Viviendas bajo tierra, en forma de casas-cueva o silos, es lo que visitaremos en La Mancha, en Campo de Criptana y Villacañas, además del Museo Etnográfico del Silo.

Casas-cueva y silos en La Mancha

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real
Casa-cueva de la Pastora Marcela en Campo de Criptana

Casa-cueva. Municipio: Campo de Criptana. Comarca: La Mancha. Provincia: Ciudad Real. Com. Autónoma: Castilla-La Mancha. Coordenadas: 39°24’26.9″N 3°07’28.6″W. Altitud:707 msnm. Población: 13.142 habitantes (2022)

Web: ayuntamientoturismo

Silo. Municipio: Villacañas. Comarca: La Mancha. Provincia: Toledo. Com. Autónoma: Castilla-La Mancha. Coordenadas: 39°37’41.4″N 3°20’28.4″W. Altitud: 664 msnm. Población: 9.418 habitantes (2022)

Web: museomunicipaldelsilo

Bien de Interés Cultural (BIC)

Visita: 2022

Mapa de situación (Google maps 2023-04-21)
Mapa de situación (Google maps 2023-04-21)

Índice

Casas-cueva y silos en La Mancha

En el Post dedicado a la Ermita de San Saturio veíamos que hay personas que eligen vivir en una gruta por devoción; en otras circunstancias hay personas que se ven obligadas a construir una cueva para poder disponer de alojamiento cuando los recursos económicos son escasos o, mejor dicho, cuando la fuerza de la necesidad lleva a vivir en estas condiciones.

Hábitats troglodíticos

Desde tiempos prehistóricos las cuevas y abrigos han tenido una amplia variedad de funciones y usos, tanto por su valor práctico como por su valor simbólico y cultural.

En un primer uso en la prehistoria debieron ser aprovechadas en su estado natural como refugio y lugar de habitación y, posiblemente, como lugares simbólicos, de culto o enterramiento. En muchas de ellas el hombre dejó dibujadas en sus paredes las primeras representaciones pictóricas (cueva de la Pileta, abrigos de Tormón, Barranco de la Valltorta).

En algunas culturas, las cuevas también han sido utilizadas por algunos grupos religiosos y eremitas como lugares de retiro y aislamiento, en busca de la iluminación espiritual y la conexión con lo divino (Cueva de San Saturio, San Juan de la Peña), o como lugares esotéricos (Zugarramurdi).

En su estado natural también han servido como lugar de almacenamiento y/o de producción agraria, por la estabilidad y las características especiales de sus condiciones ambientales de temperatura y humedad, tanto para conservar alimentos, como para producirlos (quesos, vino, champiñones) (Bocairent).

En la actualidad, muchas cuevas y grutas son utilizadas como atracciones turísticas, ya sea por su belleza natural (son muy apreciadas las cuevas marinas), su valor histórico o cultural, o por la presencia de formaciones geológicas únicas. También las hay habilitadas como atractivo de oferta locacional o en establecimientos de restauración.

La construcción de cuevas

Para aprovecharse de ciertas ventajas que ofrecían las cuevas, el hombre también se plateó crear cuevas artificiales. En unos casos horadando el terreno en laderas de montes, pero también excavando cavidades subterráneas bajo las viviendas. Esta práctica tenía lugar especialmente en lugares donde las características geológicas del terreno fuesen las más favorables para su construcción, como rocas sedimentarias fáciles de excavar con herramientas simple, estratos inclinados, zonas de fallas y fracturas, roca volcánica, ausencia de agua y una ubicación segura y accesible.

Por ejemplo, en las zonas productoras de vino y cava, son característicos los subterráneos, cuevas y cavas, para el almacenamiento y fermentación del vino bajo las casas o en los alrededores de las localidades (Belmonte, Ampudia, La Rioja, Penedès, Fermoselle).

Si observamos los mapas que se ofrecen en el Post Estructuras territoriales en la España peninsular, las zonas geológicas de terrenos calizos (representadas en distintos grados de color verde en el mapa geológico), son las más propicios para encontrar cuevas y grutas naturales, y dónde poder excavarlas.

La función que ahora me interesa destacar es la construcción de cuevas-casa como solución para disponer de una vivienda por parte de familias sin recursos. Se trata de una alternativa para hacer frente a una situación extrema de necesidad de conseguir un alojamiento al menor coste posible, ya que no requiere materiales de construcción (o muy escasos) y que, cuando se practica sobre la ladera de un monte, también se evita tener que disponer de un terreno en propiedad. Un ejemplo de esta situación se produjo en el momento máximos movimientos migratorios internos a mediados del siglo XX. La precariedad residencial que motivo la implantación de grandes zonas de chabolas alrededor de grandes ciudades permitió que, por ejemplo en Sabadell, en el margen de terrenos sedimentarios erosionados por el río Ripoll, familias del sur de España, que conocían más o menos las técnicas de construcción de cuevas, las creasen en el paraje que se conocía como cuevas de Can Puiggener.

Ya tuvimos ocasión en el Post Cuevas del Almanzora de visitar una cueva-vivienda adaptada como museo.

El territorio: Casas-cueva y silos en La Mancha

En esta presentación me desplazaré a dos puntos de la zona manchega en las provincias de Ciudad Real y Toledo, para observar las casas-cueva del Albaicín en Campo de Criptana y las casas subterráneas, o silos de Villacañas, como se les denomina allí.

Evidentemente, en la actualidad han perdido su uso residencial original.

La exposición que efectúa Carlos Flores en el volumen III de su obra Arquitectura popular española sobre este tema de las casas-cueva me servirá de texto de referencia.

Mientras la Meseta Norte es una zona pródiga en cuevas utilizadas únicamente, por lo general, para la producción o conservación del vino, en la Meseta Sur, levante Mediterráneo y Andalucía, la cueva puede tener también otros usos, pero alcanza además gran extensión la cueva empleada como casa-habitación, y una variante que la constituyen las viviendas subterráneas. Así, Flores considera como típicamente manchegas -aunque ni mucho menos exclusivas de esta región-, a las cuevas y las viviendas subterráneas.

Para construirlas se trata de ahuecar el terreno lo necesario para conseguir un cierto número de recintos, bien sea sobre la falda de una loma o promontorio, bien bajo el nivel del suelo, que constituirán varias habitaciones enlazadas entre sí por pequeños túneles y galerías.

Las cuevas habitadas y las viviendas subterráneas, especialmente estas últimas, componen a menudo estimables ejemplos de arquitectura popular. Entre unas y otras existen diferencias esenciales, ya que, si las cuevas eran, salvo excepciones, refugios de un bajo nivel de habitabilidad y confort, las casas subterráneas ofrecían magníficas condiciones, a veces superiores a las de muchas viviendas de la misma comarca.

Casas-cueva en Campo de Criptana

Para visitar la casa-cueva de la Pastora Marcela, así como el interior de uno de los molinos, hay que dirigirse a la Oficina de Información Turística, ubicada en el molino Poyatos en la Sierra de los Molinos, (coordenadas: 39.40869, -3.12379; teléfono 926563931)

A través de la visita a la casa-cueva de la Pastora Marcela, podemos seguir el proceso de construcción y la estructura de una casa-cueva, de las muchas que se encuentran por La Mancha.

Las casas cueva empezaron a labrarse en Campo de Criptana en el último cuarto del siglo XIX, cuando el barrio del Albaicín apenas era una zona semiurbana sin consolidar ocupada por algunas cuevas y unos pocos edificios aislados. La localidad experimentaba por entonces un fuerte crecimiento demográfico que obligó a las familias con menos recursos a construir espacios habitables con el menor coste posible. Y lo hicieron perforando el afloramiento de roca -calizas dolomíticas liásicas de la Era Secundaria- con herramientas básicas, en la ladera sur de la Sierra de los Molinos y en todo el perímetro del Cerro de la Paz. En este soporte rocoso, fácil de excavar, encontraron la estabilidad estructural e impermeabilidad que necesitaban para crear un espacio en el que poder vivir y llevar adelante a sus familias.

El mapa siguiente muestra como las cuevas se fueron construyendo en la cara sur de la sierra, en el barrio del Albaicín (albaicín del árabe y etimológicamente significa “barrio en cuesta”) de Campo de Criptana, también conocido como Barrio de las Cuestas, lo que nos da idea de ladera adecuada para ser perforada. En esta posición, las entradas se situaban orientadas a mediodía.

La cima de la sierra servía como lugar idóneo donde ubicar molinos de viento, de los que quedan diez, formando uno de los emplazamientos más interesantes de molinos de viento harineros de La Mancha.

Plano de situación de casas-cueva inventariadas en el Cerro de la Paz y el Barrio del Albaicín. A. Casa-cueva de la Pastora Marcela; B. Cueva-silo del siglo XVI; C. Molino Poyatos, Oficina de Información Turística

Se estima que se conservan más de 300 cuevas, en un barrio con menos de 700 inmuebles, articulando un complejo y denso entramado troglodita de alto valor etnográfico y patrimonial, dentro del declarado “Sitio Histórico” formado por la Sierra de los Molinos y el Cerro de la Paz.

El inicio de los trabajos para excavar y habilitar como vivienda una cueva comenzaba con la elección de un frente de roca visto, preferiblemente vertical, pues así se ahorraban tener que prepararlo para conformar la fachada. Estos frentes de roca, que asomaban a la superficie de forma natural, favorecieron el alineamiento de las cuevas. Con los materiales extraídos se aterrazaba el terreno inmediato al acceso y, poco a poco, la unión de estos planos artificiales fue creando la actual e intrincada red callejera.

Aunque cada casa-cueva tiene una planta particular distinta a las demás, se aprecian dos modelos de estructura: las casas-cueva de planta centralizada, en las que todas las dependencias se articulan en torno a una habitación central, y las cuevas de planta alargada, con uno o varios corredores más o menos lineales, y ramificaciones a ambos lados.

Casa-cueva, Campo de Criptana, Ciudad Real
Casa-cueva, Campo de Criptana, Ciudad Real

 

La obra principal, que se realizaba “soltando panderos” (desprendiendo bloques aprovechando la estratificación horizontal de la roca madre). Con el uso y el tiempo se fueron levantando pilares, muros divisorios y tabiques de mampostería de piedra trabada con yeso pardo, o de adobes colocados a panderete. Los elementos sustentantes o divisorios permitían asumir las necesidades cambiantes de cada familia troglodita, al tiempo que mantenían la seguridad del hábitat.

Los suelos, originalmente de tierra apisonada o incluso de roca viva y a diferentes niveles. Más adelante, se cubrieron por una capa de cemento bruñido que aportó a los habitantes una mejor calidad de vida. Igual proceso experimentaron paredes y bóvedas, aunque con estas “mejoras”, las cuevas sufrieron un enorme deterioro, pues la piedra dejó de “respirar” en buena parte.

Con el tiempo, a las cuevas se les asociaron patios delanteros y edificaciones en superficie por encima de ellas, que aumentaba el espacio habitable, una tendencia constructiva relativamente reciente (años 1960-70).

Las casas-cueva del Cerro de la Paz constan de dos plantas. Por debajo, con la entrada encarada a mediodía, la cueva propiamente dicha excavada en la roca y el patio delante de la entrada; por encima una edificación convencional asociada, cuya estructura es de fábrica de tapial y su cubierta es inclinada con teja curva sobre estructura de madera, que se convertirá en la planta principal con la entrada por el lado septentrional, por la calle opuesta, y por el nivel superior. La nueva fachada consta de tapia encalada con zócalo y jambas de la puerta en color azul añil.

Al estar la cueva construidas una junto a la otra, las construcciones superiores asociadas adosadas unas a otras forman un continuo que da lugar calles y manzanas de apariencia convencional.

La Casa-cueva de la Pastora Marcela

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

El plano de la planta de la casa-cueva de la Pastora Marcela muestra los dos niveles: la cueva con el patio que da a la calle Pastora Marcela, y la sobreposición de una edificación asociada de construcción convencional, a la que se entra por la glorieta Virgen de la Paz.

En el plano, en trazo negro la distribución subterránea de la cueva. En trazos grises la construcción asociada sobrepuesta con forma de rectángulo que formará la alineación de la calle delantera; la prolongación de muros hacia el sur cerrará la parte trasera formando un patio al que se desciende por una escalera exterior; aquí se halla la primitiva entrada a la cueva encarada a mediodía. La alineación de los muros al norte y al sur con el de otras casas-cueva forma las calles, representado por las líneas de puntos en color.

Los edificios asociados solo se desarrollaban en una pequeña parte de la planta de la cueva, por lo que los huecos excavados suelen rebasar los límites de parcelación en superficie, y que, como se observa en el plano, la excavación de la cueva se adentra bajo el piso de la ancha calle que visualizamos en la fotografía.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Las dos fotografías siguientes muestran la entrada a la casa por la planta superior y la entrada al patio inferior, por el que se accede a la cueva.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Esta casa-cueva es actualmente de titularidad pública, y en los años 1996-98 se tuvo el acierto de rehabilitarla manteniendo en su totalidad la fisonomía original, al tiempo que adaptando la edificación superior, ampliada con otras casas, para espacio de exposiciones.

Es de planta centralizada y está orientada al mediodía. Las paredes se encuentran en su estado natural, permitiendo apreciar la labor del corte de la roca, y solo han sido tratadas con lavados de cal líquida -enjalbegados- que permiten la respiración de la piedra al tiempo que higienizan el interior.

Por la escalera desde el piso superior se accede al patio (a), donde se halla la puerta de la calle trasera (b) y la puerta de la cueva (c).

Los bajos de la edificación lateral (d) se aprovechan como cubierto que bien podría haber alojado el rebaño de la pastora.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real
Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

En su estructura interior de la casa-cueva sigue fielmente el patrón establecido por la práctica de los constructores.

 Unos escalones llevan a un pequeño zaguán (e) que da paso al interior de la cueva.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real
Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

En el lado derecho del zaguán (f) una primera cavidad que servirá de almacén.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real
Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Se entra en una sala central (g), que hace las veces de cocina, comedor, zona de reunión y espacio multiuso en la vida del grupo familiar, y que, a modo de distribuidor, se abre a los diferentes espacios: habitaciones, cuadra, alacena, despensa.

La cocina-sala principal, con fogón, chimenea y alacenas (h), como es habitual se encuentra cerca de la entrada, para facilitar la renovación del aire. La evacuación del humo se realiza a través de la chimenea de la cocina, excavada como una galería vertical.

En torno a la cocina y, por lo tanto, a la fuente principal de calor, se distribuyen las habitaciones (i) y la incluso la cuadra (j), provista de su correspondiente pesebre.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Se conserva en su integridad este elemento aglutinante del conjunto, la chimenea, que en otras casas han sido mucho más castigadas por el paso del tiempo. Junto a ella la se penetra en la alacena (h).

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Las chimeneas se abrían al exterior, en este caso pasando por el interior de la planta superior. En superficie esta galería vertical se proyecta con tiros de obra cubiertos con visera de teja que, al tiempo que saca el humo del interior de la cueva, lo aleja de la misma y de las construcciones cercanas. La de la foto corresponde a otra casa-cueva.

Campo de Criptana, Ciudad Real

Hacia el fondo se abren los huecos de las distintas habitaciones (i). El muro de separación de estas dos habitaciones es de los construidos.

Alacenas, pesebre y una escasa decoración basada en breves zonas pintadas de añil, completan el aspecto de la casa.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Una primera habitación (i1) junto a la chimenea, en la que se ha colocado un simple camastro.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real
Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real
Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Al fondo otra habitación, a la que se accede pasando por u grueso muro dejado en la excavación de la roca (i2). En la decoración otro simple camastro y un palanganero.

Al lado a la izquierda se abre una habitación doble (i3, i4) comunicadas interiormente y separadas por uno de los muros de construcción y refuerzo.

Vista desde el interior hacia la sala-comedor.

Por último, en el lado izquierdo desde la entrada un recinto doble que debería corresponderse con la cuadra con su pesebre (j1, j2). Los animales también aportaban calor, aun a pesar de los inconvenientes que suponían el que las bestias entraran por el zaguán y atravesaran la misma cocina e hicieran sus necesidades en esta o en la habitación de al lado.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

La edificación sobrepuesta de construcción convencional es de una planta, con cubierta de armadura de madera a dos aguas y teja curva.

La rehabilitación la ha convertido en un espacio diáfano, al que se ha enlazado la de la casa anexa, para ofrecer un espacio de exposiciones y actividades.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

El caballito es un juguete que vas encontrando por todas partes, hasta en las casas más humildes.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Unas esplendidas fotografías de gran tamaño reflejan aspectos de la vida del Albaicín, probablemente a mediados del siglo pasado. Las fotografías son del fotógrafo local Isidro de las Heras.

Casa-cueva de la Pastora Marcela, Campo de Criptana, Ciudad Real

Situados ya en el exterior no debemos dejar de admirar las vistas que el entorno nos ofrece.

Hacia el sur, una panorámica privilegiada sobre la población de Campo de Criptana.

Campo de Criptana, Ciudad Real

Desde la glorieta Virgen de la Paz, alcanzamos ya a ver los molinos del cerro de los molinos de Campo de Criptana. En primer término, el molino Sardinero.

Campo de Criptana, Ciudad Real
Campo de Criptana, Ciudad Real
Campo de Criptana, Ciudad Real

Por el camino, tenemos ocasión de observar exteriormente otras muestras de cuevas, como la cueva silo del siglo XVI bajo el molino Infanto, como almacén de grano que posteriormente se molía en los molinos de viento.

Campo de Criptana, Ciudad Real
Campo de Criptana, Ciudad Real
Campo de Criptana, Ciudad Real

Los Silos de Villacañas

Bien de Interés Cultural (BIC) (2004)

Silos de Villacañas, Toledo (Google earth 2023-04-27)
Silos de Villacañas (Google earth 2023-04-27)

En el extremo noroccidental de la localidad de Villacañas (Toledo),se encuentra la zona de los silos y el museo Etnográfico del Silo (entrada por la calle del Sol; coordenadas: 39.628154, -3.341219.; teléfono: 620659191).

Debí conformarme con una visita externa del campo de silo. Por suerte, son perfectamente visibles desde las calles adyacentes a través de un extenso enrejado que cierra gran parte de las instalaciones, y des donde es posible tomar fotografías. Las fotografías correspondientes al interior del silo-museo que sirve de museo etnográfico corresponden a publicaciones institucionales.

Los silos de Villacañas, y también los de la vecina localidad de Madridejos, son viviendas subterráneas -hermanas de las levantinas de Paterna o Benimamet-, y responden a un concepto de casa más evolucionado que la cueva que acabamos de ver. Los existentes en Villacañas se consideran de los más interesantes.

Estas viviendas subterráneas o silos, como son denominados en ambos lugares, son construcciones excavadas debajo de un terreno llano, no en la ladera de un monte como las cuevas.

Constan de una rampa de acceso o cañada, que es la que conduce en descenso desde el nivel de la calle hasta el nivel de la vivienda.

Silos de Villacañas, Toledo
Silos de Villacañas, Toledo
Silos de Villacañas, Toledo
Silos de Villacañas, Toledo

A partir de este punto, la casa excavada se estructura con un conjunto de habitaciones y pasillos distribuidores de plantas cuadrangulares muy regulares.

Los planos siguientes muestran la planta y los dos perfiles de un silo según Lorenzo Fernández.

Silos de Villacañas, Toledo

Se entra a la casa por la cañada (a), una rampa, de acentuada pendiente, que salva el desnivel que existe desde la calle al piso de la casa, situados unos 3 metros por debajo de ella. En este pasillo es usual que en un lateral en la parte baja se encuentre el brocal de un pozo (j), del que estos silos están normalmente provistos. También, a veces a un lado de la rampa se excava un pequeño recinto provisto de puerta de madera y utilizado como gallinero o conejera.

Bajo la cimbra (b) se sitúa la puerta la cual, para evitar la entrada de agua, dispone de un desaguadero (d). La entrada da paso un zaguán o portalejo (c) que sirve de distribuidor para las restantes estancias: cocina-comedor y despensa (e); habitaciones (f). El recinto (f) de la izquierda bien podría ser una cuadra con su pesebre, y en este caso en la otra una leñera (k). En la cocina un hogar (g) con su correspondiente chimenea (h).

Lo que otorga particularidad al paisaje exterior de estos subterráneos es el conjunto formado por las chimeneas, las tapias y las lumbreras (i) o pozos de luz, que se practican en el techo de algunas de las habitaciones -y apenas sin excepción sobre la cuadra-, que proporcionan iluminación y ventilación.

Silos de Villacañas, Toledo

Exteriormente, los pozos de iluminación se abren sobre el suelo provistos de un pequeño anillo exterior de protección alrededor del hueco para evitar, sobre todo, que las aguas de lluvia que escurren sobre el terreno pasen al interior de la vivienda. Este resalte anular, blanqueado y coloreado como el resto de la vivienda. En la fotografía vemos que incluso pueden disponer de una tapadera.

Silos de Villacañas, Toledo

La extensión y complejidad de estas viviendas se refleja en el plano elaborado por Manuel de Terán, así como en el de la vivienda que acoge el museo etnográfico

Silos de Villacañas, Toledo
Vivienda subterránea en Villacañas, Toledo, según M. de Terán: 1 granero; 2 hogar; 3 mesa; 4 cuarto de estar; 5 claraboya; 6 pajar; 7 dormitorio; 8 sumidero; 9 cocina; 10 hogar; 11 cisterna; 12 cuarto de aperos; 13 claraboya; 14 cuarto de arnesas; 15 cuadra de mulas; 16 cochiquera; 17 leñera; 18 pajar; 19 claraboya; 20 fogón; 21 estercolero

El resultado es que, como ya he señalado, estas viviendas subterráneas- ofrecen magníficas condiciones, a veces superiores a las de muchas viviendas de la misma comarca.

Visto el conjunto desde varios emplazamientos ofrecen una imagen plástica de gran interés, con la inmaculada blancura de los encalados combinado con el añil que otorga una gran plasticidad al conjunto.

Silos de Villacañas, Toledo
Silos de Villacañas, Toledo
Silos de Villacañas, Toledo
Silos de Villacañas, Toledo
Silos de Villacañas, Toledo

Museo Etnográfico del Silo de Villacañas

El Museo Etnográfico del Silo de Villacañas se ubica en una casa-cueva que ha sido acondicionada para ese fin.

Museo etnografico del Silo de Villacañas, Toledo

Excavada en la roca caliza de la zona, la cueva-museo cuenta con varias estancias, incluyendo un dormitorio, una sala de estar y una cocina, y se exhibe una colección de objetos relacionados con la vida cotidiana de la región, así como con la historia y la cultura de Villacañas.

Las fotografías institucionales muestran alguna de las estancias de la vivienda tal como se han museizado.

En la primera fotografía, a ambos lados del acceso o cañada, las aberturas del brocal del pozo y del gallinero.

Museo etnografico del Silo de Villacañas, Toledo
Museo etnografico del Silo de Villacañas, Toledo
Museo etnografico del Silo de Villacañas, Toledo
Museo etnografico del Silo de Villacañas, Toledo
Museo etnografico del Silo de Villacañas, Toledo
Museo etnografico del Silo de Villacañas, Toledo

Fin de las visitas

Hemos recorrido dos tipos de casas-cueva que han estado en uso hasta mediados del siglo XX. Representan dos modelos distintos. Primero, la cueva horadada en la ladera de un monte para así poder disponer de una vivienda cuando las condiciones económicas de la familia eran precarias y las condiciones geológicas del terreno permitían una excavación con herramientas manuales simple.

El segundo, más elaborado, construyendo casas subterráneas que podían llegar a tener mejores condiciones de hábitat que otras casas convencionales de la zona, a condición también, de disponer de suelos adecuados.

Parece que, por fin, se ha alcanzado un nivel económico y social que hace innecesario este tipo de habitación y que posibilita condiciones menos precarias.

Ambos casos, entroncando con las raíces de la arquitectura popular, aquella elaborada directamente por los usuarios, y con la participación, solo la imprescindible, de algunos artesanos locales en algunas partes concretas que requerían una cierta especialización.

Aunque, pensando un poco en ello, vemos que estos modelos de arquitectura popular están siendo apropiados por la arquitectura institucional, apareciendo como antecedentes de un cierto tipo de casas subterráneas que ciertas corrientes de la arquitectura ecológica actual se plantean.

Bases de información

Webs

Casa-cueva Campo de Criptana

oficinadeturismo

campodecriptana.info

wikipedia

cmmedia

Silos de Villacañas

oficinadeturismo

wikipedia

turismocastillalamancha

patrimonio

lossilosdevillacañas

Libro

Carlos Flores (1974). Arquitectura popular española. Ed. Aguilar. Volumen III, pp. 446 ss.

2 comentarios en «Casas-cueva y silos en La Mancha»

  1. No sólo por ser autor, pero falta una bibliografía al día:
    Cuevas y Silos. Viviendas Subterráneas en Castilla-La Mancha. Edit. Celeste, colección Añil, Toledo, 2001.
    Los silos de Villacañas. Antonio Pareja, editores, Toledo, 2019.
    Gracias.
    Francisco García Martín

    Responder
    • Sr. Francisco García Martín. Gracias por tomarse la molestia de informarnos sobre sus dos publicaciones.
      Tenga en cuenta dos aspectos. Por un lado, estos Posts no son un trabajo académico, con lo que no tienen la pretensión de presentar una bibliografía exhaustiva sobre los temas que se tratan, sino simplemente aportar algunas referencias que puedan enriquecer la información y el conocimiento de los potenciales lectores. Como norma práctica, se presentan trabajos que pueden encontrarse en Internet.
      Por otro, cuando incluyo la referencia a un libro impreso, siempre se trata de lecturas que he consultado personalmente.
      En cualquier caso, reitero el agradecimiento por su aportación, de la que así queda constancia.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.