El Castillejo (Saelices, Cuenca) es una fortificación medieval reconvertida en castillo señorial, aislada y con características constructivas muy particulares. A pocos metros, un humilde puente romano de gran solidez constructiva.
El Castillejo (Castillo de Saelices) y puente romano (Cuenca)
Municipio: Saelices Comarca: La Mancha conquense. Provincia: Cuenca. Com. Autónoma: Castilla-La Mancha
Coordenadas Castillo: 39°53’21.6″N 2°46’36.5″O. Altitud: 835 msnm
Coordenadas Puente romano: 39°53’14.4″N 2°46’23.8″O. Altitud: 807 msnm
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El Castillejo (Castillo de Saelices), torre y puente romano. Saelices. Cuenca
En este Post se incluye el castillo de Saelices, la torre o torreón de vigilancia del castillo y el puente romano sobre el río Gigüela en el trayecto de la Calzada Romana II, entre Saelices y El Hito.
Ni el castillo ni el puente romano reciben atención en las entradas generalistas de Internet -sobre lugares o turísticas-, solamente se encuentran en páginas destinadas concretamente a ellos, aun cuando genéricamente, como todo castillo, sea considerado como Bien de Interés Cultural, no se le incluye específicamente en el catálogo oficial.
Por ejemplo, no constan en el Catálogo de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha; ni siquiera en la web del Ayuntamiento de Saelices (de hecho, en su web oficial no hay nada sobre turismo del municipio); ni en Turismo de Castilla-La Mancha en su página sobre Saelices y sus alrededores. Tampoco se encuentra en Wikipedia.
En estas condiciones de desinformación, no es de extrañar que no exista ninguna señalización. Para llegar tomaremos la CM-310, y a pocos metros al sur de la salida de Saelices en la A-3, un desvío hacia el este con señalización E.T.A.P. Llanura manchega. A 150 metros, a la derecha en dirección sur, parte un camino carretero que es el que lleva al Castillo y al puente romano.
Cabe señalar que mucha de la información que se encuentra en Internet sobre El Castillejo, y los consiguientes comentarios sobre su estado de abandono y deterioro, es anterior a las obras de rehabilitación que efectuó la Diputación de Cuenca en el año 2019. Por consiguiente, lo que ahora encontramos son unas ruinas consolidadas, y ciertos elementos de las “fantasías” del rehabilitador incorporados.
El Castillejo
El Castillejo, también denominado Castillo de Saelices, Castillo o Castillete de Luján) se halla aislado en un descampado en el municipio de Saelices, en la comarca de La Mancha conquense dentro de la finca El Castillejo.
El territorio
En el caso de El Castillejo de Saelices el sentido de su localización territorial viene marcado por el papel inicial como parte de la organización de estas tierras de repoblación cedidas a la Orden de Santiago allá en el siglo XII.
En general, los castillos construidos por las órdenes militares en tierras de repoblación, cada vez más alejadas de las fronteras con los musulmanes, constituyen castillos de repoblación y consolidación, y se les atribuía la función de controlar, organizar y mostrar el dominio social sobre sus encomiendas y señoríos, con un importante papel como centro recaudador de impuestos y recursos.
Por ello, no debe extrañarnos que el lugar de sus asentamientos, así como su eficacia constructiva y defensiva militar, quedase supeditada a una mejor posición en la organización y control del territorio interno
La fortificación se levanta sobre la ribera del río Gigüela, en el camino entre Saelices y El Hito. Por aquí transcurría la Calzada romana II, entre Carthago Nova (Cartagena) y Complutum (Alcalá de Henares), que pasaba por Segóbriga, de la que se conserva un puente romano que cruza dicho río.
Como las fotografías siguientes muestran, no ocupa una posición estratégica visual. Lo que parece ser más importante es su posición respecto a las vías de comunicación en la Edad Media dentro de los dominios de los señoríos de la orden de Santiago, como ya he señalado.
Un poco de historia
No se conoce exactamente la fecha de su construcción a cargo de la Orden santiaguista desde Uclés, sede de la Orden, en la dehesa que ocupaba este territorio por los siglos XII-XIII. Posiblemente fuese una residencia civil con elementos de arquitectura militar.
En 1570 era propiedad real y paso a manos de Gaspar Ramírez de Vargas, escribano del Consejo Real y vecino de Madrid, por una permuta con Felipe II por el pozo salinero del río Gormellón.
Probablemente fue el nuevo propietario quien realizó una profunda transformación convirtiéndolo en un castillo señorial. Es por ello por lo que con la reforma perdió gran parte de su función militar, incorporándose elementos palaciegos, como ventanas ojivales o elementos cerámicos en los muros. Muchos de estos cambios en estilo neogótico. En conjunto se le considera de estilo renacentista, aunque sufrió cambios en el siglo XIX.
Para aquella reforma se aprovecharon materiales traídos de las ruinas romanas de Segóbriga.
No se sabe cuándo dejo de ser ocupada, pero Pascual Madoz, en la entrada sobre Saelices, habla del “despoblado de Castillejo”.
Nos encontramos dentro de la finca de Castillejo, que era un coto redondo que había adquirido Doña María Cristina de Borbón-Dos Sicilias tras la muerte de su marido Fernando VII y casarse con Fernando Muñoz, a mediados del siglo XIX.
En el lugar construyó un gran caserío-palacio con forma de casona manchega, donde pasaba temporadas alejada de la Corte.
Entre otras edificaciones, en la gran finca, además de la casona adaptada a palacio, a pocos metros se alzaba el castillo El Castillejo, al parecer ya muy deteriorado por aquel entonces.
Tras su muerte en 1878, y después de una gran disputa por su herencia, pasó a manos de la nieta de Isabell II, la infanta Eulalia. De ahí que se conozca el lugar como Finca Palacio Infanta Eulalia.
Posteriormente la heredó su hijo Luis Fernando de Orleans, hasta que se deshizo de su herencia.
Encontramos esta finca-palacio antes de llegar a El Castillejo por el camino de Saelices en un estado totalmente ruinoso.
La visita al castillo
Sobre una planta de base rectangular, el lado sur se prolonga con una forma de tipo baluarte, lo que le confiere un perfil que le asemeja a un pentágono. A otros les parece la planta de una iglesia con ábside.
Orientado en dirección noroeste-sudeste, el recinto tiene unas dimensiones de unos 32 metros de ancho por 56 metros de largo.
En las esquinas del rectángulo se alzan cuatro cubos de dimensiones similares. Dos cubos más protegen la puerta de entrada principal situada en el lado sur, orientada hacia la parte dominante sobre el territorio, donde la pendiente desciende hasta el curso del río Gigüela y el camino que asciende por levante, aunque no existe comunicación visual con el fondo del curso del río.
Como se aprecia en la vista, la portada está colocada en forma algo oblicua y descentrada.
La llegada al recinto por la parte amesetada, viniendo por el norte desde Saelices, nos muestra los pies del recinto. Descentrado a la izquierda en el lienzo, se abre un portillo.
Este era el estado general en 1966, en la siguiente fotografía tomada por Cooper, donde se observa claramente la disposición amesetada.
(Las fotografías históricas tomadas el año 1966 proceden de: Cooper, Edward. Castillos señoriales en la Corona de Castilla, Vol. III, fig. 795 a 797)
Esta primera toma de contacto nos muestra una construcción en estado de ruina, pero manteniendo completo todo el perímetro de los lienzos de muralla, así como el primer nivel de todos los cubos esquineros.
El exterior
Efectuemos primero un recorrido por el exterior para pasar luego al interior.
Al recinto se llega por la parte amesetada que nos lleva hasta los pies del castillo. Para acceder a la entrada principal debemos bordearlo. El terreno de los otros tres lados E, S y O forma unas pendientes suaves que llevaron a construir fosos secos en los dos laterales.
Desde el muro del postigo lo recorreremos en el sentido de las agujas del reloj.
Antes de iniciar el recorrido comparemos el estado actual con una imagen del, no tan lejano, año 1966, tomada por Cooper.
El deterioro de estos últimos años ha hecho desaparecer el vestigio que existía de que el castillo se elevaba en tres niveles -la planta y dos pisos-. Actualmente solo queda una pequeña muestra del primer piso. También presenta grandes balcones con arco apuntado en el primer piso y ventanas más pequeñas de arco de medio punto en la segunda planta.
Desplazado a la izquierda se abre el postigo, una gran puerta de sillares con arco carpanel. Según Cooper, daría acceso a una plaza de armas exterior en el llano de la meseta, donde nos hallamos.
A su lado derecho un garitón sobre voladuras circulares que parte a ras del suelo. Estamos más acostumbrados a ver esta figura de garitón en lo alto de las torres o lienzos de muralla que a este nivel tan bajo.
Los garitones fueron muy aplicados en los castillos señoriales castellanos de los siglos XIV-XV. (Castillos de Guadamur, Torija o Ampudia).
Todos los muros son de fábrica de sillarejo.
En la esquina un gran cubo de unos 5 metros de diámetro, con una ventana de las muchas que encontraremos en los muros, que debían servir a la estructura palaciega.
Una especie de friso o ménsula de canecillos y modillones cerámicos recorre la parte superior de la planta baja, siguiendo los tres lienzos del rectángulo.
Al pasar al lateral se observa un amplio foso seco simple de tierra sin ningún tipo de fábrica de escarpe.
En la esquina sur del lienzo del rectángulo, el torreón correspondiente fue construido en posición tangente respecto al ángulo de los muros, con lo que da la impresión de mayor prestancia y volumen, aun cuando el diámetro es similar a los otros. También la visibilidad de los dos ventanales de arco apuntado parece ofrecer el aspecto de torre principal.
En la base del cubo un ligero espolón.
Nuevo contraste con la fotografía histórica de 1966.
El vano superior es el único que permite conocer cómo eran los originales. Apoyados en jambas de sillería, el arco apuntado estaba construido con ladrillos rojos, rodeado con una chambrana también de ladrillo rojo.
Me pregunto si los canecillos y las metopas cerámicas que ahora lo coronan después de la restauración responden a alguna información histórica o son licencias “artísticas” de los restauradores. En cualquier caso, a mí se me hizo extraño este acabado de torreón.
Llegamos a la zona sur, donde se sitúa la portada principal de entrada al castillo.
En la imagen que sigue se observa con claridad los fosos de cada lateral.
En otros castillos con esta construcción de foso seco la entrada estaría protegida por la continuación del foso con un puente levadizo (por ejemplo, en el castillo de Belmonte).
También sorprenden los diversos vanos en los dos cubos de protección de la puerta, que debilitarían su función defensiva.
A pesar de la disposición irregular de la portada, la forma apuntada de esta extensión del rectángulo interior recuerda una forma abaluartada.
El arco escarzano con dovelas de piedra de la puerta muestra una muy deficiente solidez constructiva. Ya veremos desde el interior que parece que no podía soportar el esfuerzo de giro de las hojas de la puerta.
Nueva imagen de la disposición amesetada del castillo con el foso del lado de poniente.
El primer cubo de este lienzo de poniente es completamente cilíndrico, mientras que el del extremo norte, al fondo, presenta la base con ligero espolón.
Al fondo podemos ver la proximidad de la Finca Palacio Infanta Eulalia.
Aparece de nuevo la ménsula cerámica que recorre el lienzo de muralla.
En esta parte el rebaje del foso enlaza con el desnivel de la pendiente del terreno.
Llegados al lateral de ponente de los pies del castillo podemos detenernos en imaginar cómo debía ser el castillo con los muros elevados en los tres niveles.
Un friso de tres hileras de ladrillos recorría los lienzos a la altura de la imposta del vano.
Separando los dos cuerpos superiores, otra ménsula cerámica.
Y otro friso de ladrillos a partir de la imposta de los vanos más pequeños superiores de ladrillo.
Estos son los canecillos y modillones con los que se ha restaurado.
Detalle estético en el muro y una tronera de cruz y orbe a la cual no se le ve ninguna función defensiva, parece más un detalle decorativo, junto a una cruz de cerámica que no está claro que existiese en este lugar originalmente.
Terminamos este recorrido exterior por el garitón cerca de la puerta, en esta atípica disposición a ras del suelo.
El interior
Franqueamos el portón a través de un grueso muro. El segundo y tercer nivel presentan los muros mucho más estrechos y débiles, defensivamente hablando. Posiblemente este menor grosor restase consistencia al muro de sillarejo/mampostería y facilitase el derrumbe de la práctica totalidad de las dos plantas superiores, excepto el pequeño testigo que acabamos de observar.
En los montículos laterales se deben acumular la piedra de los muros caídos.
En el otro extremo observamos la entrada principal.
Queda algún pequeño resto de los muros interiores de partición, pero su escasez no permite imaginar la forma y disposición de las dependencias del interior del recinto.
El muro de levante termina en el torreón del que quedan más restos de su estructura.
En los muros, un gran número de oberturas con arcos de diversa fábrica y estilo. Casi parece un muestrario. La proliferación de estas oberturas debía corresponder a su función residencial tras la reforma del siglo XVI.
Salimos del rectángulo interior para avanzar hacia lo que he dicho que se asemejaba a una forma de baluarte, con la puerta principal en su punta de lanza.
Puede observarse que la calidad constructiva del sillarejo de los muros, así como el acabado de los vanos no muestra mucha maestría ni solidez.
El torreón del lado de levante debería corresponder al cuerpo de guardia. Con un banco corrido de piedra.
Bóveda de ladrillo del recinto inferior del cubo.
Da la impresión de que esta puerta hacia el exterior fue practicada posteriormente a la construcción del cubo de defensa de la portada principal del castillo. En las fotografías antiguas la obertura es más pequeña, como de ventana, i asimismo pudo haberse practicado posteriormente.
También la puerta muestra poca calidad constructiva, como tuvimos ocasión de observar en el recorrido por el exterior. La debilidad del arco de la puerta debió obligar a incorporar por debajo del arco de piedra una viga de madera, en la que se practicó una segunda gorronera, o agujero de giro del gorrón de la puerta, para resistir el esfuerzo de giro de las hojas de la puerta.
Una escalera de piedra exterior permite el acceso a la terraza de los cubos.
Hemos pasado al lado de poniente, con el cubo del vértice del rectángulo.
Los escombros acumulados en la base nos ofrecen una perspectiva engañosa de la función de las aberturas en la muralla.
En el ángulo de poniente es donde se conservan algunos de los vestigios de los muros superiores, aunque no son suficientes para hacernos una idea de la forma y el volumen de la fortificación completa.
El siguiente es, prácticamente el único muro interior que subsiste de los que formaban parte de la construcción interna.
La perspectiva interior de la muralla norte muestra un aspecto de los trabajos de consolidación de las ruinas que se han practicado en los últimos años, lo que ha de permitir estabilizar el deterioro y mantener la estructura completa de la planta y base de El Castillejo.
Los alrededores
Terminado el recorrido, podemos volver a echar un vistazo a los alrededores, que he mostrado en las fotografías iniciales.
Recordemos que se ubica en una suave punta de meseta en dirección sudeste, con escaso dominio visual sobre el entorno. Todo alrededor sin ninguna vegetación, formando un gran glacis, que cabe imaginar que siempre fue así.
Finca Palacio Infanta Eulalia
En dirección norte fijémonos en la construcción algo elevada que aparece a unos 200 metros. Se trata de la Finca Palacio Infanta Eulalia.
Y aun, por detrás, al fondo a unos 450 metros, sobresaliendo la torre de vigilancia exterior del castillo.
El edificio era una construcción palaciega que adoptó la forma de una finca de estilo manchego.
En dirección sureste-sur es donde hay un cierto dominio visual sobre el entorno, con el camino que lleva al puente romano.
El puente romano de Saelices
El vestigio más destacado de los alrededores es el pequeño y humilde puente de un ojo, que se atribuye a época romana, que permitiría a la Calzada II cruzar el río Gigüela.
Descendiendo por el camino, a unos 450 metros llegamos al río por su lado derecho, y nos situamos ante el puente de piedra que lo cruza. En este punto, antes de atravesar el río, la calzada romana probablemente formase una bifurcación para dirigirse a Segóbriga, reuniéndose nuevamente a la altura de Segóbriga.
El puente romano se conserva perfectamente en toda su estructura original. Construido con bloques de piedra en seco.
Para permitir que continuase pudiendo ser usado, por encima se ha consolidado con un refuerzo de vigas de hierro que soportan una calzada de cemento transitable por vehículos.
Perspectiva desde el lado aguas arriba del Gigüela.
Tanto si realmente es de época romana o posterior, es admirable como resiste y se conserva centenares de años por la sola disposición geométrica de las dovelas y las piedras, sin ningún tipo de argamasa aglutinante.
Al mirarlo desde el lado aguas abajo se observa que la forma del arco no es de medio punto, sino un perfil ovalado algo puntiagudo.
Dejemos que el Gigüela siga impasible su curso.
Como curiosidad, señalar que unos 200 metros al sur del puente se encuentra las ruinas de una plaza de toros, “El Tentadero”, levantada a mediados del siglo pasado por el torero Luis Miguel Dominguín, al comprar la finca Villa Paz, una finca que se había hecho construir la Infanta Paz, nieta de Isabell II, y hermana de la infanta Eulalia, con la que se habían repartido la herencia de la finca El Castillejo, citado en la parte histórica.
Retrocediendo por donde hemos venido, tenemos una imagen de la “tímida” aparición de El Castillejo por detrás del perfil amesetado, desde donde vigilaría el camino.
La torre de vigilancia
De retorno a Saelices, pasada la Finca Palacio Infanta Eulalia, aparece la torre de vigilancia del castillo, que a la ida nos ha pasado casi desapercibida.
Dado que, por la parte norte el terreno era más elevado y no existía dominio visual desde el castillo, aplicaron una práctica habitual en estos casos (por ejemplo, en el castillo de Peñarroya), construyendo una torre probablemente de vigilancia a unos 400 metros lineales, situada en una posición más elevada, y con enlace visual con el castillo.
También construida en mampostería, el derrumbe parcial del muro del torreón muestra lo que parece ser un relleno macizo de piedra y tierra del interior, ya que tampoco se observa ninguna puerta.
Fin de la visita
El Castillejo de Saelices se trata de un castillo de características constructivas muy particulares en relación con los otros castillos señoriales de la época. Posiblemente lo avanzado de su reconstrucción, ya en el siglo XVI, hizo que prevaleciese la función y apariencia palaciega sobre la militar defensiva, ya no tan necesaria en aquellos momentos. Si acaso, reservada a conflictos señoriales.
También se rebajó mucho la calidad y solidez de los muros y de la construcción en general, y de los elementos defensivos, como pueden ser las tronera y aspilleras.
El derrumbe de todos los muros de las dos plantas superiores no nos permite hacernos una idea de cómo debió ser este castillo, mientras que está completamente conservada toda la planta de la fortificación.
Mi impresión personal es que las obras de consolidación de las ruinas que se han efectuado en los últimos años son suficientes para mantener su imagen.
El interés por la visita a El Castillejo, además de por la edificación, viene reforzado por el aislamiento en el que se halla ubicado, junto a la belleza del paisaje. Parece ser un Bien Cultural poco conocido, y poco visitado, lo que es un atractivo más para visitarlo y gozar de su tranquilidad.
Sin olvidarse de bajar hasta el humilde puente romano.
Bases de información
Webs El Castillejo
castillosnet
Cooper, E. Los castillos señoriales del Reino de Castilla, V. III, p. 865
palomatorrijos
liberaldecastilla
fortificaciones de España
cuencaculturaynaturaleza
castillosdeespaa
elarteencuenca
cadenaser
manchaignota
elconfidencial
Ruibal, Amador (1992). Algunos ejemplos de las transformaciones experimentadas por la arquitectura militar española en la transición del gótico al Renacimiento
Moya Olmedo, M.Pilar (2017). Arquitecturas de conquista: la arquitectura de la Orden de Santiago, la reconquista de la Encomienda de Uclés; y la arquitectura de conquista de Nueva España (Tesis doctoral)
Web Puente romano
Proyecto de intervención arqueológica Rehabilitación Puente Romano Los Baños (Saelices, Cuenca)
Web Finca Palacio Infanta Eulalia
elconfidencial