La villa de Cuéllar (Segovia) ofrece un amplio muestrario de iglesias del estilo románico-mudéjar desarrollado en el reino castellanoleonés en los siglos XII-XIII.
Iglesias románico-mudéjares de Cuéllar (Segovia)
Comarca: Tierra de Pinares. Provincia: Segovia. Com. Autónoma: Castilla y León
Coordenadas: Altitud: 857 msnm. Población: 8.530 habitantes en la localidad (2023)
Web: turismodecuellar
Bien de Interés Cultural (BIC): diversas iglesias
Visita: 2023
Índice
Iglesias románico-mudéjares de Cuéllar (Segovia)
Estamos acostumbrados a que, en general, los libros y folletos de historia del arte nos presenten de forma general las edificaciones de estilo románico y gótico como obras de fábrica de piedra distribuidas por toda la Europa católica de la Edad Media.
Pero, en el caso de la Península Ibérica, por su particular proceso histórico de pugna por el dominio del territorio entre musulmanes y cristianos, se produjo una variante en el tipo de fábrica desarrollada en base al ladrillo y al mortero de cal como materiales principales. Tanto en edificaciones de estilo románico como gótico, alcanzando incluso al renacimiento.
Esta variante constructiva a base de ladrillo recibe el nombre de mudéjar.
El origen histórico-social del mudéjar hay que buscarlo en el avance de la reconquista leonesa, castellana y aragonesa que supuso la incorporación de territorios con población musulmana que permaneció en el lugar, y que aportó su saber en el campo de diversas artes en la construcción a templos cristianos a partir del siglo XII.
En esencia, se trata de edificaciones que siguen el patrón de la arquitectura románica o gótica en sus formas, volúmenes y concepción, pero utilizando el ladrillo en sustitución de la piedra tallada, readaptando las formas a las posibilidades y limitaciones que ofrece el ladrillo en combinación con el mortero con el que se fija y con paneles de mampostería de calicanto. Usualmente, con idéntico grosor del ladrillo y del tendel de mortero que los une, ofreciendo un característico aspecto visual colorista. Los ladrillos tienen un espesor de unos 4 centímetros.
En la sustitución de la piedra por el ladrillo podemos apuntar por lo menos tres factores importantes que la explican. En primer lugar, el dominio de la técnica de construcción en ladrillo que los musulmanes que continúan viviendo en territorio cristiano dominan como arte constructivo. Un segundo aspecto estaría vinculado a la dificultad de obtener piedra de construcción en aquellos territorios dominados geológicamente por la arcilla. Y, en tercer lugar, el menor coste y mayor rapidez de construcción que se consigue frente a las construcciones de piedra tallada.
Toledo, León, Castilla, Aragón y Andalucía fueron los principales focos de mudejarismo en general, pero el mudéjar románico se concentra en el reino castellanoleonés desde finales del siglo XII y a lo largo del XIII.
En resumen, lo más personal y sobresaliente de la arquitectura románico-mudéjar son las decoraciones que muestran los muros a base de arcos de medio punto y recuadros ciegos, y de frisos de ladrillos en esquinilla y a sardinel construidos en ladrillo rojo y tendel blanco del mismo grosor. Modelo de arquitectura que se concentra sobre todo en los ábsides, que los hacen únicos e inconfundibles.
En diversos Posts de este Blog han ido apareciendo obras mudéjares: Salamanca, Fuentes de Nava, claustro de San Juan de Duero, Torrijos, Maqueda, Villanueva de los Infantes, Belmonte, Almagro, Priego de Córdoba, Baeza, Úbeda, Sorbas, Vejer de la Frontera, Tarifa, y sobre todo en la ciudad de Teruel como gótico-mudéjar. Recordemos que, por sus características específicas, el arte mudéjar de las provincias de Teruel y Zaragoza está catalogado como Patrimonio Mundial por la UNESCO, pero dentro del estilo gótico-mudéjar.
El presente Post lo dedicaré al conjunto de las iglesias románico-mozárabes que se concentran en la villa de Cuéllar (Segovia), todas ellas construidas en los siglos XII-XIV, en el momento en que se había consolidado el proceso de repoblación cristiana del Valle del Duero.
Un poco de historia
En un proceso inverso al que había tenido lugar con la ocupación musulmana de la Península, donde habían permanecido en el territorio muchos de los pobladores hispano-visigodos manteniendo sus normas y creencias constituyendo la población mozárabe, con el avance cristiano hacia el sur en los siglos siguientes, será parte de la población islamizada la que permanecerá en su lugar de asentamiento con sus normas y religión. Serán los considerados mudéjares (más adelante llamados moriscos).
Las técnicas y habilidades constructivas que posee la población mudéjar serán aplicadas a las construcciones que se vayan levantando en los territorios de repoblación cristiana, especialmente entre los siglos XII al XVI.
Los estilos, primero románico, posteriormente gótico, alcanzando incluso hasta el renacimiento, que se irán levantando en los territorios que pasan a dominio cristiano, se verán mediatizados por el saber hacer artístico y constructivo musulmán de los residentes que se mantuvieron en cada territorio, de cuya síntesis surgirá el estilo mudéjar.
Las condiciones iniciales de la repoblación de Cuéllar, y la precariedad y alternancia en el dominio del territorio en la pugna cristiano-musulmana observamos, como ya vimos en el Post Castillo y murallas de Cuéllar, que la fábrica de las construcciones será “pobre”. Recordemos que los muros de las cercas de la villa, y las propias murallas iniciales del castillo, se construyeron en mampostería. Habrá que esperar al siglo XV, cuando la villa pasa a manos del señorío privado de Álvaro de Luna, que se empiece a mejorar la calidad constructiva y se introduzca la sillería. Pero para ese momento ya habían sido construidas las iglesias parroquiales distribuidas por la villa en fábrica “pobre” con ladrillo mudéjar, eso sí, siguiendo el estilo arquitectónico románico.
Características generales en la construcción románico-mudéjar
Como digo, el estilo románico mudéjar se desarrolla fundamentalmente en los reinos de León y Castilla desde finales del siglo XII y en el XIII. También se conoce como románico de ladrillo.
Partiendo de las formas arquitectónicas del románico internacional desarrollado a lo largo del Camino de Santiago, los alarifes musulmanes las reinterpretan adaptándolas a las técnicas constructivas de ladrillo que ellos dominaban en sustitución de la piedra.
Se mantiene la planta de las iglesias románicas, de una nave o basilicales de tres naves. La cubierta de las naves a dos aguas con teja curvas sostenidas por una estructura de madera.
La cabecera de ábsides semicirculares en cada nave, aunque en forma poligonal por el exterior, con bóvedas de piedra de cuarto de esfera, mientras que el presbiterio está cubierto con bóveda de cañón. La forma poligonal exterior se debe a que cada calle vertical de arquerías es de forma plana, con lo que, al unirlas, forman un polígono.
En la construcción de los arcos, al ser los ladrillos de caras paralelas, será la argamasa la que adopte la forma de cuña, cumpliendo, con su forma ligeramente trapezoidal de relleno, la función de distribución de esfuerzos por compresión de las dovelas.
Las portadas mantienen la forma abocinada formada por arcos de medio punto. Por su parte, los muros exteriores pueden ser de ladrillo, pero lo más habitual es que sean de calicanto enlucido, a veces con hiladas ornamentales de ladrillo intermedias
Los elementos diferenciales entre uso de piedra y de ladrillo se observan claramente en la decoración de los ábsides, formada por superposición de dos o más arquerías ciegas de ladrillo de arcos de medio punto o rectangulares. Parece ser que una característica de Cuéllar es que en algunas de sus iglesias el ultimo nivel de arquerías será en forma de rectángulo. Solo algunas de ellas presentan aberturas de iluminación de tipo saetera, abiertas dentro del arco ciego.
La decoración exterior estaría formada por falsos alfices y frisos de ladrillos en esquinilla y a sardinel (dispuestos de canto verticalmente).
En el interior de los ábsides es menor la profusión de arquerías ciegas y mayor el uso de los muros enfoscados con mortero de calicanto blanco.
Otro hecho diferencial es la ausencia de elementos escultóricos, sea de capiteles o de escultura monumental.
Por su parte, las torres son construcciones cuadrangulares adosadas a los muros del templo, con aspecto de torres de vigía. El material predominante es la mampostería y el sillarejo, con las esquinas reforzadas por sillares de piedra o ladrillo. Cuando se utiliza el ladrillo se reservará para los niveles superiores del campanario, para perfilar el vano de las campanas o para reforzar los ángulos.
La visita a las iglesias románico-mudéjares de Cuéllar
Encontramos actualmente en Cuéllar nueve iglesias o restos de iglesia con elementos mudéjares. Una, la iglesia de San Martín, dentro del primer recinto amurallado; cuatro dentro del segundo recinto -San Esteban, Santiago, Santa Marina y San Miguel, y cuatro extramuros -San Andrés, La Trinidad, El Salvador y Santa María de la Cuesta-.
Dedicaré una especial atención a la iglesias románico-mudéjares contenidas dentro de los dos recintos murados de la villa.
Iglesia de San Martín
Bien de Interés Cultural (BIC)
Adelantemos que un problema para observar detenidamente el interior de este templo son las condiciones en que se efectúa la visita. El interior se anuncia como Centro de Interpretación del Arte Mudéjar, “que intenta mostrar mediante un espectáculo audiovisual la simbología del arte más genuino de Cuéllar”, siendo la visita obligatoriamente guiada. En mi opinión, el tiempo dedicado al audiovisual es excesivo e irrelevante por su contenido, mientras que el recorrido por las pocas muestras de arte mudéjar siguiendo a la esforzada guía es insuficiente como centro de interpretación y, solo al final, se encienden cinco minutos las luces del templo, hasta entonces en penumbra, para poder contemplarlo, tiempo totalmente insuficiente para poder apreciar una construcción de arquitectura tan particular y poco usual. Solo si has acertado a efectuar las fotografías oportunas podrás apreciar en casa los detalles, e intuir lo que no tuviste ocasión de observar.
La iglesia de San Martín es la única iglesia dentro del primer recinto amurallado, construida en el siglo XII, anterior al año 1247, según consta en el primer documento escrito que se conserva, y enclavada frente al castillo en el lado de levante de la plaza del Palacio.
De las iglesias exclusivamente románicas de Cuéllar, es la más imponente, de planta basilical de tres naves. Un gran ábside semicircular con presbiterio en la cabecera de la nave central, y dos absidiolos, también con presbiterio, en las naves laterales, aunque el del lado del evangelio no es visible.
En cada uno de los lados laterales, una portada de iguales características, y una puerta secundaria a los pies.
La cubierta a dos aguas con tejas curvas, aunque las dos cubiertas de las naves laterales están a menor altura.
Apoyándose a los pies del templo en el lado de la epístola, se alza una alta torre completamente lisa, solo con dos pequeñas aberturas. Construida de mampostería con las esquinas reforzadas por sillares. En el estado actual, no parece que sirviera de campanario, sino de torre observación situada en uno de los puntos más elevados de todo el recinto de Cuéllar, con una terraza de tipo almenado.
La impresión que ofrece es mucho más militar que eclesial.
Los pies del templo, con la extraña disposición de la torre, disponen de una simple puerta de doble arco y jambas de ladrillo y una pequeña abertura de iluminación también de ladrillo.
Tal como también podemos ver en algunas iglesias románicas rurales del Pirineo (La Vall de Boí), este templo de estilo románico rural presenta una forma estructural de “casa grande”, algo propio del románico rural.
Las portadas laterales son idénticas en cada lado.
En su estado actual, los muros muestran un enlucido que imita la sillería.
Las portadas típicamente mudéjares, construidas totalmente de ladrillo, presentan un alfiz que sobresale ligeramente del muro, que enmarca una arcada abocinada de cinco arquivoltas de medio punto. El único elemento diferencial, que aporta un detalle estético con un poco de colorido, son los capiteles geométricos simples rectangulares con un vértice cortado por un arco de conferencia, de barro rojizo, que hace las veces de cimacio o ábaco.
Las jambas son igualmente de ladrillo.
Se puede observar como el espesor de los ladrillos y de la argamasa (tendeles) que los une es el mismo, lo que otorga a este tipo de arquitectura mudéjar una especial y particular personalidad estética, resaltando el contraste de colorido entre el rojo del ladrillo y el blanco del mortero de cal.
Lo más característico del románico-gótico mudéjar son los ábsides.
Los ábsides, semicirculares por el interior, están formados exteriormente por polígonos. El central de once lados, incluidos los dos del presbiterio. Los laterales por cuatro lados que se encajan en el extremo del muro del templo.
Los tres ábsides se apoyan en una base de mampostería.
En el caso de la iglesia de San Martín están compuestos por tres niveles de doble arquería ciega que cubren toda la superficie de ábsides y presbiterios.
Las dos arquerías inferiores están formadas por la secuencia de arcos de medio punto ciegos de idénticas dimensiones. Solamente en cinco arcos del segundo nivel, tres del ábside central y uno en cada absidiolo, se abren unos pequeños arcos de medio punto de ladrillo asaetados que aportan algo de luz al interior.
Lo que parece ser característico del románico-mudéjar de Cuéllar es que el último nivel de arquería tenga la forma rectangular.
Como elemento decorativo final, bajo el alero, formado por un friso de cuatro líneas de ladrillos que avanzan hacia el exterior, se encuentran franjas de frisos en esquinilla (disposición oblicua con visual en diente de sierra) sobre frisos a sardinel.
El interior de la iglesia de San Martín es el que refleja mejor la estructura románica adaptada a una fábrica mudéjar.
La planta basilical es de tres naves, más ancha y alta la central, y cinco cuerpos, más estrecho y de distinta característica arquitectónica el primero.
Las naves están separadas por arcos formeros. Tanto los dobles arcos como los pilares son de ladrillo, sin ningún capitel. Por encima de cada arco una falsa ventana, también de doble arco de medio punto de ladrillo, enmarcada en un alfiz también de ladrillo. Los huecos de los muros enlucidos en blanco.
El arco triunfal está formado por la combinación de cuatro arcos de medio punto, igualmente de ladrillo, en este caso con capiteles geométricos simples de barro rojizo idénticos a los de la portada.
Entre el presbiterio y el ábside otro arco de ladrillo a modo de arco fajón.
El ábside es semicircular con cúpula de cuarto de esfera. La única decoración son tres ventanas de saetera dentro de arcos abocinados de tres arquivoltas enmarcadas en dos frisos corridos por todo el ábside, todo ello de ladrillo. Los frisos juegan con las disposiciones en esquinilla y a sardinel como en el exterior. El resto de muro enlucido en blanco.
La estructura actual del techo de madera a dos aguas es del tipo de par y nudillo con tirantes.
Ya he señalado que las ventanas superiores de los laterales no reciben iluminación del exterior. La iluminación que se observa en las fotografías es de luz eléctrica.
Las naves laterales, más estrechas, están encabezadas por absidiolos.
La del lado de la epístola sigue el mismo diseño que el ábside central, con una sola saetera de iluminación.
El ábside y los dos primeros tramos de la nave del evangelio fueron reformados, incorporando un altar y decoración de pinturas y yeserías mudéjares.
Según el plano de la planta, el altar actual se hallaría cerrando el primer tramo, quedando detrás no visible el absidiolo románico como una habitación, quizás la sacristía.
Citemos que en el exterior del lado meridional se ha excavado la zona arqueológica de la necrópolis medieval de San Martín. Son visibles un total de treinta y tres tumbas antropomorfas y fragmento de otra docena.
Iglesia de San Esteban
Bien de Interés Cultural (BIC)
La iglesia de San Esteban es una de las cuatro iglesias de las que se conservan vestigios dentro del segundo recinto murado de Cuéllar, en este caso completa.
También anterior al año 1247, según el primer documento escrito, se sitúa junto a la puerta de San Martín.
En su momento, fue la iglesia más importante de Cuéllar, siendo el lugar de reunión del Concejo de la Villa durante la Edad Media.
De planta basilical, con tres naves, muy estrechas las dos laterales, de cuatro o cinco tramos, según se cuente.
En la cabecera, un gran ábside con presbiterio más ancho que la nave central, semicircular por dentro, y poligonal de doce paños por el exterior. Una única abertura de saetera en la parte central.
La fábrica de los muros del templo y de la torre es de mampostería, mientras que el ladrillo se aplica al ábside, portada, y refuerzo esquinero y vanos de la torre, tanto los abiertos del campanario como los cegados inferiores.
La cubierta, de tejas curvas, a dos aguas.
Una única portada, en el lado de la epístola, de características idénticas a la de la iglesia de San Martín, pero con solo cuatro arquivoltas, y un arimez o alfiz algo sobresalido, todo de ladrillo.
Lo que se considera más sobresaliente de este templo es el exterior de la cabecera formado por un presbiterio de dos tramos de arquería, que continua en un ábside algo más estrecho poligonal de doce paños.
Sobre un zócalo de mampostería de calicanto, se elevan cinco niveles de arquerías.
La torre, que surge del interior primer tramo del lado del evangelio, define una anchura mayor de esta nave lateral.
En la torre. existieron tres niveles de vanos por encima de la cubierta, de los que solo se halla abierto el último nivel de campanario.
En el ábside, los dos primeros niveles de arquerías ciegas de medio punto dobladas de ladrillo. Tal como se presenta actualmente el relleno de la arquería del primer nivel está encintado y el superior enfoscado.
El tercer nivel está formado por dobles recuadros rectangulares verticales enfoscados en cada tramo del polígono. El cuarto, de carácter más decorativo, los rectángulos están apaisados con relleno de cuatro esquinillas de ladrillos.
Por último, sobre un friso simple de tres hiladas de ladrillo, una arquería de recuadros dobles rectangulares, uno por tramo, enlucidos. Por encima un alero de ladrillo y teja.
Para compensar la diferencia de alturas, en los dos paños del tramo presbiterial se ha prescindido del primer nivel de arquería rectangular.
En el interior, los arcos formeros de la estructura basilical no guardan ninguna simetría, siendo de dimensiones distintas todos ellos.
Muy modificado en el siglo XVIII, con bóvedas de yeserías y coro, las únicas trazas de mudéjar se encuentran en el primer arco formero del lado del evangelio, y en los enterramientos de los laterales del presbiterio.
El retablo del altar mayor dedicado a San Esteban es de estilo neoclásico con elementos rococó.
A cada lado del presbiterio se localizan dos sepulcros de estilo gótico-mudéjar destinados a la familia Hinestrosa.
A los pies la galería elevada del coro sobre un arco carpanel.
Bóveda de cañón rebajada carpanel con lunetos, aunque en este caso no aportan luz, y con policromías.
Iglesia de Santiago
Junto a la puerta del mismo nombre se alzan los restos de las ruinas de la iglesia de Santiago. Lo que se conserva de este templo es el ábside con el presbiterio y el arco formero del lado del evangelio compuesto por un gran arco renacentista, ya que debió ser un templo de tres naves, con las dos laterales más estrechas, como en otros templos de Cuéllar.
Como siempre, en estas iglesias románico-mozárabes, el exterior del ábside es poligonal, en este caso de nueve lados, donde cada lado contiene tres niveles de arcos de medio punto ciegos de ladrillo, sobre una base de mampostería.
Los arcos de los dos niveles de base son idénticos, de doble arco, mientras que el superior, más ancho, es de un arco simple.
Por encima, un alero de tres hileras de ladrillo avanzando sobre los muros y las tejas curvas sobresaliendo para proteger del agua de lluvia.
El arco central y los extremos del nivel intermedio presentan una abertura de saetera en cada uno para la iluminación interior.
Al fondo, a los pies del templo, una torre que tenía la doble función de campanario y de torre de vigía de la muralla en la puerta de Santiago.
En el lado del evangelio se conserva un gran arco renacentista con algunas muestras pictóricas.
Lo más interesante es el interior, donde se conservan completamente el ábside, el arco del triunfo y dos arcos torales en el presbiterio, todos ellos de ladrillo. De triple arcada el arco del triunfo, y de doble arcada el toral y el del ábside.
Un simple rectángulo cortado por un arco circula en uno de los extremos inferiores, idénticos al de las dos iglesias vistas anteriormente, sirve de capitel. En el arco triunfal es de barro rojo en el exterior y de piedra el interior. El cerámico continúa formando un friso que resigue toda la base de las cúpulas presbiteriales y absidal.
La decoración del ábside, por debajo del friso anterior, está formada por una doble arquería ciega de idénticas dimensiones de los arcos, aunque con distinta forma exterior. Así, la arquería interior está enmarcada en una especia de alfiz rectangular, mientras que en la superior cada arco es doble.
Todas las partes sin ladrillo están enlucidas de blanco.
Iglesia de Santa Marina
De la iglesia de Santa Marina solo se conserva la torre, dentro de una propiedad particular tras la desamortización.
Es la única torre completamente mudéjar que queda en Cuéllar. Parece que tenía otro nivel superior donde estaba el campanario.
También las primeras noticias corresponden al año 1227.
Como todas las torres, la planta es cuadrada, y los materiales de mampostería con los refuerzos esquinero de ladrillo.
De los tres niveles de dobles vanos por lado que debió tener, el último fue desmontado.
Todos los vanos son idénticos, de grandes arcos de medio punto con doble hilera de ladrillo. Actualmente todos están cegados, aun cuando se puede observar perfectamente la forma de los arcos.
Iglesia de San Miguel
La cuarta iglesia del segundo recinto murado es la iglesia de San Miguel, patrón de la ciudad.
Situada en la plaza Mayor, actualmente la única iglesia parroquial. Por su papel eclesial es la que ha sufrido mayores transformaciones a lo largo de los siglos, especialmente en el siglo XVIII.
La torre, situada en el exterior del extremo de levante del lado del evangelio, es de planta cuadrada. De fábrica de sillarejo con refuerzos esquineros de sillares.
Los dos tramos superiores separados por un friso. En el primero un vano ojival por cara, y en el segundo un vano de arco de medio punto que parece recrecido por la base.
En la cara de poniente en una esquina se alza una especie de espadaña con una campana.
Por el exterior lo único visible del románico-mudéjar de la iglesia de San Miguel son los restos de los arcos del primer atrio.
Iglesia de San Andrés
Bien de Interés Cultural (BIC)
No llegué a visitar la iglesia de San Andrés, que estaba cerrada. Fue una lástima porque es una de las más trabajadas con elementos mudéjares tanto en el exterior como en el interior, como puede apreciarse en las fotografías tomadas a distancia.
Situada fuera muralla, en el arrabal del lado norte, también citada por primera vez en el año 1247.
De planta basilical, con tres naves y tres tramos.
El ábside, los absidiolos, de estructura poligonal en el exterior, y el presbiterio presentan arquerías ciegas de arcos de medio punto de ladrillo y los tramos inferiores, y rectangulares en los dos superiores. Para compensar la menor altura de los absidiolos, el tercer tramo de arquerías rectangulares es de menor altura.
Lo que presenta mayores diferencias son el muro lateral del lado de la epístola y la fachada de los pies (pero no el lado del evangelio) al estar decorados también con arquerías ciegas de arcos de medio punto románico-mudéjares. Muy alargadas las del tramo inferior, hasta alcanzar la altura de la estructura de la portada, y más pequeñas, en altura y anchura, las de la arquería superior, donde existen cuatro aberturas de tipo saetera de iluminación. La decoración románico-mudéjar
Otro elemento diferencial se halla en la portada, que en este caso es abocinada, pero de piedra, en el estilo del románico de piedra.
La torre que acompaña a la iglesia, situada por el exterior de los pies en el lado del evangelio, es también cuadrada, pero de fábrica de sillarejo, con las equinas de sillería.
Dos aberturas superpuestas por cada lado en el tramo superior, apuntada la inferior y de medio punto la superior.
Iglesia del antiguo convento de La Trinidad
En los arrabales de la zona sur se encuentran tres iglesias románico-mudéjares: la del antiguo convento de la Trinidad, la de El Salvador y la de Santa María de la Cuesta.
Del convento de la Trinidad, fundado en 1219 extramuros de Cuéllar, y desamortizado como todos los conventos, hoy casa particular, solo se conserva, muy deteriorada, parte del exterior del lado de la epístola del ábside románico-mudéjar.
Esta foto obtenida de Street View nos muestra su estado y la composición de lo que queda.
Sobre un zócalo de mampostería, ahora remozado, tres hileras de arquerías en el ábside y dos en la zona del presbiterio.
Las dos arquerías inferiores del ábside debían ser idénticas en altura, formadas por dobles arcos de medio punto de ladrillo. La superior, más corta, de arco simple dentro de un recuadro de ladrillo.
En la zona del presbiterio la misma altura que en ábside se resuelve con dos hileras de dos arcos dobles de medio punto igualmente de ladrillo.
Iglesia de El Salvador
La iglesia de El Salvador también es citada en 1247.
El exterior del templo presenta una curiosa estructura, con cuatro macizos arbotantes que se apoyan en el suelo y sujetan el muro del ábside, y dos grandes muros de refuerzo en la cabecera de la nave. Su construcción se efectuó en el siglo XVII cuando, después de incorporar una cúpula de piedra sobre el ábside y el presbiterio, se produjeron problemas de estabilidad, que se compensaron con estos contrafuertes.
Templo de una nave con ábside poligonal por el exterior. La estructura de las arquerías es similar a la de la iglesia de Santiago, de doble arco de medio punto las dos inferiores, y arco simple la superior.
La torre, de planta cuadrada y fábrica de mampostería con refuerzo esquineros de sillar de piedra, situada por el exterior de los pies del templo.
En la parte superior, entre dos frisos de piedra, dos pares de ventanas superpuesta de sillería y punta ojival, de menores dimensiones las superiores. Mientras el último tramo parece añadido posteriormente, de sillarejo las amplias esquinas, y un vano de medio punto enfoscados.
Por el lado sur, donde se sitúa la portada de acceso al templo a través de un pórtico de sillería con notables modificaciones.
Iglesia de Santa María de la Cuesta
Bien de Interés Cultural (BIC)
De la iglesia de Santa María de la Cuesta o de Nuestra Señora de la Cuesta, debo conformarme con la vista desde la muralla.
La primera cita histórica es de 1190.
De esta iglesia de una planta y ábside semicircular, quedan pocos vestigios románico-mudéjares.
La torre es de planta cuadrada y está adosada por el exterior de la cabeza de la nave por el lado del evangelio. Fábrica de mampostería con refuerzos esquineros que combinan piedra y ladrillo.
Los dos primeros niveles con vanos tienen uno por cara de arco de medio punto. El superior tiene una ventana bífora de ladrillo, como el resto del muro, con mainel de piedra.
Fin de la visita
De las doce iglesias actuales de Cuéllar, completas o con restos, siete fueron construidas en la misma época, alrededor del siglo XII siguiendo el mismo estilo románico-mudéjar, por lo que presentan una gran uniformidad arquitectónica. Ello permite, en el reducido espacio de una villa, disponer de una importante muestra de este momento y estilo arquitectónico que creo que es un gran desconocido en España, fuera de la zona del reino castellanoleonés.
Como se ha señalado, lo más personal y sobresaliente de la arquitectura románico-mudéjar son las decoraciones que muestran los muros a base de arcos de medio punto y recuadros ciegos, y de frisos de ladrillos en esquinilla y a sardinel construidos en ladrillo rojo y tendel blanco. Modelo de arquitectura que se concentra sobre todo en los ábsides, que los hacen únicos e inconfundibles.
Bases de información
Webs
turismodecuellar-el mudejar cuellarano
turismodecuellar-iglesias
wikipedia
aragonmudejar-cuellar
monumentalnet
arteguias
Webs academic
Torres Balbás, L. (1949). Arte almohade; Arte nazarí; Arte mudéjar
Santamaría López, Juan Manuel (1973). El «Románico de ladrillo» en la villa de Cuéllar
Romanicodigital. Cuéllar
Libro
Garma Ramírez, David de la (2021). Arquitectura románica, Arteguías, pp. 375-389