Sangüesa/Zangoza (Navarra), ciudad medieval importante en el Camino de Santiago y estratégica en los conflictos entre Navarra y Aragón. Contiene uno de los portales románicos más importantes de la España.
Sangüesa/Zangoza (Navarra)
Sangüesa/Zangoza. Sangüesa. Navarra
Sangüesa/Zangoza (nombre oficial). Comarca: Sangüesa. Provincia: Navarra. Com. Autónoma: Comunidad Foral de Navarra
Coordenadas: 42°34′40″N 1°16′57″O. Altitud: 404 msnm. Población: 4.797 habitantes en la localidad y 4.962 habitantes en el municipio (2019)
Web: ayuntamiento
Bien de Interés Cultural: Conjunto histórico, año 2000
Visita: 2019
Para una visión estructural de la posición de Sangüesa/Zangoza en el conjunto de España puede ser interesante analizarla en relación con los distintos mapas conceptuales incluidos en el Post: Estructuras territoriales en la España peninsular.
Índice
Sangüesa/Zangoza. Sangüesa. Navarra
Recorrido por Sangüesa/Zangoza
Iglesia de Santa María la Real
Palacio de los duques de Granada de Ega-Palacio de Añués
Palacio de los Íñiguez de Medrano
Convento de Ntra. Sra. del Carmen
Calle Sancho Garcés y calle Estudio
Plazuela de Santa Catalina, Calle Santiago, calle Genaro Vallejos
Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol
Convento de San Francisco de Asís
Palacio de París Íñiguez Abarca
Plaza General Los Arcos y Avenida Príncipe de Viana
Palacio-castillo del Príncipe de Viana
Sangüesa/Zangoza. Sangüesa. Navarra
En el conjunto de visitas efectuadas desde El Corral de Concilio, Hotel con encanto, hoy le toca el turno a la ciudad de Sangüesa/Zangoza. La salida la compaginé con el Monasterio de Leyre, que se encuentra a 15 kilómetros.
El territorio
El municipio está situado en el nordeste de Navarra, colindante con la provincia de Zaragoza.
Junto al río Aragón, es un lugar estratégico de paso entre el Prepirineo y la depresión del valle del Ebro, a la salida del Canal de Berdún. Históricamente se halla sobre el Camino de Santiago, en el trayecto francés que entrando por Somport pasa por Jaca, para reunirse en Puente la Reina con el camino francés de Roncesvalles.
La red hidrográfica ha erosionado este territorio compuesto primordialmente por margas blandas y arcillas, y donde el río Aragón ha propició la formación de un gran piedemonte de norte a sur, con una sucesión de terrazas.
La sierra de Leire al norte, hace de barrera que frena la penetración atlántica del norte, lo que la sitúa en el límite entre las tierras secas del Ebro y las atlánticas lluviosas septentrionales.
Sangüesa se asentó sobre una terraza poco elevada junto al río Aragón, que a su paso por la localidad es un caudaloso río de régimen pluvio-nival propenso a provocar grandes crecidas. Numerosas avenidas a lo largo de la historia fueron arrasando sistemáticamente la ciudad, como veremos más adelante. Actualmente está regularizado en sus crecidas y estiaje por el Embalse de Yesa, inaugurado en 1960.
El clima cálido y seco no favorece el bosque mientras que permite cultivos de tipo mediterráneo, como los cereales, la vid y los olivos.
Un poco de historia
Los restos arqueológicos de la zona muestran una importante diversidad de asentamientos, especialmente desde la Edad del Bronce, hace unos 5.000 años.
Los pueblos indígenas, probablemente de cultura vascónica fueron colonizados durante el primer milenio antes de Cristo por los celtas suessetanos que entraron por los Pirineos. Se considera que la capital de los sussetanos, Corbio, estaba localizada en el actual término de Sangüesa.
El finalizar el siglo III a.C. se inició la penetración romana que culminó en el año 184 a.C. cuando Curbio es destruida.
Para los romanos la zona fue importante dado que se cruzaban en ella varias calzadas romanas. Se supone que el territorio estuvo poblado por villas de explotación agrícola ampliamente diseminadas dedicadas al cultivo de trigo, vino y aceite.
En un cerro sobre el margen derecho del Aragón, que ya había sido ocupado en época romana, se situó la primitiva Sangüesa, o Sangüesa la Vieja, con un castillo en la actual Rocaforte. En el siglo IX en estas tierras arraigaron los primeros monarcas pamploneses y fue frontera con los musulmanes.
Durante el siglo X fueron diversos los enfrentamientos y cambio de dominio en este territorio. El primer tenente conocido de su castillo fue Eneco Aliz en 1016, después del avance de Sancho Garcés II.
Para repoblar Sangüesa la Vieja, Sancho Ramírez, rey de Pamplona y Aragón, le concedió en 1090 el Fuero de Jaca, aumentando la población con la llegada de francos, llamados así por ser mayoritariamente de origen francés. Una de sus iniciativas fue construir un puente y, junto a él, en la margen izquierda, levantar su palacio y capilla real que dio origen, años más tarde, al templo de Santa María. Se situó a poco más de un kilómetro y medio aguas abajo del burgo viejo.
El interés por ampliar la repoblación llevó a Alfonso el Batallador a conceder a Sangüesa la Vieja en 1117 un segundo fuero.
En 1122 Alfonso el Batallador fundo junto al puente y al palacio-capilla Sangüesa la Nueva, localización que ofrecía ventajas respecto a Sangüesa la Vieja: ya se habían ido desplazando habitantes desde el cerro; terrenos llanos junto al río, permitía expandir la población y facilitar los cultivos; y potenciar un centro importante de población en la ruta del Camino de Santiago que procedía de Somport y Jaca hacia el interior de Navarra. Para ello concedió un fuero de Jaca. Curiosamente prohibía a los habitantes del Burgo Viejo trasladarse, pues le interesaba que continuase manteniéndose un núcleo alrededor del castillo; y también se lo prohíbe a los navarros infanzones o nobles. Lo que se pretendía era que fuese repoblado por francos y mercaderes.
La dirección del puente fue la que organizo el trazado urbano sobre la Rúa Mayor -hoy Calle Mayor-, con un trazado urbano de base ortogonal.
A la muerte de Alfonso el Batallador en 1134, el reino se dividió, quedando Sangüesa bajo la soberanía navarra de García Ramírez, y limítrofe con el Reino de Aragón, que correspondió a Ramiro II.
Desde aquel momento, las disputas entre navarros y aragoneses llevaron a construir un cerco defensivo alrededor de Sangüesa la Nueva.
Las iglesias de Santiago (B) y de Santa María (A), con sus torreones almenados, defendían el flanco este y el estratégico paraje del puente, respectivamente. Hacia los cuatro puntos cardinales abrieron cuatro portales: el de Santa María (a) junto al puente, el de Jaca (c) en el otro extremo de la Rúa Mayor, el de San Babil (b) norte y el de Tudela (d) al sur.
En la segunda mitad del siglo XIII, fuera murallas por la parte sur, se extiende un nuevo barrio llamado La Población, que casi duplica el plano primitivo. Debido a los conflictos con Aragón a mediados del siglo XIV se le doto de murallas que empalmaban con las primitivas de la Villa. Con dos nuevos portales. El de Caballeros o Peñalta (e) y el de Tajada o de Carejeas (f).
En 1171, Sancho VI el Sabio mandó construir al otro lado del puente en lo alto de Arangoiz, El Castellón, con un castillo para proteger a Sangüesa la Nueva. No han quedado prácticamente restos de este castillo.
La importancia del burgo de Sangüesa la Nueva a lo largo del siglo XIII, como centro importante en el Camino de Santiago se manifiesta en la existencia de hasta seis parroquias, adscritas a los Caballeros de San Juan, al obispo de Pamplona y una a Roncesvalles y, al mismo tiempo, por la implantación en ese periodo de las ordenes mendicantes de carmelitas, franciscanos, dominicos y mercedarios, todos situando sus conventos extramuros.
Los siglos XIII al XV fueron de constantes disputas con el reino de Aragón. La inseguridad del periodo hizo que en el siglo XIV los conventos del Carmen y de Santo Domingo fueron demolidos y trasladados al interior de la población. En ese periodo se almenaron las torres de Santa María y Santiago.
La situación fronteriza reforzó la importancia del castillo-palacio. Este fue levantado en el siglo XIII en el flanco norte de la muralla y fue residencia de los reyes de Navarra, y se celebraron Cortes Generales del Reino en diversas ocasiones. Desde 1430 fue la corte agromontesa de la reina Blanca y de su hijo, el príncipe Carlos de Viana.
Durante aquel periodo, Sangüesa recibió el favor de los monarcas para el crecimiento de la población de esta localidad fronteriza y paso de peregrinos, lo que propició las actividades artesanales y comerciales, como los mercados, el asentamiento de judíos, así como una importante actividad agrícola y ganadera.
Al servicio del continuo trasiego de peregrinos se crearon gran número de centros asistenciales “que, al parecer, ninguna localidad navarra los tuvo tan importantes”, documentándose hasta trece hospitales para atender distintas necesidades: peregrinos, leprosería, etc.
Ya en el siglo XVI fue frecuente residencia de los últimos reyes privativos de Navarra, y allí nació en 1503 el príncipe Enrique, último príncipe de Viana. Desde 1513, tras la anexión de Navarra a Castilla, se sucederán años de conflictos en los diversos intentos de recuperar el Reino. Una de las consecuencias fue la demolición de las defensas, como se hizo con otras poblaciones de Navarra. El palacio-castillo se libró de ser demolido por servir de alojamiento a la guarnición.
La unificación conllevará que Sangüesa deje de ser población fronteriza. En 1569 el Municipio compró el castillo-palacio y construyó en su zona sur el edificio del Ayuntamiento actual.
En 1665 se le otorgo el título de ciudad.
El escaso desnivel entre el río y el llano sobre el que se asienta Sangüesa ha provocado a lo largo de su historia numerosas inundaciones. Una primera en el año 1330; otras en 1430, 1582, 1587, 1634 y 1739. Pero la más devastadora parece ser fue la de 1787, a la que siguieron otras, como en 1791 y posteriormente. En 1787 solamente permanecieron en pie 39 casas de las 485 existentes, y perecieron 665 vecinos sobre una población total de 3.006 personas. Tras este desastre se llegó a plantear el traslado de la ciudad. Desde 1960, el embalse de Yesa sirve como regulador de caudales.
La posición estratégica como nudo de comunicaciones hizo que sufriera los efectos de la Guerra de Independencia entre 1808 y 1813. También fue lugar destacado en las Guerras Carlistas.
La segunda mitad del siglo XIX fue de florecimiento económico, que se vio truncado por la epidemia de la filoxera, provocado una fuerte emigración.
Con la introducción de la arquitectura del hierro, y ante el mal estado del puente de piedra, en 1891 se sustituyó por un puente de hierro de 62,70 metros de luz, que se mantiene actualmente.
Un aspecto interesante ligado al río fue su uso como medio de transporte de madera desde los bosques pirenaicos hasta el Ebro mediante el sistema de almadías de troncos enlazados, método empleado desde tiempo inmemorial. Sangüesa fue uno de los puertos de este recorrido, como lugar de paso y como centro comercial. Los siglos XVIII y XIX fueron especialmente importantes en este comercio. La construcción del embalse de Yesa imposibilita la continuación de este método de transporte.
Para dar servicio más eficaz al transporte de madera desde Sangüesa y Aioz y a otros productos agrarios de la zona, así como para el transporte de pasajeros con Pamplona, se construyó una línea de ferrocarril entre estas dos localidades, el llamado El Irati, que en 1911 entró en funcionamiento. Era un tren de vía estrecha de 58 kilómetros de recorrido. Fue uno de los primeros de tracción eléctrica en España, lo que supuso un avance socioeconómico, al permitirle el transporte de sus productos hortícolas hasta el mercado de Pamplona. Se mantuvo hasta 1955 cuando no pudo resistir la competencia del transporte por carretera.
La población ha mantenido un ligero crecimiento ondulante desde principios del siglo XX, pasando de 3.189 habitantes en 1900 a los 4.962 de 2019.
En la actualidad la actividad económica combina los tres sectores. El turismo puede tener una aportación interesante si se sabe potenciar bien el triángulo Sanguesa-Castillo de Javier-Monasterio de Leyre.
Recorrido por Sangüesa/Zangoza
Al llegar a Sangüesa/Zangoza, aparco en la margen derecha del río Aragón frente al puente de Hierro (0).
Puente de Hierro
El rey Sancho Ramírez había hecho construir en el siglo XI un puente sobre el río Aragón en un lugar clave para las comunicaciones entre los reinos de Navarra y de Aragón. Al mismo tiempo favorecía las relaciones socioeconómicas de Sangüesa con Pamplona y la Val de Aibar. Tenía 7 arcos de medio punto.
Después de continuadas destrucciones parciales del puente de piedra durante siglos, en 1891 se decidió sustituir los tres arcos centrales, los mayores, por un puente metálico sin pilares intermedios y solo apoyado en dos pilares a 67,70 metros.
La decisión de construir un puente de Hierro (1) responde al momento de la expansión de la arquitectura del hierro en España.
Calle Mayor
La dirección del puente original orientó el sentido de la calle principal, la Rúa Mayor, del burgo de Sangüesa la Nueva. La actual calle Mayor.
Iglesia de Santa María la Real
El primer edificio al atravesar el puente y entrar en la calle Mayor, corresponde a la Iglesia de Santa María la Real (A).
Se construyó sobre el palacio y capilla levantados junto al puente por el rey Sancho Ramírez a finales del siglo XI. Bien de Interés Cultural: Monumento, año 1889.
Cuando en 1122 Alonso el Batallador decide repoblar el burgo de Sangüesa la Nueva, se inicia la construcción de la primera parroquia. En 1131 donó el palacio y la iglesia a los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Ellos serán los que procederán a la construcción de Santa María la Real.
Desde el otro lado del Aragón puedo ya imaginar la relación entre el puente y la Iglesia, junto a la cual se situaba una portada a la villa.
La Iglesia románica se construyó en tres fases entre 1160 y 1230, comenzando por los tres ábsides y parte de la portada, para terminar por la bóveda en estilo románico.
Ya avanzado el siglo XIII, en estilo gótico, se construyó el cimborrio, sobre el que se elevó una torre octogonal rematada con una aguja.
En las Guerras Carlistas en el siglo XIX sirvió de cuartel fortificado para las tropas liberales, sufriendo graves destrozos.
En 1889 fue declarada Monumento Nacional. Su restauración se inició a partir de 1922.
Las dos imágenes siguientes comparan el estado de la Iglesia en una fecha indeterminada de principios del siglo XX y en la actualidad.
La planta de Santa María la Real es basilical, de tres tramos con tres ábsides románicos semicirculares, mayor el central.
La portada de entrada está situada en el lado de la epístola, orientada al sur.
La torre, de estilo gótico, se levanta sobre el cimborrio del crucero. La torre está almenada, lo que recuerda su papel defensivo en su posición junto a una de las puertas de la muralla y defensa del puente. El cilindro adosado corresponde a una escalera de caracol.
La portada románica es del tipo de retablo en piedra ocupando el muro en toda su altura, con tres arquivoltas apuntadas, iniciada en 1160.
Está formado por dos partes claramente diferenciadas.
La inferior es del maestro Leoderagio, de origen francés e inspirada en la Catedral de Chartres. Dedicada al Juicio Final, con Cristo todopoderoso juzgando a los hombres.
Las columnas de las arquivoltas de la portada son un claro ejemplo de escultura integrada en la columna, tal como se practicaba en la arquitectura románica.
Las columnas rematadas con capiteles.
La parte superior, es posterior, seguramente de finales del siglo XII, y se atribuye al maestro de San Juan de la Peña, formada por dos hileras de arquerías.
La Iglesia no es de grandes dimensiones, de unos 30 metros de largo.
Los tres ábsides son de estilo románico y las naves de estilo protogótico siguiendo el modelo propagado por el Cister.
En el primer tramo de la nave central se levanta un cimborrio con bóveda de casquete que pasa de una base cuadrada a octogonal por medio de cuatro trompas.
En el ábside central, sobre el altar mayor, un retablo renacentista (plateresco aragonés) obra de Jorge de Flandes de 1550-1570.
Saliendo de la Iglesia de Santa María la Real, prosigo por la calle Mayor, que recorreré en su primer tramo.
“La buena siesta”
Sobre el muro lateral de la casa del nº 9, edificio de la Mancomunidad de Servicios de la Comarca de Sangüesa, encarado a los ábsides de la Iglesia, se nos ofrece un gran mural.
Es una obra del año 2017 titulada La buena siesta (2), mural de Isaac Mahow, artista zaragozano.
No me resisto a reproducir la nota informativa que acompaña al mural.
“El tema de esta obra viene de la fama de las verduras de Sangüesa, así como del paso de las ovejas por la Cañada de los Roncaleses. La flor representada es la de la planta de las pochas, nuestra verdura más afamada. Al artista le pareció Sangüesa un lugar muy tranquilo, ideal para que la protagonista de la obra echara una buena siesta después de degustar un buen plato de pochas arropándose con los pétalos de la flor mientras cuenta las ovejas nómadas.”
Palacio de los duques de Granada de Ega-Palacio de Añués
En los nº 12 y 14 unas primeras muestras de arquitectura civil de casas señoriales.
El primero corresponde al Palacio de los duques de Granada de Ega-Palacio de Añués (3). Se trata de una casa palaciega gótica del siglo XV. Su propietario más ilustre fue Miguel de Anués, señor de Belver, camarero y mayordomo del rey don Juan de Labrid.
La estructura arquitectónica dominante de los palacios renacentistas del siglo XV muestra un modelo básico similar. Son edificios de tres niveles. El primero en piedra de sillería y los superiores en ladrillo. El segundo con oberturas de forma de ventanas o balcones. El superior con arquería de medio punto. El tejado sobresaliendo con un gran alero sobre vigas de madera.
En el Palacio Añués el portal es apuntado. Había otro gemelo. Las aberturas del primer piso están formadas por cuatro ventanas góticas flamígeras, mayores las dos centrales. La arquería superior y el gran alero son modernos.
Palacio de los Íñiguez Abarca
Adosado, en el nº 14, el Palacio de los Íñiguez Abarca (4). Edificio renacentista de 1601.
Siguiendo el modelo arquitectónico descrito en el palacio anterior, la primera planta de sillería con la puerta adintelada y las superiores de ladrillo. Dos balcones y una ventana en el primer piso y la arquería y alero superiores.
Calle Alfonso el Batallador
Al llegar a la esquina por la derecha se une la calle Alfonso el Batallador a la Rua Mayor. Este punto es interesante porque era el lugar donde se unían los dos recorridos que podía efectuar los peregrinos entre Puente la Reina y Sangüesa. Uno siguiendo por el lado sur del río Aragón, que es el que se utiliza actualmente en el recorrido a pie. El otro por el lado norte, usado por los peregrinos en coche.
Tomo la calle Alfonso el Batallador en mi recorrido.
Empiezo a observar casonas históricas en el recorrido, como esta del nº 2, con el muro de piedra del primer nivel y de ladrillo en los superiores.
Palacio de Ongay-Vallesantoro
En el nº 20 se localiza uno de los palacios más importantes de la ciudad, el Palacio de Ongay-Vallesantoro (5). Primero fue el Palacio de Ongay y luego paso a los Marqueses de Vallesantoro, que fue Virrey en Nueva España.
Es un edificio del primer cuarto del siglo XVII de estilo barroco. En la fachada conserva la estructura de primera planta de sillería y las superiores de ladrillo, con alero, pero sin arquería en el nivel superior.
La entrada la preside una gran portada barroca, con frontón y blasón, que se alza sobre los dos primeros niveles.
Esta noble fachada está coronada por uno de los aleros en madera más interesantes de Navarra. Con trece canes que representan animales fantásticos atrapando cabezas humanas, flores y frutas exóticas y fondos con indios y figuras grotescas.
Actualmente es la Casa de Cultura, lo que permite acceder a su interior.
El patio interior se organiza en torno a una escalera con balaustrada de madera y galería en cada nivel. Las columnas de cada nivel son de distinto estilo.
En el piso superior se expone el retrato de Don Miguel José de Azanza Navarlaz atribuido a Agustín Esteve, discípulo de Goya, de finales del siglo XVIII.
Miguel José de Azanza Navarlaz, por Agustín Esteve
En la esquina opuesta de la calle persiste un mural efímero sobre una valla que promete una próxima construcción de viviendas. En la imagen de Google Street View del año 2012 ya se veía este mural, que siete años después se conserva perfectamente.
También pueden apreciarse casas blasonadas con una interesante calidad de rehabilitación, como la del nº 26.
Iglesia de San Salvador
Al llegar a la Iglesia de San Salvador (d) nos situamos extramuros del lado sur de la primera localidad medieval junto al portal de Tudela.
La calle Enrique Labrit que prosigue a la derecha de la fotografía, nos adentrará en La Población, el barrio por donde se amplió Sangüesa en época medieval.
La Iglesia fue fundada por 12 caballeros de Sangüesa y levantada a finales del siglo XIII en estilo gótico para los nuevos vecinos del barrio de La Población. Situada junto a la muralla, muestra al exterior fuertes muros de piedra con potentes contrafuertes y altos ventanales apuntados.
El templo es de una sola nave y seis tramos, con ábside poligonal.
En la cabecera se sitúa la torre-campanario, con ventanales de arcos apuntados que había estado rematada con almenas.
La entrada se efectúa por los pies de la Iglesia, a través de un altísimo pórtico de forma rectangular irregular, dado que un lado se apoyaba en la muralla. La bóveda es estrellada. El pórtico fue construido en el siglo XVI para proteger la fachada. Como puede apreciarse el edificio se halla en mal estado y cerrado al culto.
La portada, de estilo gótico de principios del siglo XIV, se compone de seis arquivoltas. El tímpano representa el tema del Juicio Final con Cristo en la parte central mostrando las llagas, entre ángeles, la Virgen y San Juan Bautista arrodillados.
Calle Enrique Labrit
Al adentrarme en la calle Enrique Labrit dispondré de una perspectiva de relación entre la Iglesia de San Salvador con la torre almenada de la Iglesia de Santiago.
Esta calle del barrio de La Población, lleva desde el portal de Tudela de la primera muralla hasta el portal de Carajeas en la segunda muralla, que se construyó para proteger el nuevo barrio.
Palacio de los Íñiguez de Medrano
Al llegar al nº 31 se localiza el Palacio de los Íñiguez de Medrano (6). Palacio del siglo XVI, la estructura y materiales constructivos de la fachada sigue el modelo de los palacios de Sangüesa, es decir, primer nivel de sillería, niveles superiores de ladrillo y gran alero saliente de madera de viguería labrada.
Es una de las pocas mansiones que se salvaron de la riada del año 1787.
En el nº 35 otra casa blasonada, con puerta de arco semicircular de grandes dovelas y blasón.
Convento de Ntra. Sra. del Carmen
Desde 1225 los carmelitas habían creado un eremitorio al otro lado del puente, en la ermita de la Nora, pero por motivos de seguridad se trasladaron intramuros en 1380, edificando este convento del Carmen (7) en el barrio de La Población, junto a la muralla del lado oeste.
Durante la Guerra del francés sirvió de cuartel y en 1835 fue amortizado. Tuvo posteriormente funciones de hospital, escuela y, actualmente alberga la Escuela Municipal de Música.
Portal de Carajeas
He alcanzado el límite sur del barrio de La Población, donde se situaba el Portal de Carajeas (e) de la muralla ampliada en el siglo XIV. Del portal subsiste únicamente el arco apuntado de la puerta que se denominaba también, “La Tajadera”, encarado a la calle Enrique Labrit.
Correspondía a la puerta de entrada desde Aragón y paso aduanero obligado para los comerciantes y viajeros.
Calle Sancho Garcés y calle Estudio
Si queremos reseguir el trazado del límite de la segunda muralla podemos dirigirnos por la calle Sancho Garcés hasta la plaza Portal de Peñalta donde se localizaba el segundo portal de la muralla ampliada, y continuar por la calle Estudio, hasta la plazuela de Santa Catalina.
En esta calle se localizaba el hoy desaparecido Estudio de Gramática de Sangüesa.
Plazuela de Santa Catalina, Calle Santiago, calle Genaro Vallejos
Al llegar a la plazuela de Santa Catalina aparece en primer término los restos de un portal y, detrás la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol.
Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol
La Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol (B) estaba situada en el flanco sureste del primer recinto amurallado, planificada como iglesia fortaleza.
La Iglesia se construyó en tres fases entre los siglos XII y XIII, con adiciones posteriores. En 1142 estaban construidos los tres ábsides y la portada principal en estilo románico tardío. A principios el siglo XIII se estructuraron las tres naves en estilo gótico. Posteriormente se terminó la bóveda de la nave central y el inicio de la torre. La torre fue terminada en el siglo XIV provista de almenas.
Durante el siglo XIX sufrió los desastrosos efectos de la Segunda Guerra Carlista, al ser ocupada por las tropas del Gobierno en 1875 como cuartel.
El estado actual es el resultado de la restauración de 1966. Fue declarada Bien de Interés Cultural: Monumento en el año 1972.
La entrada se produce por los pies de la Iglesia, en el lado oeste.
La fachada principal ha sido muy alterada. La portada se sitúa sobre un cuerpo avanzado con doble columna en los extremos.
La portada de medio punto por arcos apoyados en tres columnas con capiteles.
En el tímpano incorporaron en el siglo XVI la imagen de Santiago en piedra policromada con los atuendos de pelegrino y dos peregrinos pintados.
Por la zona de la cabecera pasaría la muralla. Su torre cuadrada emerge potente sobre el presbiterio, con dos ventanas apuntadas por lado y se coronada de almenas, presentando el aspecto de iglesia fortaleza.
El interior es de planta basilical de tres naves estructuradas mediante columnas cilíndricas en cuatro tramos. La nave del evangelio es más ancha que la de la epístola.
La cabecera con tres ábsides semicirculares, mayor el central. El de la derecha ha sido modificado por la caja de la escalera de la torre. En diversas épocas, y a ambos flancos, le fueron añadiendo capillas devocionales.
Los pilares de las naves son pilares cilíndricos con volutas a modo de capitel, de los que arrancan los arcos apuntados en arista que separan las naves.
Tres columnillas adosadas soportan los arcos fajones.
Las naves se cubren con bóvedas de crucería con arcos fajones.
El ábside del lado del evangelio presenta una entrada con bóveda de cañón apuntado y termina con bóveda de horno y ventana semicircular, con una talla de San Sebastián.
Recientemente, en el espacio del rosetón se ha incorporado una vidriera con un diseño abstracto moderno.
El ábside central queda cubierto por el retablo barroco-rococó obra de Nicolás Francisco Pejón, que estaba terminado en 1773. Se adapta a la estructura de la cabecera románica.
En el centro la imagen de Nuestra Señora de Belén, del siglo XVI. En la parte superior la imagen renacentista de Santiago.
Alojada actualmente en el ábside de la epístola se encuentra la imagen gótica de comienzos del siglo XIV, realizada en piedra, de Santiago “Peregrino”, con el bordón parcialmente mutilado y el libro de los Evangelios. Obra de principios del siglo XIV, permaneció oculta hasta que en 1964 fue desenterrada del suelo de la capilla inmediata. Se supone que debía ocupa el lugar del altar mayor antes de la instalación del primer retablo.
En las distintas capillas se alojan retablos renacentistas o barrocos, como el retablo de la Nuestra Señora de las Nieves, barroco de la segunda mitad del siglo XVIII.
Hospital de Peregrinos
Frente al portal de la Iglesia de Santiago, en la calle Santiago, se abre una plazoleta en la que se observa una mansión blasonada con dos puestas de arco de medio punto del siglo XVI
En la clave de una de las puertas está esculpido los símbolos de la peregrinación. Este edificio fue hospital de Peregrinos (8).
Regreso a la zona de la cabecera de la Iglesia para continuar por la calle Genaro Vallejos que sigue el recorrido de la antigua muralla hacia la calle Mayor, y torciendo a la derecha hacia la plaza de los Fueros.
Plaza de los Fueros
En esta plaza, extramuros de la villa primitiva, se localiza el Convento de San Francisco de Asís.
Convento de San Francisco de Asís
En relación con el Convento de San Francisco de Asís (9), cuenta la tradición que, en 1213, regresando San Francisco de Asís de Compostela, fundó en Sangüesa la Vieja un eremitorio en la iglesia de San Bartolomé.
Más tarde, varios frailes se asentaron en la Sangüesa del Llano, y en 1250 fueron favorecidos por la protección del rey Teobaldo II. El 18 de octubre de 1266, según recuerda una lápida en el muro izquierdo junto a la puerta, fundo dicho rey la iglesia conventual y la dotó de numerosas limosnas, levantándose el convento.
Se accede al interior de la iglesia por una portada gótica con arco apuntado que se abocina por cuatro arquivoltas. La cabecera es recta. Los muros son de sillería con contrafuertes, aun cuando ciertas partes del nivel superior y el pórtico, también en su mitad superior, son de ladrillo.
El interior de la iglesia reproduce el típico templo de una sola nave con ábside recto, rasgo muy característico de las órdenes mendicantes del siglo XIII.
A principios del siglo XVI se sustituyó la cubierta original por una bóveda estrellada.
Una puerta lobulada da acceso, desde la Iglesia, al precioso claustro gótico del siglo XIV, de planta rectangular casi cuadrada, con 64 arcos apuntados.
Desde 1898 residen en el los Padres Capuchinos.
Calle Mayor
Regreso a la calle Mayor donde se situaba la Puerta de Jaca, punto donde la calle se estrecha, y entrada de peregrinos.
Al fondo sobresale la aguja de la Iglesia de Santa María.
Palacio de los París Íñiguez-Abarca
En el nº 62 de la calle Mayor, el Palacio de los París Íñiguez-Abarca (10). La edificación es renacentista del siglo XVI. Como en otros palacios, el nivel inferior es de sillar y el resto de la fachada de ladrillo. Respondiendo también al modelo arquitectónico local, el piso superior presenta una galería de arquillos de medio punto y un gran alero de madera con vigas labradas.
En esta casa se hospedaba San Francisco Javier cuando fue alumno del Estudio de Gramática de Sangüesa.
Casa de los Sebastianes
La Casa de los Sebastianes (11) es una edificación tardogótica, en el nº 56. Perteneció a la familia de los Sebastianes, ricos comerciantes locales y prestamistas de los reyes de Navarra.
En la pared de sillería de la planta baja se abren dos puertas gemelas de arco apuntado. Los dos niveles superiores en ladrillo con balcones y alero de madera.
Casa Consistorial
La Casa Consistorial (12), también conocida como Casa o Palacio de las Arcadas, se decidió su construcción en 1569, aunque no fue finalizada hasta el siglo XVII. Ocupa el lateral del Castillo del Príncipe de Viana que lindaba con la Rua Mayor después de ser comprado por la Villa de Sangüesa al Rey. Se le considera un edificio emblemático ya que es uno de los Ayuntamientos más antiguos de Navarra.
Los bajos definen un espacio abierto de soportales al estilo de las lonjas de muchos ayuntamientos de estos territorios. Se apoya sobre cuatro arcadas con tres columnas con capiteles dóricos. La planta superior acoge el edificio del Ayuntamiento.
El tejado original sobresalía con un típico gran alero. Actualmente hay superpuesta otra planta de edificio.
En la fachada el escudo de Sangüesa con el la fecha de referencia del primer edificio, 1570.
Plaza General Los Arcos y Avenida Príncipe de Viana
Los soportales dan a una plaza interior rectangular, la plaza General Los Arcos, que correspondía al patio de armas del Castillo. Continúa siendo el lugar de celebración del mercado.
Este edificio se halla reproducido en el Pueblo Español de Barcelona desde 1929.
Palacio-castillo del Príncipe de Viana
Atravesando la plaza anterior, me dirijo al Palacio-castillo del Príncipe de Viana (13), que da a la avenida Príncipe de Viana. También se le conoce como Torres del Batallador. Bien de Interés Cultural: Monumento, año 1985.
Se remonta a la época del rey de Aragón y Navarra Sancho I Ramírez, a finales del siglo XI. Al separarse las coronas de Navarra y de Aragón en el año 1134, la proximidad de Sangüesa a la frontera con Aragón llevó a su fortificación. El flanco norte se situó siguiendo el prexistente castillo. Más adelante se construyeron las torres almenadas en sus extremos.
Fue lugar de residencia de reyes y príncipes, y en él se celebraron Cortes Generales del Reino.
Una vez anexionada Navarra a Castilla, en 1516 el Cardenal Cisneros ordenó la demolición de las partes fortificadas, respetándose el castillo-palacio, aunque desarmándolo, al servir de alojamiento para la guarnición de las tropas castellanas.
Disponía de dos cuerpos paralelos separados por el patio de armas. El cuerpo del lado sur, similar al que ha permanecido, fue demolido en 1569 para construir el Ayuntamiento después de que en 1569 la Villa lo comprara.
Se conserva el cuerpo norte con dos niveles entre dos torreones prismáticos almenados.
El flanco norte está recorrido en su exterior por el foso y presenta una puerta adintelada y ventanas dobles rectangulares, así como una chimenea circular de las muchas que tuvo.
El flanco sur presenta dos puertas de ingreso y ventanas dobles rectangulares.
Calle San Miguel
Antes de iniciar el retorno me interesó pasear por la calle San Miguel. Una calle menos turística, pero con mayor sabor popular y que seguía por su parte interior la muralla, hasta la Puerta de Jaca.
Desemboco en el Portal de Jaca y recorreré nuevamente la calle Mayor hacia la salida.
Salida por el Puente de Hierro
El regreso al coche me permite atravesar nuevamente el puente de Hierro.
Al fondo observo el alto de Arangoiz en el que se ubicaba El Castellón, un castillo que en 1171 mandó construir Sancho VI el Sabio para proteger a Sangüesa la Nueva, mandado destruir en 1519 por el Mariscal Pedro de Navarra. Actualmente el Ayuntamiento proyecta recuperarlo.
En el cerro se observa el monumento al Sagrado Corazón con su mirador sobre la ciudad.
Por aquí proseguirán el camino los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela en dirección a Puente la Reina, donde enlazarán con los procedentes del camino francés por Roncesvalles.
Fin de la visita
Primero Villa y después Ciudad, en una localización estratégica, tanto por la historia como por la geografía. Como punto importante en el Camino de Santiago en el recorrido francés desde Somport; por su posición de frontera del Reino de Navarra con el Reino de Aragón y como paso desde el Pirineo por el Canal de Berdún hacia Navarra y Aragón.
Estructura urbana medieval netamente cristiana, de planta ortogonal bastante regular. Aunque fueron destruidas sus murallas, pervive el trazado urbano de sus etapas de crecimiento.
Románico, gótico, renacimiento y barroco se dispersa por sus calles.
Admirar la portada románica de la Iglesia de Santa María la Real, una de las joyas más importantes del románico español, ya justifica la visita.
Bases de información
Webs
Sangüesa/Zangoza
Iglesia de Santa María la Real
Webs academic
B. Müller. La arquitectura plástica de Santa María la Real en Sangüesa (Navarra)
C. Milton Weber. La portada de Santa María la Real de Sangüesa
J. Carrasco. La comunidad judía de Sangüesa (. 1080-1412): Economía. Sociedad
J.C. Labeaga Mendiola. Carta Arqueológica del término municipal de Sangüesa (Navarra)
J.C. Labeaga Mendiola. Concesión del título de ciudad a Sangüesa
M. Ancil. Monografía de Sangüesa (1943)
P. Belascoain Cemborain. Sangüesa, historia de un pueblo
S. Andrés Valero. Libro de Fuegos de la Merindad de Sangüesa de 1428
Libro
J.C. Labeaga Mendiola. Sangüesa. Colección Panorama Nº 22, Gobierno de Navarra