En este Post vamos a presentar las iglesias románico-góticas de la ciudad de Soria: San Pedro, Santo Domingo, San Juan de Rabanera, Nuestra Señora de la Mayor, San Nicolás, el monasterio de San Pedro del Duero y el monasterio de San Polo.
Iglesias románico-góticas de la ciudad de Soria
Comarca: Comarca de Soria. Provincia: Soria. Com. Autónoma: Castilla y León
Coordenadas: 41°46′00″N 2°28′00″O. Altitud: 1.061 msnm. Población: 40.096 habitantes (2023)
Web: guiadesoria
Visita: 2021
Índice
Iglesias románico-góticas de la ciudad de Soria
Con la repoblación de Soria por Alfonso I el batallador, a principios del siglo XII, en la localidad se construirán numerosas iglesias parroquiales y monasterios, dentro del periodo de románico pleno.
De todas ellas- completas, transformadas o en ruinas-, subsisten siete: San Pedro (1), Santo Domingo (2), San Juan de Rabanera (3), Nuestra Señora de la Mayor (4), San Nicolás (5), el monasterio de San Pedro del Duero (6) y el monasterio de San Polo (7).
A su presentación dedicaré este Post.
Concatedral y Claustro de San Pedro
Bien de Interés Cultural (BIC)
Empezaremos nuestro recorrido por las iglesias románico-góticas de la ciudad de Soria por la Concatedral y Claustro de San Pedro (1).
A partir de una iglesia construida en el momento de la repoblación de estas tierras por Alfonso I el batallador, a principios del siglo XII, fue creciendo un caserío que fue avanzando en dirección opuesta al camino del río, hacia las zonas más elevadas de la vaguada en la que se asienta Soria.
La importancia que adquirió este caserío hizo que el obispo de Osma la convirtiese en colegiata a cargo de curas de la regla de San Agustín.
Éstos, procedieron a construir un nuevo templo sobre el anterior, e instalaciones monacales. Pero el templo se derrumbó a principios del siglo XVI.
Tras el hundimiento de la iglesia en 1544, fue reedificada a cargo del maestro Juan Martínez Mutio y acabada hacia 1575, incluida la construcción de la torre-campanario. En su reedificación se adoptó como anchura del nuevo templo la del transepto antiguo, por lo que los muros exteriores de las naves laterales se desplazaron hacia él. El avance del muro exterior del lado del evangelio llevó aparejada la eliminación de la panda sur del claustro y de parte del inicio de las pandas de levante y poniente.
La gran altura de todos los muros laterales del templo y que prácticamente no sobresalga la cubierta, se debe a que la planta templo es del tipo basilical de salón, en la que todas las naves tienen la misma altura sin que sobresalga por tanto la cubierta de la nave central, como es lo habitual en la mayoría de los templos.
Fue elevada a concatedral en 1959, aunque la capital eclesiástica se mantiene en Burgo de Osma, donde se halla la otra concatedral.
La reconstrucción se realizó en estilo gótico tardío y plateresco, quedando formado el conjunto arquitectónico por un claustro románico que se comunica con el templo gótico por el lado del evangelio, y los lados norte y este del claustro las dependencias conventuales.
También se conservaron del templo románico los dos extremos del transepto, como se señala en el plano posterior.
De las dependencias conventuales en la actualidad se observan el refectorio, siguiendo la panda norte (no visitable) y unas dependencias en el lado de levante (no visitables).
El exterior
El estilo arquitectónico es austero con muros de sillería. A los pies y en la cabecera se sitúan exteriormente contrafuertes rectangulares. En cambio, los contrafuertes de los laterales se sitúan en el interior, en dos lasa más estrechas que las centrales, a partir de las columnas de sustentación de la cubierta, formando capillas, forma usual de construcción de la época.
A los pies del templo, entro dos contrafuertes, se situaba la Puerta Santa (puerta que se abre los años de jubileo de las iglesias que tienen concedido este privilegio), que era la entrada a la primera iglesia románica. Con la reforma la portada principal se trasladó al lado meridional.
Su forma es la de un simple arco renacentista.
La torre de la concatedral de San Pedro es de sillería, de planta sensiblemente cuadrada. La sala de campanas en el nivel superior dispone de dos vanos por lado, ocupados por sendas campanas, excepto en el lado norte, donde se ubica la campana mayor.
En la esquina de los pies del lado de la epístola sobresale sobre el muro lateral un cuerpo de capilla, que rompe la continuidad del muro.
Como he señalado, con la reforma, la entrada principal se trasladó al lado de la epístola, en el transepto de la iglesia románica que se conservó, como se aprecia por el color y el engarce con el muro construido posteriormente.
La puerta que se construyó en estilo plateresco con San Pedro en una hornacina en la parte superior.
En la puerta se pueden apreciar herrajes de época.
En el siglo XVI se construyó un solo ábside en forma pentagonal ocupando únicamente la nave central.
Sobre el muro meridional y en los contrafuertes del ábside dejaron su firma a mediante blasones.
Avanzando por el exterior hasta el lado norte encontramos el edificio correspondiente al refectorio que estaba situado junto a la panda norte del claustro. En la esquina oriental aparece un conjunto de vanos a tres niveles. El más interesante es el superior en el que se encuentra una ventana trifora que recuerda las asturienses. Puede suponerse que este conjunto de entrada podría corresponder a la primera construcción románica de la colegiata.
Aunque esta parte no acostumbra nada dirigirse a los visitantes la situación de las señales de alarma no parece la más respetuosa con los vestigios históricos.
Sobre el muro lateral también se abren ventanas y aspilleras.
Claustro románico
Al entrar en el templo nos dirigimos en primer lugar al claustro románico.
El claustro, de forma cuadrada, ocupa una amplia extensión de unos 30 por 30 metros. Se considera que se construyó bajo la influencia del de Silos.
Del claustro románico se conservan casi tres cuartas partes, ya que como sabemos, la panda meridional fue desmontada para construir el muro norte del templo siguiendo la línea del transepto. Ello obligó también a recortar las arcadas del claustro que confluían en esta zona, como puede apreciarse en el plano de la planta mostrado anteriormente, y que se refleja en las fotografías posteriores.
El claustro está formado por pandas de un solo nivel cubiertas con tejado de teja curva. Las arcadas que recorren las pandas quedan partidas por dos pilares en cada lado.
Los arcos románicos de medio punto se apoyan en dobles columnas pareadas con capiteles esculpidos con figuras vegetales, zoomorfas o historiadas.
Los pilares también se decoran con triples columnas geminadas, con capiteles.
La comunicación con el templo se produce por la panda de levante, situándose a continuación la entrada a la sala capitular.
La entrada a la antigua sala capitular se efectúa a través de un vano de medio punto abocinado de tres arquivoltas sobre columnas con capiteles, El arco de acceso es lobulado.
A cada lado un ventanal de arco de medio punto que en su interior contiene en la base un ajimez de dos arcos de medio punto y parteluz de doble columna con capiteles. Encima un óculo circular polilobulado.
Los tres vanos con chambrana de dibujos geométricos.
Entre estas estructuras de la sala capitular y la siguiente portada de acceso a una dependencia situada más al norte, se abre un lucillo sepulcral. El vano es de arco de medio punto polilobulado y las paredes laterales interiores están decoradas con pequeñas columnas con capiteles de decoración vegetal. Al fondo se decoró se observa una cruz florenzada. Su fábrica es de la misma época que la fachada de la sala capitular.
A lo largo de las pandas oriental y septentrional se abren diversos vanos de puertas y ventanas, todos románicos de arcos de medio punto.
También subsisten reminiscencias de las pinturas que cubrían los muros del claustro.
Entrada al refectorio en la panda norte.
Por su parte, en la panda occidental se abren en el muro seis solios.
En todos los muros se encuentran innumerables marcas de Cantero y dibujos grabados en los sillares, así como inscripciones diversas.
El claustro en su conjunto se halla formado por arquerías de arcos de medio punto de dovelas, todos iguales en su forma, apoyados en columnas pareadas con doble capitel y doble basa adosadas. Los fustes cuadrangulares se apoyan sobre un podio corrido.
Por encima chambrana con dibujos geométricos. Un doble alero, el de debajo de piedra sobre canecillos del mismo material, y otro de madera con canecillos también de madera, que soportan la cubierta que vierte sobre el patio, con tejas onduladas.
En cada lado se intercalan dos pilares, que están decorados en su parte exterior por dobles o triples columnas pareadas o geminadas, siempre con capiteles hasta el alero de la cubierta. Es un tipo de aplicación poco usual.
Los capiteles bellamente labrados con motivos florales, zoomorfos o historiados.
Sepulcro tras una celosía con estrellas y dos medias lunas, que corresponderían a las armas heráldicas de los Salvador.
En una esquina del claustro se ha colocado una pila bautismal románica procedente de la iglesia de Sauquillo de Alcázar.
El interior gótico
La planta del templo es basilical de salón, de moda en aquella época como ya hemos podido ver en la iglesia de San Pedro de Villaescusa de Haro.
Está formada por tres naves y cinco tramos de idéntica base y la misma altura, formando una distribución cuadriculada. La planta de estas tres naves con el transepto correspondería a la planta y dimensiones del tiempo románico.
Pero, con la reconstrucción, se ampliaron los laterales con dos naves, una a cada lado, de la mitad de anchura, pero divididas por un muro en cada columna formando capillas laterales, interiorizando de esta forma los contrafuertes del templo.
Esta ampliación es que hemos visto que fue la causante de la destrucción de la galería del claustro adosado al muro del templo.
El frente del templo, orientado canónicamente a levante, está constituido por dos muros que cierran las naves laterales, mientras que en la central se abre un ábside pentagonal al exterior.
En la imagen siguiente al presbiterio y la capilla mayor con el altar y el retablo mayor.
Nave lateral de la epístola, con la puerta principal de entrada al templo.
Nave lateral del lado del evangelio, desde la que se accede al claustro.
En el centro, tras el altar mayor, el retablo mayor, retablo renacentista obra de Francisco del Río del siglo XVI, narrando episodios de la vida de San Pedro, que no aprovecha la forma pentagonal del ábside. A cada lado, sobre el muro se sitúan dos altares con grandes retablos, renacentista de revestimiento dorado el del lado de la epístola y barroco de madera vista en el lateral del evangelio.
A los pies del templo la Puerta Santa, el coro sobre arcos carpanel, donde se aloja el órgano, la que se accede por un balcón corrido desde la parte septentrional del templo. Dos ventanas de arco de medio punto aportan luz al recinto.
Al observar la entrada principal por el lado de la epístola constatamos que la fábrica de este tramo es de estilo románico y corresponde al transepto del antiguo templo que se conservó con la reconstrucción del siglo XVI.
La cubierta está formada por tres tejados de cubierta a dos aguas, cada uno independiente, donde el central sigue el recorrido en la nave central y los dos laterales, de mayor anchura, cubren cada una las dos naves laterales.
Esta estructura se apoya en una bóveda de crucería toda ella a la misma altura como corresponde a una basílica de salón. En la base 16 gruesas columnas cuyo fuste está construido de piezas sillería. La columna presenta un simple cimacio del que parten los nervios e la crucería estrellada en forma de palmera.
Vale la pena detenerse a observar la forma de palmera o abanico de los nervios que dan lugar a una compleja bóveda estrellada, propia del gótico tardío.
Sobre el fondo de las capillas laterales se sitúa en cada una de ellas altares de estilo barroco.
Iglesia de Santo Domingo
Bien de Interés Cultural (BIC)
En la plaza de los condes de Lérida dónde se emplaza uno de los monumentos más importantes del románico soriano de la ciudad; se trata de la Iglesia de Santo Domingo (2).
Este templo románico fue erigido en el siglo XII. Posiblemente el elemento más interesante del templo sea su fachada con arquivolta y tímpano, con por un gran rosetón y adornada de arquerías ciegas.
El conjunto fue edificado en tres etapas entre los siglos XII y XVI, al tiempo que sufría cambios en su consideración eclesial.
Se trata, por tanto, de otros de los templos románico-góticos de la ciudad.
En el dibujo de la planta está representado lo que se conserva de las tres etapas de construcción. Los muros punteados corresponden al primer edificio románico del cual el aspecto visible más destacado que se conserva es la torre. Los muros rayados corresponden a la renovación de finales del siglo XII, en los pies del tiempo y la portada románica. Mientras que los muros en negro constituyen la parte de edificación gótica del siglo XVI, con el nuevo ábside y presbiterio y las dos capillas laterales.
El exterior
En su visión deslumbra la portada del templo.
Se supone que, a principios del siglo XII, se construyó en este lugar una pequeña iglesia románica en honor a Santo Tomé, situada frente a la puerta del Rosario de la muralla. A finales de dicho siglo se produjo una amplia remodelación y fue entonces cuando se levantó la fachada, posiblemente bajo el mecenazgo de Alfonso VIII y su esposa Leonor de Plantagenet.
Al fundarse a su lado en 1556 el convento de dominicos, la iglesia parroquial les fue cedida para su uso, y pasó a ser la iglesia de Santo Domingo.
En 1586 los dominicos introdujeron profundos cambios, como fue el derribo y reconstrucción de la cabecera del templo y la ampliación con dos capillas laterales en el segundo tramo de la nave del templo, al tiempo que se unió el cenobio con el templo. La obra fue encargada a Francisco de Revilla.
Entre 1836 y 1853, el convento de los dominicos estuvo abandonado como consecuencia de la desamortización. Al poco tiempo, fue ocupado por una Comunidad de hermanas clarisas, concediéndoseles el uso exclusivo del templo, dejando de ser iglesia parroquial. Dicha orden continúa habitando el convento.
La torre del primer románico está adosada por el exterior a lo que debía ser el primer tramo o presbiterio del lado del evangelio. Es de cuatro niveles los dos más bajos, con arquerías ciegas muy alargadas, de medio punto la primera, y algo apuntadas la segunda; el tercero presenta unos ventanales que han sido tapiados, mientras que el cuarto y último nivel presenta en cada lado una ventana-campanario de arco de medio punto.
Por encima del segundo nivel una imposta decorada.
La fachada es un muro con frontón. En el centro una gran portada abocinada. Los laterales presentan dos niveles de arcos ciegos de medio punto, más altos los de primer nivel que los del segundo. Y por encima un gran rosetón.
Se considera que esta portada es de influencia francesa (Nuestra Señora de Poitiers), que sería consecuencia de la influencia de la reina Leonor de Plantagenet.
La portada es de planta avanzada con tejaroz y cuatro arquivoltas abocinadas que se apoyan en capiteles sobre columnas. El tímpano se sustenta sobre mochetas.
Esta portada se la conoce como la Biblia de piedra. Las representaciones escultóricas son imágenes antropomorfas representando distintos momentos de la Biblia y los Evangelios.
El tímpano está dedicado a Cristo sedente rodeado de cuatro Ángeles con los símbolos de los evangelistas. En los extremos el profeta Isaías y la Virgen María.
En el hastial, sobre el tejaroz, un rosetón románico de ocho lóbulos que apean sobre capiteles con columnas que se reúnen en el centro sobre basas que adquieren forma circular.
En el vértice de la cubierta, sobresale una cruz florenzada que hace de pináculo del frontón.
El interior
El interior del templo está formado por una amplia nave central de tres tramos con pilares de columnas embebidas y arcos formeros algo apuntados. Las dos naves laterales están divididas por muros detrás de los pilares formando capillas, lo que sustituye los contrafuertes exteriores.
En planta, pero no en altura, presentaría la forma de cruz latina con las dos capillas añadidas en el siglo XVI haciendo de transepto.
Tras un tramo, que ocupa el ancho de la torre, con la puerta de acceso a la misma, se encuentra la capilla mayor formada por el presbiterio y el ábside pentagonal incorporados en el siglo XVI o principios del XVII.
En las partes añadidas en el siglo XVI las bóvedas son de crucería estrellada típicas del gótico de la época.
A los pies, un gran rosetón románico.
La cristalera del rosetón es del año 1917.
Por el interior de los pilares de los arcos formeros algo apuntados parten tres columnas embebidas de apoyo de los arcos. Por el lado que da a la nave central, dos o tres columnas embebidas se elevan hasta la base de la bóveda. Ésta es de cañón de sillares algo apuntada, con arcos fajones.
Todas las columnas terminan en capiteles de composiciones diversas vegetales, zoomorfas o antropomorfas.
La capilla que hace las funciones de transepto en el lado de la epístola está dedicada a Nuestra Señora del Rosario, con un gran retablo pintado y dorado del siglo XVIII.
Bóveda gótica de crucería de la capilla.
En el lado del evangelio, la capilla-transepto añadida está dedicada al Santo Cristo.
Iglesia de San Juan de Rabanera
Bien de Interés Cultural (BIC)
El nombre de San Juan de Rabanera (3) de esta iglesia se debe a que en la repoblación de Alfonso I esta colación, una de las 35 intramuros que se crearon en Soria, fue repoblada por gentes provenientes de Rabanera del Campo.
Sufrió numerosas transformaciones, especialmente en el periodo barroco, siendo la restauración de mediados del siglo XX la que ha devuelto su esplendor románico al templo.
Al estar cerrada en el momento de mi visita no puedo presentar las características del interior del templo aunque se puede señalar que su planta de una sola nave es de cruz latina; amplio presbiterio; ábside en hemiciclo y dos absidiolos no ostensibles al exterior embebidos en el muro oriental de ambos brazos del transepto. Por debajo de ambos lados del transepto se abren dos capillas que sobresalen más que el mismo transepto hacia el exterior. Las iglesias románicas de planta de Cruz latina no son usuales en la arquitectura soriana.
Su orientación es canónica a levante. La entrada está situada a los pies del templo, aunque la iglesia original se encontraba en el lado sur y ahora tapiada.
La portada que observamos es románica abocinada en un arimez adelantado con tejaroz y un gran óculo superior.
Casi todo el edificio es de mampostería bien labrada, excepto el último tramo de la torre campanario que combina la sillería con la mampostería, como fue construido en el siglo XVI.
Cuatro arquivoltas sin decoración, excepto la interior, con un dibujo geométrico. Las arquivoltas protegidas por una chambrana y un tejaroz sobre canecillos.
La diferencia de materiales entre el cuerpo del edificio y el arimez hacen pensar en dos momentos distintos de su construcción. La información turística explica que esta portada corresponde a la iglesia de San Nicolás (5) que tras quedar en ruinas se decidió en 1908 desmontarla y trasladarla a este templo.
Tres columnas soportan los capiteles a cada lado con jambas intercaladas. Las bases son simples e individualizadas.
Las jambas de la puerta son columnas más gruesas, mientras que un capitel de mayores dimensiones en cada lado hace las funciones de mocheta.
Todos los capiteles son historiados.
En el tímpano está representado San Nicolás, santo titular de la iglesia para la que se levantó esta portada.
El lateral se observa más cercano a los pies la capilla de menor altura sobresaliendo y por detrás el transepto de mayor altura. También una entrada lateral, con un arco ojival apuntado.
La torre-campanario cuadrada se eleva sobre el crucero dos niveles, con un tejado a cuatro aguas.
En el último nivel se abren una o dos ventanas por lado de arcos de medio punto que alojan las campanas.
El acceso al campanario se efectúa por el husillo que parte desde el transepto aloja una escalera que sobresale al traspasar la cubierta de la nave hasta un punto en el que comunica con una escalera recta exterior hasta la entrada al campanario.
La iluminación del transepto se efectúa por una estrecha ventana tipo saetera de arco de medio punto con columnillas con capiteles.
En el extremo del hastial un León sujetando una presa.
El frente del templo está formado por notable ábside semicircular con presbiterio. Una particularidad es que por el exterior tres lesenas rectangulares rematadas por capiteles dividen el semicírculo en cuatro partes. Las dos lesenas exteriores presentan una especie de arquería ciega con dibujos geométricos mientras que los dos tramos centrales están ocupados por dos ventanas de arco de medio punto con columnas y capiteles, que sirven de iluminación altar.
También por este lado se observa distintos tipos de piedra e incluso de fábrica ya que el último tramo del campanario es una combinación de sillería y mampostería del siglo XVI.
Estas ventanas son de mayor calidad arquitectónica que las del transepto.
La imposta recorre todo el ábside por debajo de las ventanas.
Al lado de cada ventana una arquería ciega de doble arco de medio punto con ornamentaciones.
En el lado de la epístola vemos sobresalir igualmente el brazo del transepto con la alargada ventana de arco de medio punto.
Iglesia de Nuestra Señora de la Mayor
La iglesia de nuestra señora de la mayor (4), también conocida como Santa María la Mayor, es otro ejemplo de templo románico reconstruido en estilo gótico en el siglo XVI, que, como sabemos, fue un momento de esplendor económico de la ciudad de Soria. Nuevamente reconstruida en el siglo XIX cuando amenazaba ruina.
La iglesia románica del siglo XII estaba dedicada a San Gil.
Durante las obras de restauración de la colegiata de San Pedro en el siglo XVI, el Cabildo colegial pasó a reunirse en esta iglesia rebautizándola con el nombre de iglesia de Nuestra Señora de la Mayor. Fue un momento de concentración de los poderes civiles y eclesiásticos en la Plaza Mayor.
También cerrada en el momento de la visita, deberemos conformarnos con un recorrido por el exterior y comentar algunas de sus características interiores sobre el plano de la planta.
Lo que resta por el exterior del primitivo templo románico es una parte del muro exterior de la nave meridional, la portada alojada en él y la torre. Mientras que el ábside con presbiterio y el resto de los muros corresponderían a la obra gótica del siglo XVI.
La orientación del templo es canónica a levante.
No es una edificación exenta, sino que a ella se acoplaron edificios civiles, de los que todavía subsiste el anexo a los pies del templo. En las últimas restauraciones se han ido eliminando las que se habían añadido sobre todo sobre el ábside, las cuales, no obstante, han dejado la cicatriz de su anclaje sobre los muros.
La entrada al templo se efectúa por el último tramo del lado de la epístola.
La portada se abre en un arimez con tejaroz o guardapolvo apoyado en canecillos.
Según parece, no era esta la disposición original de la portada, sino que ésta ocupó varias posiciones a un lado u otro del templo.
En primer término, el monumento al Fuero de Soria otorgado en el siglo XII.
La abertura es de tres arquivoltas de arco románico de medio punto. Se apoyan en tres capiteles por lado sobre columnas alternadas con jambas.
La decoración de las arquivoltas está formada por simples cordones de hojas vegetales.
Los canecillos del tejaroz sin decoración especial.
Los capiteles, bastante deteriorados algunos, presentan trazados de cestería y zoomorfos. Los cimacios siguen un cordón vegetal similar al de la arquivolta interior.
El ábside con presbiterio termina en forma trapezoidal, con las esquinas reforzada con contrafuertes. En la parte superior de cada contrafuerte se plasma el blasón de los Calderones, que estuvieron muy vinculados a la reconstrucción de esta iglesia en el siglo XVI.
La torre forma parte de los elementos originales románicos del templo. Debió ser reconstruida en el siglo XVIII por un derrumbe parcial, lo que es perfectamente visible. Se alza adosada al muro septentrional del presbiterio.
Como la iglesia románica original era de menor altura. La torre debía sobresalir sobre la cubierta del templo, aunque realmente tampoco es una torre muy alta, pero, al elevarse el edificio en su reconstrucción gótica, ha quedado prácticamente al mismo nivel que la cubierta actual, por lo que hay que adentrarse en el callejón lateral para poderla observar.
Solamente el vano de la campana de la parte superior es original románico en forma de arco de medio punto de doble arquivolta lisa y chambrana de puntas de diamante. La arquivolta exterior descansa sobre columnillas con capiteles labrados.
Señalemos incidentalmente que frente al muro meridional se ha emplazado la escultura, a nivel del suelo, de doña Leonor Izquierdo, esposa de Antonio Machado, ante una silla vacía, efectuada a partir de la fotografía del día de la boda de la pareja qué efectuaron en esta iglesia. Esta disposición hace que sea ampliamente utilizada por los turistas para hacerse una fotografía reemplazando al poeta.
Iglesia de San Nicolás, ruinas
Bien de Interés Cultural (BIC)
Al principio de la calle Real se encuentran las ruinas consolidadas de un templo románico erigido en los siglos XII y XIII. Se trata de las ruinas de la Iglesia de San Nicolás (5).
Se conserva lo que fuera esbelto ábside y de una compacta fábrica.
Como hemos visto anteriormente, su pórtico fue trasladado como entrada de poniente de la iglesia de San Juan de Rabanera.
Monasterio de San Juan de Duero
Bien de Interés Cultural (BIC)
Los dos templos que nos quedan por presentar se encuentran situados al otro lado del río Duero, pasado el puente.
Dado que he tratado de ambos en dos posts anteriores, me remito a ellos para no repetir lo ya expuesto en este Blog.
El primero se trata del monasterio y claustro de San Juan de Duero (6) con el enlace siguiente:
Enlace con el Post: Monasterio de San Juan de Duero
Monasterio templario de San Polo
Bien de Interés Cultural (BIC)
El segundo es el monasterio templario De San Polo (7). Me remito al enlace siguiente
Enlace con el Post: Ermita de San Saturio / Monasterio templario de San Polo
Fin de la visita
Soria es una de las provincias más ricas en arquitectura religiosa románica y en su capital, la ciudad de Soria, se concentra un número importante de estos edificios religiosos, en numerosos casos con importantes reformas de estilo gótico en el siglo XVI, en unos momentos de máximo esplendor económico de la ciudad sobre la base de los negocios de La Mesta.
En este Post he tenido ocasión de presentar los siete que constituyen su principal atractivo.
Me llenaría de satisfacción que este texto sirviese para incitar al lector a desplazarse a esta bella capital y comprobar por sí mismo la belleza e interés de su contemplación.
Bases de información
Webs
Concatedral y Claustro de San Pedro
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Iglesia de Santo Domingo
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Iglesia de San Juan de Rabanera
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Iglesia de San Nicolás
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