobre todo, de la segunda mitad del siglo, se introducirá un nuevo modelo de uso intermitente de los asentamientos.
Hasta ese momento, la creación de un asentamiento comportaba su uso permanente mientras se mantuviese la función para la que había sido creado. La introducción de periodos vacacionales, el aumento del nivel de vida y la modernización e individualización de los sistemas de transporte (coche privado, avión low cost) darán lugar a la expansión de la residencia secundaria y de las zonas turísticas, como formas intermitentes de uso de los alojamientos a lo largo del año.
Desde los años 50/60, la vivienda de los núcleos rurales turísticos, empezando por los de costa, se reconvierten en alojamientos turísticos (ofreciendo tímidamente las chambres and rooms que se anunciaban en los balcones de las casas particulares); proliferarán los hoteles y bloques de apartamentos turísticos en los pueblos, y se expandirán las urbanizaciones residenciales y vacacionales turísticas.
Urbanizaciones turísticas
Se califica como una urbanización a un asentamiento exclusivamente residencial delimitado dentro de un plan urbanístico aislado. Configuran un sistema socialmente cerrado, e incluso puede serlo físicamente.
Las urbanizaciones turísticas serán asentamientos destinados a la residencia secundaria, las vacaciones y el turismo. Se localizan en entornos con recursos paisajísticos y climáticos como señalábamos anteriormente, que posibiliten el goce y disfrute de la naturaleza y de la tranquilidad fuera del estrés urbano. En algunos casos muy vinculadas a la práctica de deportes estacionales (nieve, playa).
Pueden situarse en terrenos llanos o en las laderas de los montes, sobre todo para aprovechar las vistas sobre el paisaje circundante.
Como la circulación interior se limita al acceso a las viviendas, el trazado urbano de las calles puede ser sinuoso, tortuoso y empinado. Esta trama se adapta perfectamente a la filosofía de crear ámbitos muy diferenciados de la ortogonalidad urbana. Las viviendas se distribuyen en parcelas que son ocupadas por casas individuales o bloques de viviendas de pocos vecinos y poca altura.
Campings
Un subgrupo del uso turístico del territorio lo constituyen los campings. En este caso, se ejecuta una urbanización del terreno, pero se dejan libres las parcelas para que se puedan montar en ellas las viviendas transportables de cada ocupante (tienda de campaña, caravana, autocaravana) en estancias de durada limitada. Muchos ofrecen además el alquiler de residencias estables en forma de bungalow.
Sitios reales vacacionales
Un antecedente del uso “turístico” del territorio lo encontramos en cierta manera en los sitios reales de vacaciones que se hicieron construir los reyes en España, en especial durante el período borbónico. Junto a cada palacio se creó un núcleo poblacional para alojar al personal de servicio (Aranjuez (Madrid), La Granja de San Ildefonso (Segovia)).
Descongestión urbana
Barrios obreros y ciudades satélite
Cuando a partir de los años cincuenta del siglo pasado se aceleraron los grandes flujos migratorios campo-ciudad, el crecimiento de las grandes urbes españolas se desbordó, creándose un grave problema de vivienda. Los recién llegados debieron procurar por sus medios resolver el problema del alojamiento, lo que dio lugar a la expansión del chabolismo.
Cuando esta situación se hizo acuciante y amenazaba con devenir un problema social se recurrió a la programación de grandes asentamientos de descongestión en forma de barriadas, ciudades-satélite, Plan ACTUR (Actuaciones Urbanísticas Urgentes) o cualquier otra denominación similar, en la que se aglomeran grandes bloques de viviendas.
Urbanizaciones residenciales periurbanas
En condiciones sociales familiares opuestas a las anteriores, cuando son las clases media y alta las que se sienten “agobiadas” por la vida urbana, se les ofrece como solución desplazarse a vivir a la periferia en urbanizaciones residenciales periurbanas de más o menos alto standing. Con la condición de que deberá posibilitar el commuting, o desplazamiento diario al lugar de trabajo en la ciudad. Por tanto, serán asentamientos de ocupación primaria o principal, y permanente.
Fin de esta primera parte de tipologías de asentamiento
Cierro aquí la presentación de las tipologías de asentamiento poblacional.
En el siguiente Post Asentamientos de población programados (2): Proceso histórico en España, se desarrolla la forma como estos distintos tipos de tipologías se han ido sucediendo en su aplicación a la largo de la historia de España.
En el texto anterior ya he ido introduciendo algunos elementos de tipo histórico para contextualizar las distintas tipologías. En el siguiente se tratará de presentarlas de una forma histórico-cronológica.